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Aclaró que todas las escenas de este cap sucederán al mismo tiempo, mientras unos personajes estén en una cosa los demás estarán en otra. Espero haberme dado a entender.
PD: busquen una buena canción de fiesta en su playlist y pónganla

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CAPÍTULO TRECE
CRAZY PARTY
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     TODO SE ESTABA saliendo de control.

Carlos no podía alejar a la chica que lo estaba tratando de besar, Jay estaba seguro que en cualquier momento le daría una congestión alcohólica, Mal estaba furiosa intentando limpiarse el vomito del próximo rey de encima y Evie... no sabía que hacer con ninguno de ellos.



UNA HORA ANTES



Bianca estaba disfrutando del ambiente en la casa de Aziz mientras bailaba con Evie, la cual si pudo convencer a todos sus amigos de ir.

La descendiente de Blanca Nieves se había encargado de presentarlos a todas las personas que pudo. Tenía que relajarse por el mal rato que le hizo pasar Tina.

Rodó los ojos al recordarlo.

Era una maldita, ninguna peleaba directamente con la otra, pero tenía muchas ganas contenidas de quitarse sus pendientes y molerla a golpes. La odiaba a mas no poder

Sacudió la cabeza alejando todos esos recuerdos, quería disfrutar la fiesta y alejarse lo más que pudiera de esa tipa.

— ¡Las fiestas no suelen ser así en la isla! — escuchó gritar a Evie sobre la música.

— ¿¡Cómo son allá!? — gritó también para que la peliazul pudiera oírla.

— ¡Nos reunimos en un lugar abandonado para destruirlo! — exclamó como si nada dejando perpleja a Bianca.

No supo que decir hasta que cambiaron la canción.

— ¡Por Zeus, amo esa canción! — exclamó la pelinegra emocionada mientras guiaba a Evie al centro de la pista.

Pero por el bochorno y el poco espacio Evie comenzó a acalorarse y decidió ir por una bebida.

— ¡Buscaré algo de tomar! ¿Quieres algo? — Bianca asintió y antes de que su amiga se fuera la tomó del brazo.

— No aceptes nada de nadie, tú sirve los tragos — La villana asintió un tanto confusa pero no replicó.

Bianca conocía a su gente y la verdad es que si temía que le fueran a hacer algo a Evie, nadie en Auradon tenía la moral tan baja para jugarle sucio a una señorita pero no sabía si a una villana... No quería arriesgarla.

Las luces neones la cegaban un poco pero creía ir por el camino correcto a donde había visto los vasos y bebidas anteriormente.

Pasó por la piscina y observó extrañada como Carlos reía un tanto incómodo mientras hablaba con una chica rubia que parecía muy borracha.

Iba a regresarse pero ya habían muchas personas obstruyendo el paso. Suspiro y siguió su camino. Esperaba que estuviera bien.

Ya casi entrando a la gran propiedad sintió un fuerte empujón y cuando giro molesta para ver el causante se encontró con Mal con gesto preocupado.

— ¡Lo lamentó! — Exclamó rápido y siguió empujando gente y seguir al que parecía ser... ¿en príncipe Ben?

El cual no se veía para nada bien.

Miró confundida la dirección en la que se había ido anteriormente su amiga para después sacudir su cabeza y terminar yendo a la cocina. Donde las sorpresas no pararon.

Encontró a Jay sin camisa junto con un chico pelirrojo, otro castaño muy alto y otro moreno gritando mientras tomaban cerveza a una gran velocidad.


Evie lo miró anonada.

Parecía estarse divirtiendo.

Sin detenerse mucho tiempo tomó dos vasos con agua y regreso adonde estaba Bianca. La cual seguía bailando.


Cuando la pelinegra vio a la chica se acercó hacia ella mientras reía y tomaba el vaso que le había traído.

— Gracias — tomó un gran sorbo — ¿Viste a los chicos? ¿Están bien? — preguntó para después dar otro trago.

— Si — respondió con una sonrisa la cual Bianca respondió y la jalo nuevamente al centro para seguir bailando.

«creo» pensó.


(👑)

Minutos antes...

Jay observaba a todos divertirse desde un pilar de la cocina con el ceño fruncido, no quería estar ahí, pero Carlos lo había convencido ya que este no quería estar solo porque lo más probable es que Evie estaría con Bianca y al pequeñín todavía le daba un poco de pena acercarse.

