𝓼𝓮𝓰𝓾𝓷𝓭𝓸 𝓬𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸

«El ballet no te convierte en un santo; te hace más diestro.»

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Mañana del siguiente día- martes.

Los bailarines tenían clase a las nueve de la mañana, pero apenas eran las ocho en punto. De todos modos algunos bailarines responsables ya iban preparándose. Entre estos estaba la chica afligida de ayer en la tarde por el comentario de su ahora muerto profesor Whitmore. Ella estaba al lado de su cama en el suelo de su habitación con las piernas extendidas frente a ella. Es un ejercicio de estiramiento en el que con las piernas extendidas la persona se inclina hacia en frente para agarrarse los pies.

Quedándose en esa posición por unos 20 segundos ayudando al estiramiento de los tendones isquiotibiales. La chica tenía su rubio cabello atado en una dona y vestía una camisa extra suave de tiras con unos pantalones súper suaves negros y medias. Su teléfono contando los minutos de su estiramiento mientras ella murmuraba su cuenta de segundos mientras reproducía una versión en inglés de la canción coreana Eight de la cantante IU. Una bonita canción con un ritmo levantador y a la vez cálido para el corazón.

-Diecisiete, dieciocho,... Diecinueve, veinte.- Esa fue la cuenta decisiva de sus murmuros. Endereza su espalda y cruza una pierna sobre la otra para frotarse los dedos de los pies.

El engreído Gulf ya iba caminando por los pasillos vistiendo una camisa blanca de mangas cortas con pantalones suaves y botas. Mientras iba caminando por los pasillos muchos ya lo saludaban con choques de cinco porque él era ese chico genial que todos seguían por sus bromas e personalidad bromista. Él va a la puerta de la chica y toca en ella.

La chica, Chaleeda, deja de mirar sus pies para ver a la puerta sin dejar de frotarse el pie.

-Chaleeda soy yo, Gulf. Escucha: Quería disculparme y decirte que... Lo que hice fue muy estúpido. Mm, me aproveche de tu situación para salir yo con mis amigos y eso no estuvo nada bien. Lo siento primero que nada y... Y...- Gulf hipócritamente mira una de las palmas de su mano con una cejita alzada y un ojo más grande que el otro. En su palma derecha escribió con marcador negro:

"No merezco tu perdón, pero quiero que sepas que para lo que sea estaré ahí para ti."

-No merezco tu perdón. Pero quiero que sepas que estaré ahí para ti.- Gulf no dice todo lo que estaba escrito en su palma, pero igual asiente la cabeza orgulloso de haber terminado lo que empezó. La puerta de la habitación se abre y él esconde ambas manos tras su espalda con su espalda enderezada. Ella se le queda viendo. Mirándolo de cabeza a los pies antes de fijar sus ojos en el rostro del chico. Quién sonríe nervioso.

-¿Solo viniste a decirme eso?- Cuestiona la bailarína.

-Sí. Solo eso.

-De acuerdo. No hay problemas entre nosotros. Gracias por tomarte la molestia.

Ella le cierra la puerta en la cara apenas dándose la vuelta para caminar hacia alguna esquina de su habitación y ahora mismo la canción se acaba. -"¿Quieres ir conmigo a clases?" "Sí, claro." "Okay."- Gulf murmura consigo mismo antes de bajar la cabeza y continuar hacia el salón de clases.

Zee estaba ya adentro del salón de clases. Sentado frente a la pared de espejo que contenía las barras Arabesque. Él estaba tocando el piano... Vistiendo una camisa blanca de mangas cortas y pantalones negros con botas calentadoras de ballet negras. La mayoría de los estudiantes se ponen esas botas para mantener calientes los músculos de las piernas durante las prácticas.


A su lado hay unas enormes ventanas cuadradas así que mira de casualidad y ve cierto auto que le llama la atención. Un auto que va de camino a la academia. Apenas adentrándose al sendero de campo que rodea la enorme academia que un castillo antiguo parece ser.

Se queda mirando el auto entrante y sus dedos desfallecen sobre las teclas del piano. Aquel auto rojo entrante no es lujoso. Parece un clásico. No muchas personas entraban a la academia por pura casualidad. Se preguntó, «¿Quién será el visitante? O tal vez se extravió» pensó en adición.

