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CAPÍTULO VEINTICUATRO
RUMOR HAS IT
PART THREE
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      SE SENTÍA COMO entre la espada y la pared, por un lado sentía su ausencia y le entristecía el tener que ver esa imagen de su amiga de la infancia todos los días,  sin contar que no se habían dirigido la palabra en días. Por otro lado también estaba ese sentimiento de paz y descontrol que había perdido hace tanto tiempo, no quería sonar insensible pero a veces sentía que estaba mejor sin Bianca y lo peor es que a ella no parecía importarle ni un poco.

Mariela lideraba el equipo de porristas agregando nuevos pasos a la rutina. Era la tercera vez en la semana que Bianca faltaba a los ensayos y estaba comenzando a hartarle, desde que andaba con ese villano nada más parecía importarle y se estaba aprovechando de ello, en un buen sentido.

Mientras hacía que Raquel subiera a los hombros de Justina recordó como hace poco más de tres semanas practicaban esta misma rutina pero con Bianca en el frente.


FLASHBACK

— Y uno, dos, tres y cuatro... — contó la pelinegra mientras el equipo de chicas con falda comenzaba a bailar y hacer piruetas perfectamente coordinadas y cuando terminaron la pelirroja se acercó a su amiga.

— Me encanta. — aduló a la descendiente de Blanca Nieves con una sonrisa — Pero, — Bianca frunció en entre cejo al escuchar esa palabra — ¿no crees que deberíamos agregar una pirámide o...?

Antes de que pudiera continuar fue silenciada por la de labios rojos.

— No, Mari. — interrumpió seria — La rutina ya está y no pienso cambiarla. — La de ojos verdes no dijo nada ante la intimidación que sintió de repente haciendo rodar los ojos a Bianca — Cielos, desde que tomas laxantes para seguir delgada te haz vuelto insoportable. — exclamó en un tono molesto haciendo sentir pésimo a la descendiente de Ariel.

Agacho su cabeza para después cambiar su expresión por una sonrisa falsa y continuar con el entrenamiento.

FIN DEL FLASHBACK

Suspiro mientras veía la pirámide que desde un inicio quiso añadir. Se veía perfecta.











👑











La pelinegra con mechas azules caminaba nerviosamente mientras jugaba con sus manos ansiosa. Estaba preocupada por Bianca, después de la pequeña escena en la cafetería rápidamente la ayudó a llegar al baño y a quitarle todo el smoothie de fresa del cabello y cara pero le pareció tan raro su comportamiento. Al principio si estaba molesta y todo normal, pero a los segundos a Evie se le ocurrió mencionar a Carlos y casi pareciese que a Bianca se le borró un casete en su cabeza pues inmediatamente sonrió y volvía a estar de buen humor.

Tanto así que la animo a hablar con Nicholas sobre cómo se sentía y aclarar lo que sea que hubiera entre ellos, quiso excusarse con su reciente accidente y quedarse con ella a "consolarla" o algo parecido pero Bianca inmediatamente la corto diciéndole que todo estaba bien y bajo control. De verdad tenía que hablar con Carlos.

Pero aún así ese no era del todo el causante de su preocupación pues realmente no habían tenido noticias del pelinegro desde que tuvieron su cita, ni un mensaje u alguna llamada, temía que estuviera molesto porque no dejó que la besara aquel día.

Lo observó de lejos aún planteándose la idea en si acercarse o no, pues este se encontraba con una chica rubia que no paraba de reír bobamente. La descendiente de la reina malvada mordió su labio indecisa hasta que después de una profunda respiración y un arranque de valentía por fin emprendió camino hacia el par.

— Hola Nick... — saludó nerviosa, haciendo que inmediatamente cerrara sus ojos, eso no había salido como quería y se sintió avergonzada.

— Oh, hola Evie — El pelinegro exclamo como si nada, como si no esperara su aparición repentina. Ella en cambio espero que dijera algo más pero aquello nunca llegó.

De repente el trío sintió la incomodidad del ambiente y fue cuando Nicholas decidió despedir a su próxima víctima.

