013

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Mao no había aprendido hablar sino hasta que tuvo cuatro años, y sus primeras palabras no fueron "papá" o "mamá". Fueron "Sae" y "Rin". Incluso siendo tan pequeña, tenía la capacidad suficiente para entender que sus padres no tenían ningún interés en formar parte de su vida. Tenían a Sae, el prodigio y su orgullo más grande, y a Rin que en su niñez se metía en muchos problemas por sus comportamientos compulsivos; con ellos dos tenían sus manos llenas y no había espacio para Mao en el retrato familiar.

Sae se había encargado de cuidar de ella desde que tenía memoria, y fue el único que nunca se rindió sobre ella. Le enseñó con paciencia a caminar y hablar cuando era un bebé, la vestía y la alimentaba, cepillaba su cabello y le compraba ropa. Su rutina consistía en despertar, ayudar a Mao a levantarse, darle desayuno, prepararla para ir a preescolar, caminar con ella hasta dejarla en la escuela, ir a su escuela, recogerla al terminar sus estudios, llevarla a casa, darle su almuerzo, ayudarla con su tarea, darle su cena, prepararla para dormir, leerle si tenía problemas para conciliar el sueño o dormir a su lado si tenía miedo por una pesadilla. Desde que se levantaba hasta que se acostaba, la vida de Sae giraba alrededor del cuidado de Mao, e incluso en medio de todo eso encontraba tiempo para hacer sus cosas y cuidar de Rin.

De cierta manera, ella entendía por qué su hermano era tan protector con ella, pero al mismo tiempo desearía tener un poco más de su confianza para hacer cosas por sí misma. No es que no agradeciera sus cuidados, pero ya no era una niña de seis años ni necesitaba ser tratada como tal.

Cuando comenzó a hablar, Sae empezó a extrañar la época en la que no lo hacía, pues le hacía preguntas sin parar.

— Nii-chan, ¿por qué yo tengo dos pies y dos ojos pero las arañas tienen ocho? ¿Y por qué yo soy más grande que ellas si soy tan pequeña? ¿Y por qué hay más hormigas que personas? ¿Cuál es la diferencia entre ellas y yo? ¿Es porque ellas son pequeñas? Pero yo soy pequeña comparada a mamá y papá, ¿hay otras personas que me ven como yo veo a las hormigas? ¿O las hormigas me ven como yo veo a mamá y papá? ¿Y no somos todos iguales entonces? ¿Las hormigas también tienen un nii-chan y una mamá y un papá?

— ¿Por qué piensas en esas cosas complicadas...? Las hormigas son hormigas, nosotros somos nosotros. Mao, tú ni siquiera sabes comer tus pimientos.

— Porque son asquerosos. ¡Hazme salmón!

— Tú y tu salmón... está bien. Pero deja de hacer preguntas que no sé responder.

— Nii-chan, ¿por qué soy yo diferente a un adulto?

— Eh... no sé, creo que los adultos como mamá y papá tienen más responsabilidades y eso; más problemas de los que preocuparse que nosotros que somos pequeños.

— ¿Los problemas vienen con la edad? ¿Qué me impide tenerlos ahora mismo?

—...Nada, supongo.

— ¿Aunque crezca y sea grande, mi alma seguirá siendo la misma?

— Tu corazón no tiene por qué cambiar; eso depende solo de ti. Aunque tengas mil problemas encima, no creo que tu alma cambie; siempre seguirás siendo tú. — un poco cansado de sus constantes preguntas, Sae puso en la boca de Mao su chupete para que haga silencio un rato. — Espera en silencio a que haga el almuerzo, por favor.

Blue Lock, segunda selección.

Estaban ahora todos reunidos de nuevo en una sala junto al resto de jugadores de Blue Lock; un montón de gente por doquier... y mientras los ojos de Mao estaban discretamente buscando a alguien en específico, viendo los números en sus uniformes Isagi se dio cuenta de que todos estaban clasificados entre lo más bajo; no había nadie en la habitación que tuviera un rango alto...

