Trampas y demonios

Advertencias: Ninguna.

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Chuuya observaba la piel del oso en el salón principal mientras Dazai lo miraba fascinado desde la entrada. Los siervos pronto servirían la comida, así que fue a revisar el gran salón.

—Nunca he cazado un animal así de grande, pero mi padre tenía un montón de pieles en este mismo salón. Cuando ya no cabían, las donaron a los siervos —se atrevió a comentar ganando que el joven volteara con su semblante serio—. ¿Cómo es tu padre?.

Era raro que no empezarán a pelear en cuanto decían una palabra, pero Chuuya no tenía ánimos de pelear.

Después de su encuentro con Fyodor, llegó una carta de su familia, más específicamente de su madre, en ella le preguntó si de verdad estaba agusto en un lugar lejos de su hogar. Había una molestia pequeña en seguir siendo considerado como un niño que no puede tomar decisiones por sí solo.

—Amable, en realidad nos tratamos muy cordialmente —sus preciosos ojos estaban sobre el castaño—. Tengo una mejor relación con mi madre, además, es muy hermosa.

"Ya sé de quién lo sacaste" pensó el más alto—. ¿Qué hay de tu hermana?.

—Kyoka es muy menor aún, también es dulce, adopta cualquier animal que se vea indefenso —caminó lentamente, era casi como si supiera que su figura lucía más ventajosamente al caminar—. Nos llevamos bien, somos buenos hermanos.

El joven de sonrisa cínica suavizó sus acciones acercándose a él—. Debe ser bueno tener a alguien a quien recurrir, pero de haber tenido hermanos reconocidos hubiéramos peleado por la sucesión y de tener hermanas, mi padre las hubiera intercambiado en un matrimonio.

El pelinaranja asintió disfrutando de la voz armoniosa del castaño. Fue cuando Dazai posó una mano en su hombro que arqueó la cejas inseguro—. ¿Qué haces?.

El rey ni había notado que acariciaba suavemente el hombro de Chuuya, retrocedió casi con pánico—. La babosa me tocó, que asco.

—¡Pero si tú me tocaste! —frunció el ceño y lo señaló enojado—. ¿Cuál es tu problema?.

El de ojos avellana apretó la lengua, pero fué inútil, ya estaba hablando—. Una pequeña y tierna babosa.

Chuuya estaba más concentrado en contraatacar y así dejó pasar el hecho de ser llamado tierno—. Eres desagradable, no me extraña que tuvieran que arreglarte un matrimonio.

El más alto no podía replicar de ninguna manera porque tenía razón, sus puños se cerraron—. Pues…¡Tú también buscas un matrimonio!.

—¡Es diferente! ¡Debo ser un buen rey! —gritó lo primero que pensó mientras envolvía sus manos en el cuello de Dazai.

—¡De lo único que serás rey, es del reino de los estúpidos! —gruñó empujando al mayor ignorando que lo sostenía con mucha fuerza haciendo que cayeran juntos por el piso chocando con la alfombra—. ¡Pequeño! ¡Eres como un perro!.

Chuuya logró cambiar de posiciones quedando encima de su regazo mientras golpeaba parte de su cara—. ¡Te cerraré esa boca de mierda!.

Ninguno escuchó el ruido de la puerta por sus gritos, ni notaron la presencia de Fyodor y el como los miraba atentamente confundido por su pelea que parecía un encuentro sexual rudo. Golpeó la puerta levemente para llamar su atención—. Disculpen…

Chuuya apretó sus dedos alrededor del cuello de Osamu privandolo del aire por unos segundos—. Ya verás, deberías respetar a tus mayores.

El de ojos amatista golpeó la puerta más fuerte haciendo que Chuuya lo viese de reojo. Lo soltó casi al instante dejando a un rey sonrojado con los dedos marcados en su cuello—. Fyodor…¿Qué haces aquí? —escupió el castaño con rapidez.

—Me avisaron que la cena estaría lista en quince minutos. Volveré después, lamento interrumpirlos.—esa sonrisa se ensanchó al distinguir que Chuuya no tenía intenciones de salir del regazo de Dazai. Dió la vuelta y se alejó lentamente de ahí.

Dazai se recuperaba del ataque de Chuuya cuando se levantó totalmente avergonzado—. Idiota, y ese tipo ¿quien carajos se cree?.

