𝙸𝚇. 𝙹𝙾𝚂𝙴𝙾𝙽

NARRADOR OMNISCIENTE

Era el año de 1938... Había pasado mucho tiempo desde que Alba se alejó de su tribu, ella se dedicó a viajar por todo el mundo, investigando a profundidad el mundo sobrenatural...

Luego de quedarse un buen tiempo con el Clan Egipcio, la chica jaguar se aventuró hacia Asia, puesto que, había escuchado un rumor o leyenda sobre criaturas místicas de esos rumbos... Así que, no lo dudó más y se marchó de Egipto.

—Gracias por todo, Benjamín —Alba se despidió de ahora su mejor amigo.

—Te echaré de menos, jaguarcito —el chico vampiro la abrazó tiernamente—. No olvides cuidarte de ellos... Y cualquier problema, puedes decirme, y enseguida te ayudaré —se separó de ella—. Recuerda que te protegeré como Caleb lo haría.

Alba sonrió por dichas palabras, y reforzó la idea de que Benjamín es un inmortal de buen corazón, más porque Caleb siempre confió en él.

—Muchas gracias, vampirito —ella respondió, luego dirigió la mirada hacia Amún, quien veía atentamente los movimientos de Alba—. Gracias por acogerme —le dijo al líder, y éste asintió lentamente.

—Si los rumores son ciertos... Entonces hay más criaturas mucho más poderosas de los Vulturis —Amún comentó—. Espero que tu cometido se cumpla, porque quiero que ese clan caiga demasiado bajo...

—Sí que lo hará... —Alba dijo determinada.

Después de dicha despedida, la chica se transformó en un águila y voló hacia el Oriente... Directo hacia el continente asiático...

Ella llegó hacia la tierra lejana en tan sólo 7 días. Posteriormente, aterrizó en una montaña llena de flores de cerezo. Respiró el aire fresco del lugar, se sentía una vibra diferente, una energía pura...

Taluipa, un gran espíritu guardián del territorio de Joseon (ahora Corea del Sur), con su omnipresencia se enteró de la llegada de Alba, e inmediatamente convocó al dios de la montaña Lee Yeon.

—He visto una visita inesperada, Yeon —la gran señora comunicó—. Una especie del nuevo continente —se adentró en su mente para profundizar más la vista en aquella chica—. Es tan fuerte como nosotros y controla la magia. Su mirada amarilla es tan potente...

—¿Cómo es posible que lleguen más demonios de otros lugares? —se quejó el pelirrojo—. Ya es más que suficiente con que vengan demonios de Japón queriendo aniquilarnos.

—Se ve que ella no busca pelea —explicó Taluipa—. Pero, por si las dudas, debes vigilarla, Lee Yeon.

—Sí, sí —él contestó, para después irse de aquel lugar donde trabajaba Taluipa, en Samdochun (el río que sirve de frontera entre la vida y el Más Allá).

Lee Yeon estaba más que ocupado de muchas misiones... Una de ellas, era volver a su época, puesto que, al perseguir a un enemigo, él se quedó atrapado en el año de 1938 (época de la ocupación japonesa en Corea), siendo él proveniente del año 2020. Aunque claro, como Yeon es un zorro de nueve colas (un ser divino y místico), ya había vivido estos tiempos, y en consecuencia se encontró a su otro yo de 1938.

—Otra vez tú —dijo el Lee Yeon de 1938—. Deja de disfrazarte de mí, embustero —señaló al Lee Yeon de 2020.

—Ashhhh —se quejó el Yeon futurista—. Lo que me faltaba.

Una lucha comenzó, los dos zorros de nueve colas (también conocidos como gumihos), invocaron sus espadas y pelearon frenéticamente.

Este hecho llamó la atención de Alba, quien pasaba por ahí en forma humana. Observó atenta la pelea por varios minutos, sin embargo, algo en su interior le decía que debía de interferir... Y así lo hizo.

—¡BASTA! —ella se puso en medio de los dos hombres, y con su mano detuvo ambas espadas, ejerciendo fuerza para que ellos se separaran...

