𝚇𝙸𝚅: 𝙴𝙲𝙾𝚂

SETH CLEARWATER

Algunos bebés recuerdan una luz blanca al nacer, otros solamente olvidan sus momentos de la infancia... Sin embargo, en mi caso, puedo recordar una parte de mi vida pasada...

Todo es tan difuso, tan borroso... Sólo puedo rememorar una batalla intensa con unas criaturas viles, luego me dirigía hacia una chica, la besaba y la abrazaba, las palabras de "próxima vida" se impregnaban en mi ser, posteriormente un dolor intenso llamado muerte me atormentó, y así la luz de mi anterior vida se apagó, para luego renacer, a lo que ahora soy.

A decir verdad, recordar cómo morí en mi anterior vida es algo aterrador, ya que esa transición de alma es algo doloroso... De por sí, la muerte misma se siente como un fuego abrasador inimaginable, seguida de una paz, puesto que la dolencia se apacigua para darle paso a la inexistencia.

Nunca le dije a nadie sobre esto, nadie me creería... Y hasta tenía miedo de que me llamaran raro... Pero, es inevitable pensar en esa chica de mi vida pasada.

Su rostro era difuso, pero su esencia me acompañaba a todas partes. 

Recuerdo cuando la soñé por primera vez...

Ambos estábamos en un claro apacible, nuestras energías combinaban perfectamente. De un momento a otro, todo se volvió oscuro y ella desaparecía... La buscaba por todas partes, estaba desesperado por encontrarla, y cuando por fin la encontraba la perseguía, ella corría y yo sólo quería abrazarla y no dejarla ir nunca más. Quería protegerla del mundo... ¿Quién iba a decir que el destino nos separó cuando estábamos más felices que nunca?

Cuando despertaba, siempre estaba agitado y con un mar de emociones en mi mente y alma, tanta era la carga energética que las cosas a mi alrededor se caían sin razón aparente. Para evitar sospechas, siempre recogía todo, y hacía como que no pasaba nada.

Leah sospechaba algo, pero siempre ponía un aura positiva para disfrazar mi pasado.

Con el tiempo, todo se intensificaba, inclusive, la chica pasó de estar en mis sueños, a materializarse en la realidad... Al pasar esto, la seguía, quería explicaciones, le gritaba que no se fuera, pero ella era reacia y corría en dirección contraria.

No obstante, un día la chica se detuvo, me sonrió y yo me sonrojé... Sentí de nuevo esa ola de emociones...

¿Por qué ella me hacía sentir eso?

Sólo era un niño y ya sentía a mi corazón acelerado. Al parecer mi alma era vieja, atrapada en un cuerpo nuevo y fresco. 

Al llegar la adolescencia, mis emociones incrementaron, y, en consecuencia, las apariciones de la chica en mis sueños se volvían más intensas.

—Otra vuelta estamos aquí, tú y yo —le decía a ella, pero no me respondía—. Es el mismo escenario, una selva húmeda —el silencio reinaba por parte de la chica.

Hasta que por fin dijo unas palabras:

—Estoy cerca de encontrarte —dijo, pero aún no podía ver bien su rostro.

De repente, el cielo de mi sueño se tiñó de un color rojo, unos seres aparecieron de la nada nos rodearon...

—¿Qué está pasando? —nunca había soñado así.

Por el miedo a dichas criaturas, mi mente comenzó a inquietarse, y como resultado, diversas explosiones comenzaron a hacerse presentes a mi alrededor, se escuchaban tan reales, que incluso me exalté, además sentí como mi cuerpo dormido dada saltos involuntarios.

—No pude protegerte —ella mencionó cabizbaja para luego desaparecer en una bruma espesa, al irse se veía triste y con una gran culpa.

—¿De quién querías protegerme? —le grité, pero había desaparecido.

En eso, los tres seres oscuros me inmovilizaron, para luego cortarme las extremidades... Sentí un dolor de lo peor, incluso siendo esto un sueño, el dolor se extendía en mi cuerpo en la realidad, podía sentir los espasmos y punzadas cortantes en todo mi ser. Después de ello, una chica con ojos rojos se acercó a mí y me arranco la cabeza, haciendo que todo se volviera negro.

Me desperté de golpe, y como siempre, las cosas a mi alrededor se caían abruptamente.

Podía denominar este sueño como una pesadilla, no obstante, al estar ella presente, todo miedo se disipaba, era mi medicina...