— Mmm te veo luego, linda. — La rubia sin prestar mucha atención en la villana dejó un beso en la mejilla del pelinegro hasta finalmente marcharse con una sonrisa coqueta.

Por otro lado estaba Evie la cual observaba todo con el corazón en mano a punto de romperse. No sabía que hacer o decir, se sentía como en una cuerda floja a punto de caer pero aún así evitaba las ganas de llorar frente a él.

Era horrible hacerte miles de ilusiones con un chico que creías perfecto para que después la realidad te golpeara de repente.

Carraspeo volviéndose a hacer notar topándose con la mirada triste y nerviosa del chico. No entendía el porqué de esta pero tampoco tenía planes de averiguarlo.

— ...Sobre lo del otro día... — Nicholas sabiendo la dirección de la plática la interrumpió antes de alargarla y que fuera más difícil para ambos.

— Mira, Evie... — comenzó con un suspiro pesado tomándola de los hombros extrañando a la chica — Nos divertimos y la pasamos bien. — hizo un intento de sonrisa pero el ceño fruncido aún más pronunciado de la peliazul frente a él la hizo borrarla casi de inmediato para después aclarar su garganta — Pero eso ya pasó, tu sabias en lo que te metías conmigo. — terminó con un suave apretón en su brazo mirándola apenado y retrocediendo unos cuantos pasos.

— Pero creí que tú- — volvió a cortarla.

— Escucha... yo... no puedo estar con alguien más de dos semanas, — evito sus ojos y ahora estos miraban a todos lados menos a ella — mejor evitémonos eso y cada quien por su lado, ¿te parece? — Al no escuchar respuesta alguna por la anterior nombrada levantó la vista inquieto pero apenas y sus ojos nuevamente conectaron con los de ella sintió una fuerte bofetada en su mejilla izquierda que lo hizo girar completamente la cara.

Miró asombrado a la pelinegra con mechas azules la cual irradiaba furia. Que, en cierto punto, no la culpaba y ni siquiera pensaba reclamar, sabía que se lo merecía.

— Eres un idiota. — Masculló entre dientes totalmente molesta y posteriormente irse enojada por el pasillo tratando de esconder sus lágrimas las cuales después de aquello le fue imposible no dejarlas salir.

Se sentía tan estúpida al pensar que ella pudo ser el cambio en su vida como mujeriego, chicos así nunca cambiaban, tampoco lo haría por una chica que acababa de conocer y mas tratándose de una villana.

Nicholas seguía con la mirada a la chica mientras sobaba su mejilla con una expresión triste. Fue lo mejor que pudo hacer, su buena obra del día. Después de tantas advertencias por parte de Héctor sobre no romperle el corazón a la pobre chica terminó por aceptar que el no era bueno para ella, ni para nadie realmente. Se conocía tan bien a sí mismo y era bien sabido en Auradon porque la mayoría de la población femenina adolescente lo odiaba, no quería que Evie fuera una más de su lista además de que si comenzaba una relación con ella no tendría idea de lo que alguna chica resentida fuera a hacerle o que le llegaran con muchos chismes.

Era verdad que no tenía mucho de conocerla pero aún así ya la tenía en un pedestal. Era chica más hermosa que sus ojos hayan visto antes, amable e inteligente, y no podía con tanta perfección, estaba seguro que lo arruinaría de cualquier forma, no se sentía suficiente para ella. Tampoco era como si quisiera que los demás la vieran como un nuevo trofeo en su repisa como en su momento fue con Anabel.

La rubia era una chica excepcional e inigualable en todos los sentidos. Inalcanzable para muchos por su actitud ruda pero cuando él finalmente logró atravesar su corazón se dio cuenta de cómo había caído rendidamente enamorado. Lastimosamente para ambos su relación no duró mucho pues una de las chicas con las que había salido meses atrás le envió fotos a la hija del rey Arturo donde salían él y la chica besándose en una fiesta hace mucho tiempo pero cambió la historia y lo hizo quedar como un engaño, su reputación tampoco ayudó por lo que Anabel terminó por creerle a la otra chica terminando con él.

No salió con nadie por meses después de ello. A fin de cuentas fue su primer amor, real.