No bastó más que unos segundos para la sangre de la chica se derramara... Ella estaba ¿sangrando?

»—¿Qué demonios? —ella dijo bastante expectante—. Se supone que no debo de sangrar, si soy inmortal e indestructible.

Los dos seres detuvieron su pelea al ver que ella salió herida.

Alba los miró a ambos directamente a los ojos... Y fue ahí donde el Lee Yeon del 2020 se dio cuenta que era ella a la que había que vigilar.

Por otro lado, el Lee Yeon de 1938 se quedó hipnotizado ante la mirada de la chica jaguar, y dijo:

—Eres una extranjera —la miró detenidamente—. No deberías de estar aquí, es territorio de los demonios de Joseon.

—Ya déjala, ¿quieres? —el Lee Yeon del 2020 le dijo a su yo del pasado.

—Todavía no he terminado contigo —el otro le respondió.

En un abrir y cerrar de ojos, Lee Yeon del 2020 tomó la mano de Alba y se echó a correr, queriendo alejarse de su yo del pasado, quien en esa época estaba mentalmente inestable.

Luego de perder de vista al otro sujeto, el zorro de nueve colas del futuro, se detuvo en un valle, examinó la mano de la chica, para después sacar un pañuelo de su bolsillo.

—Lamento cortarte con mi espada —Lee Yeon dijo, mientras tomaba la mano de Alba y le cubría las heridas con aquel pañuelo—. Sé que tu intención era buena, pero, no era tu pelea.

—No entiendo... —Alba todavía estaba en shock—. ¿Cómo es que esas espadas me pudieron lastimar? —ella dijo, ya que pensaba que los Cheetah eran invulnerables a cualquier arma.

—La cuestión es que te heriste con armas de dos dioses de la montaña —él respondió ante la duda de Alba.

—¿Armas de dioses?

—Así es...

—Entonces, tú eres un dios...

—Lo era, dejé mi puesto por enamorarme de una mujer. Ahora sólo soy un zorro de nueve colas, pero aun así conservo mis poderes de dios.

—¿Un zorro? ¿Acaso eres un nahual? —Alba cuestionó, esperanzada a que el hombre fuera de su especie, un posible aliado.

—No sé qué es eso —Lee Yeon alzó una ceja, confundido.

—Un nahual es un ser mágico que se convierte en varios animales.

—No para nada —Lee Yeon, negó inmediatamente—. Soy otro ser completamente diferente.

Alba pensó en los rumores que había escuchado, y se dio cuenta que por fin halló lo que estaba buscando... Más seres poderosos.

—Por fin te encontré —ella le dijo a Lee Yeon, quien se quedó estupefacto por las palabras de Alba.

—¿Por qué pretendías buscarme? —él cuestionó.

—He viajado por el mundo, tratando de encontrar seres sobrenaturales para aprender de ellos —Alba no mentía, quería saber cada poder de todos los seres fantásticos que vagaban por el planeta, para así crear el perfecto ataque para acabar con los Vulturis.

—Qué interesante —él comentó, luego se dio cuenta que no sabía el nombre de la chica desde que la vio por primera vez—. ¿Cuál es tu nombre?

—Alba Ocelotl, nahual alfa proveniente de las tierras mexicas —se presentó adecuadamente—. ¿Y cómo te llamas, zorro de nueve colas?

"Viene de México, vaya dato" él pensó.

—Lee Yeon, proveniente de los territorios de Joseon. Y un antiguo espíritu guardián de las montañas de Baekdudaegan.

—¿Cómo es que había dos tú? —a la chica se le quedó esa gran duda.

—Es una larga historia —suspiró Lee Yeon—. Sólo te puedo decir, que soy de otra época, del año 2020 específicamente... Sin embargo, esto es temporal, sólo vengo de paso, y cuando haya terminado mis misiones podré irme a donde pertenezco.

—El futuro —Alba abrió los ojos de par en par—. Increíble.

—Es prometedor, debo de aceptar.

—Espero que en ese año ya haya reencarnado mi alma gemela —por un momento, a Alba le vino un recuerdo de Caleb.

