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ALBA OCELOTL

Con el poder del dios jaguar, me sentía muy viva...

Sentí cómo mis ojos rojos cambiaron de color a unos amarillos más brillantes que antes, asimismo mi piel pasó de estar pálida a tener su color bronceado característico. Estaba viva nuevamente, con una fuerza inigualable, tanto así que mi corazón latía con una fuerza increíble.

—Los dioses han decidido darme una segunda oportunidad —inhalé profundamente, sintiendo cada parte de mi cuerpo renacido, donde el poder se estaba mezclando entre mi piel y mis venas.

—Los dioses nos han bendecido —mi madre hizo el gesto de besar el suelo.

De repente, una voz se hizo presente en mi mente, una voz muy conocida...

"Sólo debes de recordar que estos poderes son por un tiempo limitado, si te quitas la armadura, perderás todos los dones que se te han conferido".

Era el dios Tezcatlipoca, advirtiendo sobre el gran invonveniente que me pisaba los talones.

—Esto sólo es una venda que cubre la herida, más no es la cura definitiva —señalé detenidamente—. Como me predijo Tezcatlipoca, sólo un evento cósmico mitigará el mal que me lanzaron aquellas demonias impuras. Sin embargo, doy mi palabra de protegerlos a toda costa de los eventos que se aproximarán —miré directamente a Izel por las visiones que una vez me compartió—, esté con o sin poderes, con o sin armadura, con o sin fuerza, ustedes siempre serán mi prioridad, en esepcial, tú mi lobito —volteé a ver al lobo de Seth, quien estaba ansioso y conmovido por mis palabras, lo supe porque leí su mente tan tierna.

"Te amo, Alba. Por eso le he prometido a los dioses y a mis ancentros protegerte con todo mi ser" mi Seth pensó.

"Yo también te amo, pero sabes, yo seré la que me sacrifique por ti, inumerables veces lo haría sin importar el porqué" le confesé a mi lobito.

—Espero que esa armadura no te consuma energía vital, hija mía —mi madre se preocupó súbitamente—. Que yo recuerde, tu padre usaba esa armadura en casos de emergencia.

—No lo hará, porque este es un caso de emergencia: demonias sueltas en nuestro territorio, nahuales traicioneros, fríos que nos quieren someter. Y esto sólo es el comienzo... —confesé esporádicamente, como si supiera el desenlace de la historia.

Le lancé, nuevamente, una mirada cómplice a Izel, pues ella y yo, sabíamos del Tonalli (destino) de cada uno de nosotros... El futuro del clan Cheetah.

"No estoy segura de lo que viene después, mis poderes han tenido últimamente sus fallas" Izel me expresó con preocupación a través de su mente.

Dicha confesión me llenó de suma angustia...

Aún así, fuera como fuera lo que nos deparara el destino, estábamos listos, y si todo se derrumbara, aún así persistiremos, con toda nuestra resiliencia... Sin duda, enfrentaríamos nuestro Tonalli.

Deseché cualquier rastro negativo de mi pensamiento, y me enfoqué en el presente, aquel momento en el tiempo, el cual, se puede controlar...

Cada decisión a partir de este momento, desencadenaría un sinfín de escenarios futuros...

Debía de pensar clara y fríamente a la vez...

Hasta que tuve una gran idea...

—Supongo que no debo llamar mucho la atención con esta armadura, pues nuestros enemigos nos asechan cada vez más cerca, así que, debemos de tener el factor sorpresa como un as bajo la manga... Por lo que, tenemos que "fingir" que estamos vulnerables.

—¿Así que piensas ocultar tu aramadura y vivir como una fría? —Xali cuestionó.

—Suena bien la idea —Yali agregó.

—Tu padre conjuraba su armadura en segundos, justo como nosotros aparecemos mágicamente nuestra ropa cuando nos destransformamos —mi madre me explicó—. Sólo debes de hacer el encantamiento mental que todos nosotros hacemos.

—Esta vez es diferente, madre —refuté—. Conjurar una aramadura de este calibre requiere de conocimientos más avanzados... —miré el alrededor de la cámara secreta de la pirámide, estaba buscando una pista certera sobre el hechizo que necesitaba.

