𝟏; 𝐏𝐚𝐭𝐫𝐨𝐧𝐮𝐬 𝐲 𝐜𝐡𝐨𝐜𝐨𝐥𝐚𝐭𝐞.

ᴇʟᴇᴀɴᴏʀ ᴇsᴛᴀʙᴀ ʙᴀsᴛᴀɴᴛᴇ ɴᴇʀᴠɪᴏsᴀ, ʀᴇᴄᴏʀᴅᴀʙᴀ ᴄᴏᴍᴏ sᴜ sᴏʙʀɪɴᴏ habia sido atacado por un Dementor, y eso no la dejaba para nada tranquila.

— Se acerca el partido de Quidditch, y según el clima va a ser un día tormentoso. Debes tener cuidado. — Le dijo Eleanor a su sobrino.

— Lo se tía, puedes estar tranquila. — Le dijo con una sonrisa.

— No lo estoy, y no busco estarlo tampoco. Estamos en tiempo difíciles, y necesitas tener cuidado. Los dementores estaran cerca del campo, así que evitalos.

— Es cierto, Harry, debes tener cuidado. — Dijo está vez Hermione preocupada.

— De igual manera, siempre estaré cuidándote. — Dejo un beso en la coronilla de su sobrino y salió de la sala común de Griffyndor.

Su mente era un revoltijo de pensamientos, y en su garganta sentía un nudo de la impotencia que sentía. ¿Cuando sería el día en que podría respirar? Desde que su sobrino llego a Hogwarts todo pareció ir en su contra, primero la piedra filosofal, luego el basilisco, y ahora Black y los dementores.

¿Acaso el apellido Potter estaba maldito? ¿Estaban condenados al sufrimiento? No lo sabía, y no buscaba averiguarlo, solo quería proteger a Harry.

El día del partido había llegado, y Eleanor estaba en las gradas de los profesores.

Estaba tan orgullosa de su sobrino, y de que él llevará en su sangre ese legado de los Potter, lástima que no quería ser un jugador profesional, si no, que quería ser un auror, y eso la enorgullecía en demasía.

— ¡Vamos Harry! — Se escuchaban los gritos de los compañeros de casa del Gryffindor.

— Tu sobrino es muy talentoso. Igual que tu y su padre. — Dijo Remus.

— Claro que si, Lupin. Somos Potter, lo llevamos en nuestra sangre. — Remus le dio un pequeño empujón.

De pronto, Harry junto con el buscador de Hufflepuff pasaron cerca de las gradas de los profesores, y volaron muy alto.

— Dumbledore... — Eleanor miro al director seriamente, pero él no dijo ni hizo nada.

Unos minutos pasaron hasta que exclamaciones de horror comenzaron a escucharse por todo el campo de juego. El cuerpo de Harry caía rápidamente desde el cielo.

— ¡Harry! — Grito Eleanor.

— Aresto Momentum. — Dijo Dumbledore mientras detenía la caída de Harry.

— Haremos todo lo posible por mantener a los dementores lejos de Harry. — Dijo Dumbledore en su oficina.

Dentro de esta estaban Eleanor, Remus, Snape y la profesora McGonagall.

— ¡Pues no hacen lo suficiente! — Eleanor apoyo sus manos en el escritorio del director.

— Tranquila, querida. — Minerva reposo sus manos en los hombros de la elegante mujer.

— ¿Cómo quieren que me quede tranquila? Sirius está suelto por el castillo, pudo haberlo atacado y ahora fue atacado por segunda vez por un Dementor. Harry ha pasado por muchas cosas estos años, seria horrible que esas bestias le quitarán los únicos momentos felices que pude darle. — Dijo desesperada. — Ustedes saben que siempre mantengo la calma, pero está situación me está desbordando.

— Haremos hasta lo imposible. Te lo prometo, Eleanor.

— Dumbledore, soy profesora hace muchos años en este colegio, y cada vez la seguridad es más precaria. Voldemort podría volver en cualquier momento, o algún seguidor suyo, y los chicos en el castillo están desprotegidos. Este es uno de los mejores colegios de magia que existen, pero también el más inseguro en estos últimos años. Hagan algo, o el colegio cerrará en algún momento. — Sin más, Eleanor Potter se fue, enojada, pero sin dejar esa elegancia que la caracterizaba.

