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Tae Hyung.

Baje del auto, tratando de ignorar el sonrojo en mis mejillas pero;

¿como debía reaccionar?

Ponerme a llorar y fingir que Jungkook abuso de mi, claro, eso seria muy creíble, ya que era yo quien mantenía el ritmo, ósea yo estaba arriba de él.

-¿Suegra? ¿es en cerio Tae? -Me dije a mi mismo mientras me dirigía a su lado, creyendo que ella piensa que soy un sínico descarado.

Y lo soy.

-¿Así que suegra?. -Cuestionó una vez estuve frente a ella, entonces si soy un descarado y lo sé, al verla levantar su ceja viéndome de los pies a la cabeza, mientras sonríe algo ¿burlona? diría yo.

-¿Así que mamá de Jungkook? -Ella asintió en silencio. -Si, entonces si suegra. -Hice una reverencia algo débil, estirando mi mano hacia ella, cuando la sostuvo me reincorpore. -Kim Tae Hyung mucho gusto. -Sonreí, apretando mi mano sobre la de ella, pues hacer eso al saludar significa seguridad.

-Lee Hye Young, Ahora señora Jeon Hye Young. -Dijo haciendo comillas en el señora Jeon, no pude evitar soltar una pequeña risita. -¿Por qué tenian sexo en el auto? ¿No podían esperar? -Pregunto con uns gran sonrisa.

-En mi defensa. -Hable sintiéndome sonrojar. -Usted abrio la puerta del auto. -Me justifique observándola atentamente.

-Ustedes estaban afuera de mi casa. -Bufo, señalando hacia la derecha, pude observar una casa a lo lejos. -Dime, ¿Cuántos años tienes? Te vez pequeño.

Asentí desviando la vista a Jungkook quien terminaba de vestirse, maldiciendo por lo bajo. -Veintitrés. -Sonreí desviando la mirada a Jungkook quien ya no estaba en el auto.

-Diecinueve mamá... Tiene diecinueve. -Contestó Jungkook a mis espaldas, saludando a su madre con un abrazo y casi un beso, hasta que lo alejo.

-Ugh no uses esa boca, no se donde estaba minutos atrás. -Dijo tan natural que no pude evitar reír bajito.

-No te rías, que esta boca estuvo en tu cuerpo. -Acuso Jungkook, sentí mi sangre helarse e inmediatamente deje de reír, ahora fueron ellos dos quienes reían.

De mi... Ambos.

-Hablamos en casa. -Hablo Hye Young, empujando a Jungkook hasta la puerta del conductor. -Llegare como en dos horas, tu tía me espera en el aeropuerto. -Aviso alejándose a paso lento. -Anda sube o Jungkook te dejara, mi hijo es malo. -Golpeo mi hombro yendo a su auto para marcharse.

Subí al auto manteniendo una sonrisa, en verdad ella me inspira confianza, se ve tan joven, tan feliz, es risueña, confiada, ella es totalmente distinta a Jungkook...

Ella es más como yo.

Por un momento me llene de melancolía, pensando en como seria mi madre, como reaccionaría si me viera en una situación como esta, o incluso como sería mi vida con ella viva.

Quizá papá no seria adicto al juego, quizá nos hubiéramos quedado en Busan, quizá yo estaría estudiando.

Quizá... No hubiera conocido a Jungkook.

Mis pensamientos duraron tanto, que de un momento a otro tenia a Jungkook moviendo mi hombro avisando que habíamos llegado.

-Anda baja. -Jungkook tomo la pequeña maleta, luego abrió mi puerta extendiendo su mano derecha para que la tomase.

-Llegamos. -Sonreí tomando su mano Apoyándome de ella para bajar.

La casa de la madre de Jungkook es totalmente diferente a lo que imaginé, es pequeña, tiene un jardín algo grande a comparación de su casa, arboles, rosales, girasoles, muchas plantas y una casa de perro entre los grandes arboles, donde también ahí una pequeña silla de esas que se mueven de atrás hacia a delante con solo impulsar los pies.

Ella es tan sencilla, por un momento creí que su casa seria una mansión como la de Jungkook o incluso más grande, mucho más grande, pero no, es sencilla y bonita.

