𝚇𝚇𝚇. 𝚂𝙰𝙽𝙶𝚁𝙴 𝙻𝙴𝚃𝙰𝙻

LEE YEON

Cuando vi a mi hermanito ser herido por un sucio demonio, me sentí terrible nuevamente...

Él siempre se arriesgaba por mí, para cuidarme la espalda... Y aunque a veces peleábamos por cosas banales, Lee Rang siempre me protegía directamente cuando habían problemas.

Con todo lo sucedido en el pasado, deduje que mi hermano menor era mi debilidad y como tal, mis enemigos, siempre irían tras de él para hacerme un daño mayor.

Lee Rang había ya sobrevivido a diversos ataques... Cuando fue atravesado por mi propia espada por un traidor a quien yo consideraba mi mejor amigo, cuando una entidad le quiso robar su energía vital, cuando un duende ladrón de años de vida le quitó casi todos sus años de existencia dejándolo con minutos de vida, entre otras cosas que me advirtió el Lee Yeon del 2020, quien me dijo que debía de pasar más tiempo con él.

No debía de permitir que él se fuera de mi vida... Así que actué rápidamente, una vez más para salvarlo.

Lo cargué en mis brazos con la ayuda de Izel, y cuando los hermanos Cheetah abrieron su portal me fui con el clan hacia un lugar de sanación ancestral, un cenote. Hice todo lo que me indicaron, pero aún así él no despertaba, sabía que esto sólo se podía arreglar con Taluipa a mi lado, aconsejándome.

Sin dudarlo, me fui a Corea, pero, antes de irme le deseé a una Alba dormida que se recuperara, una bendición que se selló con un beso en su frente, un acto más fiel y puro que puede otorgar un gumiho para un ser especial, una promesa de cuidado y fidelidad hasta la muerte.

Al llegar a mi hogar natal, fui a Samdochun, entré a dicho lugar con desesperación, Taluipa sabía que iba a venir así que me ayudó a acomodar a Lee Rang en una habitación.

Beoms, hace mucho tiempo que no se aparecían esas bestias por nuestros territorios. Así como es inusual que estén en otro continente —ella murmuró con intriga.

—¿Qué le hicieron esos malnacidos a mi hermano? ¿Sabes cómo curarlo? —cuestioné con angustia.

—Le robaron su energía vital, debes de ir por su alma en la dimensión de los muertos. Pero, esa es una misión arriesgada. Inclusive tu yo del futuro casi se queda ahí atrapado cuando fue para salvar a tu mejor amiga Ryu Hong-joo y a otros individuos. Es muy peligroso estar ahí, ni siquiera yo tengo poder en ese límite.

—No me importa, lo haré otra vez, lo arriesgaré todo —dije sin tener miedo a las consecuencias, pues sólo me importaba salvar a mi hermanito.

—Los beoms se liberaron de sus ataduras luego de que tu mataras al Tigre de Jangsan, su líder querido. Desde ahí han estado buscándote por todo el mundo para vengarse de ti —Taluipa expresó seriamente.

—Pero, ¿por qué hasta ahorita me dices esto? ¿Por qué esperaste a que esto sucediera? —exigí la verdad, mirando con rostro furioso a la deidad de las almas perdidas.

—Porque era mejor así, si hubiera sido diferente la situación, creéme que sería peor el destino para ambos. Lo que le pasó a Rang es prueba de que esto fue un ataque leve.

De pronto, se me vino a la mente la apariencia de la otra criatura que acompañaba al beom, que sin duda, pertenecía a la mitología mexica. Mi intuición me decía que había algo más allá detrás de ese ataque que dejó a Alba y Rang fuera de combate.

—¿Sabes algo de una conspiración...? —quise preguntar, pero de repente, Lee Rang se empezó a convulsionar, no había tiempo para hacer especulaciones, era momento de actuar para salvarlo.

—¡Rápido, debes de ir a la tierra de los muertos! —Taluipa ordenó y en un santiamén usó sus poderes para conjurar una puerta que me llevaría a mi destino—. Sólo tienes uan oportunidad para encontrar a Lee Rang, de lo contrario, ambos quedarán atrapados —ella enseguida me ató un cordón de plata en mi muñeca—. Cuando llegues hacia él, tómalo con todas tus fuerzas, luego tira del cordón, yo estaré del otro lado vigilando que ninguna alma se escape, y cuando me dé cuenta de que has tirado del cordón, inmediatamente los guiaré hacia la tierra de los vivos. No obstante, si el cordón se rompe, claramente no hallarán una salida. Mucha suerte.