—¿También tú perdiste a tu primer amor? —Lee Yeon entendía ese hecho, ya que mucho tiempo atrás, también perdió a su amada, Ah Eum... Aquella culpa lo siguió por varios siglos hasta que la mujer reencarnó en los años 90's.

—Sí, eso pasó hace 200 años —Alba se lamentó—. No pude protegerlo.

—Entiendo lo que sientes, porque pasé lo mismo... Reencarnará, te lo aseguro... Dos almas gemelas siempre se volverán a encontrar, no importa el tiempo de por medio —las palabras de Lee Yeon, consolaron a Alba—. Ven conmigo —dijo, de repente—. Te llevaré a un lugar lejos de mi otro yo del pasado...

Fue así como Lee Yeon del 2020 llevó a la chica jaguar hacia Myoyeongak (un restaurante de primer nivel que tenía la arquitectura coreana muy tradicional), donde se encontraba su hermano menor, Lee Rang.

—¿Quién demonios es esta criatura? —el mencionado dijo, apenas y Alba cruzó la puerta.

—Es una criatura proveniente de México, hermano —Lee Yeon respondió.

La actitud de Lee Rang al conocer nuevas personas siempre era hostil, y en este caso no era la excepción... Él no confiaba en nadie, ya que, en su pasado, muchas personas le dieron la espalda, cuando más lo necesitaba, su madre, su padre, incluso el antiguo Lee Yeon.

No obstante, Alba sentía que Lee Rang necesitaba ser comprendido...

—Soy Alba Ocelotl —ella le extendió la mano al susodicho.

Lee Rang dudaba de la chica, pero, no rechazó el saludo de Alba, y enseguida ambos se estrecharon las manos, fuertemente.

—Gusto en conocerte... Me llamo Lee Rang —se limitó a decir el semi zorro de nueve colas.

Así fue como Alba conoció a dos aliados muy esenciales para el futuro, puesto que ambos sabían pelear, tenían conocimientos sobre el mundo sobrenatural, y sobretodo, eran inmortales. Asimismo, se enteró de la existencia de otras criaturas inmortales como una derivación de los nahuales (sólo que éstos fueron animales que se convirtieron en humanos), demonios, ángeles, sirenas, antiguos espíritus y dioses con diversas habilidades.

Durante el tiempo que se quedó, se hizo cercana a los hermanos Lee, quienes siempre buscaban la manera (más Lee Yeon) en resolver las problemáticas en épocas tan difíciles para el pueblo coreano. Incluso Alba los ayudó a acabar con algunos demonios y enemigos de otros lados, quienes sólo querían conquistar Joseon, hecho que a Alba le recordó la conquista de su tierra mexica.

Ella con el tiempo, conoció más a profundidad a Lee Yeon (el del año 2020), quien era un ser puro y de buen corazón, quien ayudaba al pueblo, aunque claro, a veces su actitud era de arrogancia mezclada con chistes y astucia. También se dio cuenta que él perdió a su primer amor (ya que un gumiho se enamora una sola vez en la vida), tal y como lo hizo Alba... Una coincidencia para ambos, y algo que los unía indirectamente.

Por otro lado, estaba Lee Rang, quien siempre reprimía sus sentimientos, y tenía una cara seria en todo momento, aunque claro, este semi gumiho, ya había encontrado a su primer amor, quien era una sirena llamada Yeo-hee. Igualmente, este ser anteriormente pertenecía a una pandilla de bandidos, pero gracias a la llegada del Lee Yeon del futuro, pudo irse por el buen camino, y así encontrar a su alma gemela.

Igualmente, ambos seres conocieron la naturaleza de Alba, sus poderes más básicos como el cambiar a diversas formas animales, sus orígenes, sus fortalezas, sus principales enemigos (los Vulturis), sus penas, la descripción de su tribu, así como la imprimación, el cual fue un tema interesante para los hermanos Lee.

Todo parecía ir en orden, aunque, con las constantes amenazas de nuevos demonios japoneses, había un ambiente de tensión y guerra. Y para defenderse, Lee Yeon y Lee Rang le enseñaron a invocar armas.

