Tae hyung

El reloj marcaba las 6:30 AM la luz del amanecer se filtraba por las cortinas, gire sobre la cama, viendo a Jungkook dormir placenteramente, soltaba pequeños ronquidos, podría decirse que incluso había baba seca en su mejilla, era una imagen tan tierna y sexy a la vez que solo quería quedarme a admirarlo durante toda mi vida.

-Deja de mirarme y vuelve a dormir. -Gruñó aún con los ojos cerrados, jalándome a su lado.

-No puedo... Yo me siento inseguro. -Confesé.

-Vamos Tae, no escape por la noche y tampoco pienso hacerlo, solo vamos a dormir otra hora. -Susurro mientras me sostenía por la cintura haciendo figuritas imaginarias en ella.

-¿De que hablaron? No quiero sonar como un celoso, pero enserio la curiosidad me mata. -Jungkook abrió uno de sus ojos, suspirando.

-Del pasado, de como fue nuestra relación, de lo mal que fue, que todo estaba destinado a fracasar, por que yo... -Relamió sus labios, dejando de acariciar mi espalda.

-No debes decirlo, si te trae malos recuerdos. -Susurre besando su mejilla.

-Es que yo quiero, pero no puedo. -Jungkook se dio media vuelta dándome la espalda. -Quiero dormir.

-Iré a tomar una ducha, recuerdas que dijiste que iríamos con tu madre. -Me puse de pie, buscando mis pantuflas hasta que las encontré.

-Tae... en serio te amo demasiado, que seria capaz de morir por ti.-Ahogue un grito de emoción, caminado al baño.

-Dios, que dramático. -Me burle entrando.

Abrí la llave del agua caliente, mientras me quitaba la pijama.

El vapor empezó a empañar el espejo, puse algo de música como de costumbre antes de bañarme.

-¡Muy caliente! -Pegue un salto cuando el agua hirviendo cayo en mi espalda desnuda.

Que tan estúpido puedo ser, que solo abrí la caliente y no la fría.

-Tae ¿estas bien? -Escuché del otro lado de la puerta, mientras intentaban abrir.

-Si, solo me queme con el agua. -Confesé abriendo la llave del agua helada.

-Voy a entrar. -Escuché como la puerta era cerrada y con seguro.

-Vete, estoy desnudo. -Dije del otro lado de la regadera.

-Ya se, es obvio. -Contestó con obviedad, corrí un poco la puerta de la regadera viendo como empezaba a desnudarse.

O dios nos vamos a bañar juntos.

Miles de pensamientos impuros pasaron por mi mente, de un momento a otro tenia una erección.

-¡No entres! -Me exalte al ver como empezaba a abrir la puerta.

-¿Que paso con mi Tae? ese el que solo piensa en sexo. -Dijo con burla.

-No tendré sexo contigo hasta que Jin se vaya. -Sentencie empujando la puerta de igual forma.

Empezando una pelea mientras intentaba abrir la puerta.

-Entonces solo déjame verte, ya me quite mi ropa, me enfermaré, estoy desnudo. -Corrí un poco la puerta asomando la cabeza.

-Pero tallaras mi espalda y me pondrás shampoo. -Jungkook asintió entrando a la ducha conmigo. -Date la vuelta.

-Ah vamos TaeTae, ya vi todo lo que tenia que ver. -Respondió tomandome de mis caderas atrayéndome a su cuerpo.

-Basta. -Hable avergonzado, cuando senti su pene rozar con mi trasero.

-Necesito estar cerca de ti si quiero tallarte la espalda. -Asentí convencido acercándome a el. -Sabes...

Pregunto poniendo shampoo en mi cabello. -Si... -Lo incite a que continuara, mientras masajeaba mi cabello.

-No cambiaré mi futuro contigo, por un pasado que ya fue, no tienes que sentirte intimidado por Jin. -Explicó, sentía mis mejillas sonrojarse, como últimamente me pasaba cuando me decía cosas bonitas.

-Es muy guapo. -Confesé.

-Que te puedo decir, tengo buenos gustos. -Contesto, y le di un codazo en el estomago bajo, solo fue un instinto. -Auch.

-¡Perdón! -Pedí dándome media vuelta para verlo a los ojos.

-Bésame y te perdono. -Jungkook tomo de mis caderas pegándome a su cuerpo.

El agua se resbalaba por nuestros cuerpos, y el leve vapor empañaba la puerta de la regadera.

-Así. -Bese su mejilla. -O así. -Bese su nariz. -O así. -Bese sus ojos.

-No, así. -Jungkook tomó mis mejillas, juntando nuestros labios en un beso, apasionado y necesitado.

Su lengua jugaba con la mía, invadiendo cada parte de mi cavidad bucal, bajando sus manos hasta mi trasero, apretándolo.

-Ya. -Dije en medio beso. -No puedes.

-¡TaeTae no me dejes así! -Grito Jungkook desde la regadera cuando lo deje solo.

-Te toca estar en abstinencia. -Dije mientras me ponía la toalla alrededor de la cintura.

-No es justo, yo te vi besándote con otro. -Respondió cerrando la llave del agua.

-Y tu dejas que tu ex viva aquí, con nosotros dos. -Le ataque.

Jungkook quedo en silencio observándome, como si estuviera perdido.

-Cierto, te vi besándote con otro, sin embargo me controle. -Susurro.

-¡Lo golpeaste! -Le grite, secando mi cabello.

-Pero a ti no te hice nada. -Volvió a decir en voz baja.

-¿Que, también me querías golpear? -Deje la toalla de lado, pasándole una, para que se seque.

-Si, digo no... me moleste pero no contigo.

-Que gran sorpresa. -Dije sarcástico, poniendo pasta de dientes en el cepillo.

-¡Hey ese es mío! -Jungkook se abalanzó sobre mi para tomarlo.

-Vamos Kook compartimos fluidos peores que las babas. -Dije metiendo el cepillo a mi boca empezando a cepillar mis dientes.

Y Jungkook negó saliendo del baño.

La mañana paso de lo más normal, Jungkook seguía perdido en su mundo, sonriendo de vez en cuando, hablando por célular.

Baje a la cocina a preparar café, pero para mi sorpresa la mesa estaba puesta, con un gran banquete.

Y que yo recuerde Ana no había regresado.

-Puedo hablar contigo. -Escuché detrás de mi.

-Depende. ¿Para que o que? -Tome un waffle mordiéndolo.

-De Jungkook. -Arque mi ceja, viéndolo con desconfianza.

-Esta bien. -Deje el waffle en el plato siguiendo a Jin hasta su habitación.

La charla no duro más de 5 minutos, Jungkook gritaba diciendo que debíamos irnos ahora.

-Gracias, pero tengo qué irme. -Me despedí de su habitación tratando de procesar todo lo ocurrido.

-¿Donde estabas? -Interrogo, mientras sostenía una pequeña maleta.

-Yo... En la cocina. -Conteste tomando de su mano. -Vamos.
Salimos de la casa tomados de la mano, abrió la puerta del copiloto dejándome entrar, puso el cinturón de seguridad, y beso castamente mis labios.

Abrió la puerta trasera poniendo la maleta, luego entro él.

Emprendiendo camino a casa de su madre.

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