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CAPÍTULO DOS
A GOOD PERSON
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HÉCTOR, NICHOLAS, ARIELA, Crystal y Audrey se miraban preocupados y miedosos entre ellos sin saber que hacer o decir ante la situación. Inclusive alguno que otro estudiante que pasaba por el lugar veía intrigado la puerta marrón perteneciente a la oficina del hada madrina de la cual sólo se oían gritos.

Y es que minutos antes cuando Bianca por fin localizó a Ben le dijo que tenía que hablar urgentemente con él. Ben todo inocente y sin notar la mirada mortal que tenía su amiga en el rostro accedió completamente. Pobre, no sabía lo que le esperaba.

Tampoco es como si Bianca fuera con intenciones de pelear, pero si de discutir. Claro esa idea se fue al inframundo después de dos minutos de "discusión".

—¿¡Por qué te molesta tanto!?— Ben golpeo exasperado la mesa frente a él haciendo tambalear algunas cosas.

Ben era una de las personas más amables y buenas de todo Auradon, pero ese definitivamente no era su día, desde sus padres hasta sus amigos estaban en contra suya. El quería hacer un cambio para bien y darle la oportunidad de vivir plenamente a los que no tuvieron las mismas oportunidades que ellos. ¿Era mucho pedir que entendieran eso? Al parecer si.

—¿Qué por qué me molesta?—pregunto indignada— Primero, no soy la única que está incómoda con tu decisión, y segunda, ¿¡Cómo no estar en desacuerdo!? —perdió el último grano de tranquilidad que le quedaba. —¡Es una idea totalmente ridícula! ¿En que estabas pensando?

Bianca se paseaba por la habitación mientras gritaba y hacía ademanes con sus manos.

— Pues no cambiaré mi decisión. — Dijo serio mientras se cruzaba de brazos.

— Tienes que hacerlo. —Se acercó amenazante hacia el próximo rey quedando a escasos centímetros de distancia.

—No lo haré— dijo tranquilo— se hará lo que yo digo y punto final.

Ella lo miro sin poder creerlo, normalmente Ben era más... flexible, siempre cumplía los caprichos de los demás viendo por su bien antes que el de el, sobre todo los de ella y como no, su novia Audrey.

Pero este no era uno de esos casos.

Ben ya no quería seguir peleando con ella, pero no le iba a permitir pasarse de altanera con el, era el próximo rey, tendría que hacer ver que no era débil como muchos creían. Muchos dudaban de cómo fuera a gobernar siendo que es muy ingenuo y amable, pero el haría cambiar esa idea, y si tendría que usar como ejemplo de que nadie debe cuestionar sus decisiones a su amiga de la infancia, lo haría por un bien mayor.

Río sin gracia y sin dejarlo de ver a los ojos.

— ¡Si! ¡Está bien!— se alejó de él aproximándose hasta la otra punta de la oficina— Dejarlos convivir con nosotros, ¿qué es lo peor que podría pasar?—preguntó retóricamente— ¿Qué nos roben? ¿Traicionen? ¿Nos maten? Mmm no puedo decidir, hay taaaantas cosas. — Terminó sentándose en la gran silla del hada madrina cruzando sus piernas hablando con evidente sarcasmo.

—¡Basta, Bianca! —grito harto mientras que la chica ni se inmutó, seguía viéndolo con burla y esa sonrisa sarcástica.

Podía ser una verdadera bruja cuando no conseguía lo que quería. Era caprichosa por naturaleza y ese era su forma de hacer un berrinche.

— Estoy harto de tu actitud — se acercó a grandes zancadas hasta ella tomando el respaldo de la silla giratoria viéndola de frente quedando a pocos centímetros nuevamente—  no quiero que hagas nada en contra de ellos o yo mismo me encargaré de darte un castigo— amenazó dejando muda a la princesa—, eres mi amiga y te aprecio pero no permitiré que pongas a todos en contra mío y les llenes la cabeza de ideas, los hijos de villanos vendrán y tú los recibirás bien, punto.

Se miraban fijamente creando una guerra de miradas esperando a ver quién caía primero. Ninguno caería tan fácil, podrían haberse quedado en esa posición todo el día pero un estruendo en la puerta los hizo terminar su contacto visual.

— ¿Qué sucede aquí? —preguntó con su melodiosa voz viéndolos con el ceño fruncido a ambos.

El hada madrina, una mujer imponente que Bianca admiraba, respetaba demasiado y sobre todo le tenía un profundo cariño. Y atrás de ella se encontraba su nieta Jane, a la última no le tomó importancia. Se levantó inmediatamente de la silla a la vez que empujaba un poco a Ben y por último alisó su vestido.

— ¿Y bien? Sus gritos se escuchan por todo Auradon —reclamó a los menores.

— Lo sentimos hada madrina, no queríamos incomodar a nadie...— habló la princesa.

— ¿Y por qué tanto alboroto?— en ese instante a Ben se le ocurrió una buena forma de darle una lección a Bianca. Sonrió amable fingiendo que no pasaba nada para dirigirse al hada.

