𝚇. 𝙹𝙰𝚂𝙿𝙴𝚁

NARRADOR OMNISCIENTE

Alba se encontraba volando todo el norte del océano pacífico, debía de llegar a donde se encontraban los Quileutes y los Cheetah, quienes estaban en una reserva indígena ubicada en La Push, Washington.

Ella llegó a dicho lugar, por fin vio a su madre, luego de mucho tiempo...

—Mamá —Alba abrazó a Tonantzin con mucha fuerza—. Ha pasado mucho tiempo.

—Te echamos de menos, hija —respondió.

Desde que se fue la alfa de los Cheetah, muchas cosas habían cambiado...

Una de ellas, era que los nahuales inmortales se aliaron y vivieron un gran tiempo con los Quileutes, donde de dicha unión se formaron varias familias.

Igualmente, los Cheetah desarrollaron varias habilidades extraordinarias, los cuales fueron:

➼Tonantzin: Tiene la habilidad de paralizar a sus adversarios con sólo tocarlos.

➼Tlali: Es la gran curandera, quien con sólo tocar a las personas puede sanarlas al instante.

➼Nezahualcoyotl: Es un gran rastreador, con el poder más sensible al de Demetri Vulturi.

➼Chamani: Aunque en su forma de nahual mortal podía hacer crecer las plantas en menor medida, ahora puede usar ese poder para combate, resistencia y supervivencia.

➼Cuauhtli: Puede hacerse invisible para atacar a los invasores.

➼Axayacatl: En su forma de nahual mortal podía controlar pequeñas gotas de agua, ahora al ser un Cheetah puede mover grandes masas de agua como si fuera una extensión suya.

➼Xali y Yali: Control de materia. Pueden crear objetos con sus mentes.

➼Meztli y Mixtli: Pueden crear portales a cualquier parte del mundo. Ellos fueron las piezas claves para que Demetri no los encontrara tan fácilmente.

➼Izel: Puede leer a las personas con sólo verlas, no sólo sus mentes, sino su pasado y futuro.

También, aparte de los poderes sobrenaturales, los Cheetah pueden usar la magia para rituales, invocaciones y otras cosas, pero esto es más débil que sus poderes principales.

Tonantzin al explicarle cada detalle a la chica jaguar, ella se sorprende demasiado y no duda en decirle sobre su gran habilidad...

—Con el tiempo nos volvemos más fuertes —la madre comentó.

—He conseguido aliados de otras partes del mundo, fue difícil encontrarlos —Alba informó.

—Igual nosotros —Tonantzin dijo—. Los Quileutes son como nosotros, pero no usan la magia a su favor.

Luego de ello, le presentaron a Alba, cada uno de los integrantes de la tribu Quileute, donde se maravillaron de la presencia de la gran líder, incluso el jefe en turno, quien era Ephraim Black.

—Es un gusto conocerla —ambos se estrecharon la mano—. Como puede ver, hemos estado conviviendo con su especie en armonía, incluso nos hemos cuidado de los fríos, a excepción de esa familia que toma sangre animal, con ellos tenemos un tratado de paz —el líder Black le informó.

—También es un gusto conocer al alfa de la otra especie —Alba contestó—. Gracias por cuidar a mi clan en mi ausencia.

Así fue como Alba se quedó un tiempo en dicha reserva, conviviendo y entrenando con los Cheetah y los Quileutes, debían de estar fuertes para hacerles frente a los enemigos. Pero, la chica Jaguar tenía la necesidad de desplazarse para hallar a más aliados... No descansaría hasta formar un gran batallón contra los Vulturis. 

Alba decidió, una vez más, viajar por todo el continente americano, en busca de más especies...

—Cuídense entre sí, y vuelvan a desplazarse —ella le dijo a su tribu—. No deben exponerse a los humanos, en estos tiempos tan delicados —ordenó.

Ella tenía razón, ya que los humanos aledaños a La Push, empezaron a sospechar sobre la naturaleza de los Quileutes y sus aliados, por lo que, era cuestión de tiempo para que comenzaran un ataque.

—¿Debemos volver a desplazarnos? —cuestionó Cuauhtli.

—Sí, deben hacerlo —ella dijo—. Pueden llevar a sus familias, pero no olviden, volver cierto tiempo a la reserva, incluso pueden volver a nuestro hogar en México... Pero siempre desplácense por su seguridad, evitando así a los humanos y a los Vulturis.

—Entendemos tu orden de alfa —Tlali comentó.

—Estaremos a salvo, hija —Tonantzin añadió.

—Volveré con ustedes en unos años más —Alba se dirigió a los suyos—. Debo de crear nuevas alianzas. 

Dicho y hecho, la alfa nahual se fue hacia el este de Estados Unidos, llegando a la ciudad de Nueva York...

Por extrañas razones, sentía la necesidad de estar ahí unas semanas... Su instinto siempre la llevaba a los lugares correctos, como fue en el caso de Egipto o de Joseon.

Alba se encontraba entre la oscuridad de un callejón... La luna menguante era la testigo del momento... Hasta que ella visualizó una sombra moverse rápidamente, observándola.