Suspiro abatido y cuando nuevamente giró a su locker se encontró con la mirada divertida de una morena.

— Parece ser que el gigolo quedó expuesto. — Hablo en un tono inocente pero su sonrisa malvada le indicaba que disfrutaba todo el show.

Nicholas rodó los ojos ante la burla de Tina, no estaba de humor ni siquiera para insultarla.

— No molestes ahora cara de rana. — Cerró de un portazo su casillero y se encaminó a su siguiente clase.














👑










El peliblanco miraba a todos a su alrededor de forma seria y tosca, incluso hasta había sido grosero con ciertas personas, pero tampoco podía evitar esa conducta nefasta cuando estaba tan molesto y decepcionado, con todo.

Estaba firme en su decisión de no ver a Mal ni en pintura. Había pedido un cambio de asiento en la clase del hada azul y cada que estaban por cruzarse en algún pasillo ignoraba la mirada suplicante de la peli morada y cambiaba de rumbo aunque fuera más largo el camino hacia su destino inicial.

Para muchos todo seguía igual en su actitud, pues normalmente así era su comportamiento con la mayoría, frío y distante, pero sus allegados lograron captar ese pequeño cambio en su personalidad cuando estaba o hablaba de Mal, se le notaba más feliz y afectuoso, más esto de la noche a la mañana desapareció como si nada dejando un gran interrogante en ellos.

Se dirigía con pesar hacia el salón de música donde el equipo del coro lo esperaría, ansiaban respuestas sobre la continuación del club pero Jelsen sabía qué tal vez sería la última práctica, aún necesitaba dos personas para poder calificar como una formación completa y nadie parecía querer entrar.

Y como si fuera poco, para empeorar su humor un castaño con una sonrisa de oreja a oreja se acercaba a él felizmente emocionado.

— Hey, ¿qué tal amigo? — saludó amigablemente el próximo rey a pesar de la cara seria del heredero de Arendelle. Sintiéndose incómodo ante su intimidante mirada carraspeo yendo rápido al punto — Pregunta rápida, — anunció — ¿tienes algo con Mal?

Jelsen dejó de respirar correctamente por un segundo sintiendo una oleada de nervios de repente.

¿Qué debería responderle?

"Eso creía yo hasta que descubrí que tu eras su objetivo con la pócima de amor que llevamos haciendo hace semanas."

Definitivamente no. A pesar de lo mal que iba todo no quería meter en problemas a la peli morada. Entonces prefirió callar y simplemente negar lentamente con su cabeza casi pudiendo escuchar el sonido de su corazón quebrantado.

— Oh que bueno, — Ben suspiro aliviado — No lo sé... me daban esa vibra. — Río por su ocurrencia mientras se encogía de hombros. Pues si bien llegó a tener un pequeño interés en la chica cuando recién llegó lo desechó rápidamente al saber que no serían compatibles y que tampoco sabría cómo acercársele. En cambio, con el chico frente a él parecía tener un buen match, por así decir. — Es que... luce diferente cuando esta contigo. — Agregó haciendo que Jelsen comience a perder la paciencia, lo único que hacía era echarle limón a su herida — En fin, se que eres lo más cercano a un amigo de ella, entonces... ¿qué me recomiendas? — pregunto interesado con una sonrisa a lo cual Jelsen levantó una ceja sin comprender.

— ¿Para qué?

— Para invitarla a salir. — Aclaró como si nada mientras que el chico frente a él perdió la compostura por un segundo, ni siquiera tenía porqué escuchar todo eso — No se que sucedió pero de la noche a la mañana me di cuenta que estoy enamorado de ella, ¡la amo! — lanzó un suspiro soñador al aire mientras que el peliblanco estaba seguro que terminaría por congelarlo ahí mismo.

Apretó los labios y puños molesto con la situación hasta terminar sonriendo de forma incómoda y falsamente.

— No se que decirte. — dijo en un hilo de voz — No es muy expresiva. — Ben hizo una mueca.

— Bueno, algo se me ocurrirá, — volvió a sonreír — gracias amigo. — Palmeó el hombro de Jelsen en forma de despedida mientras que este se removió incómodo debido al contacto queriendo apartarse lo más pronto posible.

