06


–Jimin, ¿quieres mas helado? –preguntó el omega pelinegro desde la cocina.

El omega castaño había sido invitado al departamento de su vecino. Jungkook había tenido el día libre después de las tres de la tarde y pensó que sería aburrido pasarlo solo. Así que llamó al menor esperando que se encontrara disponible. 

–Sí, por favor.

La compañía de alguien más que no fuera su rommie era grata, especialmente siendo Jimin, el cual su forma de ser era tierna y sumamente especial a la hora de hablar con él. Y no es que Yoongi no lo fuera, porque entendía que su mayor era algo reservado en ciertas cosas y cuando se sentía seguro podían hablar de temas serios y a veces graciosos, pero contar con alguien que ademas de ser omega al igual que él y muy extrovertido le ayudaba a abrirse más a conocer personas nuevas.

–Gracias. –tomó entre sus manos el tazón lleno de más helado de fresa.

–¿Te esta gustando la película? 

–Sí, esta es una de mis favoritas. –comentó emocionado metiendo la cuchara en su boca.

Jimin observó por unos segundos a Jungkook aprovechando que este se encontraba distraído. ¿Por que Yoongi no salía con Jungkook? Tal vez siempre se hacía esta pregunta cada vez se encontraba solo en su habitación, cuando su mente creaba pensamientos algo tontos y fuera de lugar. Y sí sabía que se lastimaba a si mismo pensando en eso, imaginando a ambos tomados de la mano y dándose tiernos besos.

–Jimin, –lo llamó el mayor haciendo que este volteara inmediatamente a verlo. –¿Puedo hacerte una pregunta?

Asintió sin pensarlo, porque de todo lo que le pudo haber preguntado jamás imagino algo como...

–¿Te gusta Yoongi?

–¿P-perdón? –balbuceó haciendo que pequeñas gotas de helado cayeran sobre su camisa. Ahora sus mejillas debían estar tan rojas que prodía ser comparado con un tomate, pero gracias a que la luz estaba apagada siendo iluminados solo por la luz de la pantalla de seguro no se notaría. Estaba apunto de responder cuando escucharon el click que indicaba que la puerta fue abierta.

Yoongi entró quitando sus zapatos con pereza, bostezó sintiendo su cuerpo cansado y pidiendo a gritos una cama. Estar la mayor parte del día encerrado en una oficina no era para nada bueno, pero al menos no tenía que lidiar con personas sí trabajara en algo como un restaurante de mesero o como cajero.

–Buenas noches, hyung. –comentó Jungkook desde la sala. Observó sin importancia la película que estaba viendo su rommie. Antes de dirigirse a su habitación notó también un bulto parecido al de una cabeza. Sabía desde ya de quién se trataba, había dejado esparcido por el aire un poco de su aroma a caramelo.

Optó por sentarse a su lado no queriendo parecer irrespetuoso al no saludarlo, Jimin se sentó de manera correcta sobre el sofá. El pelinegro lo observó de reojo, ahora esos dos comenzarían a hablar arruinando la película para Jungkook

–Hola Jimin.

Dejó salir el aire que estaba reteniendo. La reciente pregunta del omega a su lado lo había hecho plantearse pequeñas cosas en tan solo unos segundos. ¿Realmente le gustaba Yoongi? Al decir que sí admitiría que todo lo que le hace sentir ese alfa provoca cierto revuelvo en su corazón, desde su olor hasta su forma de comportarse tímida y evasiva cuando estaba cerca de él.

–Hola, hyung.

Pero decir que no, haría que su omega comenzará a ponerse triste. Odiaba encariñarse tan rápido con las personas que apenas conoce. Sin darle más vueltas se contestó a si mismo, reservándose la respuesta hasta que la pregunta volviera a salir de la boca de Jungkook.

–¿Ha estado todo bien? –susurró demasiado cerca para no llamar la atención de Jungkook que parecía muy entretenido con la trama. Jimin sintió un cosquilleo por la cercanía –La ciudad, ¿te está gustando?

–Es muy bonita. –contestó mirándolo a los ojos. El rubio asintió llevando sus cabellos hacia atrás –He hablado con más vecinos y también he invitado a amigos a mi nuevo departamento.

Amigos. Apretó su mandíbula de solo imaginar al omega castaño rodeado de personas. Y era normal, sí, pero su alfa protector salía a dar la cara pensando en miles de situaciones que llevarán a algún alfa idiota de sus amigos a aprovecharse del menor. A simple vista el castaño no parecía saber defenderse de cualquier ataque.

–Tienes helado aquí. –señaló la comisura derecha de su boca.

–¿Aquí? –con torpeza intentó quitárselo. Yoongi negó mientras sonreía y quitaba por el mismo la mancha seca de helado. Sus pomposos labios rosados se abultaron aún más cuando pasó su dedo cerca de ellos. El alfa abrió su boca inconscientemente pensando en los suaves que deberían ser al probarlos. Jimin cerró sus ojos al sentir como el cuerpo del contrario comenzaba a acercarse.

A este punto la tercera persona en la sala no importaba para ambos. Jungkook estaba sonriendo viendo como la tensión comenzaba a aumentar. Abrió su boca sorprendido cuando salió una escena impactante en la pantalla, volvió a verlos para asegurarse de no perderse ningún otro de detalle entre Yoongi y Jimin, pero ahora el omega se encontraba solo.

Yoongi se había ido.

–¿Que es lo que tratas de hacerme? –preguntó el alfa una vez que estuvo dentro del baño.