—Se ve que controlas la magia, Alba —Lee Yeon le dijo al verla entrenar junto a Lee Rang, en una lucha cuerpo a cuerpo.

—Sí, tengo mucho control, sobre todo porque soy un semi dios... —Alba detuvo el enfrentamiento para responderle a Lee Yeon—. Mi padre fue un dios y mi madre es humana, de ahí nací yo, aunque mi padre Ocelotl, antes de morir me pasó sus poderes —ella hace tiempo que no pulía dichas habilidades.

—¿Y por qué no me lo comentaste? —dijo Lee Yeon expectante.

—No sólo eres un simple Jaguar con mucha velocidad y fuerza —comentó Lee Rang—. Vamos, te enseñaré a utilizar armas, nos vendría de ayuda que aprendieras para así derrotar más fácil a nuestros enemigos —decidió el semi zorro.

—Y yo te sacaré nuevas habilidades, ya verás, Jaguar —agregó Lee Yeon.

Los tres se formaron en un círculo en el jardín de Myoyeongak, primero sería el entrenamiento de invocar armas...

—Para esto debes de pensar en el arma perfecta —dijo Lee Rang—. Aquella con la que extenderás toda tu ofensiva y defensiva.

Alba, inmediatamente, pensó en un macuahuitl, aquella arma prehispánica, hecha de madera (como si fuera un bate de béisbol aplanado) con filos incrustados de obsidiana (un cristal volcánico muy filoso y letal), a cada uno de sus lados. Esto hacía que esta arma cortara fácilmente un cráneo humano y lo partiera en dos de un solo movimiento brusco.

—Lo tengo —contestó Alba.

—Bien —asintió Lee Rang—. Ahora, debes de tomar un objeto de tu entorno que se asemeje a ello.

En eso, Alba encontró una rama de árbol gruesa pero estéticamente visual.

—Este objeto te ayudará a materializarla mejor, con el tiempo, podrás invocar tu arma con cualquier un objeto representativo de por medio, ya sea un palo, una rama, un paraguas, entre otras cosas —añadió Lee Yeon.

—Debes pensar en tu arma, materialízala —ordenó Lee Rang.

Entonces Alba se concentró fuertemente, y en unos largos minutos, pudo hacer que dicha arma de árbol se convirtiera en un macuahuitl.

—¡Lo hice! —la chica dijo eufórica al hacer su cometido, luego de hacer ello, los hermanos Lee le siguieron el paso. Por un lado, Lee Rang invocó un par de hachas pequeñas muy filosas y manejables; mientras que, Lee Yeon invocó una espada negra filosa que parecía de obsidiana con unas inscripciones en Hanja (caracteres del chino tradicional, pero en idioma coreano).

—Esta arma jamás la he visto en toda mi existencia —Lee Yeon comentó asombrado—, es la combinación entre un mazo y una espada.

—Ese estilo va contigo —Lee Rang le dijo un cumplido sincero a Alba.

Luego de tener sus armas, los tres procedieron a luchar entre sí, para así entrenar sus reflejos y movimientos... Lo que no contaron los hermanos, es que Alba si sabía manejar armas, ya que antes de ser inmortal, aprendió con su pueblo el estilo tradicional de pelea.

Tiempo después, Lee Yeon le enseñó a cómo sacar sus poderes de semi dios...

—Es algo complejo, pero no imposible de hacer.

—Lo intentaré, aunque sí puedo hacer varios rituales —dijo Alba.

—Observa —dijo el gumiho, para luego convertir su mirada de color café en unos ojos naranjas brillantes similares a las de un zorro.

De pronto, el cielo despejado se convirtió en un cielo turbulento lleno de muchas nubes negras y una ventisca de aire poderosa... Fue ahí, donde Alba, se dio cuenta de que Lee Yeon controlaba el clima y el viento, uno de sus tantos poderes como dios de la montaña.

