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CAPÍTULO NUEVE
A LITTLE OF AURADON
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BIANCA LE DIO muchas vueltas al asunto, no porque tuviera algo de malo, solo quería olvidar a Héctor por el momento.

Si era sincera consigo misma aquel villano era muy adorable, no era para nada a lo que estaba acostumbrada Adonis grandes y musculosos, el era más como... un cachorrito.

Pésima comparación.

Le nació de la nada acercarse a él, no es como si hubiera sido la gran cosa pero ni ella lo vio venir, pero con esa buena referencia de su parte tal vez sea más fácil llevarse bien con los demás villanos.

Dejo el tema de lado, comenzó a ponerse nerviosa, algo muy raro en ella. Iba a la nueva habitación de las villanas donde anteriormente les había dejado unas flores amarillas, el toque final sería la canasta que entregaría personalmente. Estaba consciente de que la hija de la reina malvada estaría ahí, los días anteriores cada que alguien mencionaba el tema ella se mostró relajada, como si no le quitara el sueño que la hija de la persona que trato de matar a su madre estará conviviendo con ellos. Aunque era todo lo contrario.

De verdad esperaba que se llevaran bien o al menos que sus encuentros no fueran incómodos, ella era l reina y su reputación ni actitud se vería manchada por una chica asustadiza a causa de una villana.

Audrey en cambio hizo todo lo contrario, hasta la fecha sigue en contra de que la hija de Maléfica esté aquí y no movería ni un solo dedo por intentar "llevar la fiesta en paz". Al principio era lo que ella planeaba hacer, pero, aunque Audrey era de sus mejores amigas le estresaba cada que abría la boca para menospreciar a los nuevos, todo era "yo no los voy a recibir con los brazos abiertos" "les haré la vida imposible" "primer error y hago que Ben los eché" y cosas por el estilo, lo pensó demasiado y sonaba bastante ridículo y hasta hacía que cayera mal, no quería lucir igual.

Y hasta con un poco de negras intenciones hizo todo lo contrario para que contrastara mucho con Audrey y ella se viera mejor.

Más la amenaza de Ben, no tenía de otra. Cumpliría su parte del trato pero si ella no quería tampoco le rogaría.

Antes de llegar se encontró con Ben, también iba de salida de los dormitorios de hombres, supuso que después de haberle mostrado el dormitorio a los chicos se entretuvo en algo.

— Bianca, que bueno que te veo. Quería pedirte un favor.

— ¿Otro? — bramó en mal tono de forma sarcástica. Ben rodó los ojos.

— Tienes un don de convencimiento y... necesitamos que uno de los villanos asista con el psicólogo Pepe el grillo.

Bianca frunció el ceño ante tal petición.

— ¿Quieres que lo convenza de ir por voluntad propia?

— Más bien en son de paz. — Bianca rio levemente.

— Me haré cargo, — dijo con seguridad, sabía lo que podía hacer — ¿quién es y por qué?

— Carlos de Vil

Bianca frunció mucho más el ceño, cuando hablo con el parecía estar tan bien en sus casillas, no creía que fuera necesario visitas al psicólogo.

— Explícate.

— Verás, su madre no es la persona más cuerda digamos... y tememos que sea hereditario o que por convivencia también tenga algo mal... Incluso puede perder la cabeza por cualquier cosa, ya ves lo qué pasó con Cruella.

Bianca se molestó un poco por ello, se veía bien chico, tenía esa habilidad para estudiar a las personas y Carlos definitivamente no era mala persona, cuando lo vio a los ojos entendió el punto de Ben, ellos no tenían la culpa de quienes los engendraron.

Iba a comenzar a insultar a Ben pero se contuvo, no estaba escogiendo bien sus palabras, supo que no lo quiso decir de esa forma, pero entendió su idea, era por precaución a fin de cuentas.

—¿Y por qué a los demás no? — preguntó bajo.

— Sus padres cometieron actos horribles... pero no porque estuvieran locos. — esa última palabra la hizo enojar, más sin embargo guardó silencio — Los movía la sed de poder y venganza, no por otra cosa.

Bufo

— Está bien. Le diré en la noche.

Giro y volvió a tomar camino a su destino original. O bueno, tal vez daría un par de vueltas más para calmarse del mal sabor de boca que le dejo su amigo.


[ 👑 ]

 

Era hora, sus nuevas amigas o enemigas estaban detrás de esa puerta.

Se acercó con cautela y observó que estaba entreabierta, así que sin molestarse en tocar la abrió por fin llamando la atención de dos chicas que anteriormente miraban con curiosidad las flores que había enviado, la pelimorada de nombre Mal y una peliazul, no habría que ser un genio para adivinar quién era descendiente de quien.

—Amarillas de la amistad — hizo una pausa admirándolas — y aquí les traigo esto, ya que como dice mi madre; nada que no se pueda hacer con un buen pastelito, — señaló el interior de la cesta y las chicas la vieron con curiosidad — tómenlo como una pequeña bienvenida de parte de todas las princesas.