Había escapado como un cobarde de nuevo cuando vio como Jimin cerraba sus ojos esperándolo. Cualquier otra persona inteligente se habría inclinado un poco más, probando aquellos labios pomposos y brillantes que tenía, pero estaba asustado de solo pensarlo.

No quería arruinar lo que hasta ahora se podía considerar una amistad entre los dos. Porque besarlo una vez lo llevaría a querer más que eso y no sabía si Jimin también quería hacerlo. Tal vez lo podría incomodar o no lo sabía muy bien.

Caminó hasta el lavamanos y empapó su cara. Tenía que despejar su mente de tantos pensamientos que lo confundían, ahora necesitaba dormir porque mañana sería otro largo día en su trabajo.

Salió del lugar, cerrando con cuidado la puerta para no ser escuchado. Se asomó desde la pared que conectaba la cocina con la sala principal. Aún estaban viendo la película, Jimin reposando su cabeza en el hombro del Jungkook.

Dormido quizás.

La alarma de su celular vibró cerca de su oído. Pasó sus manos por su rostro, no quería levantarse aún. Por alguna razón el lugar donde se encontraba era muy cómodo. Se movió un poco, buscando su celular para apagar la vibración.

–¡Ah!

Un estruendo se escuchó en toda la sala. Confundido y alarmado se levantó rápido, inmediatamente sintió un fuerte mareo. No estaba en su departamento, ni mucho menos en su cama. Dos fuertes olores en el aire le hicieron saber de quién era el departamento.

Pronto recordó que se había quedado dormido en el hombro de Jungkook. Debió haberlo dejado ahí junto a una manta para cubrirlo del frío. El pelinegro realmente era tan gentil, ahora debía buscarlo para darle las gracias porque no quería ser malagradecido.

–¿Hyung?

El silencio del lugar le hizo creer que estaba solo. Caminó por el pasillo que daba a las habitaciones. Dió dos toques suaves a una de ellas, pero nadie respondió. Echó un vistazo a la habitación de Yoongi. ¿Estaría ahí? Pensó el castaño. No, porque pudo salir al escucharlo.

De igual manera tocó su puerta. Cómo lo esperaba nadie salió, la madera crujió al ser abierta y con sigilo entró por la misma. Se dió la oportunidad de oler su aroma. Café amargo, Jimin amaba el café, Jimin amaba el olor del alfa que tanto lo evitaba.

Dejó salir fuertes feromonas, como resultado de lo que provocaba en él. Queriendo ser completamente sumiso ante él, como tal vez lo quiso desde que lo conoció. Pero no iba a hacerle caso, Yoongi estaba lejos de quererlo como el lo hacía.

–¿Por qué no lo hiciste? –preguntó refiriéndose al momento en que sus rostros estaban tan cerca y pudieron besarse. Se sentó sobre su cama, entre las sábanas revueltas encontró un suéter del mayor. Lo tomó llevándolo a su rostro y lo olfateó.

–¿No hice que?

Se giró asustado por la presencia del mayor. Yoongi estaba a unos metros de él con solo una toalla de color negro cubriendo su cintura hasta sus rodillas.

–Bu-buenos días, hyung.

Su rostro ardiendo por verlo de esa manera. Tampoco ayudaba en nada para Yoongi que su propia habitación estuviera llena de ese olor magnífico y delicioso a caramelo del menor. Jimin se levantó dejando el suéter dónde lo encontró.

–¿Me estabas esperando aquí?

–Busque a Jungkook hyung y no lo encontré, entre aquí porque no respondías y...

–¿Y?

–Y me gusta tu olor.

Fue el turno del alfa de sonrojarse por aquella respuesta. Jimin simplemente decía la verdad, aunque eso lo llevaría a confundir a ambos. Yoongi se acercó con la intención de sentarse en su cama, el omega se alejó queriendo darle su espacio.

Rió un poco para si mismo haciendo que el omega ladeara su cabeza sin entender.

–Te gusta mi olor entonces –tomó su suéter entregándoselo de nuevo –Ten.

–¿Qué?

–Toma, es tuyo ahora.

Lo tomó sin entender aún que trataba de hacer.

–No entiendo porque hace esto, hyung.

–Fácil –se levantó y puso una mano en su hombro –Te gusta mi olor, pero lo hago con el único fin de que estés protegido.

–¿Protegido?

–Se que no tienes alfa todavía y andar por ahí como omega soltero es peligroso.

¿Le estaba diciendo indirectamente que era débil? Quitó con la mayor tranquilidad que pudo su mano. Malditos alfas y su estereotipo con los omegas débiles. En su interior tenía un debate entre aceptarlo o decirle cuánto eso le incomodaba.

¿Qué mierda estás haciendo? Le preguntó su alfa. Claramente eso era maldita estupidez. Solo debió decir que a él también le gustaba su olor. Su rostro demostraba decepción, decepcionado de él y de ese comportamiento que jamás imaginó que el alfa rubio tendría.

–¿Jimin?

El menor sonrió aceptando el suéter. Comenzó a caminar en dirección hacia la puerta. Yoongi le siguió sin importar que aún no se vestía y que debía conducir hasta su trabajo. Antes de abrir la puerta principal se detuvo.

–Yoongi hyung.

–Dime. –contestó llegando a su lado.

–Gracias.

El mayor asintió esperando algo más, pero solo se fue. Notó que no entró a su departamento, siguió recto por el pasillo aún llevando el suéter entre sus brazos. Cerró la puerta y corrió de nuevo hasta su habitación, buscó en el bolsillo de su pantalón su celular.

Luego de tres tonos por fin fue atendido.

–¿Hyung? ¿Pasó algo?

–Apenas salgas de tu trabajo, ven al departamento.

VCM🍬

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