La gran señora me vio con preocupación, sin embargo, no tenía otra alternativa, así que corrí hacia la puerta y la crucé sin mirar atrás y sin miedo.

Cuando atravesé el portal, todo se volvió oscuro...

Desperté en medio de una aldea coreana antigua en ruinas, parecía que había viajado en el tiempo, pero era todo lo contrario, era otra dimensión.

Visualicé a las almas condenadas, todas tenían el aspecto a como murieron, unas estaban ensangrentadas, otras estaban mojadas, algunas estaban con una soga alrededor de su cuello, también habían almas que parecían descarnadas o quemadas.

Esto parecía el infierno...

Sin duda, sin el Tigre de Jangsan todo estaba sin cuidado, al menos con la presencia de la deidad, la ciudad hubiera estado impecable y con las almas con una vestimenta pulcra dado que ellos eran sus títeres.

Sin importar lo que tuviera a mi alrededor, me dediqué a buscar a Lee Rang entre la multitud...

No había rastro de él...

Pasaron las horas y el ambiente se estaba poniendo oscuro, en eso, a lo lejos veo a un tigre con ojos amarillos brillantes pasear entre la multitud, era un beom.

Me encondí en una casa abandonada para ver mejor al demonio, y fue ahí donde pude ver sus pasos con más precisión, puesto que éste se dirigía hacia el centro de la aldea.

Lo seguí sigilosamente, tratando de ser lo más silencioso posible, entonces cuando éste llegó a su destino, pude ver el alma de Rang en medio de un círculo de beoms transformados a su forma animal, había como 7 tigres, incluyendo al que seguí, estaban caminando alrededor de mi hermano, quien permanecía atado de pies y manos.

—¡Malditos y sucios tigres! —gritó Rang con furia—. Cuando me desate de ahí les romperé el cuello a todos, bestias impuras y rechazadas.

—Jajaja, no te creo capaz de eso, mitad zorro, mitad humano —un beom dijo en su forma animal, su voz parecía ronca y áspera.

—¡¿Me estás retando malnacido?! —espetó Rang.

En eso, un tigre se salió del círculo, puesto que había olido algo raro, seguramente me había percibido con su olfato.

¡Maldita sea! ¡Debía de actuar rápido para que no me descubrieran!

Corrí hacia otra casa abandonada y tomé de ella algunas cosas para disfrazarme, me vestí con ropa antigua y sucia que me había encontrado (donde claramente dichas prendas no eran de mi estilo) y me até una soga al cuello.

Ahora parecía un alma en pena.

Cuando el beom pasó a mi lado, me quedé quieto, simulando que era una alma confundida, éste me olisqueó por todos lados.

—Tú no eres de aquí —susurró con voz ronca.

De pronto, tomo las riendas de la situación y tomo al beom por el cuello y lo someto al suelo, éste quería morderme y rasguñarme con sus garras, pero me las arreglé para esquivar su ataque, forcejeamos un buen rato, hasta que en defensa mía saco mi espada y se la clavo al tigre en el pecho, él intenta gritar, pero su voz se ve apagada por mi espada quien le corta la cabeza al instante.

Con el demonio muerto, y con su cabeza en mis manos, se me ocurrió una idea... Disfrazarme de esta basura demoniaca.

Puesto que soy un zorro de nueve colas, mi más grande cualidad era engañar a mis oponentes, y esto consistía en transformarme en ellos como si se tratase de un camaleón.

Así que opté por tomar esa estrategia para liberar a mi hermano. Por lo que, en un santiamén, tomé la forma del beom que había asesinado, y me dirigí hacia el círculo de tigres alrededor de Rang.

—¿Todo en orden? —me preguntó el tigre más grande de todos, al parecer era el segundo al mando que se había convertido en el nuevo líder, claro ya que el Tigre de Jangsan estaba muerto.

—Sí sólo era un alma nueva que estaba causando problemas —imité la voz gutural típica de los beoms.

Debía de pensar en un plan rápido y sin daños colaterales. Ya no quería que mi hermano saliera lastimado.

—¿Cómo deberíamos de consumir su alma? —señaló el líder, mirando con odio a Rang—. ¿Lo desgarramos con nuestras garras, lo depellejamos, lo mordemos lentamente, lo quemamos vivo? ¿Qué será?

Todos los tigres caminabamos en círculos como depredadores alrededor de nuestra presa, Rang yacía gritando y maldiciendo a todo pulmón, sin importarle el peligro, así era él tan intrépido, despreocupado y valiente.

De un momento a otro, nos detuvimos en seco, y miramos a Rang detenidamente, con nuestros ojos amarillos brillantes.