— Bienvenidos, diamantes en bruto. — la pantalla en lo alto de la habitación se encendió, mostrando a Ego una vez más. — Si son despiertos ya se habrán dado cuenta; no hay ningún jugador de los estratos uno, dos, tres o cuatro. Eso es porque en Blue Lock solo existe el estrato cinco. Todos ustedes estaban en los peores equipos, V a la Z, y luego lucharon como idiotas en la primera selección.

— ¡¿Les dijiste a todos los estratos que eran el quinto?!

— ¡Y luego nos hiciste entrenar hasta el cansancio!

– ¡¿Tratas de matarnos?!

— Por supuesto. — Ego contestó. — Fue por el bien de matar cualquier pizca de confianza que tuvieran. Diseñé éste truco para fomentar una mentalidad hambrienta para convertirse en el mejor delantero del mundo. Miren aquí, tomen a Noel Noa como ejemplo. Incluso el que es considerado el mejor delantero del mundo fue criado en los barrios pobres de Francia. Mientras crecía pobre, rodeado de crimen y violencia, los medios para cambiar su destino eran literalmente sólo fútbol. Hay muchos delanteros con condiciones similares; su "hambre" por el gol es incomparable. Si están atrapados en la mentalidad de este país donde podría estar bien incluso perder, nunca podrán alcanzar su nivel. El "hambre" por el gol con el objetivo de convertirse en el mejor delantero del mundo... Blue Lock fue creado con el objetivo de obtener eso. Todos ustedes... están aquí con ganas de derribar a todos por encima de ustedes, ¿no es así? Todos vinieron aquí pensando "puedo ganar". Esa "hambre" se convertirá en el ego que cambie al mundo. De acuerdo, comencemos la segunda selección. En la primera selección, ustedes aprendieron a convertir el 0 en 1; a partir de ahora todo se tratará de multiplicar ese 1 a 100. La segunda selección consiste en cinco etapas, y sólo aquellos que logren pasar una etapa podrán avanzar a la siguiente; su primer objetivo es completar la primera etapa. Aquellos que manejen por completo las cinco etapas y pasen la segunda selección participarán en un campamento de entrenamiento con algunos de los mejores delanteros del mundo que yo mismo he escogido. Y eso es todo, entrénense por su cuenta; solo aquellos mentalmente preparados entren a la puerta de la segunda selección individualmente. La primera etapa es individual; aquellos que entren no serán capaces de regresar. Si ustedes no logran la siguiente etapa, no volverán a ver a nadie de aquí otra vez. Naturalmente, la segunda selección es más difícil que la primera; los que antes sobrevivieron gracias a sus compañeros pueden olvidarse de tener una oportunidad. Solo los verdaderos egoístas lograrán sobrevivir de ustedes, basuras. Mucha suerte.

La pantalla se apagó. Todos parecían inseguros acerca de avanzar.

— ¿Eh? Mao, alguien viene hacia ti. — le advirtió Isagi, a lo cual ella se sobresaltó. Era la primera vez que él la veía reaccionar así.

— ¿Me puedes explicar qué demonios estás haciendo aquí? — Rin se dirigió directamente a ella con una mirada furiosa, pero aún así Mao trató de mantener la calma.

— N- Rin... — se corrigió a último segundo. — Ya sé lo que dijiste al respecto, pero...

— No necesito tus explicaciones tibias. Si sabes, ¿por qué vas y haces lo contrario de lo que dije? Solo una cosa te pedí. No, no te lo pedí; te prohibí que pusieras un pie aquí.

— Pero, Rin, yo ya llegué hasta aquí, ¿no crees que aunque sea eso...?

— Ya te dije que no necesito tus explicaciones. Fuiste e hiciste lo primero que te dije que no hicieras. ¿Que ya llegaste hasta aquí? ¿Crees que eso me importa una mierda? Debió deberse a un milagro. Fue de milagro solamente que nacieras; no creas que eres igual a mí solo porque resultaste nacer después que yo, estúpida mocosa. Vuelve a mí cuando hayas logrado algo por tu cuenta; excusa de ser mujer conformista. Tsk, solo ver tu cara aquí me está poniendo de mal humor. — se volteó para empezar a alejarse sin decir nada más, sin darle a Mao la oportunidad de siquiera responder.