Pero vaya el que lo termino abandonando fue el.

Bufo molesto hasta que sintió como alguien chocaba su hombro con el de el por accidente.

— ¡Con cuidado imbécil! — le gritó y para suerte de este a pesar de la música el otro chico lo había escuchado.

Un chico castaño musculoso y demasiado alto lo miró molesto e increíblemente Jay no tenía ni una pizca de miedo.

— ¿Qué dijiste? — preguntó amenazante mientras que Jay se ponía en una mejor posición.

Gracias a los dioses que Héctor y Tim se encontraban cerca para evitar una tragedia.

— Wowowo amigo, cálmate — Tim tomó a Tarrant de los hombros mientras los alejaba del asiático mientras Héctor se ponía entre ambos. — Amigo, no se como lo hagan en la isla pero aquí hay una manera de solucionar este tipo de problemas.

Señaló con una sonrisa la mesa de la cocina donde había muchos vasos acomodados.

Jay también sonrió aceptando el reto.

— Veamos que tan bien juegan las princesas de Auradon al beer pong.

Se abrió paso entre los chicos y se colocó en un extremo de la mesa.

— Yo iré contigo — lo señalo Tim y Jay simplemente se encogió de hombros.

— Héctor — Tarrant llamó al pelirrojo el cual ya estaba por irse — tú vas conmigo — aviso.

— No puedo tomar, tengo un compromiso en un rato y... — sus excusas fueron calladas por los tres chicos que comenzaron a molestarlo.

— ¡Culo si no! ¡Culo si no! — repetían al compás los tres hasta que Héctor rodó los ojos mientras se acercaba al extremo que le había tocado a él y Tarrant.

— ¡Solo cinco minutos!

(...)

Media hora después los cuatro chicos se habían hecho amigos dejando de lado el juego y se habían quitado las camisas para comenzar a beber sin control.

— ¡Girls hit your hallelujah! — cantó un muy feliz y mareado Jay la canción que se estaba reproduciendo.

— ¡Whoo! — le siguieron los otros tres chicos.

— ¡Don't believe me just watch! — Gritaron los cuatro al mismo tiempo y seguían brincando.

La verdad es que nadie quería acercarse a la cocina.



(👑)

Mientras tanto

Mal había preferido no desperdiciar la oportunidad de ir a la fiesta ya que según Evie ahí estaría el príncipe Ben y era una buena oportunidad para conseguir información de la varita.

Evie desde que entraron había desaparecido (minutos después la encontró bailando con su nueva "amiga" Bianca) y Carlos y Jay se le habían perdido de un momento a otro.

Si estaba molesta.

Trataba de hacerse espacio entre todos los adolescentes sudando mientras buscaba a alguno de sus amigos o el príncipe Ben, lo que fuera primero.

Siguió intentando caminar hasta que una chica ya borracha también intentaba pasar pero gracias a otra persona su vaso perdió el equilibrio y estaba por caerle a Mal.

Abrió los ojos asustada esperando el líquido pero este nunca llegó. Sintió como la jalaban del brazo y chocaba en el pecho de alguien.

— ¡Vaya eso estuvo cerca! — giro confundida encontrándose con un sonriente castaño.

Bueno, punto para el próximo rey.

Mal rodó los ojos.

— ¡No necesitaba ayuda! — Hablo fuerte por la música.

— Lo siento...

Mal se dio un golpe mental al recordar para que quería hablar con el chico, ahh debía ser más amable.

— ¡No, no no, descuida! — hizo un intento de sonrisa — ¡Gracias! — dijo con dificultad.

El chico sonrió feliz.

— ¿Quieres tomar algo? — Mal se sintió extraña, era la primera vez que le preguntaban algo así.

Asintió un poco anonada para posteriormente ser tomada de la mano por el Ben para guiarla a la cocina.

Daba gracias a Ades que el lugar solo era iluminado por luces neón sino todos notarían su gran sonrojo. Estúpido, ¿quién se creía que era para agarrar su mano? Era hija de Maléfica, una de las más grandes villanas y hechiceras del mundo... maldito.

Justo entraron cuando Jay metió una pelotita a un vaso rojo y el junto con un chico moreno gritaron festejando mientras que un muchacho pelirrojo y otro castaño lo miraron molestos para después tomar de aquel vaso donde había caído la pelota.

Miraron asombrados la escena hasta que Ben volteo a verla.

