Capítulo 3
Cassandra decidió que esa mañana visitaría a su amigo de la infancia, sin importarle lo que diría su hermano, porque se está comportando como un total tonto, y obviamente la rubia no iba a lidiar con eso, así que salió camino a la casa de Demetri.
Ya entrando por el camino hacia la puerta, cuando ya estuvo enfrente tocó el timbre, esperando que alguien le abriera.
La puerta de abrió totalmente, dejando ver a un Demetri recien levantado, quien la observaba atónito, entonces la rubia sonrió dispuesta a saludarlo cuando rápidamente Demetri cerró la puerta en su cara, dejando a Cassandra totalmente confundida.
Pero luego de unos segundo el pelinegro volvió abrir la puerta aún con una expresión atónita y confundida.
–¿Eres real? – preguntó el ojiverde tocando con su índice la frente de la rubia, quien rápidamente soltó una carcajada.
–Buenos días para ti también. – saludó sonriendo Cassandra.
–¡Oh, lo siento! ¡Lo siento en verdad, Cassie! Es que acabó de levantarme....y pensé que mi mente me estaba jugando una mala pasada. Perdón.– se lamentó Demetri un tanto angustiado.
–Tranquilo, tranquilo Dem. Esta bién te perdono. – dijo ella sonriendo.
–¿Puedo pasar? – preguntó de nuevo Cassandra al ver que Demetri no decía nada y solo la observaba fijamente.
–Oh, claro, claro. Pasa. – dijo haciendo se aun lado para que pudiera pasar la rubia.
Ya adentro la rubia solo se quedó de pie observando la sala de estar.
–Es increíble y un tanto perturbador ver que es exactamente igual que cuando estaba niña ¿no lo crees? – dijo Cassandra.
Balbucea y luego aclara su voz.
–Si, supongo que es normal. – dijo encogiendose de hombros.
–Si claro, claro. – dijo Cassie con una risa nerviosa, en eso entra una mujer castaña con el mismo color de ojos verdoso de Demetri.
–¿Eres la pequeña Cassie? Vaya cuanto has crecido, pero eres igual de hermosa que cuando estabas más pequeña. Me alegra volver a verte y saber que aun conservan su hermosa amistad de niños. – dijo la madre de Demetri con una grande sonrisa.
–A mi también le alegra verla de nuevo, señora B. Usted sigue igual de linda como la recuerdo, y gracias. – dijo Cassie sonriendo un poco nerviosa por la fija mirada de Demetri sobre ella, además de la sonrisa que le regalo la castaña por el cumplido.
Se aclarar la voz.
–Venía a invitar a Dem a ver películas. Es que estoy aburrida en casa y Demetri me dijo que podía venir – dijo ella un poco sonrojada por la situación.
–Tranquila, cariño. Puedes salir con mi niño. – dijo la madre de Demetri.
–Gracias, señora B. – agradeció la rubia.
(...)
Tiempo después Demetri ya listo salió de la casa, junto a Cassandra en dirección al cine o simplemente a alguna tienda para alquilar películas.
–De verdad, te debo una disculpa. Por lo de la puerta y por las preguntas de mi madre, por si te sentiste incómoda. – dijo Demetri rascando su nuca en gesto de nerviosismo.
A lo que la castaña lo tomó de los hombros para que la observaba, además de la diferencia de estatura.
–Escuchame, Dem. Tu madre es un completo amor, no me incomode, ella es como mi segunda mamá, para ser sincera. Así que no te preocupes. – dijo ella sonriendo con un tono suave.
A lo que el pelinegro solo asintió lentamente con un rubor en sus mejillas, tal vez por la cercanía que tenía con la rubia.
–¿Pr-preefieres el cine o rentar películas? – preguntó un tanto nervioso
–Pues cualquiera estaría bien. – dijo ella reacomodandose aun lado de el como al principio que salieron de la casa.
–Bien, no estaría mal ir al cine. – aseguro el pelinegro.
–Al cine será. – dijo la rubia hacían un gesto con las manos de victoria, a lo que Demetri soltó una débil risa, seguida de la risa de la rubia.
(...)