Hasta que encontré un collar de piel de venado con un topacio amarillo incrustrado entre el tesoro de Moctezuma.

—¿Qué es eso? —mi madre preguntó.

—¿Alguna vez han oído hablar del gran historiador Chicome-Xóchitl-Tliléctic-Mixtli, conocido por muchos como Tliléctic-Mixtli, aquel hombre que vio en la cúspide la gloria del imperio Mexica hasta su caída a manos de los invasores españoles?

—Sí, el hombre en que los dioses confiaron para que contara la historia de nuestro pueblo... Lamentablemente a él lo quemaron en la hoguera poco después de la conquista —Tenamaxtli habló—. Y eso que sostienes alfa Ocelotl, es su preciada joya, la cual le servía como una ventana hacia el futuro, hacia diferentes perspectivas.

—¿Y eso qué tiene que ver con nosotros? —Tonantzin se cruzó de brazos, inquieta por la desviación al tema principal.

—Pues, esta joya puede servirme de muchas cosas, desde ver el futuro como si fuera el espejo de obsidiana de Tezcatlipoca hasta ser un contenedor para mi armadura —miré detenidamente el objeto, tomándome un poco de tiempo para apreciar su valor—. Sólo una joya que vio el inicio y el fin de nuestros tiempos puede contener la armadura de un dios —proclamé, y en un segundo toda mi armadura fue absorbida por el topacio amarillo, tal y como lo sospeché, ya que, era irónico que los mexicas antes de la conquista guardaran este topacio, que en una época antigua era considerado como un objeto sin valor alguno, algo más bajo que el oro y el jade.

Sólo mi padre Ocelotl sabía el poder que contenía el topacio... Y por eso Tliléctic-Mixtli le entregó ese tesoro para que lo resguardara del tiempo y de los enemigos...

¿Cómo pude saber esto?... Pues lo descubrí con sólo mirar alrededor y descifrar las inscripciones pictográficas pintadas alrededor de la cámara fúnebre de mi padre. Dichas palabras reflejaban varios acertijos que sólo los dioses pueden leer. Entre lo que descubrí fue la leyenda del topacio amarillo y otras informaciones que más adelante me servirián.

Ahora estaba en mi forma vampírica, camuflajeada ante los enemigos...

—Bien, ya tuvimos la suficiente información. Es hora de irnos —demandé con mi voz de alfa.

Y dicho y hecho, todos los presentes salimos de la cámara secreta del tesoro de Moctezuma, la sellamos muy bien y la cubrimos nuevamente con el mercurio líquido para que ningún invasor pudiera descubrirla.

Así fue como ocultamos un secreto de dioses al mundo terrenal. 

Nos fuimos de Teotihuacán, directamente Meztli y Mixtli abrieron un portal hacia Forks, donde los Cullen estaban entrenando a nuestra nueva miembro. Todos nos fuimos, a excepción de Tenamaxtli, quien se quedó en el territorio mexicano, con la sóla condición de cazar animales en vez de humanos y de ser cauteloso entre los humanos, así como le di la tarea de cuidar la cpamara fúnebre de mi padre Ocelotl.

Por un lado, todos nuestros improntes Quileutes se fueron a la reserva para descansar y avisar de su llegada a su alfa, mientras que nosotros nos quedamos para darle la bienvenida a la impronta de Axayacatl.

—Volvieron —Axayacatl dijo con asombro—. Pero, ¿por qué sigue la alfa Oceltotl siendo una fría? —cuestionó inquieto.

—Es sólo un camuflaje para despistar, luego tendrás la oportunidad de verme en mi forma real —expliqué.

—Es un gusto volverlos a ver —Carlisle dijo gustoso—. Nos tomaron de sorpresa mientras estábamos enseñándole a Bree nuevas técnicas de cacería.

—Bree... Ese nombre es muy bonito —saludé cortésmente a la neófita—. Axayacatl eres muy afortunado de volver a encontrar a tu impronta. Aunque nunca había oído que un Cheetah se imprimara de un frío. Es un caso inusual.

—¿Qué hay de Caleb? Él era un frío —Jasper recordó rápidamente.

—Dígamos que me imprimé de él cuando aún era un humano, antes de que lo mordieran —corregí.