El auto salió fuera de su campo de visión al continuar la carretera del campo. Un bonche de estudiantes entran al aula. Parándose al borde de la puerta. Zee se da la media vuelta. Sentado en su silla.

-Zee, deja el piano. Hoy parece que seremos entrevistados por la policía.- Uno de los estudiantes informa.

-¿Policía?- Él pregunta.

El Profesor suplente, Mew Suppasit, iba subiendo los escalones de la academia con una camisa de botones algo abierta en el pecho y mangas enrolladas en los codos. Pantalones blancos cortados arriba del talón y zapatos de tacón bajo marrones. Su cabello largo rozando sus hombros. Él se detuvo en uno de los escalones al ver a todos los estudiantes fuera de la academia. Mirando por el borde de la puerta con mucha curiosidad. La mayoría de las chicas en sus cortos de ballet. Gulf estaba entre los estudiantes. -¿Por qué están ahí parados como si hubiera un tornado?- Él pregunta.

-Queríamos saber si el auto que venía era de alguien que se perdió, para ayudarlo.- Una de las chicas dice. Esta estando al lado de Gulf.

-Muy humilde, Amy. Pero pensé que las noticias se esparcían rápido en esta academia: es el oficial del que le textee a algunos. Vendrá a hacer preguntas. Traten de estar lo más calmados posible. Conserven la calma.- Mew dice.

Un estudiante vomita de los nervios, y la mayoría se alejan de ese estudiante. Cubriéndose las bocas con disgusto. Otros revisaron al estudiante que estaba agachado cubriéndose la boca. -O vayan a enfermería.- Mew propone con una carita de "oops". Otra mayoría de los estudiantes de ahí se disculpan y se llevan al que recién vomito. La chica de buen corazón yéndose con ese grupo también. Gulf ahora está apartado de las puertas cubriéndose la boca con disgusto.

Zee llega hacia las puertas de la academia y al salir por estas, ve el vomito que está cerca a sus pies. -Ugh.- Él se cubre la boca viendo ese líquido rosado muy asqueroso estar en el suelo.

*(N/A: Está canción va tan bien con el personaje de Saint, me he quedado boba)*

El detective sale del auto con unas gafas de sol puestas y una chaqueta marrón larga por encima de su ropa casual con unas converse. Sube los escalones, y Mew se da la media vuelta para saludarlo con una mano. Saint se posiciona a su lado. -¿Dónde reunirán a los estudiantes para el interrogatorio?

-En el aula.- Mew confía. Adentrando sus manos en sus bolsillos. -¿Te parece eso?

-Tengo condiciones.- Va murmurando el detective mientras ve a los estudiantes. En especial a Zee quién se le queda viendo con curiosidad por unos segundos. El detective voltea a ver al profesor. -Si hay una pared de espejo entonces quiero darle la espalda a la puerta del aula mientras que todos esperen en la puerta formados en una fila. Necesitaré una mesa disponible para dividirnos a mí y al estudiante.

-Hecho.- Mew accede y se adelanta. Subiendo los escalones.

-Oye. ¿No te parece conocido?- Zee le murmura a Gulf.

-¿Conocido? Dime, ¿acaso conoces a todos los policías que ves en las calles? Sé que la mayoría se parecen pero no es así.- Le comenta el piel café claro tapándose la nariz con una mano. Zee suspira agotado y saca su teléfono del borde trasero de su pantalón para sostenerlo frente a él y comenzar a buscar un caso que sucedió hace un año. -¿Qué buscas?

-El tiroteo de la tienda Tipei'.- Murmura Zee. El detective va pasando de ambos como si nada, pero si la caminata se pone en cámara lenta, se puede ver cómo Saint mira de reojo hacia el teléfono del estudiante de ballet. Notando lo que está buscando. Pero sigue caminando normal.

-Lo sabía. Es ese detective.- Zee dice. Poniendo su teléfono en horizontal para ver un vídeo. Gulf asoma su cabeza para mirar.

-¿Qué detective?- Pregunta el piel café claro.

El vídeo muestra a unos rehenes de rodillas en una tienda. Los rehenes estaban a unos pasos de las puertas de cristal del lugar. Amenazados en la cabeza por dos vándalos vestidos en negro con rifles mientras que uno de los vándalos tomaba dinero de la maquina registradora.

