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Me llamo Jonathan.

Es lo primero que se me ha venido a la cabeza esta mañana al despertar. No "Alex", no "Zinert", no "Henry", simplemente Jonathan.

Voy a la cocina luego de levantarme de la cama y pongo a hervir el agua mientras después me dirijo al baño y me lavo la cara. Signos de desvelo y ojeras marcan mi rostro. Me encanta. Regreso, me lavo las manos, busco mi taza favorita (una color menta con detalles a los costados) y abro el sobrecito de café en polvo y lo vacío entero dentro de ella. Saco el recipiente del fuego y lo vacío sin ninguna protección en la mano dentro de la taza. Busco la azucarera y le dejo caer dos cucharadas y lo mezclo bien. Me acabo de quemar la mano.

Acabo de recordar que odio el café.

Y como mañana y después de mañana, me levanto con una sensación de vacío considerable. Es decir, no siento nada, pero a la vez me siento vacío. Hay un hueco enorme del pecho para abajo. Solo siento mi cabeza y me pesa porque es el único peso que puedo cargar. El único peso que debo cargar.

Y mientras pienso eso, una pesadez enorme cae sobre mis hombros y vuelvo a la cama. Tengo demasiado sueño.

Acaban de dar las 02:29 AM.