En el frío pasar de las estaciones, te recordé.

Al oír las risas de aquellas personas, te recordé.

Me sentí mal, pero te recordé.

Sí, así lo hice, llorando te recordé.

Al recordarte, sentí que todo era bonito

Pero nostálgico, tanto así que me quemaba el alma.

Gritaba en silencio mientras veía tu sonrisa de nuevo.

Oh, te recordé en silencio.

Al final, ya no sabía si eras un recuerdo.

Pues, sentí que tu felicidad me alcanzaba.

Con delicadeza, tu recuerdo me acariciaba.

Y con pena y dolor, yo seguía teniendo esas añoranzas.