— Solo nos poníamos de acuerdo para darles la bienvenida a los nuevos estudiantes — Sonrió complacida y dio paso hacia su asiento. El hada madrina sabía sobre el primer proclamó del próximo rey. De hecho fue ella la que ayudó a Ben a decidir definitivamente.

Bianca frunció el ceño confundida ante las palabras de Ben, hacían todo lo contrario, ¿qué planeaba?

— Oh ya veo — se sentó en su gran silla— ¿Y qué tienen preparado?

— De hecho, hada madrina —habló Ben— Bianca se ofreció a organizar todo— dijo con una sonrisa triunfante.

En cambio la pelinegra abrió los ojos como platos.

¿¡Qué!? Ella era la primera persona en todo Auradon que no los quería ahí.

— Oh, que lindo de tu parte Bianca, me alegra bastante que tomes la noticia de forma madura.

No contesto al instante, aun seguía en shock por el problema en que Ben la había metido. Reaccionó hasta sentir un codazo por parte del castaño.

— A-ah s-si. Yo...— volteo a ver molesta a Ben y acto seguido forzó un sonrisa— Me encargaré de todo...

— Perfecto. No perdamos tiempo, que comience el trabajo— dijo emocionada el hada madrina en tanto el hijo de la bella y la bestia sonreía satisfecho al ver que su plan funcionó y Bianca... bueno, a ella ya le rechinaban los dientes de lo molesta que se encontraba.


( 👑 )

— ¡No puedo creer lo que hiciste ahí dentro! —Caminaba furiosa detrás de Ben mientras este seguía sonriendo burlón.

— Pues créelo, porque no bromeaba.

— No puedes hacerme esto Benjamin —Se detuvo a mitad del pasillo ya sin saber que hacer o decir, la situación se le estaba yendo de las manos.

Detrás de ellos aún se encontraban sus demás amigos viendo la escena expectantes, a tantos a cualquier cosa. No se habían movido todo el rato de afuera de la oficina del hada.

— Ya lo hice —Siguió su camino sin mirar atrás.

Se sentía mal y estuvo a punto de regresar y pedirle perdón de rodillas pero se contuvo, tenía que ser más duro con las personas.

Bianca quedó a mitad del pasillo boquiabierta, Ben no era así, jamás creyó que fuera a hacerle algo como eso, era como su "hermana consentida" no sabría describirlo pero ella creía firmemente que nunca le haría algo malo, estaba decepcionada.

Respiro hondo y dio media vuelta encontrándose con todas las miradas de sus amigos. No quería dar explicaciones en ese momento pero si quería desahogarse con alguien que la entendiera perfectamente, platicar solamente.

Fortachón —lo llamó por su apodo— ven conmigo.

Siguió caminando por el pasillo y él sin rechistar ni cuestionar la siguió.

( 👑 )

Cuando me preguntaste si quería saltarme las clases contigo creí que te referías a otra cosa... — dijo Héctor mientras hacia una mueca.

—¿Cómo que cuáles?— preguntó divertida con una sonrisa traviesa sin mirarlo.

— Ninguna en especial... —trago fuerte— ¿Ya me dirás que hacemos aquí?— cambio de tema rápidamente.

— Investigar, creí que era obvio —sumó otro al montón de libros que obligaba a Héctor cargar mientras la seguía por toda la biblioteca.

— ¿Sobre...?

— Ser buena persona —se puso de puntas tratando de alcanzar un libro en la repisa superior.

El pelirrojo lo tomó sin problema alguno para después añadirlo a la colección que cargaba consigo. Ella le sonrió agradecida y siguió avanzando.

— Ya en serio.

—Te digo la verdad, ademas también estoy tomando unos sobre cómo organizar eventos, por lo natural los sirvientes en casa se encargan de organizar todo, y yo solo me preocupo de verme linda para ese día.

El chico rodó los ojos divertido.

—¿Y por qué tendrías que organizar una fiesta?

—No una fiesta, una bienvenida.

La pelinegra vio que con esos libros sería suficiente así que camino hacia una de las mesas de la biblioteca.

En cambio Héctor quedó en el mismo pasillo analizando lo que Bianca le había dicho, hasta que cayó en cuenta a lo que se refería. Abrió los ojos sorprendido y corrió hasta ella.

—¿Te refieres a esa bienvenida?— recalcó y tomó asiento frente a ella. Asintió.—¡No puede ser!— grito pero inmediatamente fue silenciado por la bibliotecaria Bella. —Lo siento. ¿No estás de broma? —preguntó incrédulo.

— Te digo que no, Ben tomó represalia contra mi, y ahora tengo que encargarme de que los hijos de villanos se sientan bienvenidos— sonrió falsamente.

Hector la miro sorprendido y se dejó caer en el respaldo de la silla.

—Sip... tal y como lo oyes.