No es como si pudieran salirle las palabras atoradas en su garganta de todas maneras.

— ¿Qué fue eso...? — Isagi susurró para sí mismo, mirando al muchacho patear dos balones y haciéndolos chocar en el aire para luego dirigirse a la puerta como si nada. — Un momento... ¿no se parece él bastante a Mao? — ella nunca le dijo su apellido, ahora que lo pensaba. Vio la pantalla con el nombre del chico que acababa de cruzar la puerta. Itoshi Rin.

¡¿Itoshi...?!

— Itoshi... ¡¿uno de los mejores 11 de la nueva generación en el mundo...?!

— No, ese es Itoshi Sae.

— Si ese no es él... ¿entonces quién es este?

— ¿Mao? — Isagi la vio sobresaltarse de nuevo; había tenido la mirada perdida un rato. — ¿Tú conoces a ese Itoshi Rin...?

— Iba preguntarte lo mismo; parecía conocerte muy personalmente. — siguió Chigiri, a lo que Kunigami asintió.

— ¿Un ex o algo? — fue lo primero que se le ocurrió a Bachira. — Nah, se parecen demasiado para eso.

— Rin y yo... compartimos padres biológicos y estamos inscritos en el registro civil bajo el mismo apellido...

— O sea que son hermanos.

— Estaba evitando usar esa palabra...

— ¿Eh...? Pero, Mao... ¿eso no quiere decir que también eres hermana de Itoshi Sae?

— Sí... soy la menor de los tres. Somos solo tres, por si eso te estabas preguntando.

— ¿Y a qué se debe el trato de Rin ahora mismo- ¡Espera! ¿A dónde vas? ¡¿Vas a cruzar la puerta ya?!

— Estoy harta de que me subestime; lo que tenga que hacer para que reconozca que tengo tantas oportunidades como todos los demás, lo haré. Haré cualquier cosa.

Con esa mentalidad, Mao cruzó la puerta para la prueba individual de la segunda selección.

Cruzó por fin la puerta saliendo de la prueba, y recorrió la pequeña habitación con la mirada. Había una pantalla indicando las siguientes instrucciones; hacer equipos de tres.

"Rin no está". Fue el primer pensamiento en su cabeza, justo antes de mirar el número seis en su uniforme. Había llegado sexta... no era tan egocéntrica como para pensar que había llegado antes que él. Debió haber hecho equipo solo con cuales fueran los siguientes dos, conociéndolo.

"Nii-chan... si llegaba un poco antes, me pregunto si me lo habría podido cruzar. Si eso hubiera pasado... ¿hubiera hecho equipo conmigo al igual que lo hizo con dos extraños? ¿O me hubiera tratado como si estuviera por debajo de gente que ni siquiera conoce y esperaba a la siguiente persona...?"

Pensó en ello durante un rato, pero no logró llegar a ninguna conclusión que no la pusiera triste ni se sintiera como si se estuviera mintiendo a sí misma.

— Ah, eres tú. — se volteó ante la voz inesperada llamándola y se encontró con Nagi, quien había llegado justo después que ella. — ¿Qué se tiene que hacer ahora?

— Avanzar en equipos de tres.

— Ya veo... esperaré a Reo entonces. — ya se lo imaginaba ella.

Esperar a alguien... probablemente debería hacer eso. Mao es muy poco social y no sabe lidiar con gente nueva. Hacer equipo con alguien que ya conozca parece lo lógico. Pero, ¿quién? Se tomó un momento en silencio para pensar, tratando de averiguar qué le estaba diciendo su instinto. Isagi... tal vez debería esperarlo a él; eso le decía su corazón. Una corazonada.

Esperando un rato más, eventualmente Reo llegó a la habitación y se reunió con Nagi.

— Llegaste antes que yo.

— Te tardaste, ya estaba quedándome dormido. — Reo miró la pantalla en la habitación mientras Nagi le hablaba.

— Equipos de tres, ¿eh? Nosotros dos, ¿y quién más...? ¿Esperamos a Zantetsu, quizás? — se preguntó, sabiendo que al albino probablemente poco le importaba, y recorriendo la habitación su mirada dio con la muchacha que también estaba ahí. — Ah, ¿Mao está aquí? ¡Mao! ¡Llegaste muy rápido!

