Capítulo 33

Lo poco que le interesaba la vida, era increíble.

No sabia cuanto tiempo estuvo tirado en la cama, cuanto tiempo había llorado o cuanto había pasado desde que llego a su departamento, incluso tuvo la necesidad de hacerse un nido, pero no tenia ganas de ni siquiera hacer eso.

Su cara estaba hinchado, sus ojos rojos de tanto llorar, su pecho a un dolía, más único que estaba en calma era su respiración luego de la maratón de horas de llanto que provocó que cambiara de almohada por una menos húmeda.

Tuvo la posibilidad de al menos dejar de llorar en varias ocasiones y al menos dedicarse horas de descanso, pero no pudo hacerlo ya que se imaginaba miles de posibilidades o futuros de lo que seria su vida a partir de ese momento.

Pero justo ahí, con la cabeza hundida en la almohada que aún olía al Alfa que ama, tomo una decisión o mejor dicho, pensó que debía hacer lo correcto.

Para Kai, Yeonjun era el indicado, su futura pareja, el dueño de su corazón, su única familia, su primer amigo, pero no era suyo, no era de su propiedad, se habían prometido al fin entablar marcas al final del día de campo, pero eso jamás paso y sabia que ahora no pasaría.

Ese Alfa precioso se había vuelto tan importante para su corazón, se había convertido en su mayor prioridad y su mayor alegría después de años de tortura como de soledad, pero algo que tenia que haber previsto era lo que lo tenia peor aún.

Se iba a dar cuenta que no servía.

Tal vez Yeonjun era todo lo que necesitaba, pero Kai sabia que el no era lo suficiente, por muchas palabras o promesas que se juraron entre tanto amor, debia haber sospechado la posibilidad de que algún día el Alfa se cansaría.

¿Por qué?

Fácil.

No era suficiente.

Debia haber sido consiente de que Yeonjun podía irse cuando lo quisiera o cuando sintiera que ya no era necesario, debia haber pensado en la probabilidad de que se cansaría de el y de sus decepciones como Omega, porque para Kai, se sentía una decepción después de saber que podría ser remplazado por alguien mejor.

Proyecto todos esos momentos donde su relación había avanzado, entre sonrisas, cariños, besos y justo en esa misma cama, donde ambos se demostraban día a día cuanto se amaban, y no, no cuestionaba los sentimientos de Yeonjun, claro que no, pero reconoce que ese hermoso ser debia tener a alguien mejor a su lado.

Tambien reconoce que debió ser consiente desde un principio de que si existía algo mejor que el, Yeonjun se iría de su lado.

Y debía aceptarlo.

De tan solo recordar como corrió y grito el nombre de la Omega, como la abrazo, con tanto entusiasmo, como si de verdad no quisiera que se valla aquel día, como le importaba su presencia, ella de verdad le importaba y era más que obvio que era mutuo.

Lo tenia que dejar ir.

Y le dolía demasiado saber que así seria.

Que así debia ser.

Lo estaba comprobando en ese instante y en todos los momento en que dejo salir sus lagrimas al pensarlo, sentir como perdió al Alfa cuando abrazo a la Omega, como el corazón se le destrozo de tan solo imaginarse lo perfectos que eran el uno para el otro, y no, Arin no era una mala persona, eso se notaba a kilómetros, y si, ella era perfecta.

Aunque le costara aceptar que Yeonjun podía irse de su lado y muy posiblemente se fuera con otra persona mejor, no evitaba que doliera porque lo amaba con todo su ser, con todo lo que el Alfa era, incluyendo cada partícula y con cada sentimiento.

Esta vez dejo la posibilidad de poder dejar de respirar contra la almohada y miró hacia un costado, donde la cama ahora estaba vacía y sin nadie al lado suyo, se imagino a Yeonjun al lado suyo otra vez, sonriendo con esa hermosa sonrisa pero luego desapareció.

Sabia que algún día lo iba a decepcionar, sabia que tarde o temprano pasaría, pero estaba tan inmerso, ahogado de todo el amor que se transmitían que inconscientemente descarto esa posibilidad que ahora golpeaba como piedras en su corazón.

Una y otra, y otra vez.

-P-Perdóname por no ser suficiente a-amor...

Iba a volver a llorar y a no volver a cuestionarse de donde salía tanta agua de su cuerpo si lo único que entro a su organismo fue el dolor de la soledad.

Pero el golpeteo de la puerta provoco que se asustara en el lugar, lo que lo puso en alerta y casi como si fuera automático, se levanto de la cama mirando con miedo hacia la puerta, activando su sentido del olfato esperando con todo su ser que no fuera Yeonjun.

No, no lo quería ver.

¿O si?

Pero lo único que pudo sentir fue alivio cuando el olor a Manzana con Canela inundo sus fosas nasales, aún así no se entusiasmo tanto, por lo que volvió a costar su cuerpo esperando que la persona que estuviera afuera, percibiera que se encontraba dormido o muerto mejor.

-¡Kai!, ¿sigues vivo? -se escucho un grito del otro lado.

Soobin.