—Si ahora soy parte de tu manada, ¿eso significa que eres mi alfa? —me preguntó Bree con timidez.

—Tú puedes elegir el clan que quieras, querida. Ya sea si quieres estar con nosotros o con los Cullen. Aunque te aconsejo estar con ellos, porque así aprenderás a controlar tu sed, hasta que dejes de ser una neófita —declaré—. Pero, creo que yo también necesito controlar mi sed —me toqué la garganta instintivamente, tratando de no hacer una locura.

Tal vez siendo una vampira pueda aprender más de esta especie, sólo así puedo encontrar una debilidad a los Vulturis... Sólo debo de pensar como el enemigo.

—Sugiero que vayamos a cazar —opinó Carlisle.

Yo solamente asentí con la cabeza.

—Vamos —dijo Carlisle y eso fue señal para que toda su familia corriera hacia el bosque, a excepción de Edward, Rosalie y Alice quien estaban con Bella para planear la boda.

Corrí detrás de ellos con la velocidad vampíríca, mientras que todo mi clan me rebasó en su forma nahual, por fortuna mi beta Jackson se quedó a mi par en su forma humana.

—Lo estás haciendo bien, Alba —me comentó mientras corríamos.

—Pensar como el enemigo, espero no equivocarme —respondí.

—Las demonias no sabrán nuestros próximos movimientos, ten fé.

De pronto, visualizo en mi rango de visión un gran oso. Instintivamente, la sed se apodera de mi ser, y me dejo llevar por mis impulsos salvajes. Rápidamente me voy hacia el animal, saltando en zigzag entre los árboles, y de un movimiento rápido me abalanzo sobre el oso y le clavo mi mordida, vaciando su sangre en un segundo.

Los institnos vampíricos pueden ser un punto débil... Pues no se piensa con claridad...

Tal vez fue esa la única manera de detener a Victoria... Su sed fue su talón de Aquiles.

Mientras todavía tenía en mis fauces al oso, Bree por instinto intentó quitarme a mi presa, lo cual por inercia acabaría en una pelea por alimento.

Nuestra sed nos estaba cegando...

—¡Yo también quiero a ese oso! —Bree vociferó.

Me estaba enojando su actitud, la ira se estaba apoderando de mí...

Esta vez no me dejé de llevar, así que en un abrir y cerrar de ojos conjuré mi armadura para calmar mis instintos vampíricos. Y justo como lo pensé, había funcionado mi táctica. Mi forma Cheetah había vuelto.

—Lo sé, por eso te dejo al oso, pero lamento decirte que está vacío —dije ya con calma.

Pero, de repente, una idea loca surcó en mi mente...

Con un chasquido invoqué una lluvia de sangre, tal y como los antiguos mexicas derramaban dicho líquido vital para complacer a los dioses, y esto mismo volvió locos a los vampiros, a excepción de Carlisle, quien tenía un perfecto control de sus instintos.

Tenía a los fríos a mi merced... Esta jugada podría ser un buen as bajo la manga para los Vulturis... Jugar con su sed.

Los nuevos poderes de mi armadura me sentaban bien.

Todo mi clan estaba estupefacto, inclusive mi madre quien me veía con una mezcla de temor e idolatría.

Pero Carlisle estaba muy preocupado.

—¿Era necesario esto, Alba? ¡Estás descontrolando a mi familia! ¡Echaste por la borda años de auto control! ¡Sabes que esto es peligroso para los humanos en Forks e incluso esto nos puede causar problemas con la manada!

—Sólo quería probar un punto, lamento los problemas —dije apenada, pues sabía que esta táctica fue muy precipitada, e inclusive puse en peligro el tratado entre los Cullen y los Quileutes, ya que había enloquecido a los miembros del clan Olímpico.

Por lo que opté por chasquear los dedos, y volver todo a la normalidad...

Había manipulado la materia y la energía... Hecho que nunca había hecho en mi vida.

"Jackson, copia el poder de Jasper y controla las emociones de todos, no queremos que esten vueltos locos por la ausencia de sangre" le ordené mentalmente a mi beta.

Jackson enseguida obedeció mi orden, cuando todos estuvieron relajados, me disculpé de antemano por la molestia anterior...