Cuando el castaño estuvo lo suficientemente lejos el descendiente de Elsa rodó los ojos soltando un bufido viéndolo a lo lejos alejarse y cuando regresó la mirada nuevamente a su camino original se topó con su primo Dairon, el hijo de Anna y Kristoff.

— ¿Desde cuándo eres amigo de Ben? — pregunto de repente haciéndolo saltar en su lugar por su repentina aparición.

Lo alejó de su rostro con su mano derecha mientras que con la otra seguía tocando su corazón tratando de calmarse.

— No soy su amigo. — Intentó pasarlo de largo pero sería algo imposible para el hiperactivo pelirrojo el cual estaba acostumbrado a la sequedad de su familiar pero esta vez se sentía un tono molesto en su voz extrañándolo.

— ¿Por qué estás molesto? — preguntó curioso siguiéndole el paso

— ¡Ese tipo! — respiro hondo al notar que comenzó a gritar — me acaba de decir que está enamorado de Mal.

— ¡Ouu vaya! — el oji azul lo miró asombrado — Una villana siendo reina, — exclamó con burla — serían una pareja extraña, ¿no crees?

Jelsen completamente harto se detuvo de manera abrupta mirando al pelirrojo con desesperación y molestia contenida.

— ¡No! — exaltado lanzó sus manos al aire — Eso no puede pasar. Ella no puede ser su novia.


— Oye cálmate... — el tono despreocupado del pecoso se había ido y ahora miraba a su primo con preocupación.

— ¡Es que- agh! — golpeó un casillero dejando una marca de hielo sin importarle mucho de quien fuera — , no lo entiendes.

— Estaba bromeando. — Frunció el ceño por su repentino mal humor sin notar que lo traía desde mucho antes — Creí que ustedes tenían algo... Ya sabes, por cómo hablas de ella, — señaló — ¿por qué no hablas con Mal?

El pelirrojo era igual de inocente que su madre pero Jelsen tampoco era tan insensible como para gritarle que ese problema no podría solucionarse con el poder del diálogo y la amistad.

— No tengo nada que hablar con ella. — respondió seco y trató de huir de la conversación pero Darion nuevamente se interpuso en su camino haciéndolo bufar.

— ¡Ves! Odio esa actitud tuya. — Lo señaló exhausto mientras que el peliblanco le dedicó una mirada ceñida — Te enojas y te cierras a las demás personas que intentan ayudarte y saber que ocurre, ¡no te dejas! — dijo exasperado.

Mientras que Jelsen de cierta forma de sintió... atacado.

— ¿Qué estás tratando de- ? — Antes de que pudiera terminar el ojiazul lo detuvo.

— Digo que estas semanas si note un cambio en ti, estabas más alegre y comunicativo. — se cruzó de brazos molesto — No quise decir nada para no estropearlo pero tú sólo te pusiste el pie, volviste a ser igual de distante que antes, Jelsen, y no está bien. — El chico de nieve resopló, no podía culparlo ni echarle en cara todo eso cuando no tenía ni la más mínima idea de lo que ocurría.

— ¿Entonces quieres saber porque estoy así? — preguntó retóricamente pero aún así su amigo asintió — Es porque todo es una mierda ¿de acuerdo? — dijo en tono irritado — No importa que diga u haga ahora, ella me gusta desde hace tiempo, creí estúpidamente que yo también pero ahora ella está con Ben, ¿feliz? — Por último le dedicó una mirada molesta hasta que por fin se marchó ahora sin ninguna interrupción por delante dejando a Dairon con la palabra en la boca.

Suspiro observando el pequeño camino de escarcha que iba dejando con su enojo por el pasillo.

— La verdad es que no. — Susurro para sí mismo.

A Jelsen nunca le atrajo ninguna chica, siempre decía que las chicas de Auradon eran aburridas, simples y básicas, había una que otra chica que intentaba llamar su atención más nunca lo logró y ahora llegaba esta villana y le hacía esto. No sabía que pensar o que creer, pero si quería entenderlo y poder ayudarlo, sabía que podía controlar sus poderes pero tampoco le gustaba la idea de que en un arranque de ira pudiera hacerle algo a Ben o incluso a Mal.