El mencionado agarro la almohada y se la coloco en su cabeza para que los llmados no se sintieran tan pesados para sus oídos.

-¡Kai!, ¡se que estas despierto, abre!

Los golpes en la puerta siguieron, pero ahora acompañados con los del timbre, provocando que el pelinegro, ya arto, se levantara con pesadez de la cama solo para mentalizarse e intentar salir del cuarto.

Con pasos pesados, se dijo así mismo que debia ser amable y atender al Alfa, porque debia recordar que si no fuera por el y su madre, ahora mismo no sabría donde estaría.

Por lo que perezoso se dirigió a su ventana, pero tan pronto la descubrió de las cortinas la luz pego tan fuerte en su rostro que soltó un queja, porque claro, estuvo todo tiempo en la oscuridad de sus miserias como para darse cuenta que era ya era de día afuera.

-¿Todo bien? -se escucho la preocupación del Alfa del otro lado.

Hueningkai pronto se acostumbro a la luz y miro por la ventana el paisaje de afuera, había mucho gente, ósea que era día de semana seguramente, pero luego observo desde la altura donde estaba su cuarto en el edificio.

-Aun estoy a tiempo de saltar. - susurro desganado.

-¡Escuche eso!, ¡abre, Kai! -gruño cuando recodo lo hábiles que son los Alfas de pura sangre con sus cinco sentidos.

Con las ganas que tenia, se acerco a su armario para ponerse ropa decente, pero tuvo que aguantarse el volver a llorar cuando vio mucha ropa de Yeonjun en su lugar y eso, eso no ayudaba para nada.

Decidió vestirse sin rechinar para atender lo más rápido posible a la visita de afuera.

Mientras tanto, Soobin escuchaba atento las quejas del Omega, le parecía adorable pero obviamente también sentía pena, no es por nada, pero tuvo la habilidad de deducir lo que le pasaba al lindo chico.

Aún que no sabia en concreto las historias, más la de su familia era la que menos pudo deducir, la más obvia era la del otro Alfa de pura sangre que se encontraba en el hospital, tenia que ser tonto para no darse cuenta que hubo romance entre ellos dos, "hubo" porque Kai no se fue con ese Alfa.

Se quedo pensando en el pelirosa que había visto en el hospital, intentando descubrir con lo que vio lo que pasaba en realidad, pero no se dio cuenta que un encapuchado pelinegro se asomaba por la puerta con una cara de poco amigos e hinchada.

-Bien, ¿Qué pasó? -la voz algo rasposa del Omega hizo reaccionar al pelirrojo que lo miro sorprendido, no se había dado cuenta de su presencia.

-Hey. -saludo con una reluciente sonrisa. -¿Interrumpí tu pequeño plan de muerte? -cuestiono divertido viendo aún desganado al contrario.

-Estamos en el quinto piso, era tirarme y arriésgame a quedar en estado critico o tirarme para morir lentamente. - contesto con poco entusiasmo, diciendo lo que verdad pensaba en ese momento. -Ya veré como lo resuelvo más tarde...

-Oh, no. -dramatizo, no quería bajar los brazos, al menos quería que ese día no fuera tan deprimente para el Omega. -Bueno, al menos déjame hacerte un peinado cool para cuando lo hagas, ¿Qué dices?

Entonces Kai recordó, Soobin lo había invitado la ultima vez que se vieron y la verdad que no tenia ganas de salir, pero sabia que si se quedaba todos los recuerdos con Yeonjun iban a cobrar vida y a asfixiarlo.

-Anda, vamos, ¿quieres?

・・・

-¿Aquí trabajas? -pregunto entrando a la gran peluquería.

-Sip, es mi segundo lugar favorito. - contesto encendiendo todas las luces, eso si, dejando el cartel de cerrado para que nadie interrumpiera y luego atrayendo la silla. -¿Podría hacerme el honor de sentarse, bello Omega? - bromeo señalando el asiento.

Kai dejo de admirar el lugar para hacer caso a la petición del Alfa y acomodarse en esa acolchonada silla, sin darle importancia el como fue llamado para hacerlo.

-¿De que color te gustaría teñirlo? - pregunto acercando al pelinegro al espejo y acercando su carrito con los instrumentos necesarios para realizar su trabajo.

-No lo se, si lo tiñes de verde o me dejas pelado, me da igual. -dijo sin ganas y no, no es que quiera ser grosero con el pobre Alfa inocente, solo que no se sentía con ganas de vivir.

Ese no era Kai, Kai no era una persona apagada, no era una que le importaba mierda la vida, la persona que estaba hablando ahora era la misma que hace años lloraba en su cama bajo el techo de su familia.

Se sentía como era antes, un Omega estropeado.

Soobin por su parte aprovecho en tocar el sedoso pelo del lindo chico, pero aún así vio por el reflejo la carita toda destrozada del Omega, tan triste, tan consumido por el dolor, tenia que hacer algo.

Entonces pensó, las historias nunca fallan.

-Mi mamá es la dueña del lugar, dejo que lo cerrara solo para que nosotros dos estuviéramos a solas. -relato con unas risas mientras movía al Omega a la zona de lavado.