Ya al estar cerca de los carteles, habían de todo un poco, romance, aventura, acción, ciencia ficción, dibujos animados, etc. Pero obviamente la única que llamó su atención fue la película de dibujos animados "Spider-Man: Un Nuevo Universo", ya estaba un poco vieja en cartelera pero aun así Cassandra no la había visto y al parecer Demetri tampoco.
–¿Vemos esa? ¿O ya la has visto? – preguntó la rubia señalando el cartel de la pelicula de Spider-Man.
–Si, veamosla...Emm.... No, no la he visto. – dijo el ojiverde, ya llegando a la taquilla para pagar los boletos.
–Bien, voy a por los refrescos y las palomitas. – dijo la rubia separándose del lado del pelinegro, a lo que el solo asintió, para ella hacer la fija y comprar lo dicho.
La rubia se posicionó para hacer la fija faltaban tres personas al igual que la fila de la taquilla de Demetri, a lo que en algunos momentos ambos se observaban y se sonreían por algún chiste mudó que se hacían mutuamente, luego de un rato solo les faltaba una persona llegando primera la rubia para pedir su comida.
–¿Podría darme el combo de las dos bebidas con las palomitas medianas?– pidió la rubia.
–Claro enseguida. – aseguro el señor al otro lado de la vitrina, a lo que ella solo asintió esperando.
Luego sintió una mano en su trasero, haciendo que su sangre hirviera de rabia, sabía perfectamente que no había sido su amigo, se volteo para encarar a aquella persona, viendo unos tres chicos riendo idiotamente.
–¿Cuál es su problema, imbéciles? – preguntó rabiosa Cassandra.
–¿Problema? ¿Cuál problema? Solo admirabamos ese gran trasero que tienes, linda. – dijo uno de esos chicos guiñandole un ojo descaradamente, haciendo que el resto riera.
–¿Quién fue? – preguntó esta vez más enojada que antes.
–Nadie, linda. No sé que piensas ¿a caso estas alucinado? – dijo cínico otro de ellos.
Luego sintió la mano de su amigo posarse en su hombro, calmandola un poco, de la rabia que transmitía.
Si fuera porque no me gustan los escándalos, ya estarían estos imbéciles en el hospital.
–¿Todo bien? – preguntó el ojiverde a la rubia, a lo que ella solo cerro los ojos suspirando volviendo a observar a Demetri asintiendo.
Entonces ella recogió la comida, pagando la y saliendo de ese lugar hasta que vio la mano de uno de esos idiotas dirigirse a su trasero, pero al parecer no sucedió cuando ella volteo vió a Demetri sostener la mano de uno de esos idiotas, para evitar que la tocara.
–Cuidado con las manos. – advirtió el ojiverde, intimidando al chico, aunque eso fuera casi imposible, ya que Demetri era un chico muy asustadiso, y para nada problemático, pero al parecer se estaba aprovechando de su estatura de 1,80 para ganar la situación y lo extraño es que estaba ganando la situación, luego tiró la mano del chico, haciendo que se fueran de ahí un tanto asustados, el pelinegro le hizó un ademán a Cassandra de que siguieran hacia la sala de cine.
Cambiando lado a lado hacia la sala de cine.
–Gracias.– agradeció la rubia, pasándole una bebida.
–No hay de que, pero no sabes lo asustado que estaba, no me gusta cuando se aprovechan así de las chicas, es asqueroso. – dijo soltando una risa nerviosa, por el comentario de asustado, a lo que la rubia asintió.
(...)
Ya había iniciado la película y ellos estaban sentados uno al lado del otro, atentos a la película. Teniendo las palomitas en la mitad de ellos.
Pero de un momento a otro ambos tomaron palomitas al mismo tiempo haciendo que sus dedos se rozarán, sintiendo ambos una corriente de electricidad recorrer las yemas de sus dedos, además de lo frío que tenía los dedos el ojiverde
La rubia se sonrojo al instante pero gracias a lo oscuro del lugar, Demetri no lo notó, y viceversa.
Cassandra hizo el siguiente paso y se quedó observando la película, mientras tomaba la mano de Demetri entre la de ella, entrelazando sus dedos siendo correspondida por los de el.
Sintiendo su mejillas calientes a más no poder. Puede que Demetri y ella fueran amigos de niños.