👑












La ojiverde había recibido la incómoda visita a mitad de su clase del próximo rey pidiéndole una cita y juro que no se iría del lugar hasta que la chica aceptara queriendo parecer romántico pero para ella fue solamente frustrante y vergonzoso.

Sin tener mucha idea de que hacer le pidió ayuda a Evie para arreglarse y saber que hacer o decir durante la salida y aunque noto a la pelinegra decaída no preguntó la razón, no es como si ella estuviera muy bien sentimentalmente como para dar un buen consejo.

Se sentía... triste. Algo que nunca había experimentado tanto tiempo. Era como tener una presión en el pecho todo el día pero cuando veía a Jelsen a lo lejos y este haciendo todo lo posible por evitarla la pequeña punzada se intensificaba, no sabía que era, solo quería que se terminara. Ni siquiera pudo reclamarle a Carlos por la masa de galleta robada, solamente comenzó a trabajar en la posición anti-amor pero ahora sin la asesoración del peliblanco no sabía muy bien que hacer exactamente.

No podía sacárselo de su mente y eso la frustraba de sobre manera. Se repetía a sí misma que debía estar concentrada para la cita con Ben y poder sacarle información sobre la varita pero el estúpido muñeco de nieve humano no se iba.


FLASHBACK

— Agh, maldito horno. — lo golpeó de un lado impaciente.

— Y eso que apenas se esta precalentando. — Musitó con burla el rubio a sus espaldas a lo cual ella le dirigió una mala mirada.

— ¿No hay una forma de que vaya más rápido? — preguntó suplicante y el chico hizo una mueca de estar pensando hasta terminar por sonreír acusadoramente y acercarse peligrosamente a ella.

— Debe haber un hechizo... — La observó expectante poniendo a la peli morada nerviosa tanto por su cercanía como por su mirada.

— ¿Qué? — Evitó su mirada.

— No te hagas, se que tienes un libro de hechizos. — Recitó por fin y Mal en ese momento sintió como se iban los colores hasta de su cabello.

— Shh — agitó sus manos sobre su cara — Baja la voz... ¿cómo lo supiste? — se cruzó de brazos y el ensanchó su sonrisa.

— No eres muy discreta al leerlo — enumero con sus dedos — ni tampoco buena ocultándolo. — Extendió su mano esperando por el libro y ella lo ve desconfiada — No dire nada, lo prometo. — Su sonrisa burlesca desapareció dando paso a una tranquilizadora y amable mirándose ambos a los ojos por largos segundos en los que parecía no haber nadie más alrededor.

Mal terminó por suspirar y tendérselo con resignación. En tanto Jelsen sintió satisfacción de que la chica confiara en el.

Comenzó a hojearlo leyendo y notando varios hechizos oscuros y peligrosos. Le dedico una mirada a su acompañante pero esta simplemente la evito haciéndolo rodar los ojos y buscando algo que les sirva para su problema con la paciencia.

— Mmm ajá. — dio un toque a cierta página con victoria — Este puede ayudar. Inténtalo. — Se lo extendió nuevamente y Mal lo observó sorprendía y algo asustada.

— ¿Por qué no lo intentas tú? — intento regresárselo pero nuevamente el volvió a extendérselo.

— Calla ya, yo soy el maestro, tu la alumna, debes practicar. — Terminó por bufar y aceptar el libro leyendo varias veces el hechizo analizándolo mientras que Jelsen se posicionó a su lado tomándola por sorpresa de su hombro.

— Tranquila, lo harás bien, solo concéntrate. — La animo y prestó toda su atención a su intento de masa de galletas frente a ellos en tanto Mal siguió mirándolo por otros largos instantes sin que se diera cuenta.

Era extraño que no le molestara su cercanía, y quería golpearlo por eso.

Respiro hondo y dijo las palabras mágicas.

Igual que el sol, buscó calor, te ordeno que ardas como te lo pido...

Las galletas de forma rápida se agrandaron y tomaron forma hasta estar crujientes y de aspecto apetitoso. Pero como la chica dividió su atención entre el hechizo y Jelsen hubo un pequeño detalle plasmado en ellas.

