˚☽˚。⋆Como los lobos₊˚.⋆☾𓃦☽⋆⁺₊✧
HoSeok llegó a la mañana siguiente con el sol apareciendo a duras penas entre las montañas en casa de Mama Jung. Ella lo esperaba despierta porque lo sintió toda la noche hasta el momento que cruzó la puerta, con esa duda rumiante en la cabeza que lo traía agitado no tan solo de mente sino de corazón.
—¿Qué sabe de la unión entre licántropos Mama Jung?— Preguntó HoSeok dejando la taza de infusión a un costado de él mientras miraba a la mujer trenzarse el cabello.
—¿Qué te hace pensar que lo sé?
—Usted es la unica persona que jamás me habló mal de los licántropos
—Bestias de cuatro patas—Mama Jung le respondió mirándolo a los ojos y luego de pies a cabeza —. ¿Ya no los llamas así como lo hacemos todos?
HoSeok recordó a esos grandes lobos que tenían acorralada a YuKi aquella noche y reconoció que si eran bestias, sin embargo, YuKi no era así.
—¿Que te preocupa de la unión?—Volvió a hablar Mama Jung buscando algo entre sus hierbas.
—¿Lo hacen como nosotros? Conectar sus cuerpos...—HoSeok miró hacia Mama Jung y quien lo llamó hacia la ventana y apuntó el exterior.
—Mira a esos perros—HoSeok fijó la mirada en los caninos, uno sobre otro moviéndose contra si mismos —. Los lobos son derivados de los perros y tienen ese instinto de reproductor avasallador guiado por el olor. No suelen elegirse por la inteligencia o siquiera el aspecto, ellos son primitivos y se unen porque así lo dicta la naturaleza—Mama Jung miró a HoSeok quien ahora miraba a los perros que estaban unidos por sus extremidades sexuales.
—¿Que les pasa?
—El nudo—Mama Jung miró a los perros unidos —La anatomía canina hace aquello para asegurarse de la unión y su linaje, así la hembra queda encinta.
HoSeok miró a Mama Jung sin decir nada notando que los perros se alejaban el uno del otro comprendiendo en parte lo que sucedía.
—Hay jovencitas en la tribu que entraran en su feminidad, debes estar para la próxima luna nueva aquí para ser elegido—Acarició su espalda.
—No Mama Jung, yo no vendré más—HoSeok miró hacia la puerta —. Me quedaré en la frontera donde pertenezco— Caminó hasta la puerta y salió del lugar emprendiendo camino hasta su cabaña donde YuKi lo esperaba.
YuKi se había despertado por el aroma de la sopa de ciervo que provenía del fogón y se comió todo lo que había en la olla de metal. La mañana estaba fresca para salir a dar una vuelta y buscar un riachuelo para darse un baño.
El lado claro del bosque tenía más insectos lindos que el otro lado, el pasto era más suave y cantaban más pajarillos, le gustaba más que el lugar donde se asentaba la manada a la cual ahora comenzaba a olvidar.
Mientras caminaba oliendo el ambiente decidió que Chestnut podría guiarla hasta el lugar que ella sentía que existía no tan lejos. La loba castaña en sus cuatro patas siguió su camino por el bosque siguiendo a las mariposas y abejas entre las florecillas, los arbustos de moras y frambuesas. Hasta que dió con el riachuelo de agua cristalina.
HoSeok caminaba de vuelta a la cabaña cuando en la humedad de la tierra la hierba aplastada le dió pistas de que alguien más había tomado camino por este lugar.
—Chestnut—Se acercó a tocar la marca en la tierra que estaba fresca y tibia, una marca canina grande— Aquello le preocupó ya que algunos de la tribu venían de caza a estas partes del bosque.
Apresuró el camino hasta bajar al riachuelo notando que algo se movía en el agua y el olor en el viento que corría levemente botando los pétalos de la flor de cerezo traían el olor a castañas.
HoSeok se acercó a la orilla y miró como las orejas de Chestnut se sumergían y luego se transformaban en el cabello mojado y castaño de YuKi finalmente en su figura femenina. Ella al sentir a HoSeok se giró a mirarlo y saludó con su mano para luego nadar hacia él.
HoSeok la miró acercarse y como el agua dejó de ocultar su piel lechosa y brillante, goteante. La naturaleza era generosa con las especies pero HoSeok jamás había visto a una mujer tan hermosa como YuKi al desnudo. Definitivamente podría verla así todo el día.
El cabello mojado parecía más oscuro ahora. Sus piernas eran parejas y firmes, podía ver sus músculos marcarse a medida que caminaba en el agua; su pecho firme formaba una doble w perfecta y equilibrada con un par de pezones que combinaban con el color de sus labios ahora más oscuros por el agua fria del riachuelo.
YuKi miró a HoSeok con una sonrisa mientras estrujaba su pelo y lo trenzaba, en tanto él la miraba de pies a cabeza sin descaro, embelesado por su belleza y erotismo. Chestnut sintió la tensión sexual del kudzu y el aroma especial que liberaba, proveniente de su entrepierna el cual se contuvo de oler manteniendo la compostura.