Pero su enamoramiento por el no se hacia ido por completo, como creía que había sido.
Después de un largo rato en donde tenian sus manos entrelazadas, la película ya había terminado quedandose observando entre si, hasta que las luces se encendieron dejando a la vista de ambos el rubor de las mejillas de ambos separando sus manos.
No quería arruinar la amistad con Demetri, solo porque aun me siento enamorada de el, como una estúpida...
(...)
–¿Te acompaño a tu casa? No me parece muy educado dejar que vayas sola luego de que te tomaste la molestia de venir a mi casa– preguntó sonriendo, con un leve rubor en sus mejillas.
–Claro, no hay problema. – respondió sonriendo de oreja a oreja.
Después de lo que sucedió en el cine, ninguno había dicho ningún comentario chistoso, ni nada parecido y eso estaba afectando a la rubia, quien tenía la mirada un tanto decaída.
–¿Cassie?– llamó
–¿Sí?
–¿Estas molesta p-por lo que sucedió en el cine? ¿L-lo de nuestras manos? – preguntó evitando la mirada de la rubia de lo nervioso y sonrojada que se encontraba.
–N-no, no me arrepiento ¿te molestó?– dijo ella un tanto nerviosa y facinada por lo adorable que se veía el ojiverde con ese sonrojo decorando sus mejillas.
–No.. ¿L-lo puedo volver h-hacer? – preguntó temeroso.
La rubia no contestó, cuando ella entrelazo sus dedos con los de el, sonriendole en respuesta.
Siguiendo tomados de la mano, caminando hacia la casa de la familia Moskowitz.
En el camino siguieron en silencio, disfrutando de sus manos entrelazadas y el sentimiento cálido que ambos sentían con la compañia del otro.
Ya enfrente de la puerta de la casa Moskowitz, Demetri se detuvo, rebuscando algo en su bolsillo, bajo la confundida mirada de Cassandra.
–¿Estas bien? – preguntó la rubia con una media sonrisa.
–Si, espera un momento.– dijo el pelinegro sacando un collar con una pequeña muñequita de Wanda Maximoff junto al nombre de ella "Cassandra", a lo que la rubia lo observo atónita e impresionada.
–¿Dem? No me digas que...
–Tranquila, lo compre mientras estabas en el baño, apenas lo ví y me recordó a ti, además le dije a la señora que le colocará tu nombre. Es tuyo. – dijo Demetri entregandoselo, a lo que la rubia se dio la vuelta recogiendo su cabello para que el pelinegro le colocara el collar.
Ya puesto ella lo observo entre sus manos, sonriendo con las lágrimas deslizándose por sus mejillas, lanzándose a los brazos del ojiverde.
–Gracias, gracias, gracias. Es lo más lindo que alguien ha hecho por mi. Gracias. – dijo ella limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano, mientras el pelinegro acariciaba su espalda
–Tranquila, lo hic.... – se aclaró la garganta y no término su frase.
–Esta bien, pero no tengo nada para tí. Te lo recompensare, te lo prometo. – dijo Cassandra con la voz un tanto rota, por el llanto.
–No tienes que darme nada, con tu presencia me es suficiente. No sabes cuanto te extrañe.– dijo el abrazandola más fuerte.
–Yo también te extrañe. – confeso Cassandra sonriendo observando lo mientras quitaba sus propias lágrimas con su dorso, se parandose del abrazo, dándole un beso en la mejilla, haciendo que las mejillas del pelinegro se tornaron rosas, devolviéndole el beso en la mejilla a la rubia lentamente como dudando de hacerlo o no, hasta que le puerta de abrió de par en par.
–Hermano, te dije que te veré en el entrena....miento– dijo Eli a Miguel quienes salían de la casa en ese instante, haciendo que Demetri se apartara de la rubia rápidamente.
–Nos vemos luego, Cassie. – se despidió muy nervioso, apaurado y sonrojada, casi corriendo alejándose de ese lugar.
–Nos vemos, Dem. – se despidió la rubia con una sonrisa.
–¡Te dije que te alejaras de mi hermana, Demetri! – gritó Eli desde la puerta, mientras Miguel y Cassandra se observaron apunto de soltar una carcajada.
Espero les haya gustado.
Para addys_tar ✨❤
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