El rey bajó la mirada a su propia entrepierna notando un bulto sobresaliente, se cubrió con ambas manos mientras se ponía de pie y se colocaba en su silla sin ganas de pararse nuevamente—. También es un idiota.

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—Es agradable que mi hermano me recibiera con tantas atenciones, usualmente uno pensaría que me haría pasar la noche en la capital —Fyodor clavó el tenedor en la ternera bañada con salsa de miel y otras especies—. Príncipe Nakahara, ¿Ya visitó la capital?.

Chuuya sostuvo su copa de vino deteniéndose frente a sus labios—. No, aún no estoy muy familiarizado con la región.

Era ridículo que solo ellos estuvieran cenando en esa mesa larga y lujosa, pero Dazai seguía el plan de Mori para intimidar a Fyodor, sabía que era inútil con un demonio, pero tampoco quería amenazar con contarle la cabeza frente a Chuuya deliberadamente.

—Escuché que su hermana es una joven bien educada y hermosa, ¿Aún no está en edad de casarse? —volvió a usar esa lengua astuta tratando de indagar más de la vida ajena.

El de ojos azules le dió una mirada extraña a Dazai en señal de instancia—. Es una niña, recién cumplió catorce años, todavía no está en edad de un matrimonio.

Osamu suspiró y decidió interferir—. No hemos tenido la oportunidad de conocerla, pero le deseamos la mayor felicidad a futuro.

El de ojos amatista sonrió casi divertido por la sensación de calidez en el aire—. Veo que ustedes se llevan realmente bien. Me preocupaba que mi hermano menor fuera siempre solitario, nunca fue el mismo después de…es agradable que tenga compañeros.

El castaño apretó su cubierto hasta el punto de doblarlo sutilmente—. ¿Cómo se encuentra tu madre?, No he escuchado nada de ella desde que se mudó a la torre.

Fyodor pareció ser tomado por sorpresa, pero guardó la compostura—. Demente, y delirante. Me temo que no mejorará nunca, así que solo me queda aferrarme al pasado para sobrellevar la situación.

—Es triste, pero espero que mejoré —Chuuya llevó un bocado a sus labios con más incomodidad que antes.

—Es muy amable de su parte, le haré llegar sus buenos deseos —se quedaron en silencio hasta que el mayor volvió a conversar—. Las velas rojas son para dormir mejor…

—¿Qué velas? —preguntó Chuuya bajando los cubiertos dejándolos en su plato esperando el postre.

—Sobre el regalo que le ofrecí, contienen esencias que lo ayudarán a dormir plenamente, hubiera querido traerle a mi hermano, pero él ya ha dejado claro su desprecio por aromas suaves y muchas otras cosas como la música— los siervos llegaron con platos más pequeños donde habían tartas acompañadas con crema batida

—Estás bromeando, ¿No sabes tocar ningún instrumento? —preguntó Chuuya al castaño, quien se limitó a asentir lentamente—. ¿Cuál de todos ellos?.

—Sé tocar el pianoforte, pero me apena decir que muy poco, mi padre prefería verme hacer prácticas más adecuadas para mi título —sin ganas de sentir el bochorno en sus mejillas rojas sirvió agua en su copa en vez de vino.

—Es una lástima, quizá después de la cena pueda tocar el violonchelo para el príncipe Nakahara —sus brillantes ojos amatistas perforaron el pecho del más bajo—. ¿Qué clase de educación recibió?.

—La típica educación aristócrata, sumado a clases con un violinista —entonces Chuuya pensó que Dazai llamó “Demonio” a Fyodor por mero rencor, pero admitía que había algo en su forma de hablar en la denotaba ciertas ganas de humillar al castaño—. ¿Usted no vive en el país?.

La expresión de Fyodor se volvió fría—. Lo hago, solo que a las afueras en una mansión modesta.

—Si modesto significa colosal —dijo el rey con diversión—. Informame si puedo hacer algo para mejorar tu estancia en casa, deseo que tengas todas las comodidades como cualquier miembro de la corte.

Chuuya aún no tenía sueño, buscó las velas que le dió Fyodor y prendió una con ayuda de una criada que prometió llevarle agua para enjuagarse la cara antes de dormir. Mientras tanto el pelinaranja bajó a la cocina que ya estaba abandonada de presencia humana en busca de leche hervida.