De repente, alguien saltó hacia ella, con la intención de dañarla... Era un frío...

Ella inmediatamente, lo esquivó, en su forma humana y le hizo frente.

—Creo que hoy será una noche interesante —ella comentó.

Posteriormente, el vampiro corrió hacia ella para taclearla, pero, Alba en un movimiento rápido saltó hacia arriba, dio una vuelta en el aire, y aterrizó a espaldas del frío.

—Buenos reflejos —aquel ser comentó. Éste tenía una piel pálida, contrastando sus ojos rojos intensos y su cabello rubio semi largo—. Pero, eso no me impedirá cazarte, criaturita.

Él lanzó un golpe, pero ella lo esquivo al instante...

—No soy una presa fácil —Alba sonrió de lado, sabía que este vampiro no se rendiría. Estaba pensando si matarlo o escapar de ahí, no obstante, algo dentro de sí, quería que hablara con el frío.

—Necesito comer y tú no te me vas a escapar —dijo, pero, el vampiro con su don pudo percibir emociones relajadas por parte de su adversaria.

Incluso, el olfato del frío no pudo percibir que la chica era otro ser diferente.

—No soy humana —dijo Alba, y en cuestión de segundos se transformó a su forma nahual.

El vampiro retrocedió al instante, ya que nunca había visto algo así: un jaguar a punto de atacarlo. Y antes de que él se escapara, Alba regresó a su forma humana (claro que estaba vestida, puesto que los Cheetah pueden conjurar ropa luego de volver a ser humanos).

»—No te atacaré, vampiro —Alba le dijo al ser, y éste con su don de percibir emociones, pudo saber que eran ciertas sus palabras, puesto que la alfa nahual no sentía rabia o ira—. Algo me dice que debo de conocerte. Mi nombre es Alba Ocelotl.

—Jasper Whitlock —él contestó sumamente extrañado.

Este fue el inicio de una gran amistad y alianza... Poco a poco Alba creaba fuertes lazos con diversas especies, tal y como lo hizo con Benjamín y el Clan Egipcio, Lee Rang y Lee Yeon del Clan de Joseon, Ephraim Black y los Quileutes... Y próximamente un vampiro y una familia muy noble y leal.

Jasper al ver que Alba era diferente a los humanos y a los vampiros, él decide conocerla más a profundidad, ya que sentía algo que lo atraía hacia ella, y no de forma romántica, sino de unión.

Al parecer, esta nueva habilidad de Alba de atraer a aliados, estaba saliendo a relucir. Esto se debió a su necesidad de proteger a su Clan y a sí misma. 

Alba Ocelotl y Jasper Whitlock se conocieron en el año de 1941, en una noche de luna menguante en Nueva York...

Las habilidades de lucha de la chica jaguar, hicieron que Jasper se interese en sus técnicas, así que no duda en pedirle consejos.

—¿Cómo le haces para ser tan efusiva? —él le dijo a Alba, un día, cuando ellos estaban en una fábrica abandonada, su lugar de entrenamiento.

—Es mi naturaleza... Soy una Cheetah —respondió, pero Jasper no le entendió.

—¿Con qué se come eso? —bromeó el pelirrubio.

En eso, Alba le explicó todo sobre ella, sus orígenes, sus padres, su relación con la divinidad, sus poderes y habilidades, su tribu, y más que otra cosa le platicó sobre el dolor que sentía por la pérdida de su mate, Caleb.

—Hay demasiadas especies sobrenaturales en este mundo, Jasper —ella finalizó.

—Ahora entiendo —el vampiro asintió—. No obstante, tus técnicas de evasión y lucha me parecieron interesantes —agregó—. ¿Me enseñarías?

Alba dijo que sí, y ambos compartieron conocimientos sobre el arte de la defensa y la ofensa. Lo que sería beneficioso dentro de un futuro próximo.

Asimismo, Jasper le contó a Alba sobre su pasado y le dio a conocer algo muy importante, la existencia de los ejércitos de los neófitos y sobre el Clan de María en el norte de México...

—No dejaré que esa arpía vuelva a hacerte más daño —Alba dijo seriamente—. Y también no permitiré que ella se adueñe de nuestro territorio.

La existencia de este clan, no le agradó del todo a la chica, ahora, este mismo estaba en la lista negra de Alba, junto a los Vulturis.

Luego de un tiempo estando entrenando, dos amigos del vampiro se unieron a ellos, éstos eran Peter y Charlotte. Ellos conocieron la existencia de los Cheetah, pero no se asustaron por ello, sino que les interesó saber más sobre diversas criaturas. Los cuatro seres convivieron muy bien por varios años, entrenando e informándose del mundo humano y sobrenatural... Hasta que Jasper decide moverse hacia el sur de Nueva York, ya que sentía que algo lo llamaba intensamente.

Al vampiro le fue bien la compañía de la chica jaguar, aunque claro, Jasper nunca pensó en ella como una forma romántica, ya que él no sentía dicha conexión... Pero, esto iba a cambiar cuando ellos visitaron Philadelphia.