-¡No se muevan! O dispararemos.- Amenazaba uno de los tipos.

Los estudiantes miraron con terror el vídeo. Era parece que de una de las cámaras de seguridad de esa cafetería. Entonces entró el detective Saint por las puertas de la cafetería todo normal sin haber visto a los vándalos porque ni tiempo le dio de enfocar su vista en lo que estaba frente a él para cuando entró. Cuando entró escuchó a uno de los vandalos gritar: «¡Uno de ustedes llamó a alguien!», ahí fue cuando el detective alzó la mirada y vió lo que estaba sucediendo.

Los vándalos les dispararon a todos sin tiempo alguno. Los aniquilaron a todos. Eran cinco rehenes y seis porque uno de los rehenes era una mujer embarazada. La sangre no tardo en embarrar todo el suelo. Cuando mataron a todos en solo un segundo, uno de los vándalos le dio en la nuca a Saint con el rifle y el vándalo en la máquina registradora brincó la barra para pasar de los cadáveres y irse con sus compañeros vándalos.

Saint había quedado en el suelo. Noqueado. Con toda la sangre de los muertos recorriendo cada loceta del lugar hasta teñirle uno de sus cachetes en rojo carmesí. -Por Dios... ¿Eso sucedió con él?- Gulf murmura.

-Ya sabía que se me hacía conocido.- Murmura Zee.

-Pero ¿Qué hace suelto? ¿Nadie se preguntó por qué entró justo cuando los matones apuntaban a todas esas personas? Eso es muy sospechoso.- Opina el bailarín engreído mientras que el bailarín blancuzco permanece pensativo antes de mirarlo.

-No lo sé. Dicen que los únicos que saben por qué entró en ese momento son los de la comisería en dónde trabaja.- Le dice Zee. -Lo habían dicho hace un año atrás.

-No confío en ese detective. Puede ser corrupto.- Gulf sigue opinando.

-No lo sé. Pero vamos. Debemos ir al aula.

Dice Zee porque ya los bailarines que restaban se estaban yendo al aula también.

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Zee fue el primero en tener que ser entrevistado así que se sentó frente a la mesa con una carita tímida. Su espalda hacia la pared espejo que reflejaba a los bailarínes posando en la puerta del aula. El detective le sonríe. -Soy el detective Saint. Le estaré preguntando unas cosas. Tienes el derecho de irte si te incómoda.

-Uh, soy Z--Zee.- Tartamudea el bailarín antes de enderezar su espalda en su silla y mirar al detective.

-Muy bien, Zee.- Repite el detective su nombre. Sacando su libreta de notas con un lápiz. -¿Eras cercano a tu maestro? ¿Lo conocías?

-No. El sr. Whitmore... No hablábamos mucho siquiera y en estos últimos tres meses estaba demasiado raro. No hacía nada más que decirnos cosas feas.

-¿Las decía por alguna razón o...?

-Sin razón.

-De acuerdo.- Saint lo anota. - Esto es poco probable, pero ustedes no son del todo niños así que,¿Sabes si tenía problemas con el alcohol?

-Que yo sepa, no. No.- Zee niega con la cabeza.

El detective sigue anotando.

-¿Siempre estaba malhumorado?

-Sí. Tenía ojeras como si pasara días sin dormir o algo.

-Al parecer, insomnio.- Saint murmura finalizando de apuntar la palabra. Mira al bailarín enfrente suyo y el bailarín esta nerviosamente cabizbajo.

-¿Quieres preguntar tú algo? Sé que has visto el vídeo sobre mí. Puedo notar cómo la mirada de una persona cambia cuando saben sobre mi pasado.- Saint murmura alzando una ceja mientras se mantiene firme con una serena voz. Zee alza la mirada.

-¿Qué...? Es que, yo...- Zee murmura. El detective se le queda viendo.

-Mm. Contesté todo lo que sabía, ¿puedo irme?

-Por supuesto.- Saint brinca sus hombros con una sonrisa de labios pequeña antes de mirar abajo a su libreta de notas. El bailarín se pone de pie y está pasando de la mesa para irse pero se detiene al lado del detective por un segundo. El detective frunce el ceño y alza la mirada para ver al bailarín. El bailarín está mirando al suelo. Pensando si preguntarle algo o no. Pero no lo hace y se va. Dejando al detective con la mirada ahora pérdida.