—Espero que no vengas con hambre, me he tomado toda la sopa que dejaste anoche en el fogón—YuKi se acostó en la hierba dejando que el sol mañanero la secara por completo.
—No hay problema, planeaba comer tofu hoy—HoSeok miró el riachuelo y sintió la necesidad de nadar para quitarse la alteración de su cuerpo ante el descubrimiento del cuerpo atractivo de YuKi al desnudo.
Ya la había visto así pero ahora era distinto, ella no estaba herida ahora y menos desprotegida.
Se desnudó más lejos de YuKi dejando su ropa en la hierba y corrió al riachuelo a mojarse esperando que el agua fria lo ayudara a cambiar la reacción intensa de su cuerpo. Dentro del agua recordó la primera vez que vió a otra kudzu, su primera mujer, su primera vez, una mujer de unos treinta años que lo eligió por fuerza e inteligencia a sus diecisiete años. Pero ella no lucia tan atractiva como YuKi.
Se sumergió aguantando la respiración bajo el agua dejándose llevar por la sensación de su cuerpo sumergiéndose hasta que sus pulmones no fueron capaces de aguantar más y salir a la superficie en busca de oxigeno.
—Me encanta este riachuelo, es mejor que el que tenemos del otro lado—YuKi se acercó a la orilla entrando al agua junto a él.
HoSeok la miró acercarse siendo cubierta por el agua hasta los hombros con una sonrisa amable, cálida y cercana. Ella tenía algo que lo hacia sentir bien, pero era encantadora a su manera y aterradora también, porque él no olvidaba que ella era licántropa.
—Fui donde la sabia de mi tribu a hacer preguntas— HoSeok mencionó —. Y tengo algunas respuestas acerca de la unión entre los de tu naturaleza
—Y que te dijo ¿Le dijiste de mi?—YuKi parecía algo asustada despues de la interrogante pero HoSeok le negó —. ¿Entonces que sucede? ¿Podemos hacerlo nosotros?
—Sigues pensando en la posibilidad de que tu y yo...—HoSeok comenzó a sentir un cosquilleo en el zona baja del vientre nuevamente.
—Si tengo que vagar sola hasta encontrar mi lugar al menos quisiera experimentar algo como eso. Yo no tengo muchas posibilidades de que me elijan como pareja en la vida— HoSeok la miró entendiendo que esto era algo experimental más que pasional o algo por el estilo, ella no tendría en su vientre un niño de él, eran inviables practicamente —. O mejor no...—.
YuKi notó que en el agua no podía sentir el olor de HoSeok y los deseos que tenía de acercarse a él eran menos ahora, era como si la esencia de él se esfumara con el agua.
—¿Somos diferentes no?— YuKi se dejó llevar por el agua y flotó boca arriba mirando el cielo —. A nosotros nos enseñaron que los kudzu nos tenían miedo y nos podían matar con sus armas si cruzábamos la frontera de las plantas que nos quemaba la nariz y a ustedes que somos unas bestias salvajes asesinas—.
—Yo sé que tu no me harías daño— HoSeok se atrevió a decir y se colocó en la misma posición mirando hacia el cielo —. Yo aprendí a usar armas para defender a mi pueblo pero nunca mataría a menos que mi vida dependiera de ello—.
—Lo mismo me pasa a mi. Jamás le haría daño a nadie si no me lo hacen a mi—Suspiró ella y miró a HoSeok —. Si no supiera que eres un kudzu pensaría que podrías ser licántropo—.
—¿Y como sería mi lobo?—Preguntó él curioso, tratando de imaginar aquello.
—Tengo el presentimiento que puede ser gris o blanco—Rió ella, si fueras un lobo me rechazarías igual como lo hacen todos en la manada. ¡No te juntes con esa beta!—.
—Te equivocas—HoSeok habló abriendo los ojos incorporando su postura en el agua, sacudiendo tu cabello del exceso de agua —. Yo si te hubiera elegido— Hoseok se acercó a ella nuevamente pero ella no reaccionó como lo hizo en la cabaña el día anterior.
Ambos salieron del agua y se tendieron en la hierba bajo la sombra de un árbol floral. HoSeok estaba algo incomodo ya que la desnudez era más intima para él que para ella quien había estado desnuda más de alguna vez frente a JungKook entre sus paseos al riachuelo.
—¿Te hago una pregunta? ¿Me veo muy diferente a las mujeres kudzu con las que te uniste alguna vez?— YuKi tomó asiento en la hierba mirando el riachuelo.
—No, tienes lo mismo que ellas pero tu cuerpo es más lindo y diferente en el buen sentido—HoSeok no quiso mirarla pero su cuerpo tenía esa misma reacción progresiva que con otras mujeres le costó tanto tener aquellas noches.
—Bueno, yo había visto un cuerpo de macho y el tuyo— YuKi vió como el cuerpo de HoSeok tenía algo diferente y su aroma a hierba buena estaba intenso en el ambiente haciendo que Chestnut se despertara dentro de ella.