Sus mejillas ardieron y quiso cubrirse la cara por la vergüenza mientras que él observaba su creación emocionado tomando una y acercándola a su rostro e imitando la posición.

Su cara estaba en las jodidas galletas.

— Mmm. — le dio una mordida saboreándola — Con que pensando en mi pelos de troll. — Mal lo miro molesta por su comparación y su burla pero él ignorándola simplemente partió la galleta a la mitad extendiéndole el otro extremo y ella lo tomó molesta comenzando a comérsela.

— Eso es... Cómeme — Dijo en un tono que bien pudo mal interpretarse con un doble sentido haciéndola fruncir el ceño en su dirección  — Y eso sonó mal, perdón.


FIN DEL FLASHBACK


Mal observó el resultado final de Evie frente al espejo e hizo un intento de sonrisa. No sabía si reír o llorar.

















👑











Tina observaba la escena en el baño de chicas con dolor y tristeza.

¿Por qué Héctor y Bianca estaban juntos?

Una lagrima rebelde escapó de sus ojos. No era posible. Ella lo había maltratado y depreciado de miles de formas distintas, unas peores que otras, y ella que siempre estuvo ahí con los brazos y corazón abiertos ni siquiera la tomaba en cuenta o volteaba a ver. Se sentía desolada, ni siquiera como un plato de segunda mesa, completamente inútil e invisible.

No quería parecerse a Bianca ni mucho menos. Aceptaba que eran parecidas y que por ello Héctor de fijo en ella, pero solo por eso, por ser un espejismo de ella. Siempre se repetía lo mucho que valía y alentaba a otras chicas a hacer lo mismo pero aveces se sentía hipócrita con ello pues cuando se trataba de su dulce pelirrojo no podía cumplirlo.



* PONGAN PLAY A LA MÚSICA *

Cerró la puerta tratando de no ser descubierta y se dio vuelta caminando por el pasillo tratando de limpiar sus ojos llorosos.

She, she ain't real... — comenzó con una mueca de desagrado e impotencia — She ain't gonna be able to love you like I will. — aseguró — Sure, she's got it all — rodó los ojos — But, baby, is that really what you want? — se recargo en la pared no tan lejos del baño viendo como su chico salía de estos tratando de pasar desapercibido haciendo que soltara un suspiro.

Bless your soul, you've got you're head in the clouds. — Comenzó a seguirlo pero el ni en cuenta por pensar en ella — You made a fool out of you
And, boy, she's bringing you down
She made your heart melt
But you're had the best — aludió algo dolida porque Bianca desaprovechara un chico tan genial como él — Now rumour has it you ain't got her love anymore.

Se puso frente a él cantándole lo obvio pero como siempre no noto su existencia.

Rumour has it, ooh (x4)
Don't forget me, — pidió tomándolo de la cara casi rogándole pero él seguía viendo otra dirección — I beg, I remember you said... — Recordó tristemente su promesa de quererse siempre.

Se alejó de él y cambió de dirección al lado contrario nuevamente decidida.

I heard that you're humiliated... — sintió pena por él — That you found a girl and you're in love now. I heard that your dreams are frustrated...

« Y por un villano » pensó

Guess she gave you things, I didn't give to you. — Bajo la mirada melancólica.

Whoo — tomó su cabello frustrada — Rumour has it, ooh (x4)

Volvió a mirar en su dirección pues aún no estaba tan lejos de él y grito con todas sus fuerzas.

Don't forget me, I beg, I remember you said... — cerró los ojos frustrada y prefirió entrar a un salón antes que seguir humillándose así.

Necesitaba perderlo de vista.

Never mind, I'll find someone like you — se mintió a si misma — I wish nothing but the best for you, too. — se sincerizó tocando su corazón. — Don't forget me, I beg, I remember you said:

"Sometimes it lasts in love
But sometimes it hurts instead" — las primeras lágrimas comenzaron a salir — "Sometimes it lasts in love, but sometimes it hurts instead..."

Terminó rompiendo en llanto deslizándose por la pared a sus espaldas hasta tocar el piso soltando fuertes sollozos.