-Ella es muy simpática, se nota que se quieren mucho. -contesto menos seco, y es que de tan solo recordar a esa mujer que también lo ayudo para subir ánimos, le hacia cambiar un poco la cara.
-Si, ella es mi sostén en la vida, ¿sabes? -siguió hablando colocando con delicadeza la cabeza del pelinegro en el lavado para empezar con su trabajo. -Es decir, esta mi papá presente y todo, pero sin ella, no seria nada de lo que soy ahora...

-¿Por qué? -al fin la carita curiosa se dejo ver en Kai, llenando de alivio al pelirojo que logro distraer su tristeza por un momento.

-Ser un Alfa de pura sangre con olor dulce, no era fácil. -contesto pasando los productos necesarios por la cabellera lavada del contrario, pero también concentrado en seguir dándole charla. -De un momento a otro me empezó a gustar todo lo que tenga que ver con maquillar a la gente o peinarlas, obviamente eso no era muy bien visto por las personas, pero mamá me ayudo...

-Eso... e-eso suena lindo. -pronuncio ablandando sus expresiones, escuchando con atención todo lo que decía el Alfa.

-Así es, pero la gente seguía molestando porque no cumplía su estereotipo de Alfa de pura sangre perfecto y machote, solo por mi "extraño" gusto. -recordó esos momentos difíciles, pero estaba orgulloso de haber superado. -Mamá me dio unos buenos consejos, ella me levanto y si no fuera por eso, seguiría siendo ese Alfa escondido que nunca me gusto ser...

Hueningkai mordió su labio, tímido al querer preguntar.

-¿Q-Qué te dijo ella?

Soobin sonrió.

-Que mis gustos no eran "extraños", pero que tampoco eso me hacia "extraño", todos somos libres de hacer lo que nos gusta, porque eso nos hace únicos y yo soy único. -relato al pie de la letra todo lo que su madre había dicho y vio como una sonrisa se asomaba por esos preciosos labios del Omega. -Y así fue como me convertí en un Alfa de pura sangre con olor dulce, peluquero y encima hijo de mami...

Esa ultima frase, fue la detonante, fue la ideal, porque gracias a esa frase graciosa, Soobin pudo ver por primera vez la sonrisa y escuchar la risa de Kai estallar, estallar después de ver como su carita era toda una tristeza.

Precioso.

Demasiado hermoso.

-E-Eso fue... dios, perdón. -se disculpo luego de la risa, que después fue acompañada por el pelirojo orgulloso de haber causado felicidad en el Omega al fin. -Eres muy fuerte Soobin, eres increíble. -lo halago bajando el tono de su risa para luego mirar a la nada y susurrar mientras su sonrisa desaparecía. -Me gustaría ser como tu...

-¿Por qué dices eso? -le pregunto el Alfa, terminando de enjuagar el cabello del contrario solo para prestarle atención.

-Haces lo que te gusta, sin importar lo que digan los demás, amas lo que eres y lo que haces. -le recordaba mucho a Yeonjun. -M-mientras que yo... solo me dejo caer a pedazos con lo poco que soy. -su expresión volvió a ser una triste, pero una dolorosa, su pecho volvió a doler. -¿Nunca sentiste qué probamente exista algo mejor que tu?, a-algo que logra superarte a tal punto que dejas de ser suficiente para una persona...

Kai se había sumergido nuevamente en sus pensamientos, olvidándose donde estaba y con quien estaba hablando, solo recordando todo lo que había pensado en su cuarto, en lo que seria de su vida a partir de ahora y en todo lo que había sentido antes de llegar a donde esta ahora.

Soobin había notado eso, por lo que se converso en silencio y solo quiso escuchar el desahogo del Omega con sus sentimientos.

-N-No lo había pensado antes, pensé que todo iba a estar bien, que seriamos solo el y yo, pero... de un día para el otro aparece alguien ideal, alguien que parado junto a ti era incomparable, mientras que tu s-solo eres... solo-... - se interrumpió así mismo recordando el día que Arin entro por la puerta de la cabaña.

Repitió las palabras que había repetido durante toda su sesión de llanto, de que la Omega era ideal para Yeonjun.

Mientras que el no era perfecto, solo era un Omega defectuoso.

¿Por qué pensó en algún momento que lo suyo con Yeonjun funcionaria?

-No s-soy perfecto...

-Kai, nadie es perfecto en la vida, eso es-...

-Pero ella si lo es. -lo interrumpió dejando salir una lagrimita por su ojos de tan solo aceptarlo. -Ella es perfecta para el, yo s-solo... no soy-...

-Hueningkai...

-No soy suficiente para el. -dijo al fin, dejando que su mirada se apagara, provocando que ese ultimo brillito que se conservaba en esos ojitos grises desapareciera. -Nunca fui el indicado, siempre fue ella...

-C-Creo que no estoy entendiendo...

-Debia haberme dado c-cuenta antes, pero Yeonjun se merece lo mejor. - susurro con la voz temblorosa. -Y n-no soy yo...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top