La manos de HoSeok cubrieron su masculinidad erecta mientras que YuKi parecía mas curiosa que nunca. El morbo no era de sus emociones más latentes pero ahora si lo hacia.
—¿Por qué pasa eso?—YuKi se hincó junto a su cuerpo para acercarse a ver y con su mano rozó la de él acariciando su piel con aquel calor que la caracterizaba.
—Porque cree que tengo que entrar en ti—Respondió él con algo de vergüenza e intensidad acumulada.
—¿Y donde debe entrar?—YuKi miró hacia su entrepierna sin entender hasta que con su mano comenzó a buscar algo pero no terminaba de entenderlo.
HoSeok la miró y sacó una de sus manos de su miembro para meter la mano entre las piernas de ella tocando la zona levemente haciendo que YuKi se estremeciera.
—Es aquí hacia dentro—Susurró tragando duro la saliva en su garganta seca.
—¿Crees que soy digna para que lo hagas?—Preguntó ella mirando como él se levantaba.
—No necesitas ser diga para que yo te acepte, mi cuerpo te quiere—Describió, dejando el pudor de lado, su entrepierna.
—¿Qué debo hacer?— Preguntó ella con su respiración acelerada.
HoSeok recordó los caninos en la tribu montados el uno contra el otro y luego sus intimas uniones con las mujeres de la tribu pero no tenía sentido alguno.
—Tienes que apoyar las manos y las rodillas en el suelo dándome la espalda—Dijo él haciendo que ella modificara su postura.
—Como si fuera mi versión lobuna, comprendo, ¿Ahora qué?—YuKi al estar de espaldas se sentía extraña porque tenía curiosidad por ver que sucedería hasta que sintió aquello que traía él entre las piernas entre las suyas.
HoSeok encontró el lugar predestinado y comenzó a pujar sintiendo las quejas de YuKi en el ambiente, pero a diferencia de ella sentía que lo estaba disfrutando. YuKi sentía que algo de si misma se abría ante sus ojos, una nueva sensación que le quemaba el pecho pero no era del todo desagradable, como cuando buscaba moras entre los arbustos de la pradera y terminaba rasguñada con las espinas del mismo. Siempre el dolor terminaba en satisfacción.
—¿Vas a morderme?— YuKi sentía la necesidad de que aquello pasara sin importar si él era lobo o no.
—Es difícil así— Respondió porque no recordaba que los perros se hubieran mordido de esta forma —. Solo quédate quieta—.
YuKi asintió y se afirmó de la hierba mientras aquella extremidad que jamás había visto la atravesaba por dentro con una firmeza que la hacia jadear. Ella no estaba en su celo por lo que solo se imaginaba lo intenso que podría ser siquiera sentir esa fiebre que podía ser calmada de esta manera.
—En mi celo esto será lo único que podrá calmarme—Suspiró afirmando su trasero en esa posición, moliendo la hierba con sus rodillas, resistiendo la fuerza de las embestidas de HoSeok.
—¿Cuándo es eso?— intervino jadeante.
—Aun faltan unas lunas— La espalda de YuKi se arqueo y quedó impactada con la forma en la que su cuerpo respondía doblegándose ante él. Sus pechos ya rozaban el pasto y su rostro era acariciado por la hierba más alta del piso que la sostenía.
HoSeok empujó unas cuantas veces en ella hasta sentir que su semilla se desbordaba dentro de su unión y se detuvo tal como los caninos que vió. YuKi intentó pararse pero HoSeok la tomó de los muslos y la apegó a él.
—No te puedes mover hasta que yo te diga—.
YuKi asintió tratando de relajar su respiración y el calor que le recorría el cuerpo.
—Así lo hacen los lobos, YuKi— Respondió él saliendo de su interior lentamente.
YuKi se sentó en la hierba mirando el riachuelo tratando de procesar todo lo que había vivido por primera vez, mientras que HoSeok se vestía.
—¿Me mostrarás como lo hacen los Kudzu?— YuKi miró a HoSeok atenta a su respuesta pero luego sintió algo a la distancia, movimiento repentino —. HoSeok ve tras eso arbustos, ahora—YuKi apuntó unos arboles que habían más allá y haciendo que HoSeok tomara el resto de ropa que le quedaba y se escondiera tras de ellos.
Luego de un momento el olor a café irlandés se hizo presente y a lo lejos logró divisar a Eodum.
—Es de mi manada, los alejaré de aquí, vuelve con cuidado a la cabaña— YuKi le habló a la distancia.
—Te pueden hacer daño— HoSeok la miraba entre los arbusto.
—Él no HoSeok, tranquilo— YuKi dejó que Chestnut saliera y corriera hacia Eodum y no lo oliera ni lo descubriera.
Lobitas!
No se si ustedes han visto Outlander pero hay una escena ahí donde la prota y su interés amoroso están en la noche de bodas y él cree que los hombres deben "tomar" a las mujeres como lo hacen los caballos ya que es solo lo que ven, los animales.
Pobre HoSeok, no sabe lo que le espera cuando Chestnut entre en celo... ahora que él la inició en ello él se tiene que hacerse responsable ¿O no?
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