— ¡Creo haber visto bebidas afuera! — Mal asintió enseguida queriendo alejarse del ridículo que estaba haciendo su amigo.

(...)

Minutos después ya habían conseguido tragos y oso aproximadamente media hora en la que ambos se habían sentado en el césped un poco alejados de ruido a platicar.

Mal rodaba los ojos cada que el castaño abría la boca, no había podido sacarle nada de información; se la pasaba hablando de sus problemas como próximo heredero, como el que casi nadie lo tomaba en serio porque era muy bueno o que Audrey estaba molesta con el por la proclamación, entre otros.

Pero la pelimorada al ver que el chico no dejaba de tomar a medida que seguía hablando se le ocurrió un plan b. Esperaría a que se emborrachara para sacarle todo, incluso podría hasta pedirle la varita, pero primero vería como es ebrio, tal vez no era tan tonto como esperaba.

Como deseaba ya tener control total de sus poderes para simplemente hipnotizar a todos y tener lo que quería.

— Por eso yo quiera ya ser el rey... — terminó su relato mientras se terminaba también su décimo vaso.

Mal miraba otro punto aburrido hasta que se dio cuenta que el estaba por levantarse por otro vaso.

— Bueno... — canturreo — Creo que ya fue mucho por esta noche ¿qué te parece si mejor me platicas de la varita? — preguntó directa.

— Lo lamentó, nunca hago esto... — señaló su vaso ignorando olímpicamente a Mal la cual frunció el ceño — Han sido días difíciles...

— Mmhh — murmuró ella aburrida.

— Pero dentro de dos meses todo acabará — exclamó el más feliz haciendo que Mal lo mire con curiosidad.

— ¿Por qué dices?

— Porque seré el rey. — Hablo autosuficiente. Y a la pelimorada sin querer se le salió una pequeña sonrisa divertida.

— ¿Y habrá alguna diferencia?

— ¡Claro que si! — habló exasperado — Podré hacer lo que quiera, todos me harán caso cuando lo diga y nadie juzgará mis acciones... o lo harán pero tendrán aguantarse porque seré rey.

El sonrió travieso y se levantó rápido de su lugar llevando a rastras a Mal.



Ben: Poderoso rey seré,
sin oposición — se acercó peligrosamente a Mal pero está inmediatamente lo alejó.

Mal: Pues yo nunca he visto un rey al que no respeten

Ben: Nunca ha habido nadie así,
Seré la sensación — ignoro el comentario de la villana.
Observa como mando yo
Te causo una gran impresión.

Mal: Pues, no parece nada excepcional — levantó los hombros volviendo a sentarse en el pasto.

Ben: Yo quisiera ya, ser un rey — Corrió en dirección a la fiesta haciendo que Mal se preocupara levemente, en ese estado quién sabe que cosas haría.

Mal: Píense bien y verás que no te falta mucho — corrió detrás de él con voz ahogada.

Hasta que llegaron a donde habían ya varias personas y a Ben se le ocurrió quitarle su vaso a un chico.

Ben: Nadie que me diga...

Mal: Bueno, volviendo a la varita...

Mal iba detrás de él pero este no le prestaba atención.

Chica: ...lo que debo hacer — una muchacha había intervenido pero con una sola mirada de Mal está se alejo. Ya tenía suficiente.

Mal: ...podemos parar...

Ben: Nadie que me diga... — la abrazo mientras bailaba torpemente.

Mal: Eres muy... — exclamó Mal con asco mientras trataba de quitárselo de encima.

Ben: ...como debo ser — por fin la soltó dejándola caer al piso haciendo que la chica se molestara más.

Mal: ¡Pero mire aquí! — se señaló a sí misma.

Ben: Libre de mandar seré — comenzó a alejarse y Mal con pesar lo siguió.

Sin el no hay varita. Teñí que aguantar un poco más.

Mal: Bueno, no estaría tan segura. — Respondió sarcástica mientras lo seguía aún a una distancia prudente.

Ben: Todo lo que quiera haré

Ben causaba desastres cada que se detenía pero a las personas no parecía importarles, todo lo contrario, le seguían la corriente y se reían.

Mal: Tú y yo tenemos que,
de cara a cara hablar — la chica lo tomó de los hombros mientras sus ojos se ponían verdes.

Ben: Mira nada mas
al rey quién quiere aconsejar! — Mal lo mira ofendida mientras sus ojos se despintan en cambio el sigue con su expresión divertida.