Enserio, el poder de la aramadura era algo nuevo para mí, y no quería que se me me fuera de las manos. Y esto ameritaba que controlara mis poderes y mis emociones, no quería se me nublara el juicio y cometer un error con un efecto mariposa aterrador.

Guardé mi armadura en el topacio, volviéndome nuevamente una fría. Me aproximé a una calmada Bree y le aclaré las cosas:

—Sabes, tenemos algo en común y es que las dos somos jóvenes y tenemos un poder sobrenatural nuevo, pero la diferencia es que poseemos a nuestro lado a personas que nos quieren y nos apoyan. Debes controlar tu sed, sólo así sobrevivirás y pasarás desapaercibida entre el mundo de los humanos, inclusive puedes tener una vida normal como en tu anterior vida.

—No quiero volver a recordar mi vida pasada, era un infierno estar de vagabunda buscando comida entre la basura sólo porque tenía un padre loco y abusivo. Sólo porque Riley me ofreció una hamburguesa, encontré una salida —ella expresó con cierta molestia, pero todo se disipó cuando Axayacatl se acercó a ella, y ambos cruzaron miradas—. Además, gracias a eso encontré a mi alma gemela.

—Y no me arrepiento de conocerte, ni siquiera me importa que seas de una raza enemiga —Axayacatl expresó tomando su mano con delicadeza.

—Una vez más, lamento los inconvenientes —me disculpé sinceramente—. No era mi intención causarles daño, y más a una impronta —miré a la pareja de tórtolos—. Espero no volver recurrir a ese ataque inesperado.

—Fue muy riesgoso, Emmett y Jasper no son muy buenos controlando su sed —Carlisle expresó—. Y por primera vez en décadas, mi esposa Esme se descontroló.

—Al menos fue divertido y pude alimentarme bien —Emmett me dirigió una gran sonrisa.

—Yo no estoy enojado contigo, criaturita —Jasper afirmó serenamente.

—Lamento nuevamente todo, al menos lo arreglé de manera pacífica. Pero he de admirar tu inquebrantable control, Carlisle. Nunca había visto demasiado auto control en un frío.

—Siglos de práctica —Carlisle se pavoneó con mi cumplido.

—Dejando de lado el tema de la sangre, debemos de integrar bien a Bree, ya que ella es la nueva integrante —declaré con suavidad.

Luego de ello, volvimos a la caza cotidiana junto a Bree Tanner, donde se le enseñó a ser sigilosa a la hora de atrapar a su presa animal. Además los Cullen le explicaron las leyes de los vampiros y el límite de territorio donde ella podía cazar, así como le dijeron sobre el tratado que ellos tenían con los Quileutes.

Por otra parte, los Cheetah, la inducimos en nuestra cultura ancestral, donde le explicamos sobre nuestros orígenes, nuestras costumbres, nuestra lengua, e inclusive sobre nuestra historia, la cual nos define, ya que somos la parte perdida de una civilización poderosa, donde en nuestro apogeo y gloria estuvimos lado a lado con los dioses, donde nuestra magia sobrevivió al paso de los conquistadores y del tiempo mismo...

Posteriormente, dejé que Axayacatl y Bree tuvieran un momento a solas, donde ellos dos fueran a cazar, fortaleciendo así su unión.

Me dediqué a observarlos en lo alto de una montaña, aprovechando así mis poderes vampíricos, sacándole todo el provecho posible. Mi intención era recordar lo que alguna vez tuve, hace mucho tiempo...

Tal vez aquella unión de una fría con un Cheetah me recordaba a los viejos tiempos que tuve con Caleb, un deja vú hermoso, que aunque tengo a Seth a mi lado, me gustaba recordar porque fue un episodio de mi vida donde conocí lo que es verdaderamente amar, más allá de la piel, de la enemistad y del tiempo. Claro, sólo me gusta recordar el pasado porque es un recordatorio de que soy un ser capaz de amar y de ser amada, y gracias al destino, puedo volver a sentir lo que alguna vez me fue arrebatado.

Siempre habrá segundas oportunidades para amar y vivir, y las tres grandes pruebas somos Jackson, Axayacatl y yo con nuestras almas gemelas, puesto que superamos el dolor y sanamos, dándonos oportunidad de volver a enamorarnos. 

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