Gulf es el segundo que va a pasar para ser entrevistado, pero el bailarín Zee posa a su lado. -No compartas con nadie más lo que vimos del detective. Deja que el caso siga olvidado.- Le susurra el blancuzco con seriedad hacia el garañón que no dejaba su mirada de desconfianza caer.

-No lo haré.- Gulf le susurra con desganés y el bailarín blancuzco se retira del área.

Gulf mira a su derecha. Viendo a su ahora Profesor Mew. Mew estaba parado a una esquina lejos de los estudiantes aunque atento a ellos. Así que sus ojos conectaron con los de Gulf. Permanecieron viéndose por un corto lapso de segundos.

Creyeron que el detective no lo notaría; pero no por nada el detective escogió un aula con la pared espejo. Utilizaba el espejo para mirar las reacciones de los estudiantes. Sus comportamientos. Observar cada detalle y conforme a eso basaría sus preguntas.

Pero observando la manera en que esos dos se miran... Se pregunta si: «¿Hay o había algo picante entre esos dos?». Su mera estrategia de estar observando todo por la pared de espejo lo hace sonreír con los labios de manera mezquina.

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Zee salió del aula y reposó su espalda contra la pared al lado del borde de la puerta. Sacó su teléfono de nuevo del borde trasero de su pantalón para buscar más sobre el detective pero seguía encontrando el mismo vídeo una y otra vez. Sin información nueva. El bailarín se queda pensativo con lo que Gulf dijo, «¿por qué entró justo en ese momento en el que los matones apuntaban a todos?». Permaneció pensativo por unos segundos. ¿Y si era cierto? ¿Y si el detective Saint era corrupto? Aunque Zee no percibió ninguna de esas vibras pero ¿podría ser posible?

Gulf se sentó frente a él mirándolo mal. Cruzándose de brazos. El detective alzó sus cejas ante esa actitud arrogante tan torpemente callada. -O-ookey.- Suspiro el detective. -Mi nombre es Saint--

-Gulf.

-Hola entonces, Gulf. Te estaré haciendo unas preguntas--

-No, no era cercano al sr. Whitmore. No, no me pasaba con él ni tampoco sé lo que hacía fuera de la escuela. Lo seguía por Facebook pero no tenía fotos escandalosas ni de cirugías plásticas.- Gulf va diciendo por sí solo. Los alumnos se miraron entre sí con miedo por su atrevimiento. El profesor Mew se le quedo viendo con seriedad. Odiaba esa actitud más que nada. Gulf lo sabía, por eso lo miró con una sonrisa sarcástica antes de seguir hablándole al detective. Quién ya estaba serio. -Básicamente no tengo no sé un pepino de ese viejo.

Habla Gulf con una sonrisa. Pero los alumnos no se ríen por su comportamiento esta vez. Se pasó.

-De acuerdo. De todos modos, eso no era lo que te iba a preguntar.- Saint dice.

La sonrisa de Gulf decae. -¿Qué...?- Él susurra.

-Te iba a preguntar: ¿Qué clase de relación tienes con el profesor que está aquí ahora mismo?

Saint se refirió al profesor Mew. El profesor Mew agrandó sus ojos un poco. No se esperaba que el detective preguntase eso. Al preguntar, hace una sonrisa más que maliciosa. Los alumnos están algo impresionados pero Chaleeda está bastante normal solo que un poco sorprendida igualmente.

Zee seguía afuera del aula cuando, de repente, unos hombres en negro comenzarón a entrar al aula. Tres hombres repletamente en negro sin dejar mostrar sus rostros. Como en el vídeo del pasado de Saint. Cargando bates de metal. El bailarín blancuzco se asustó.

¿Quiénes eran estos hombres y de dónde habían salido?

*N/A: Mucha tensión en un solo capitulo, ¿eh? Espero les este gustando. Recuerden que apenas estamos comenzando así que revelamos al menos UN fragmento del pasado de Saint aunque no entró, pero el pasado es claramente la principal razón por la cuál bebe tanto licor (y lo que aún me falta poner de su pasado). ¿Quiénes son los hombres de lo último? Veremos si descubriremos quiénes son en el siguiente pero no son los del viejo vídeo claramente. Ya reuní a Zee y a Saint + estoy entablando el MewGulf✨💖😍*

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