Evie estaba emocionada, su diseñadora e icono de la moda favorita estaba frente a ella. Aunque también estaba asustada, no conocía cómo era en verdad y temía que sus raíces no la dejaran tener una amistad con ella, una que de verdad deseaba. Quería aprender de ella.

Bianca en cambio esperaba ver las reacciones de ambas y estudiarlas un poco.

— ¿Y si es de parte de todas por qué solo estás tú?—pregunto toscamente Mal. Bianca sonrió.

— También hice una cita en el spa de mi madre.—dijo ignorando el comentario de Mal mientras les daba las invitaciones para la noche— Igual les haré un tour especial por Auradon... claro todo esto si ustedes quieren también.

— No gra...

— ¡Claro que si voy contigo!— dijo emocionada Evie.

—Muy bien, — Se detuvo frente a ella y la miró fijamente por un segundo hasta que sonrió amable — soy Bianca.

— Se quien eres, —explicó rápido — soy gran admiradora de tus diseños, por cierto, soy Evie hija de... — lo último lo dijo un poco incómoda pero Bianca no quería iniciar con el pie izquierdo.

—Un placer Evie, — la interrumpió — ¿sabes? Creo que te llevaré a mi tienda primero, — Evie asiente emocionada.

Comenzaron a caminar a la salida hasta que Bianca se percató de algo.

— Veo que te inspiraste mucho de mis atuendos— Miro la vestimenta de la peliazul y está asiente un poco incómoda creyendo que le reclamaría pero antes de decir algo la princesa siguió hablando— ¡Al fin alguien con buen gusto por aquí!

Siguieron su camino por los pasillos de Auradon dejando a Mal boquiabierta en el dormitorio.


[👑]

Creyó que iba a ser difícil pero resultó ser lo opuesto, cuando ambas quedaron solas siguió sacando platica y evitar caer en silencios incómodos pero conforme el tiempo pasó se le hizo imposible mirar mal a Evie, era muy linda para ser una villana, por un momento sintió los papeles al revés.

Primero como dijo Bianca fueron a Éned, el centro de Auradon un largo peatonal cerca de la catedral real y donde se encontraba su tienda de moda además de varios locales, Evie parecía una niña en fábrica de chocolate. Aunque por un momento se le bajo el azúcar cuando la presentó a la encargada de la tienda cuando Bianca no estaba. Vaya. No lo veía venir.

Luego de explicarle un poco el cómo la pudo fundar de su propio esfuerzo hasta varios tips de moda y costura siguieron con el recorrido de Auradon.

Después la llevo al norte de Auradon a Phor, el centro comercial más grande de la ciudad.

Sin mentir, muchas personas que las veían pasar y al darse cuenta de la pinta de Evie la miraron muy mal, pero está ni cuenta, miraba fascinada cada rincón del reino.

Pero Bianca si se dio cuenta y con solo una dura mirada de ella las personas hacían como si nada, no querían problemas.

Bianca tendrá fama por muchas cosas, pero algo que resaltaba entre todas ellas era que no la deseabas de enemiga.

Miraron por fuera la veterinaria de Anita y Roger Radcliffe, Evie hizo una nota mental de nunca traer por aquí a Carlos. También miraron de lejos la mueblería de Aurora donde era socia del carpintero Gepetto. Y por la biblioteca de Bella.

Estos lugares más que necesarios eran como atracciones turísticas, digo, ahí se encontraban la mayoría de personajes de cuentos de hadas, ¿quién no querría ir a verlos? Muchas personas no iban por la calidad de sus productos, solo por ser ellos, algo que Bianca quería evitar a toda costa, pero conocía la verdad en el fondo, muchas personas usaban sus vestidos aunque no les gustasen simplemente por el hecho de que su madre era Blanca Nieves.

Pero trabajaba en ello.

Su última parada antes de ir al spa de su madre era la cafetería del sombrerero loco. Después seguirían con el tour.

Bianca escogió una mesa alejada de las demás, no quería que como en la calle las personas miraran mal a Evie, deseaba una velada tranquila para poder seguir conociéndola.

Hablaron de muchas cosas y por las anécdotas y forma de expresarse de Evie terminó por saber cómo era por completo.

Evie era su yo pero en la isla de los perdidos, eran casi exactamente iguales, solamente que Evie tenía el corazón más bondadoso que ella, si tenía su pizca de maldad, lo justo y necesario. Se hacía la mala frente a sus amigos pero hasta en la isla era un poco hipócrita con su amabilidad, no quería meterse en líos con los demás villanos siendo que ellos si eran malos de verdad. También era avariciosa y le gustaba lo mejor, eso le agradó bastante a la chica. Se llevarían muy bien ellas dos.

Su conversación siguió hasta que alguien casi se tropieza frente a ellas.

Bianca la reconoció, pero seguía sin recordar su nombre.

— Con cuidado...

— Jane.

— Claro si, Jane. Por cierto, te presento a Evie — La nombrada sonrió amable igual que la de pelo corto pero está un poco tímida.

