Mientras duermo

No tenía ni idea de en donde estaba, sus recuerdos eran engañosos y muy difusos.

De repente azotaba su mente un feliz recuerdo de él en su antiguo planeta, en donde jugaba con su padre con el cielo teñido de un hermoso azul combinándose con el naranja de un bonito atardecer.

Y pronto se esfumaba, llegaba otro de su hijo, como siempre desde pequeño le enseño sobre manejo de armas, y como su pequeño Cato se divertía disparando, recordaba una figura femenina, su cara era difusa solo sabía que su pelaje era al igual que el de su hijo, de un naranja potente, quien siempre le regañaba por la clase de educación que estaba recibiendo su hijo.

Y de nuevo todo en blanco, y como si nada importará cambiaba a una oscura.

Un rubio salía de entre las sombras con sus expendidos ojos azul cielo, iluminando aquella espesa sombra.

— ¿Quieres jugar a las cartas? —

Escuchaba en forma de eco, de pronto un lugar pleno y lleno de delicado pasto verde aparecía, una manta blanca con rojo se sentía bajo sus patas y al levantar la mirada, ahí estaba, aquel hermoso rubio que parecía esculpido por los mismísimos dioses, mostrando un manojo de cartas entregándole justo cuatro.

Podía observar que era un lindo amanecer, ahora el cielo estaba en tonalidades moradas y rosas en ocasiones, pero de pronto un vacío se extendió en su estómago.

Estaba tan hambriento.

Abrió los ojos con cuidado encontradose con el delicado rostro del capitán a poco centímetros de el.

Podía observar sus dilatadas pupilas y sus azules iris que parecían tener un especial brillo, pero por qué un ángel tan hermoso le miraría de esa forma.

Si pensaba que Gary era un hermoso ángel, aunque no le gustará ni iba a admitirlo.

— ¿Qué diablos haces? — esbozo de forma agresiva, haciendo que el contrario entrará en pánico separándose de el.

— Solo.... Están viendo si respirabas — desvío la mirada hasta posarla sobre la bandeja que yacía sobre la mesa — y te traje esto — anuncio tomando la bandeja y poniéndola sobre las piernas del enfermo.

— UMM, gracias — fue todo lo que respondió.

No era como si no quisiera hablar con el, era más el hecho de que el hambre que tenía no se lo permitía.

— Bien, veo que lo disfrutas, en fin debo irme Avocato — le sonrió de forma cálida, intentando salir de la habitación.

— ¿Como te llamas? — preguntó Avocato antes de que el rubio saliera por la puerta.

— Ya te lo dije, mi nombre es Gary Goodspeed — y termino de salir de la escena.

— Gary... — saboreo cada letra siendo pronunciada en su boca — ¿Quien eres?, Y ¿Por qué siento que te conozco de antes? — cuestionó en el aire, mientras su cabeza intentaba poner en orden sus ideas, siguió consumiendo su tan ansiado alimento.

Y luego despertó.

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¿Medio fumando este cap no?

Idk son las 2:50am ya ni c que estoy haciendo con mi vida, wenas madrugas y bye.

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