Remus, Harry y Eleanor estaban caminando por los jardines del Castillo, charlando un poco. La mente de la mujer estaba dispersa, hasta que el tema de los dementores apareció en la conversación.

— Si no lo tuvieras serías un tonto. — Dijo Remus.

— Necesito defenderme. Enseñeme. Alejó al Dementor del tren.

— Solo era uno esa noche. — Dijo el hombre.

— Pero pudo alejarlo.

— No pretendo ser un experto, Harry. Pero ya que los Dementores parecen tener un interés especial en ti, supongo que te enseñaré. Pero después de las vacaciones, ahora necesito descansar. — Acepto Remus con un tono cansado.

— Hay un hechizo que Remus puede enseñarte, también me lo enseñó a mí en su momento. Es un experto en ese hechizo aunque no lo quiera admitir. — Menciono Eleanor con sus brazos cruzados en su pecho y una sonrisa ladina plasmada en su rostro.

— ¿En serio? — Ambos asintieron.

— No fui parte del grupo de tu padre porque estaba en Slytherin, pero a veces, me veía con ellos. Remus y yo siempre nos llevamos bien.

— Es cierto. Tu tía era la mejor buscadora de Slytherin, y además, prefecta de la casa, mientras que tu padre, bueno... Tenía una facilidad para meterse en problemas. — Los adultos soltaron una pequeña carcajada.

— Así es. Muchas veces tuve que reprenderlo por verlo merodeando en los pasillos. Imagínate, Harry, a tu padre de joven, y a mí, dos años más joven que él, castigandolo por romper las reglas. — Remus negó con su cabeza.

— Casi nunca hablas de tus experiencias como alumna. — Menciono Harry a su tía.

— Es cierto, pero creo que porque no hay mucho que decir.

— ¿No hay mucho que decir? — Remus estaba anonadado. — Eras la mejor bruja de tu año, y dejaste a todos sorprendidos cuando el sombrero te puso en Slytherin.

— A decir verdad, el sombrero dudaba en ponerme en Ravenclaw o Slytherin. Me dijo que tenía todas las cualidades para estar en cualquiera de las casas, pero habían cosas en mí que predominaban para esas dos. Casi como te sucedió a ti, pequeño. — Eleanor paso su brazo sobre los hombros de su sobrino.

— ¿A si? — Pregunto Remus.

— Así es. El sombrero casi lo pone en Slytherin, pero Harry le imploro que no, así que lo puso en Gryffindor. Lástima, hubieras sido un Slytherin estupendo, pero tus padres estarían orgullosos de que seas un Gryffindor.

— Eso es cierto. — Seguro Remus al menor de los tres.

Eleanor estaba escribiendo algunos apuntes de estrategias para los próximos partidos de Quidditch de la escuela cuando, de repente, la puerta de su oficina se abrió, escucho el ruido de una corrida y como algo la abrazaba. Hermione y Ron aparecieron unos segundos después en el marco de la puerta.

Los sollozos de alguien se escuchaban levemente, y para ella eran inconfundibles. Miro a los dos jóvenes y estos la miraban con tristeza. Tomo con una de sus manos la capa de invisibilidad de su hermano, y la retiro del cuerpo de Harry.

— ¿Por qué lloras mí pequeño buscador? — Ese apodo era el que Eleanor le puso a Harry cuando era pequeño.

— Era su amigo, y los traicionó. — Eleanor limpio las lágrimas de su sobrino. — ¡Era su amigo! Y tu pareja...

— Harry... Lo lamento tanto. — Dijo ella con trsitiza.

— Ojalá que me encuentre.

— ¡Harry Potter!

— Y entonces, voy a estar listo. Cuando lo haga, voy a matarlo. — Dijo con enojo.

— ¡No vuelvas a decir eso! — Exclamó Eleanor. — No debes convertirte en tu enemigo. Sirius obró mal en esta vida, no tienes porqué hacer lo mismo por venganza. Eres mejor que eso. Ya la vida le pagará el mal que hizo. ¿Recuerdas lo que siempre digo? — Eleanor tomo entre sus manos el rostro de Harry y sus ojos claros se encontraron.

— Que todas nuestras decisiones cambian nuestro destino.