Mal: Si este es el rumbo que llevamos,
¡Yo no voy! — comenzó a alejarse del próximo rey
Lejos yo me voy de Auradon,
no me voy a quedar
El chico no sospecha nada — canto ya lejos del chico pero este corrió hacia ella y la volvió a llevar con el hacia el centro de la fiesta.

Ben: Yo quisiera ya ser un rey

Miren por aquí — corrió en dirección contraria cayéndose y Mal tuvo que seguirlo y cuidarlo.

Miren por acá — Ben corrió en otra dirección y en tanto Mal lo seguía empujando gente entre ellas estuvo Evie.

— ¡Lo lamentó! — le grito a su amiga.

Ben: Donde me vean
¡Seré una estrella! — El chico se subió a un pilar extendiendo los brazos y la mayoría en la fiesta le aplauden.

Mal: ¡Déjame descansar!

Ben se dejó caer en los brazos de muchos chicos mientras lo llevaban desfilando aun con Mal a sus espaldas.

Todos: Y con cada criatura compartir
Que fuerte por doquier se pueda oír
Lo que el rey Ben tiene que decir

Poco a poco se acercaban al lugar donde ambos estaban antes de todo el show haciendo sentir a Mal más relajada.

Ben: ¡Quiero ya ser el rey!
¡Quiero ya ser el rey!
¡Quiero ya ser el rey!




Con esfuerzo lo termino bajando de los brazos de los chicos.

— Okay, basta — Lo sentó en el césped nuevamente. — Dejaste en claro tu punto. — Intentó recuperar el aire por el maratón que corrió siguiendo y cuidando al chico.

Como dijo antes, sin el no hay varita y aunque nunca lo admitiría si se puso nerviosa al pensar que por dejarlo a su suerte borracho le pudo haber ocurrido algo.

— Si... si... — habló en murmuros felizmente — Oye y sobre la varita...

Mal abrió los ojos ansiosa y se acercó a él en busca de respuestas.

— ¿Si...? — Insistió.

— Está... — Ben ni pudo terminar la frase ya que después de dos espasmos terminó por vomitarse encima de Mal.

Ella alejó las manos asqueada.

Ben tosió — Lo siento... — Se dejó caer de espaldas y quedándose profundamente dormido.

— ¡Hijo de...!


(👑)

Momentos antes

Los descendientes de villanos habían llegado hace pocos minutos a la fiesta que la princesa Bianca los había invitado.

Carlos estaba nervioso, tanto como por que su amor platónico estaba entre toda esa gente y también porque era su primera fiesta.

Apenas había cumplido quince años hace unos meses, era el pequeño de su grupo pero por su inteligencia y un error en su inscripción en la isla quedó un grado arriba y por ello también en Auradon, aunque el hada madrina le había dicho que si tendría que tomar varías clases de los chicos de un año menos que por obvias razones no tomó en la isla.

Volviendo al tema, a pesar de que fuera  "del mismo grado" que sus amigos estos nunca lo dejaban ir a ninguna fiesta en la isla ya que estos decían que eran muy violentas y que incluso ellos serían los menores ahí; eran fiestas de mayores. Siempre le pareció una tontería pero nunca protestó, estaba ansioso de una fiesta de verdad.

A esta si lo habían dejado asistir ya que no creían que fueran tan fuertes como en la isla, se imaginaban a los príncipes y princesas tomando el té. Que equivocados estaban.

Apenas entraron y sus fosas nasales captaron el olor a alcohol y cigarro. Ya estaba dentro ya era muy tarde para retractarse, disfrutaría esa noche si o si.

No se dio cuenta de nada, buscaba con la mirada a su princesa favorita mientras daba pequeños pasos pero con los empujones de la gente parecían más largos. Tanto así que por medio de estos termino llegando solo al jardín.

Rayos, cinco minutos y ya había perdido a sus amigos.

Detuvo su búsqueda hasta que la vio hablando con una chica morena y no se veía para nada contenta. Frunció el ceño con curiosidad y comenzó a acercarse hasta que una chica rubia se cruzó en su camino.

— ¿¡Eres de los nuevos verdad!? — preguntó arrastrando las palabras.

Estaba ebria sin duda.

— ¡Si! — respondió alto por la música.

Ella rió como si el hubiera dicho lo más divertido del mundo.