—¿Por qué quieres entrar a esa cafetería, si ni café tomas, Jasper? —cuestionó Alba cuando el vampiro se encamina a dicho lugar.

Era un día muy lluvioso en el año de 1948, con relámpagos de por medio, pero eso no era impedimento para Jasper y su deseo de ir a la cafetería, algo le llamaba con demasiado furor.

—Espérame en la salida... Es un día muy turbulento, puedes aprovechar y practicar tu poder de los relámpagos —Jasper le sugirió, lo que a Alba le extrañó el raro comportamiento de su amigo.

—Ok —ella dijo demasiado confundida, quedándose afuera de dicha cafetería, mientras que el vampiro entraba al lugar.

Jasper al llegar nota, de inmediato, a una vampiresa muy peculiar. Ella estaba en una barra sola, pero, él para observarla mejor, se sienta en una mesa, hecho que hizo que la chica vampiro se sentara junto a él, de inmediato.

Ambos comenzaron una conversación sencilla...

—Me estuviste esperando un largo tiempo —ella dijo.

—Lo siento, madame. No sabía que tenía que estar en algún lugar —Jasper respondió, para después estrecharle la mano a la vampiresa—. Tú eres como yo, no eres...

—¿De dónde eres tú? —la chica dijo enseguida.

—Humana... —Jasper terminó de decir.

—Eso también.

—Discúlpeme, ¿yo te conozco de alguna parte?

—No, pero yo creo que te conozco —ella sonrió, lo cual le hizo sentir algo a Jasper—. Hey, tenemos los mejores asientos para los fuegos artificiales —comentó repentinamente.

Fue en ese momento, donde Alba, aburrida de esperar a su amigo, decide practicar su creación de rayos, donde en un instante, creó uno, el cual se mezcló entre la lluvia y los truenos del cielo.

Tanto la premonición de la chica como la acción de la Cheetah, hizo una combinación fugaz en el momento donde Jasper conocía a la misteriosa vampiresa.

—¿Qué fuegos artificiales? —dijo Jasper, pero luego, se dio cuenta, que Alba había hecho ese rayo, sin embargo, lo que le daba mucha curiosidad, es cómo aquella chica sabía que eso iba a pasar.

—Soy Alice, por cierto —por fin ella se había presentado.

—Jasper.

—Lo sé.

Ahora el par de vampiros conversaban tranquilamente, hasta que, Jasper hizo una pregunta inesperada:

—¿Qué trajo a Philadelphia?

—Estoy empezando a conocerte —Alice respondió—. Y a ti, ¿qué te trajo a Philadelphia?

—No estoy seguro —Jasper respondió, pensando en aquella sensación de atracción—. Supongo... que me sentí un poco perdido, últimamente.

—Bueno... Me alegro que te encuentres aquí.

—¿Quién eres? —ahora a Jasper, le intrigaba más aquella chica.

—Soy un tanto intuitiva. Probablemente arrasaría una lectura de manos.

Dicho esto, Jasper dejó que Alice le leyera las manos... Esta acción hizo que él se estremeciera con el contacto de Alice.

—Hay comida por todas partes —él comentó, echando un vistazo a su alrededor.

—Sí. Bueno. Soy vegetariana. Así que no hay mucho para mí en la cafetería.

—¿Vegetariana? Tú...

—Nosotros sólo comemos animales.

—¿Nosotros?

—Mi familia y yo... Bueno, mi futura familia.

—Tú eres más que intuitiva —a Jasper le pareció muy fascinante el poder que tenía Alice.

—No. Yo... no veo el futuro ni nada. Sólo presencio los atisbos de posibilidades.

—Entonces, ¿eso es lo que soy? ¿Una posibilidad?

—No. Me decidí por ti hace mucho tiempo.

—Entonces, ¿qué pasa después, Alice?

A la chica se le vino una visión muy fuerte, donde a una mesera se le cae un plato, y éste se le rompió en miles de pedazos, hecho que hizo que ella se cortara, haciendo que Jasper se lanzara a ella para atacarla.

Alice vio esto venir, así que, decidida, le dijo a Jasper lo siguiente:

—Bueno, los dos podemos convertirnos en vegetarianos, por ejemplo —dicho y hecho, toda la visión de Alice se hizo realidad, la mesera tiró aquel plato, por lo que, para evitar el desastre, ella jaló a Jasper hacia sus labios... Y ambos se besaron tiernamente—. ¿Cómo te sientes? —dijo al terminar de besar a su alma gemela.

—Siento... algo que no había experimentado hace mucho tiempo —Jasper confesó.

—Cuéntame.

—Esperanza.

Luego de conocerse, Alice y Jasper, salieron de la cafetería tomados de la mano. Esto hizo que Alba se impresionara.

—Así que por esto era todo el alboroto que causaste, Jazz —la chica jaguar dijo divertida.

Al ver la situación, ella se acuerda de los momentos felices junto a Caleb, y se alegra de que por fin Jasper pudiera sentir, lo que alguna vez ella tuvo.

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