— ¿Es la hija de...?

— Sin etiquetas, por favor. — Bianca la interrumpió con su voz autoritaria — Merecemos que nos conozcan por lo que somos, no por dónde vinimos.

La princesa era fiel creyente y defensora de esa frase, la olvido cuando le mencionaron sobre la venida de los villanos pero era su caso con su madre, quería que la conocieran por ella, no por algo más.

Jane asintió sumisa, algo que le hizo rodar los ojos a la morena, pero antes de que se fuera:

— ¡Jane! — volteó — ¡amo tu cabello! — sonrió falsamente.

— ¿En serio? — ella no podía creerlo, se sintió feliz como hace tiempo no lo hacía, pues viniendo de alguien como Bianca significaba mucho un cumplido de belleza.

— Si, te queda perfecto.

— Gracias — Jane se fue contenta mientras que Bianca cambiaba su sonrisa por una mueca de desagrado.

— Es el corte más horroroso que he visto — le dijo a Evie mientras tomaba un sorbo de su té. Está la vio sorprendida.

— ¿Y por qué le dijiste eso?

— Porque... querida Evie, si de pronto me pusiera a dar consejos de belleza y todas de repente se parecieran a mi... ¿cómo podría resaltar entre todas ellas?

— Algo de debes tener muy claro sobre mi, Evie es que reino este lugar porque soy manipuladora y se jugar mis cartas. Puedo ser bien perra.


[👑]

Blanca Nieves no estaba en el spa, era mejor así, no le reveló a nadie la verdadera identidad de Evie y ella al principio si parecía un poco incómoda pero al ver que no la reconocían y que Bianca hacía de todo para que se sintiera a gusto se fue relajando poco a poco.

Mientras les dejaban reposar una mascarilla fue cuando Bianca sintió una verdadera conexión con Evie.

— Estaba acostumbrada a ser la más hermosa en la isla, —comenzó la más pálida — pero aquí tengo una buena competencia.

Evie no lo dijo que mala forma, decía verdad y sentía mucha admiración y poco a poco cariño por Bianca.

Seguía asombrada de que su primer día de chicas fuera con ella.

En Auradon los sueños se hacen realidad.

Mientras que Bianca normalmente diría un comentario egocéntrico o incluso iriente pero no pudo.

— Lo mismo digo — le regalo una sonrisa sincera.

Después de unas horas de relajación siguieron viendo y comprando cosas, a cuenta de Bianca obviamente.

A pesar de que todos sean príncipes y princesas todos tenían sus propios negocios muy humildes, bueno tan humilde como podría tenerlo alguien de la realeza, por ejemplo: Cenicienta y su zapatería o la estética de Rapunzel, y casi siempre al final del día para la cena muchos se reunían en el restaurante de Tiana y Naven. Claro que esa noche sería la excepción, pero tendría que llevarlos a comer ahí, era lo mejor de lo mejor en Auradon.

Al final del día Bianca dejó a Evie en su habitación para que reuniera a sus amigos.

Mal por su lado se negó rotundamente a ir a la fiesta del viernes, estaba molesta por el repentino abandono de Evie, y nada más y nada menos por con quien se fue.

La peliazul — ahora más negro que azul por recomendación de Bianca — no insistió más y fue con los chicos.

Se perdió un poco pero al final si pudo dar con el dormitorio en el cual solo estaba Carlos.

— ¿Soy yo... o te ves diferente a de cómo llegamos?

Evie lanzó un suspiro soñador y se tumbó a la cama.

— Hice tantas cosas el día de hoy que no te imaginas... con tu novia. — La chica subió y bajo las cejas de forma coqueta para molestar a su mejor amigo.

— ¡¿Estuviste con Bianca?! — Evie asintió emocionada.

— Me contó que la conociste. ¿Qué tal?

Se tira a su lado en la cama con aire enamorado.

— Es igual de hermosa que imagine..., —dijo viendo el techo hasta que giro en dirección a su amiga— aunque creí que sería más amable.

— ¿Se porto grosera contigo o algo?

— No... — dijo tranquilo — creo , igual yo la amo.

Evie soltó una gran carcajada.

— Está bien Romeo, la podrás ver de nuevo, nos invitó a una fiesta el viernes por la noche, dile a Jay, los esperaré en nuestra habitación... y no lleguen tarde.

— Es mañana, tranquila. — Evie lo miró perspicaz.

Carlos asintió como soldado y se mantuvo firme en su posición hasta que la descendiente de la reina malvada salió del cuarto y volvió a recostarse en la cama mientras soltaba un suspiro.

— Bianca...




Por finnnm tengo el capítulo
Disculpen la demora, estuve publicando muchas historias que tenía en borrador (entre ellas otra de cameron bb hermosa vayan a verla) más aparte estuve ocupada por la racha final de la escuela, pero ya estoy de vacaciones, no prometo actualizar tan seguido como antes ya que como mencioné publique nuevas historias y aun tengo que medir tiempos para actualizar todo:(
Voten y comenten ❤️

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