—¿Cómo se le ocurre? Escogió a la peor persona para el trabajo —Bianca lo vio mal— Perdón, pero sabes a lo que me refiero.

—Bueno, en parte tienes razón —resoplo— Ay no ¿en que lío me he metido?—cubrió su cara con sus manos y dejaba caer la cabeza contra la mesa.

Estaba demasiado frustrada con la situación y muy molesta también, en esos momento no quería si quería ver a Ben, pobre de el si se le ocurría aparecerse por ahí.

Se lamentaba mentalmente las desiciones que había tomado en toda la mañana hasta que sintió manos en sus hombros dando leves masajes. Levantó la mirada encontrándose a Héctor mirándola dulcemente.

Se puso nerviosa, solo el lograba ponerla así de un momento a otro, eran amigos pero tenían sentimientos no tan ocultos que los ponía en momentos como ese, donde solo existían los dos, y los problemas y las demás personas se esfumaban.

Desearía que todo fuera diferente

Pero su deseo de ser superior y mejorar a su familia podía con ella.

— Será mejor empezar ahora si queremos tener todo listo dentro de dos semanas. —se sonrojo notablemente al oír la generalización.

—¿Tu... me ayudaras?

— Por supuesto.

Ambos se sonrieron sintiendo muchas emociones en ese momento.

( 👑 )

Minutos después cada uno se encontraba leyendo un libro sobre consejos de organización y bienvenidas. Buenas más ella que el.

Bianca estaba demasiado concentrada en su lectura sin darse cuenta que Héctor la veía embobado por encima de su libro.

No tenía las palabras para describir todo lo que sentía por ella. Nunca le ha comentado nada a nadie sobre el tema, solamente a sus amigos, y eso porque ya era bastante obvio.

Recordaba el día que la conoció, desde ese momento cayó rendido a sus pies.

FLASHBACK

Héctor estaba feliz ya que por fin iba a visitar a su amigo a su hogar, casi siempre se veían en el colegio o en algún parque. Al llegar lo primero que decidieron hacer fue jugar a la traes.

Era el turno de Nick por lo que Héctor corría y se escondía en el gran jardín del pelinegro.

Hasta que se detuvo cerca de un pozo de los deseos, donde se encontraba una niña de pelo negro que no reconoció. Pero ella al sentir una mirada sobre ella volteó encontrándose con un niño  pelirrojo como de su edad mirándola fijamente.

— ¿Eres el amigo de mi hermano?— pregunto la niña.

—Si... soy Héctor pero me dicen Héctor— respondió el niño nervioso por la increíble belleza de la niña después se dió cuenta lo que dijo y cubrió su cara avergonzado haciéndola reír.

—¡Hector! — llegó Nick corriendo —¡Oh aquí estás! ¡Tocada! ¡Las traes! — pero Héctor ni siquiera reaccionó seguía viendo a la hermana de su mejor amigo haciendo que Nicholas se moleste — ¡Hey!—pasó sus manos en frente de el logrando que reaccione.

—¿Qué?

—¡Que las traes! Deja de ver a mi hermana— Ambos infantes se sonrojan.

El par de niños iba a seguir jugando pero la voz de la pequeña los detuvo.

—Nickie... ¿puedo jugar con ustedes?—preguntó con aire esperanzado, sinceramente le resultaba ya un poco tedioso jugar a las muñecas y quería pasar tiempo con el adorable pelirrojo.

— ¡No! ¡Es un juego de niños! Y no queremos que juegues con nosotros.

—A-a mi no me importa que juegue c-con n-nosotros—Héctor bajo la mirada nervioso mientras que a Bianca se le iluminó la cara con una sonrisa.

—Shhh dije que no— A ella se le borra la sonrisa y Nick se va y Héctor va detrás de él apenado y ella sin mas se queda en el pozo.

Pero Héctor rápido se regresa.

—Oye... tengo una amiga puede venir a jugar contigo mañana si quieres...— dijo recordando a su prima lejana; Mariel.

La niña asiente entusiasmada, al fin ya tendría una amiga.

—Gracias Héctor— Bianca le da un beso inocente en la mejilla sonrojada para después bajar la cabeza mientras juega con su cabello.

—A-ah si amiga contigo jugar va mañana...—balbucea sin saber lo que dijo hasta que oyó la risa de pelinegra.

—Adiós...

—Adios

FIN DEL FLASHBACK


Reaccionó de su sueño cuando noto que Bianca tronaba los dedos delante de él mientras lo llamaba.

—¿Eh? ¿Qué decías?

— ¿En qué estabas pensando?— preguntó curiosa por la gran distracción de su acompañante.

—Nada— sonrió.

—Está bien...—dijo no conforme— Te decía, aquí vienen varias sugerencias para regalos de bienvenida...

Siguió hablando pero el nuevamente ya no la escuchaba.

Tenía algo que lo volvía loco y tonto a la vez. Sonaba loco que desde los doce años estuviera enamorado de ella. A este punto de su vida podía decir que estaba jodidamente enamorado.







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