Lo que la chica no tenía idea es que quien menos lo esperaba estaba viendo todo sintiendo pena por ella. Trago duro y dudo antes de acercarse. Suspiro frustrado, odiaba su buen lado que le impedía dejar a una chica entre lágrimas de esa forma.

— Hey... — llamó su atención sorprendiéndola haciendo que limpie rápidamente sus lágrimas al ver de quien se trataba — ¿estas bien?


— No es de tu incumbencia. — Exclamó pareciendo molesta pero su voz rota la delataba.

Bufo molesto.

— Solo intentaba ser amable. — rodó los ojos mientras que Tina se posicionó frente suyo — No debes ser tan pesada siempre.

Lo observó incrédula.

— ¿Tú? ¿Queriendo ser amable conmigo? — soltó una risa seca — Creo que necesitas un catador de comida porque algo te cayó mal.

Nicholas cerró los ojos sin querer burlarse de su pésimo chiste pero falló terminando sonriendo levemente pero de pronto cambió su mirada a una preocupada.

— Te vi. — señaló la puerta y ella bajo la mirada avergonzada — ¿Por qué sigues detrás de él cuando te ha demostrado que no le interesas? — Se sintió mal por ser tan directo y duro pero con personas aferradas a otras que no los quieren había que hablarles así de francos sino nunca entrarían en razón.

Claro que Héctor era un caso muy aparte.

Suspiro derrotada.

— No lo sé... supongo que me es difícil dejar ir. — se encogió de hombros — Lo necesitó más de lo que quiero admitir.

Nicholas la miró ceñido — y casi podría decir ofendido — y levantó su mirada conectando sus miradas.

— No vuelvas a decir esa estupidez por lo que más quieras. — pidió en un tono burlón haciendo que la morena sonría minúsculamente — Eres la feminista más radical que conozco y que siempre busca que las chicas no se enfrasquen en patanes como yo. — Rieron olvidando el odio entre ambos — No mereces a alguien que te haga sentir de ese modo. — acarició levemente su rostro.

Tina río incrédula, no conocía a alguien mejor que Héctor.

— ¿Entonces a quién si merezco?

— A alguien que sepa lo que eres y lo que vales.

Ambos se miraron profundamente a los ojos por largos segundos y sin contenerse un momento más terminaron por juntar sus labios en un beso apasionado y violento, para nada romántico solo dejándose llevar por la pasión y corazones rotos.






( 👑 )





— Esto... no significó nada. — el pelinegro asintió rápidamente completamente de acuerdo — Y ni una palabra de esto a nadie, ¿entendiste, baboso? — volvió a asentir frenéticamente aún en shock por lo que acababa de ocurrir.

Tina suspiro frustrada y nerviosa mientras salía de salón de clases aún acomodándose sus prendas mientras susurraba con pesar:

— Maldita sea.

Pero antes de que pudiera atravesar por esta fue llamada por el pelinegro.

— Tina... — Giro a verlo nuevamente con cierta vergüenza — Eres mucho para Héctor, no merece tener a una chica como tu si no la supo valorar.

La morena frunció leve el ceño y sin más se marchó. No esperaba algo así viniendo de él, jamás, pero eso la hizo replantearse muchas cosas ¿Realmente era bueno para ella seguir detrás de Héctor cuando en el pasado la cambió por Bianca? Y peor, que podría ocurrir otra vez. Necesitaba una gran dosis de amor propio, nunca pensó que justamente Nicholas fuera quien le abriera los ojos.

En cambio Nicholas aún miraba la puerta por la que salió la morena aún congelado hasta terminar por dejarse caer en el escritorio, el único testigo de su pecado.

Se acababa de acostar con la ex-novia de su mejor amigo ¿qué mierda había hecho?




























Perdón por la espera :(
¿Quieren que siga siendo un fic de Carlos De Vil?
I mean obviamente seguirá siendo SÚPER IMPORTANTE EN LA HISTORIA. Ooo ¿qué solo sea la historia de Bianca with her friends en el mundo de Descendientes...?
P.D: Publique un fic de Ross Lynch:) lo pueden encontrar como "Steal your heart" en mi perfil.

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