Aun estando su rostro difuso, aún que no hablara mucho, sentía la necesidad de estar a su lado.

Cada noche se repetía ese sueño, una y otra vez, me había acostumbrado al dolor, me había acostumbrado al ambiente tenebroso, inclusive me había acostumbrado al terror que me causaban las bestias... Pero, a lo que no me acostumbraba era a la ausencia de la chica, a no verle su rostro difuso...

El tiempo pasó, y todos los jóvenes de la reserva se volvían extraños, reservados y sobre todo tenían un aura de misterio... Todo comenzó por Sam Uley, y como si fuera un efecto dominó, todos se volvieron serios, como si una carga los estuviera aquejando.

Como si fuera una secta, todos los chicos se unían a Sam, siempre lucían imponentes, ellos eran Paul, Jared, Jacob y Embry.

Decían que las leyendas de la tribu eran sagradas, sólo me contaban rumores sobre grandes guerreros lobo... Nunca entendían a lo que se referían... Hasta que entré por primera vez en fase.

Una mañana antes del gran acontecimiento, otra vuelta vi a la chica materializada en la realidad... Corría velozmente entre los árboles, se veía bellísima y ágil. Una vez más la seguí, como siempre lo hacía, le grité para que se detuviera, pero no tuve éxito alguno.

Pero, en esta ocasión, ella se paró en seco, su rostro seguía en las sombras, no obstante, alcancé a ver sus ojos amarillos, éstos eran muy brillantes y hermosos...

Ella habló, me dijo que el mejor momento está por venir y que me vería pronto, adjunto a ello, me abrazó y su roce hizo que me estremeciera y presintiera que algo estaba por ocurrir...

¿Quién iba a decir que horas después mi padre sufriría un ataque cardiaco?

Este hecho horrible, hizo que Leah se enfadara demasiado, causando que se transformara en una gigantesca loba... De la impresión, por la muerte de mi padre y por el suceso de Leah, mi mente se agitó, las cosas a mi alrededor comenzaron a caer como si fuera un terrible poltergeist, un calor abrasador como el averno inundó mi piel, sentí como mis huesos crujían, el dolor no tardó en aparecer, me retorcí en agonía para luego caer en el suelo, de repente, ya no era un humano, sino que me había convertido en un poderoso lobo, justo como Leah...

Fue entonces, cuando diversas voces llegaron a mi mente, tenían el tono de los diversos chicos misteriosos.

"Tranquilo, Seth" escuché a Sam decir.

"¿Qué me está pasando? ¿Qué clase de monstruo soy? ¿Cómo diablos ocurrió esto? Mi padre está muerto, ¿por qué no lo protegí bien? Siento todo muy abrumador... Debo irme" oí a Leah, quien estaba en su forma lobuna, luego, corrió hacia la puerta, la destrozó por completo y huyó hacia el bosque.

Diversos pensamientos nublaron mi mente, entre ellos el dolor por el fallecimiento de mi progenitor, la incertidumbre de la chica misteriosa, la revelación de las leyendas, la cara de susto de mi madre al vernos entrar en fase...

No podía con toda carga, y tal como mi hermana mayor, corrí hacia el profundo y oscuro bosque... Sólo quería que todo terminara...

"El mejor momento está por venir" tenía en mente la frase de la chica.

Corría velozmente como si fuera un auto deportivo.

"¿Qué me está ocurriendo? ¿Qué es lo que soy? ¿Por qué ahora? ¿Por qué?" pensé profundamente.

El aire fresco se me impregnaba lentamente, el bosque en sí era un lugar muy misterioso. Mis emociones eran muy, muy, pesadas... Una carga energética demasiado fuerte... Sentía que no podía controlarme... Tenía ganas de tirar todo, de explotar todo...

En eso, varios árboles a mi alrededor, empezaron a caer, sin que yo los tocara... Los esquivé rápidamente con mi nueva velocidad sobrehumana.

Volví a correr, no sabía a qué dirección iba... Sólo seguí mi instinto. Corrí y corrí, hasta llegar a un acantilado al lado del mar.

Miré hacia la lejanía... Sentía que una parte de mi estaba al otro lado del mundo.

"La vida es muy corta para amarte en una, prometo buscarte en otra vida" sentí como mi subconsciente me hablaba...