Lo que necesitaba, más socialización...

— Llegué justo antes que Nagi.

— Ya veo, estás delante de él de nuevo. Oye, ¿y si haces equipo con nosotros? Dijimos antes que deberíamos trabajar juntos si pudiéramos, entonces, a no ser que estés esperando a alguien más-

— Reo, espera, hay alguien a quien yo quiero esperar. — el peli-morado se sorprendió ante la interrupción de su compañero, pero asintió. — Me hubiera gustado hacer equipo con Mao también, pero en este momento hay algo más que quiero hacer.

— Eso es inusual en ti... supongo que debería seguirle la corriente. Lo siento, Mao.

— No, está bien. Yo también estoy esperando a alguien.

— No hay problema, entonces.

Un par más de personas comenzaron a llegar seguido a eso, sin embargo, Mao comenzaba a perder la paciencia un poco esperando a que Isagi llegara. Apenas había llegado el número catorce... y luego... las puertas se abrieron de nuevo cuando Isagi por fin completó la primera fase de la segunda selección. Sus ojos inmediatamente cayeron en ella, y se alegró de forma casi instintiva de ver sus rostro. Mao comenzó a acercarse a paso tranquilo hasta llegar hasta donde estaba Isagi. El de ojos azules sintió su corazón acelerarse al verla de nuevo, y pensar en que había llegado tan pronto como estar en el puesto seis y que lo haya esperado tanto tiempo... por poco se desmayaba.

— Llegaste en el puesto seis... era de esperarse de ti.

— Te habías tardado. Para que sepas, lo siguiente es avanzar en equipo de tres.

— Ah, ¿lo siguiente es hacer equipos? Ya veo. — Yoichi revisó la pantalla rápidamente.

— Voy a ser directa diciendo esto. Hay que hacer equipo. — el contrario casi de inmediato se sonrojó, pero trató de mantener la calma y hacer como que no era gran cosa, a pesar de que por dentro estaba perdiendo la cabeza al saber que Mao quería hacer equipo con él.

— Si quieres... supongo que estaría bien...

— ¡Isagi! — las puertas se abrieron de nuevo cuando Bachira entró, casi corriendo hacia ellos con una emoción palpable que por poco se podía tocar en el aire. — ¡Maomao también está aquí también! ¡Que alegría! Lo siguiente es hacer equipos de tres, ¿eh?

— Sí, Mao me estaba explicando al respecto; acabo de llegar también.

— ¿Y entonces qué esperamos para irnos?

"Este... ya está suponiendo que haremos equipo juntos los tres. Bueno, no es que me moleste..."

Mao, ¿estamos bien así? — le preguntó, solo por si acaso, a lo que ella asintió. — Bien, entonces-

— Isagi Yoichi. — los tres se sobresaltaron al escuchar la voz de Nagi llamándolo, y de inmediato su atención se centró en él.

— ¿Nagi y Reo...?

— ¿No quieres unirte a nuestro equipo? — su declaración lo dejó sin palabras durante algunos segundos, en los cuales Reo decidió tomar la palabra.

— Oye, Nagi, ¿es éste con quien querías hacer equipo? Sigo pensando que Mao hubiera sido mejor opción; qué iba a saber yo que estaban esperando a la misma persona...

— Además de Mao, él es quien más llamó mi atención cuando jugamos contra ellos. Quiero jugar fútbol con él. — volvió a afirmar, no retrocediendo en su decisión.

— Eso dice. ¿Qué piensas, Isagi? — el castaño de mechas rubias le preguntó.

— No hay manera, ya estoy haciendo equipo con ustedes. — decidió, haciendo que Mao estuviera un poco aliviada inconscientemente. — Lo siento, Nagi, pero no hay manera de que vaya a tu equipo solo.

— Ya lo oíste. — Reo volvió a decir, dirigiéndose a Seishiro. — No hay nada que hacer.

— Ya veo... entonces... — hizo una pausa pequeña, y acto seguido señaló a Yoichi.  — Me uniré a tu equipo.

— ¡¿Eh?!

— Problema resuelto, ¿no?