-Podemos pedir pizza, debes tener hambre. -Hablaba Jungkook pero a decir verdad ni le prestaba tanta atención, solo miraba la casa, como intentando encontrarle una falla, pero no...

Esa casa es perfecta, pequeña, el tamaño indicado para una familia de 3, tan cálida, tan familiar.

-Holly. -Volvió hablar Jungkook, mientras un perro pequeño venia moviendo su cola, mientras corría a toda velocidad hacia nosotros mientras ladraba emocionado, o emocionada.

Aquel peludo animal se restregó en las piernas de Jungkook hasta que este lo alzo en brazos recibiendo algunos babosos besos por parte del perro.

-Ah no hagas eso, babeas a mi hombre. -Tome al cachorro, alejándolo de la cara de Jungkook, mientras este se limpiaba con su manga de la camisa. -Pizza de peperoni con extra queso y los panecillos de canela. -Pedí mientras me adentraba más a la casa, hasta llegar a la sala.

La comida llego, no mas de 40 minutos después, Jungkook y yo comimos en la cama mientras mirábamos alguna boba serie en Netflix esperando a su madre, quien no llego hasta las 6 de la tarde, retrasándose demasiado, pues ella había dicho que regresaría en 2 horas que en realidad fueron 5.

Igual de impuntual que su hijo.

La cena paso entre risas, mientras ella y su hermana menor, reían y contaban anécdotas de Jungkook cuando era joven, haciendo a este sonrojarse o regañar a ambas, para después soltar un "eso es mentira" o "las cosas no pasaron así".

Me sentía como en familia, los siguientes 2 días pasaron, debíamos regresar a casa, en realidad no quería, pues estar ahí conviviendo con la mamá de Jungkook, su tía, conociendo un poco más a fondo a ese gruñón hombre me hicieron sentir como en casa, me agradaba tanto la idea de volver a juntarnos.

Nos despedimos, con abrazos y ahora si un beso en la mejilla, mientras ella susurro a mi oído. -Mi hijo suele ser necio, egoísta, he incluso muy manipulador, también tonto y es feo pero te quiere. -Aseguró ella.

Sonreí pues por primera vez alguien nos miraba juntos, alguien me podía decir que no todo era imaginación mía, pues nos estábamos enamorando... Ambos, él de mi y yo de él... Tanto que la gente lo empezaba a notar.

Sostuve la mano de Jungkook, viendo su sonrisa, pensando en ayudarlo, hacerle ver que el amarnos no esta mal, esta bien, pues somos humanos que se equivocan y aprenden de sus errores.

No quiero decir que Jin es su error, pero si.

Ambos nos entendemos, hablamos si algo esta mal, de mi relación con Jimin aprendí que siempre debe haber comunicación, confianza y no debe haber secretos.

Jungkook conto sus secretos más íntimos conmigo, diciendo que en realidad deseaba cambiar, por mi...

Por lo nuestro.

-Policías. -Hablo Jungkook cuando nos acercábamos a su casa.

-¿Que hacen por acá?. -Jungkook negó en silencio entrando a su fraccionamiento, saludando al guardia.

Jungkook vivía entre las montañas, su fraccionamiento es privado, donde cada casa se encuentra bastante alejada de la otra.

-¿Los policías están en nuestra casa? -Interrogue viendo las luces provenientes del lugar, pasaban de las 10 de la noche, por lo que se miraban con claridad, más y más autos policíacos llegaban unos tras otros.

-Jin. -Susurro Jungkook, estacionando el auto.

-¿Qué pasa? -Me asuste cuando Jungkook sostuvo mi mano.

-No sueltes mi mano. -Pidió bajando del auto.

Rodeándolo, para volver a sostenerme de la mano.

Sostuve su mano fuertemente ante la cantidad increíble de policías, mis manos empezaron a temblar, cuando los vi...

Eran tres, todos en la entrada de la casa, hablando con los policías, quienes entraban y salían de la casa como si fuera la propia.

Mis manos se aferraron con fuerza al cuerpo de Jungkook, cuando mi padre corrió hacia nosotros... y detrás suyo estaban ellos, Hoseok y Jimin.

-¿Jungkook?

✨✨✨

Se viene drama 🤭

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