Era el momento de actuar, debía de transformarme rápidamente en mi forma humana para sacar mi espada, liberar a Rang y entre los dos matar a los seis beoms restantes, pero algo se cruzó en nuestro camino.

Era una mujer con una belleza demoniaca, la cual caminaba hacia nosotros... Era la misma quien hirió a Alba, aquella con mirada malévola de ojos grises...

—¡Cariño! —ella dijo con un tono chillón mientras se acercaba al líder de los beoms.

—Mi pequeña malvada, ¿en dónde te metiste? —el líder se transformó a su forma humana—. ¡Ustedes! ¡Váyanse a hacer sus guardias! —se dirigió a nosotros con su voz de alfa—. Luego nos encargamos de este ingrato —miró con desprecio a Rang.

Todos nos dispersamos a lo largo del recinto, pero yo me quedé cerca, escondido entre unos escombros.

Agudicé mis sentidos a todo su potencial, pues quería ver que éstos no le hicieran daño a Rang.

Por mi mente se me cruzó la idea de saltar hacia esos dos, distraerlos, liberar a Rang e irnos rápidamente a través de la intervención de Taluipa del otro lado... Pero algo me decía que fuera paciente.

—¿Me extrañaste? —dijo ella abrazando al beom.

—Mucho mi malvadita —él correspondió el abrazo, para luego deshacerlo y rodear la cintura de su amante con su brazo izquierdo—. Vienes justo en el momento indicado, estábamos por consumir el alma de un semi zorro de nueve colas.

—¡En su puta vida me van a hacer algo, bestias impuras! —Rang masculló con fuerza.

Las palabras de mi hermano hicieron que la demonia se acercara a él para amedentrarlo, luego de ello se propicionó un buen golpe en la cara.

—¡Respétame bastardo! —dijo ella enre dientes, posteriormente lo tomó firmemente del cuello con sus garras rozándole su manzana de Adán—. Porque eso es lo que eres, no eres un ser sobrenatural completo, la bestia impura eres tú, porque tu sangre de deidad está manchada con la sangre sucia de los humanos —acto seguido lo azotó fuertemente contra el suelo.

—Eres tan increíble —el líder beom se maravilló por las acciones de la mujer.

Quise pensar en una leperada para insultar mentalmente a esas bestias estúpidas, sin embargo, no quise arriesgarme, ya que no sabía si ellos se comunicaban telepáticamente como los otros seres metamorfos.

—Me tardé un buen rato porque no encontraba a la hija de Ocelotl. No sé donde está esa hija de puta —ella expresó con desagrado.

En definitiva hablaban de Alba. Inclusive Rang guardó un silencio profundo ante la mención de nuestra amiga más leal.

Quería actuar para llevarme de ahí a Rang, pero la información que se estaba desglosando en mis narices era imposible de ignorar... Algo dentro de mí decía que fuera tras la verdad, esperanzado de que esto nos fuera ayudar en un futuro.

—Fue horrible cruzar ese desierto inmenso del Sahara, al menos pudimos correr en tiempo record a mi tierra natal —comentó el beom, de repente.

—Atravesamos casi todo el planeta con nuestra velocidad, ese día fue muy duro.

—No tan duro como el día en que nos conocimos, en medio del Oceáno Pacífico. Tú estabas tan asustada como yo, ambos estábamos huyendo de nuestras responsabilidades...

—Es que yo no quería ser la líder de un montón de viejas sizañosas, de por sí era insoportable estar lidiando con ellas en nuestra prisión, ahora es peor tenerlas que guiar y más cuando nos aliamos con esos nahuales malvados.

—Y yo no quería sustituir a mi antiguo líder, el Tigre de Jangsan, él fue un gran alfa, tanto así que su vacío me dejó devastado.

—Por eso nos encontramos en el momento adecuado... Tú queriendo rehacer tu vida en otro continente luego de décadas de pausa y yo queriendo huir hacia el fondo del mar para ser libre. Nos vimos, nos quisimos al instante, y desde entonces somos más fuertes que nunca, nos aliamos, hicimos que dos clanes se unificaran para deshacernos de cualquiera que se nos atravesara en el camino.

—Aunque claro, eso tuvo su precio, otros seres sobrenaturales, narcisistas por cierto, los llamados Vulturis quisieron aniquilarnos, lo bueno fue que llegamos a un acuerdo.

La mención de los Vulturis hizo que se me helara la sangre de manera involuntaria, sabía que algo no estaba bien desde que aparecieron esos dos demonios en el campo de batalla en Forks. En definitiva, le iba a decir esto a Alba.