— Nos vamos a llevar muy bien — hablo divertida mientras lo tomaba de la muñeca con más fuerza de la necesaria y lo jalo en dirección a la piscina.

Como ella estaba en traje de baño simplemente se sentó en la orilla de esta y metió sus pies.

— ¡Vamos, no seas tímido! ¡Siéntate! — lo jalo hasta sentarlo junto a ella.

Antes que nada giro su vista a donde había visto anteriormente a Bianca pero está ya no estaba. Suspiro rendido.

Se quito los zapatos y los metió al agua junto a la chica desconocida.

— Y... ¿Cómo te llamas? — preguntó temeroso a la vez que hablaba un tanto fuerte por el ruido.

— ¡Alice! ¿Y tú chico malo? — hablo coqueta mientras el cabello del peliblanco.

— C-Carlos — tartamudeó haciendo reír a la chica. — ¿Cuántos... cuántos años tienes? — preguntó de igual forma, dudaba mucho que la chica fuera de su edad.

— ¡Dieciocho! — gritó mientras encendía un cigarrillo.

Carlos trago duro.

— ¡Oye! — la rubia llamó su atención — ¿Quieres una? — le extendió su mano con una pastilla.

Abrió los ojos asustando. Creía tener una idea de quién es hija.

— ¡Pasó! — cerró la mano de la chica y la alejo de él.

Su primera fiesta.


(👑)


Mariela se abría paso entre la gente buscando a Chad, Nicholas, Crystal y Héctor, era una fiesta grande y ya casi era hora del detalle que Héctor le tenía preparado a Bianca para decirle sus sentimientos. Pero había un problema.

¡No encontraba a ninguno!

Estaba dentro de la casa por lo cual era más difícil encontrar a sus amigos debido a la oscuridad.

Siguió buscando por varios minutos hasta que entre todo el gentío logró divisar a Nicholas coqueteando con una chica, típico.

Se acercó rápidamente a él y lo jalo del brazo.

— ¡Lo siento cariño, necesito a tu galán! — le sonrió falsamente a la chica para después llevarse al pelinegro a un lugar sin tanta gente ni ruido aun dentro de la casa.

— No encuentro a Héctor ¿y tú? — Nicholas bajo la cabeza no queriendo responder haciendo que Mariela abra la boca indignada — ¡Ni siquiera los haz buscado! ¿¡Sabes que hora es!?

Mariela regañaba a Nicholas — como siempre —. Estaba desesperada.

— ¡¿No sabes dónde está?! — Siguió reclamándole.

— ¡No, no lo sé! — la música se filtraba por el cuarto y ya tenían que comenzar a gritar — ¡Lo perdí de vista en cuanto llegue!

— Ajá , y lo estuviste buscando en la falda de Hailey — hablo sarcástica y molesta.

— Déjame tranquilo.

— ¿Buscaste en la cocina?

— ¡No! Por alguna razón nadie quiere acercarse ahí — se rascó la nuca confundido.

— Tal vez esté ahí. — Sin esperar al chico la pelirroja se dirigió con determinación al lugar antes nombrado encontrándose con una escena algo extraña.

Cuando Nicholas llego detrás de ella también se detuvo en la puerta con la misma expresión de extrañeza.

Un Héctor sin camisa vaciaba una botella de vodka en (lo que parecía ser la boca) de un chico con una máscara de caballo y sin camisa mientras que Tim, también sin camisa a su lado gritaba "shot" repetidas veces junto a Tarrant igual sin camisa con un gato rayado en el pecho.

Cuando Mariela por fin salió de su estado de shock por fin le grito al chico. Parecía la mamá del grupo.

— ¡Héctor!

Todos en el cuarto dejaron de hacer lo que hacían quedando en silencio y giraron a ver a la pelirroja la cual no estaba para nada contenta.

— ¡¿Que rayos haces?! — El chico no pudo contestar ya que el muchacho de la máscara de caballo comenzó a toser atragantándose por lo que se tuvo que quitar la máscara.

Jay terminó por escupir el poco alcohol que no había podido tragarse y luego grito.

— ¡Whoo! — golpeó la mesa para después caer de espalda al piso en seco.

Los tres chicos comenzaron a reír a carcajadas pero al ver la cara de la chica pararon inmediatamente.

Ella simplemente volteó a ver al pelirrojo con expresión dura y tronó los dedos en señal de que la siguiera y posteriormente dejar la habitación.