—¿Por qué todo se ve tan rígido aquí? —se preguntó tratando de alcanzar un vaso de la repisa más alta, hasta que una mano delgada lo hizo por él. Era Dazai—. ¿Qué haces aquí?.

—Vine por algún aperitivo antes de dormir —dió la vuelta buscando el resto del pastel servido en la cena—. ¿Tu madre siempre te da leche antes de dormir?.

Chuuya ahogó un insulto pues ya era bastante tarde para una pelea—. Mi hermana lo hace cuando juega al té.

Osamu sintió que sonó como un idiota excéntrico—. Eso habla bien de tí, que quieras a tu hermana —y le pasó la botella de leche que habían ordeñado ese día.

—¿Cómo prendo esto? —señaló el horno recibiendo una mirada cálida.

—No tengo la menor idea, pero puedo partirte una rebanada de pastel, solo si quieres —el más bajo asintió y así lo hizo—. Debes pensar que soy una mala persona por no querer a mi medio hermano, no lo negaré soy una mala persona, pero no por mi relación con Fyodor. Es demasiado complicado para contarte ahora.

Chuuya no supo jamás por qué quiso escucharlo, no tenía motivos específicos, pero abrió los labios y dijo—. Puedo oírte ahora, no iré a dormir pronto.

—Bueno, es la primera vez que hable de esto con un extranjero. Fyodor me detesta porque mi madre impidió que fuera un hijo legítimo, intentó conspirar contra mí cuando mi padre enfermó levemente, y él mismo le prohibió acercarse a mí aunque tampoco le interesaba mi seguridad —comenzó contar con lujo de detalles.

—¿Cuántos años tenían? —preguntó el de ojos azules probando un bocado de la tarta.

Yo tenía doce y Fyodor recién había cumplido dieciocho años —sonrió por el repentino interés de Chuuya—. ¿No crees que es bizarro? ¿Tratar de matarme antes de siquiera ser considerado por mi padre?.

Nakahara asintió en silencio dejando claras sus intenciones de querer oír más.

Tal vez por eso quise agradar a mi padre y cumplí su prueba en el bosque, o más o menos lo intenté unos años después —Dazai sintió asco al pasar el bocado de pastel—. Ya no quiero hablar de eso, te llevaré a tu habitación, el palacio sigue siendo peligroso para los pequeños.

—Hijo de puta —murmuró el príncipe haciendo reír al menor.

Caminaron en silencio gozando de la humanidad de ambos, siendo por segunda vez en el día muy corteses, como si ninguno de los dos hubiera sentido fuego correr por sus venas tratando de rozar sus manos.

—Ten una buena noche —el mayor abrió la puerta distinguiendo un hedor extraño—. ¿Qué mierda?.

Dazai cubrió su nariz y boca con una mano y con la libre hizo lo mismo—. No respires, es tóxico. Hagas lo que hagas no te acerques —lo ayudó a retroceder unos metros—. Vé a mi habitación y encierrate.

—Seguramente es un animal muerto —ambos escucharon jadeos de una mujer dentro de la habitación. Era la criada que le llevó agua para lavarse la cara, ahora agonizaba por el piso arrastrándose.

—¡Guardias! ¡Vayan por el alto septo! —gritó Dazai horrorizado—. ¡Nadie puede entrar ni salir!.

Dos de los soldados se acercaron al castaño—. Su majestad, es más seguro que regrese a sus aposentos.

—Escolten al príncipe, que nadie más los siga y maten a cualquiera que quiera hacerle daño —exclamó antes de caminar en dirección contraria—. Si él tiene un rasguño, les cortaré la cabeza.

Con esa clara amenaza Chuuya tampoco se negó a seguirlos. En varias ocasiones giró la cabeza buscando la espalda del joven rey, que no dudó en ir junto al resto de guardias al cuarto de Fyodor sabiendo que era obra suya, mientras Mori buscaba la manera de entrar y salvar a la mujer.


Notas de la autora:

Dazai preocupado por Chuuya>>>

¿Fyodor quería matar a Chuuya? La verdad es que no, pero se explica en el siguiente capítulo.

Estado: Feliz por la cuarta temporada, pero estresada por la universidad. Si me muero y no termino este fic, déjenme decirles que tiene planeado un final feliz para darme diabetes.

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