Maravillada por la acción del ser, Alba, se concentró muy profundamente... Cerró los ojos, y al abrirlos, sus ojos dorados, se tornaron blancos grisáceos con una sombra negra en sus párpados cayendo en cascada hasta sus pómulos.

Lee Rang, quien estaba presente, viendo a ambos desde lo lejos, se quedó en shock por la inesperada apariencia de la chica.

Luego de tener toda la energía concentrada en su interior, Alba sintió un calor inmenso, más fuerte del que siente cuando se transforma en jaguar u otro animal. Posteriormente, dirigió su mirada intensa hacia un árbol en la lejanía, y en un chispazo, ella convocó con su mente un poderoso rayo azul, el cuál cayó del cielo hacia dicho árbol, haciendo que éste se carbonizara al instante.

Lee Yeon, al ver lo sucedido, se apartó de ella, sin creer lo que acababa de ver.

Lo que no sabía Alba, es que Tláloc (un gran amigo de su padre), le compartió a ella el poder de crear rayos, esto como regalo de nacimiento.

—Vaya dato perturbador —Lee Rang comentó desde la lejanía.

—Veo que tienes potencial —Lee Yeon dijo algo aterrado—. Sólo no dejes que tus emociones te consuman, y puedas arrepentirte de algo.

—Podemos usar ese poder como un as bajo la manga —dijo Lee Rang.

—Será una ventaja, en definitiva —agregó Lee Yeon.

Después de acabar con las amenazas del momento. Era hora de que Lee Yeon del año 2020 volviera a su época...

—Nos volveremos a ver en unos años, Alba —Lee Yeon la abrazó—. Y para ello debes de ir a Seúl, Corea del Sur. No me busques, porque yo te encontraré primero, gran aliada —posteriormente, él le entregó un anillo de bronce a ella, simbolizando su alianza permanente, en agradecimiento a su ayuda.

Alba aceptó el regalo, posteriormente, se puso el anillo en el dedo de en medio, un lugar que simboliza la madurez y el despertar.

Hecho esto, Lee Yeon se despidió de todos los demás, en especial de Lee Rang, y se fue al futuro...

Ahora sólo había un Lee Yeon en la época de 1938. Y ahora Alba debía de volver a conocerlo... Sólo que a diferencia del otro Lee Yeon del 2020, éste tenía el cabello largo, era adicto al opio y tenía una melancolía en su mirada... Aunque, la amistad de Alba y su hermandad con Lee Rang le ayudaron a sobrellevar sus cargas emocionales.

Pasaron los años, y Alba decidió aprender más sobre el Clan Coreano, así que se quedó en Joseon de una manera indefinida... Sin embargo, el llamado de su madre la hizo irse de aquel lugar, para volver con su tribu, puesto que su madre le había comentado (telepáticamente) sobre la existencia de los metamorfos Quileutes.

Por lo que, sin más dilación, la chica jaguar decidió irse a su hogar, no sin antes despedirse de Lee Rang y del Lee Yeon melancólico.

—Nos veremos luego, chicos —Alba dijo luego de abrazarlos a ambos.

—Jaguar —ese era el apodo que le puso Lee Rang—, no olvides que ambos te debemos mucho, ya que nuestra naturaleza de gumihos, nos ancla a tener que devolverte tu apoyo —dijo él, y luego le extendió a la chica un collar de fino cuero con una garra de zorro en medio—. Esto simboliza que te debemos muchos favores.

—Muchas gracias, Lee Rang —Alba sonrió, ya que de ellos aprendió muchas cosas, y en parte, le ayudaron a sobrellevar la culpa que tenía por perder a su impronte.

—Nos volveremos a ver —Lee Yeon comentó—. Tal y como te lo dijo mi yo del futuro.

Alba asintió, para después, transformarse en un águila majestuosa y volar hacia su hogar, hacia su Clan.

En el viaje, ella pensó en los buenos momentos que pasó con los hermanos Lee, quienes fueron de mucha ayuda para el desarrollo de Alba.

Ahora otro clan se sumaba a la lucha contra los Vulturis... Y este era proveniente de las tierras lejanas de Joseon.

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