— ¿Q-Qué...? — Reo no pudo evitar tartamudear un poco. — ¿Qué estás diciendo, Nagi...? Tú... daba por hecho que nosotros haríamos equipo... ¡¿Qué estás pensando?! ¡¿Qué pasa conmigo?!

—...Reo, tú me enseñaste a jugar fútbol. Tú y yo podemos convertirnos en los mejores del mundo, eso es seguro, pero perdimos; no fuimos los más fuertes. Es la primera vez que siento esto... y para entender esta frustración, yo quiero jugar fútbol con él. Yo quiero... intentar poner un poco de esfuerzo...

Por un lado, Reo se quedó completamente sin palabras; estaba atónito y destrozado por las palabras de Nagi. Era como si ya no fuera suficiente para él, como si todo lo que habían pasado juntos... ¿y ahora quería poner esfuerzo por un extraño y abandonarlo? Tenía que ser una broma. ¿Qué pasaba con la promesa de ser los mejores juntos? ¿Todo el tiempo que pasaron juntos... fue para nada? Nagi en verdad lo estaba dejando de lado por un cualquiera...

Abrió la boca para quejarse, pero luego la cerró.

— Qué pasa con eso... haz lo que quieras.

Por el otro lado, las palabras de Nagi hicieron reflexionar a Isagi. Fue tan rápido en decirle que sí a Mao cuando le pidió hacer equipo juntos... pero, ¿era de verdad la mejor decisión? Con ella ganaría, de eso no tenía duda, pero... durante la primera selección, sintió que dependió mucho de ella. Además, no estaba ni cerca de su nivel; ella llegó sexta y él había sido como el decimoquinto... ¿estaba de verdad bien jugar con ella cuando las cosas estaban así?

— Isagi, ¿qué quieres hacer? — Meguru le preguntó. — Tú, yo y Mao... así ya estamos completos, a no ser que estés pensando en sacar a uno de nosotros.

—...Mao, lo siento. — la ojos de la mencionada se abrieron más de la sorpresa, y no le dio tiempo a reaccionar antes de que Isagi continuara. — Creo que debería hacer equipo con Nagi después de todo.

— ¿Qué significa eso...? ¿Me vas a hacer a un lado de verdad?

— No es que quiera ser malo contigo, créeme. No tengo dudas de que eres increíble y sé que ganaríamos si estuviéramos juntos... pero... antes de hacer equipo contigo otra vez, quiero mejorar. Quiero poder ser alguien a quien puedas usar correctamente si estamos juntos; quiero estar al mismo nivel que tú y no sentir que me estoy quedando atrás. Lo entiendes, ¿verdad? No es que no quiera estar en el mismo equipo que tú. Quiero ser mejor para ti. Así que... lo siento, haré equipo con Nagi y con Bachira. Sé que no tendrás problemas encontrando a alguien más, así que...

— Así que estás decidiendo abandonarme.

— ¡No es eso...! No es que te esté dejando a tu suerte.

— Estás escogiendo dejarme de lado de cualquier forma que lo veas. Yo estuve esperando a que llegaras, y tú te estás yendo con él. Ya entiendo, así que ese es el camino que quieres seguir...

— ¿Estás enojada...? Tengo la sensación de que estás enojada conmigo y me está asustando...

— Haz lo que quieras.

— Sí, ¡hagan lo que quieran! — continuó Reo, compartiendo el enojo de la muchacha. — Mao, vamos, hay que hacer equipo los dos ya que no nos quieren aquí. Ya que Nagi decidió que quiere jugar con Isagi, yo decido que quiero jugar contigo. — Mao miró la mano que le estaba ofreciendo Reo y la tomó.

— Bueno. Que así sean las cosas entonces.

⚽️ Ya fue mucho Isagi, toca entrar en la era de Mao y Reo 🗣
Gente, cuando les digo que tengo algo planeado para estos dos, uf, solo diré que son la mayor causa de mi emoción por este arco.

Tristemente hubo que sacar a Kunigami del grupo de muchachos para Mao porque no logré formular cómo incluirlo por más que intenté, PERO, metí a Hiori; un alma por un alma (?

Besito en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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