Y el sin replicar la siguió, no sin antes ayudar a Tarrant y Tim a levantar al pobre de Jay, el cual ya decía muchas incoherencias.

Los tres llegaron al cuarto donde antes habían estado Nicholas y Mariela.

— Oye ¿cuanto haz bebido? — Preguntó el descendiente de Blanca Nieves mientras lo ayudaba a sentarse en una silla de la habitación.

— ¡Te juro que yo no quería! — habló rápido— Me obligaron — señaló el lugar de dónde venían.

— Te tomaste un barril entero... — habló Mariela.

Héctor siendo un semi dios era muy difícil que se le subiera el alcohol, debía tomar en grandes cantidades para sentir el efecto y a pesar de lo mucho que había tomado apenas se sentía mareado.

Héctor le iba a responder pero ella inmediatamente lo calló.

— Agh olvídalo, ¿si recuerdas lo que teníamos planeado para hoy? — se queda callado — ¡¿verdad?!—insistió su prima.

— Si si... Bianca, bosque encantado... — Murmuró mientras se frotaba los ojos con un poco de sueño.

— No no, — lo abofeteo levemente Nick — Irán al lago encantado.

«Vaya que Auradon tenía originalidad con los nombres» pensó el pelinegro con sarcasmo.

— No puedes ir así — Lo señaló Mariela mientras pensaba que hacer para resolver el estado de su amigo.

— ¡Pero quiero ir! — Se levantó de repente mareándose en el proceso pero Nicholas lo sostuvo— ¡Tengo que decirle lo que siento de una maldita vez!

— Ah claro que si vas a ir, — el chico lo volvió a sentar — no estuve todo el día de ayer y hoy aguantando a Chad y ayudándote para nada. Ve a la piscina necesitas bajarte la borrachera.

— Aún es temprano, un rato más... — Señaló la cocina, amaba a Bianca pero la verdad si se estaba divirtiendo con los chicos.

— ¿Qué hora crees que es? — preguntó molesta Mariela.

— No lo se ¿las... Once? — intenta tomar el vaso de un extraño pero Nick le da un manotazo tirándoselo — ¡Oye! — reprende indignado.

— Son doce y media, — le dice cansado Nicholas— tienes media hora para prepararte, yo iré con Bianca. Ahora a la piscina y a la una ya tienes que estar afuera.

Héctor asiente tratando de concentrarse.

Tenían razón, no echaría ahora todo por la borda. Era ahora o nunca.


(👑)


Mariela fue a seguir buscando a Crystal y Chad, Nicholas a hablar con Bianca y llevar el plan a cabo mientras que Héctor fue a hundir la cara a la alberca, literalmente.

A unos pasos de llegar cerca de esta ve una cabellera blanca reconocible sentado en la orilla.

— ¡De vil! Mi gran amigo — de un solo movimiento lo levanta y carga abrazándolo haciendo que el otro chico se remueva incómodo — Yo... te quiero mucho.

— ¡Nos conocimos ayer! — siguió retorciéndose tratando de zafarse del agarre del pelirrojo. El cual por fin lo deja en el suelo.

— ¡¿Y?! Tu — lo señala — eres mi amigo favorito— Carlos lo mira de forma rara.

— ¿Estas ebrio verdad?

— ¡No! ... estoy happy... — sonríe y la chica que estaba con Carlos comienza a reír como loca por su expresión.

El chico De Vil rueda los ojos al oírla. Estaba harto.

— Mira — comenzó — hace rato vi a un chico que se estaba cayendo entrar a la alberca y salir como si nada... deberías — la señaló a él y la piscina sucesivamente.

— Si si, ya me lo dijeron. — Se acercó a la orilla con un poco de dificultad por lo que el peliblanco tuvo que ayudarlo.

— Tranquilo amigo, te ayudo.



(👑)



Bianca esperaba a su hermano en el estacionamiento, este le había dicho que se sentía un poco mal y que si lo podía llevar a casa. Ella muy a fuerzas de quiso ir ya que la fiesta estaba buena pero ya vería si se podía regresar, al cabo no era tan tarde. Apenas era la una de la mañana.

— Bianca... — escuchó a sus espaldas.

Gira ante el llamado de su nombre.

— Oh Héctor... — susurra — ¿Qué sucede?

— Necesito hablar contigo.











AHHHH ya viene lo mejor!!!
Voten y comenten ❤️

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