—Esas estatuas italianas, sé que no son de confiar, pero no tenemos otra elección, ya que tienen a esa niñita que te tortura con la mirada, aun así les debemos algo de lealtad, luego de que ellos nos liberaran de nuestra prisión.

—En eso tienes razón, igual esas basuras se aliaron con unos nahuales traidores y nos sacaron de nuestra celda. Algo andan tramando y siento que es para aniquilar a los llamados Cheetah, ya que ellos tienen demasiado poder, puesto que tienen de líder a la hija de un dios.

—Además esa líder es peligrosa, inclusive tiene contactos en la parte oriente del planeta, pues ella se alió con los zorros de nueve colas... Esa tipa no se anda con juegos, sabe como protegerse a ella y a su clan.

—Lo bueno que cuando ataqué a esa pendeja, le drené su energía vital, lo cual me hace más poderosa de lo que ya soy. Espero que con esto podamos defendernos de esos vampiros, si es que quieren traicionarnos.

—Sí que fuiste lista en ese aspecto, mi malvadita. E inclusive quise copiar tu acción, pero para mi mala suerte sólo absorbí el poder inútil de un semi gumiho —él dijo y entonces se giró para mirar en dirección a Rang.

—¡Canallas! —gritó con furia mi hermano—. ¿Creen que pueden hacerle daño a Alba? ¡Quiero ver que lo intenten! ¡Sobre mi cadáver van a hacerle daño a mi amiga!

—Eso lo veremos —la mujer sacó sus garras y en un acto rápido se acercó a la garganta de mi hermano.

Era la hora de actuar...

Rápidamente me convierto a mi forma humana y lanzo mi espada hacia la mano de la tipa, la cual se cortó y voló lejos del cuello de Rang.

—¡Maldita sea! —chilló la estúpida.

Enseguida, el beom se transforma en tigre y se pone en modo de defensa, aprovecho el momento, y le salgo por detrás y lo golpeo en el cuello para aturdirlo.

Me deslizo hacia mi espada con mi velocidad sobrenatural y la uso para hacerle un corte profundo a la mujer, quien se retuerce de dolor, posteriormente corro hacia Rang y lo desato, cuando él estaba ya libre se pone en modo de ataque y conjura sus hachas para pelear a mi lado.

Ambos nos pusimos espalda con espalda para defendernos de los ataques. El beom se lanza hacia él y en defensa Rang lo hiere en el pecho, luego la demonia se incorpora e intenta cortarme con sus garras, en un movimiento rápido le corto la otra mano. El tigre enfurecido salta hacia mí, pero yo lo ataco con mi espada clavándosela en el pecho que ya lo tenía herido, esto hizo que éste se debilitara.

No podíamos matar a esas escorias, puesto que no sangraban y no sabíamos la verdadera forma de cómo aniquilarlos.

En unos segundos esas bestias cobraron la compostura e iban tras nosotros, esa era nuestra señal para salir de ahí, así que agarré fuertemente a Rang del brazo y jalé el cordón de plata que me ató Taluipa. Todo se volvió negro cuando la gran señora jaló del hilo.

Mi hermano y yo despertamos, estábamos temblando y sudorosos, Taluipa yacía al lado nuestro y con una pequeña sonrisa agradeció que estuviéramos vivos.

—Casi no sobreviven —ella dijo.

—Sabemos lo que planean esas escorias —confesé rápidamente.

—Debemos de advertirle esto a nuestra amiga nahuala —añadió Rang.

—No será fácil esto —murmuró Taluipa con preocupación—. Ellos tienen una sangre letal que los hace invulnerables a sus ataques, lo he visto con mi visión omnipresente, es difícil acabar con ellos, pero sí hay manera de detenerlos.

—Haremos lo posible por hacerlo, no podemos rendirnos, ellos se han aliado con criaturas que osan tener la supremacía del mundo sobrenatural —declaré.

—Debemos de luchar si queremos que esos monstruos no arrasen con todas las criaturas míticas de nuestro país y del contienente americano —Rang advirtió.

—Es un hecho, estamos en guerra con criaturas sanguinarias —Taluipa presagió.

Después de semanas de vigilancia en nuestro territorio y ver que todo estaba relativamente en orden, Lee Rang y yo decidimos viajar nuevamente hacia Forks para encontrarnos con Alba para advertirle sobre la alianza que se habían formado entre demonios de diferentes mitologías, todo con el fin de que juntos buscáramos una estrategia para repeler el ataque.

Pero cuando llegamos, nos vimos involucrados en una guerra entre clanes...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top