🎲06🎲

0 días para la apuesta de su padre.

Tae caminaba por las calles desoladas de Seúl, esperaría cualquier cosa de todos en el mundo menos de Park Jimin, aún tenía presente, como le ayudo, como se le declaro, como lo amaba.

¿A caso todo era mentira?

Claro que no, duro meses con él, pero jamás vio algún indicio de que lo estuviera usando, si solo hubiera querido sexo, Tae se lo hubiera dado sin ningún problema, ES PARK JIMIN claro que no le importaría ser dejado al día siguiente, pero por que ahora le dolía, que pensara así de él.

¿Que solo busca idiotas?

Claro que no, solo busca pasarla bien.

Jimin era para él esa persona, que lo estaba llevando por el camino correcto, en que momento paso a ser solo la diversión, de el grandísimo Park Jimin.

Tae lo había presumido tanto, que ahora le daba miedo decir que se equivoco.

Lo peor de todo es que le entrego su casi virginidad, luego de meses sin tener sexo, es como si volviera a ser virgen.

-Idiota. -Dijo pataleando una botella vacía por la calle.

Llevaba buscando a su padre toda la tarde.

No estaba en el trabajo, tampoco en casa, solo queda un lugar.

El casino.

Tae se paro frente al lugar feo, muy feo, chicas entraban y salían, hombres ebrios por donde mirará, dios que clase de amistades tenía su padre.

Cuando se decidió a entrar su celular empezó a vibrar, lo saco de su bolsillo y vio el estúpido nombre en la pantalla.

Jimin. 💞

Era la milésima vez que le llamaba, a pesar de ser un "interesado", tenia dignidad.

Luego de un rato el celular dejo de sonar, y se mantuvo fuera del lugar con muchos pensamientos en mente.

Que le encantara el sexo no le hacia menos hombre.

Tampoco es que se fuera metiendo de cama en cama, solo estaba con quien le gustaba.

3 hombres a lo largo de su vida no era mucho.

Solo le gustaba mucho el sexo.

Aún lo recuerda como si fuera ayer.
Un Tae de 16 años, perdiendo la virginidad con su mejor amigo, quería experimentar, aun escuchaba a Hoseok diciendo.

"Aun seremos amigos después de esto"

Pues claro que si, ambos perdieron su virginidad juntos, eso los hacia mas amigos.

El segundo, dios ese hombre, alto, hermoso, se podría decir que fue su primer amor.

Todo termino cuando se mudo de ciudad, el hermoso Jihoon.

Por que todos sus ex tenían que llamarse Ji.

Luego estaba Jimin, él soltero codiciado, hombre perfecto que todos querían.

Se podría decir que ha sido quien le enseño que es el amor, que se siente ser amado, quien le rompió el corazón.

Alguna vez leyó por algún lugar que en tú vida solo llega 3 veces el amor.

Está ese tu primer amor, el amor adolescente, ese que vivió con Park Jihoon.

El segundo, ese que tienes cuando ya eres un poco más maduro, cuando ya sabes amar a los demás, pero quizá aún no te sabes amar a ti mismo, y él que te rompe el corazón, se podría decir que si, ese era Jimin.

Ahora solo le falta el amor, ese que durara toda la vida, que enfrentará al mundo solo por estar juntos, quien te ayuda a construir tú corazón otra vez.

Lo buscaría, aún no, pero lo haría, y si buscar a su nuevo amor eterno significa meterse con varios y al final termina encontrando a ese hombre, quizá serviría de algo.

Tae paso largos minutos pensando en el fracaso de su vida amorosa, social, y familiar.

Hasta que vio a un hombre salir, dios, es hermoso e intimidante a la vez. Atendía una llamada, un poco mas alto, totalmente hermoso, su rostro tallados por los mismisimos dioses, tan precioso.

Tan intimidante que se escondió detrás de un bote de basura para poder apreciarlo, pues sabia que quien se junta en esos lugares como su padre y Tae Hyung desea todo menos un hombre con adicción al juego.

-Mamá, prometo ir a visitarte este fin de semana... -Silencio. -Si mamá he estado comiendo bien.

Tae sonrió recordando a su madre, y lo injusta qué era la vida, como es que aquel hombre ya algo mayor tenga a su madre y él no.

-Mamá ya te dije, que tengo mucho trabajo por eso no te visito tan seguido, es difícil la vida en Seúl, mami. ¿debería regresar a daegu? -Pregunto el hombre sin percatarse de aquellos ojos que lo miraban a escondidas. -No te estoy chantajeando madre... Si adiós, tambien te amo mamá.

Cuando Tae estuvo a punto de enfrentar al hombre una mujer bastante vulgar para su perspectiva salió de la nada y se lo llevo.

Segundos después visualizo a su padre, caer de rodillas frente a ese tipo.

La impotencia lleno el cuerpo de Tae, pero que más podía hacer, entonces cuando Tae vio que aquel hombre sacaba de su bolso el reloj de su madre y se lo colocaba a aquella mujer su mundo se vino abajo, y por un segundo deseaba que su padre estuviera muerto.

Tae se dio la vuelta intentado regresar, cuando los sollozos de su padre llegaron a sus oídos junto a suplicas.

¿Escucho bien?

-Quédate con todo Jeon Jungkook, pero no te lleves a mi hijo. -Le rogaba el hombre de rodillas besándole los pies.

-No hagas esto Kim, tú solo pusiste a tu hijo sobre la mesa de juego, iré por ése niño.

Entonces unos hombres tomaron a su padre de los brazos empezando a jalonearlo y por un segundo dudo si lo que estaba a punto de hacer estaría bien.

-Padre. -Hablo Tae y ambos guardias que sostenían a su padre suavizaron el agarre en aquel hombre.

-Hijo.... -Se sorprendió al verlo de pie junto a él.-¡Vete Tae Hyung, huye! -Le grito el hombre, Tae sonrió, negando suavemente, y una lagrima se escapo por sus ojos.

-No, papá.... Yo ya no soy tu hijo...

Tae paso de largo dejando a su padre atrás, cuando su vista se conecto con la de aquel hombre, no sintió nada, ni miedo, ni temor.

-Quiero ofrecerle un trato, señor... -Tae se quedó a medias esperando una respuesta del contrario.

-Jeon Jungkook. -Contesto.

-Señor Jeon, el reloj de mi madre podría regrésamelo es todo lo que tengo de ella, se lo ruego. -Y entonces por primera vez se permitió llorar por aquella mujer que le dio la vida. -Po-por favor. -Suplico de rodillas.

Jungkook miraba con ojos muy abiertos, al menor frente suyo.

Es mucho más hermoso en persona, pensó.

-¿Y que gano yo? -Pregunto mientras lo ayudaba a ponerse de pie.

-A mi. -Tae cruzo miradas con aquel señor sabiendo lo que hacia, sabiendo exactamente que se estaba entregando.

Pero que tan malo puede ser aquel hombre que habla con su madre y le dice que la ama.

-A ti ya te tengo. -Jungkook sujeto la barbilla de Tae Hyung y este seguía sin dejar de verlo.

-Es diferente que aquel señor. -Tae se dirigió a su padre. -Me entregase a ti, a que yo me entregue a ti.

Y solo entonces Jungkook entendió a que se refería, tomando el reloj de la muñeca de aquella mujer que seguía sin entender nada, se lo dio a Tae, y una sonrisa se dibujo en su rostro.

Todo resultó tan fácil.

Mientras tanto un Jimin preocupado frente a la casa de Tae con mil rosas en la cajuela, un hermoso discurso se encontraba esperando por Tae Hyung, uno que ya no regresaría.

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