Y de repente, sentí una tenue conexión hacia otro ser que estaba al otro lado del mar.

¿Podría ser ella?

"Seth, tenemos que hablar" la voz de Sam disipó todos mis pensamientos sobre ella.

Volteé en dirección del dueño de dicha voz, y entonces vi un lobo de pelaje negro más grande que yo... Estaba acompañado de otros 5 lobos más, entre ellos Leah en su forma lobuna, con un pelaje blanco grisáceo.

"Las leyendas son ciertas, hermano" ella me comentó.

"Estás pasando por un cambio muy importante. Debes controlarte, chico" Sam habló.

"¿Por qué?" me limité a decir.

"Somos metamorfos, viene en nuestro ADN. Somos guerreros lobos fuertes, y nuestra conexión telepática nos hace ser sólo uno" Jacob explicó.

"Por eso puedo escuchar muchas voces" entendí completamente.

"Tal y como dijo Jacob, somos metamorfos, pero tenemos un propósito dentro de nuestra comunidad, y es protegerla de los enemigos, y más de los fríos o vampiros" indició Sam.

"¿Vampiros? ¿Existen los vampiros?" dije expectante.

"Sí, son nuestros enemigos naturales" Jacob dijo.

De repente, recuerdos de la mente de Jacob, comienzan a inundarme... Podía visualizar a Bella, su mejor amiga y crush, junto a un chico pálido de ojos dorados.

"Eso que viste en la mente de Jacob es un vampiro" Embry comentó.

"Pero este vampiro y su familia son inofensivos, porque tenemos un tratado con ellos, pues se alimentan de sangre animal" Sam explicó.

"Este tratado se hizo hace mucho tiempo, cuando mi bisabuelo Ephraim Black vivía" Jacob manifestó.

"Tenemos una misión importante, y es cuidar a nuestras familias de una vampiresa no identificada" Paul mencionó.

"Hemos tratado de capturarla, pero es muy rápida" Jared dijo.

"Por eso, debemos de estar más que unidos. Ahora con todo aclarado, Seth, yo soy el alfa, y me deberás de obedecer como tal" Sam dijo con una voz penetrante.

Me sentí acorralado por la voz de Sam, como si un control externo a mí me obligara a obedecerlo... Hecho al que obedecí sin rechistar.

Por el contrario, a Leah le costaba obedecer a Sam, ya que ellos antes eran novios, pero terminaron en muy malos términos.

"Sí, Sam. Te obedeceré como el alfa que eres" asentí ante él, y este lo hizo devuelta.

En ese momento, otra voz se nos unió...

"Al fin los encuentro, chicos" ese era Quil.

"¿Tú también?" Jacob cuestionó.

"Sí, por fin estamos todos juntos" Quil dijo muy emocionado. 

Con este nuevo cambio respirándome en la nuca, me sentía inquieto, me gustaba mi forma lobuna, el cual tenía un pelaje de color arena sedoso, por lo que cada vez que podía entraba en fase.

Sin embargo, como todavía no dominaba bien mis habilidades en presencia de los humanos, Sam me ordenó estudiar en casa... Pero sólo me inquietaba más.

Igualmente, al transmutarme, los sueños y la materialización de dicha chica misteriosa, se intensificaban aún más... Al grado, que expuse toda la verdad a través de la telepatía de la manada, y así, todos se dieron cuenta.

"Esto es algo muy extraño. Nunca he escuchado cosa igual" Sam comentó.

"Ella puede ser tu impronta, Seth" Jared mencionó.

"¿Qué es impronta?" pregunté.

"Es como tu alma gemela... Algo que sentimos y no podemos controlar... Es más que una atracción, Seth. La imprimación con alguien es algo... Cuando la ves, todo cambia en ti. De repente, ya no es la gravedad la que te sujeta al planeta, es ella, nada más importa, harías cualquier cosa, serías cualquier cosa por ella" Jacob explicó detalladamente.

Esta información parecía muy importante, tanto así, que aclaró mis dudas sobre ella... Y esto me ponía más ansioso, puesto que quería conocerla... Era cuestión de tiempo para que la encontrara, y que por fin estuviéramos juntos.

Ahora entendía el por qué cuando veía hacia la lejanía del mar, todas mis emociones se exaltaban... Tal vez ahí estaba ella...

"Mi linda Cheetah" mi subconsciente habló, y eso me indicaba que la chica de mis sueños estaba cerca...

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