— Exacto. Debes ser mejor que todos aquellos que busquen lastimarte. La vida te lo recompensará. Ron, Hermione, pueden ir a descansar. Harry y yo tenemos que ir a hablar con el profesor Lupin. — Ambos chicos asintieron y se despidieron de ellos.


— Harry, Eleanor, han vuelto. ¿Estás seguro de esto? Esto es magia muy avanzada, más complicada que la hechicería común. — Hablo Remus.

— Estoy seguro.

Remus se quedó callado por un momento. — Todo está preparado. Lo que te enseñaré se llama encantamiento Patronus, ¿Lo conoces? — Harry negó con la cabeza. — ¿No? Bueno. El Patronus es una fuerza positiva, cuando lo invocas es un escudo. El Dementor toma esa energía y no la tuya. Pero para que funcione necesitas pensar en algo, un momento muy feliz, muy poderoso e intenso. ¿Lo harás?

Harry miro a su tía y asintió. — Mhm.

— Si. Muy bien. — Remus lo señaló. — Cierra los ojos. Concéntrate. - Harry cerro los ojos. — Explora tu pasado. ¿Ya lo tienes? Deja que te invada, déjate llevar por el, luego pronuncia esto, Expecto Patronum.

— Expecto Patronum. — Repitió Harry.

— Muy bien. — Remus se acercó a un cofre que tenía preparado con un Boggart dentro.— Bien. Varita lista.

Cuando Harry estuvo listo, Lupin abrió el cofre y dejó salir al Dementor. Su figura era exacta a la de uno real. Harry extendió su brazo y apunto al Boggart.

— Expecto Patronum. — Nada sucedía, las velas se apagaban y el Boggart se acercaba a Harry. — Expecto... Expecto... — El joven se desmayo, y si no fuera por los rápidos reflejos de su tía, su cabeza hubiera golpeado duramente el suelo.

— Siéntate. — Remus y Eleanor ayudaron a Harry a sentarse en unos escalones que había en el lugar.

— Respira, Harry.

— No esperaba que lo hicieras a la primera, hubiera sido increíble. — Remus busco algo en su bolsillo y saco una tableta de chocolate. — Ten, come. Te ayudará.

— Siempre tienes chocolate contigo.

— Así es. Mí fiel compañero.

— Que horrendo Dementor. — Dijo Harry.

— Oh, no, no. Eso era un Boggart Harry. Un Boggart. Uno real es terriblemente peor.

Harry se levantó con algo de dificultad, y le dio un pedazo de chocolate a su tía.

— Por curiosidad. ¿En qué pensabas? ¿Que recuerdo elegiste? — Pregunto Remus mientras encendía las velas de nuevo.

— ¿Y no elegiste ningún recuerdo conmigo? Vaya... Así son, Remus. Les das la mano y te agarran el codo.

— No es suficiente, no es nada poderoso.

— Existe otro. — Harry se acercó a unas de las velas. — No es feliz en si, bueno, si lo es. Es el momento más feliz. Pero es complicado.

— ¿Es intenso? — Harry se giró hacia Remus y asintió. — Intentemoslo. ¿Listo?

Harry se preparó nuevamente delante del baúl. — Listo. — Y apunto al mismo.

— Expecto Patronum.

— ¡Vamos Harry! — Exclamó Eleanor.

— ¡Expecto Patronum! — Está vez, de la varita de Harry, salió una bella luz celeste con un subtono blanco, muy bella a la vista de cualquiera.

— ¡Eso es! — Eleanor exclamó contenta.

Remus reía impresionado y contento por ese logro del muchacho. Harry llevo al Boggart de nuevo al baúl y Remis lo cerró.

—. Bien hecho, Harry.

—  Creo que fue suficiente por hoy. —  Eleanor rió.

—  Deja de darle chocolate, lo harás adicto, igual que tu.

— Callada te ves más bonita, mandona. —  Dijo en broma Remus.

Los tres se sentaron en el escalón. — Quiero decirte que eres tan buen hechicero como tu padre, y eso es impresionante.

— Pensaba en él, y en mamá. —  Eleanor apoyo su cabeza en el hombro de su sobrino. — Y también en ti, tía. Los veía, y me hablaban... Solo eso. Fue lo que elegí. Aunque no sé si es real, pero es el más feliz que tengo.

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