Capítulo 32

Yeonjun recuerda todos los momentos difíciles que tuvo a lo largo de su vida repartido en diferentes etapas, en su infancia no había sufrido nada malo, pero durante la adolescencia recuerda haber decaído varias veces, había batallado muchas veces con su mente como con la gente que lo rodeaba, pero había sido peor cuando su primer amor platónico lo había rechazado y ni hablar del resto de los años siguientes.

Su autoestima subía y bajaba muchas veces, mientras que sus momentos tristes se multiplicaban como a la vez mermaban, pero cuando había conocido a Kai, todo lo malo que había rodeado su vida, desapareció.

Al principio debia admitir que tenia un poco de miedo de ser rechazado por el único Omega que había logrado llamar su atención luego de todo lo que le paso en la vida, miedo que se esfumo cuando ambos se demostraron que se querían, sin importarles lo que opinaban los demás, sin importarles las inseguridades, sin importarles lo supuestos defectos, sin importarles nada, ellos de verdad que se mejoraron el uno para el otro y se suponía que nada de eso iba a cambiar.

Sin embargo, cuando Kai se había huido de la casa y posteriormente de su lado con otras personas, sintió como todo su ser se partía en dos, con una ansiedad plantada en su pecho y con un nudo horrible en su estómago.

No entendía lo que pasaba al principio, pero básicamente Kai había rechazado la posibilidad de volver a sus brazos y aquello lo había dejado casi llorando al frente de todos, que de igual forma, se conservaban impactados.

Dolía demasiado.

Lo podía comprobar perfectamente, pues era un momento que jamás imagino que ocurriría, sentir que estaba perdiendo a Kai y verlo irse con otro Alfa, no evitaba que doliera peor que las sensaciones de esta mañana al no encontrarlo en el cuarto.

No sabia que sentir o que pensar, pero se sentiría casi como si estuviera perdiendo algo que era parte de su felicidad y su vida.

-Que estúpido Omega...

Yeonjun gruño.

Rápidamente se dio la vuelta observando a los padres de Kai, insultar como si nada a su Omega, por lo que no quiso aguantar más y sin importarle nada, se acerco amenazador hacia esa pareja.

-Repítelo. -susurro con los ojos clavados en los del padre, quien fue la persona que insulto en voz alta. -Repite ahora mismo la mierda que dijiste sobre mi Omega...

El padre de Kai se había quedado estático cuando el Alfa se había acercado amenazador, porque tenia que recordar de que se trataba de un pura sangre, y que ellos poseían mucha más fuerza que los Alfas normales, como lo era el mismo señor Huening.

-Yeonjun, hijo. -intento llamarlo Lia agarrando los brazos del mencionado, quien se soltó al instante, parándose frente a frente con el hombre asqueroso que tenía delante.

-¡Que repita lo que dijo! -grito con su lobo, ocasionando que todos los Omegas presentes hasta algunos Alfas temblaran por el poder de la voz del Alfa de pura sangre.

Los señores Huening agacharon las cabezas sumisos y derrotados por un adolescente de sangre real.

-P-Perdónanos...

-No es suficiente. -gruño con muchas más fuerza haciendo hasta temblar los dos cuerpo delante suyo. -Ni una jodida disculpa podría arreglar todo lo que hicieron con su hijo, ¿en serio creen que una simples palabras los ayudara ahora?-exigió con furia.

Todos, hasta los guardias se conservaron callados, parecía que todos se encontraron sumisos antes la voz poderosa de un Alfa de pura sangre, además, nunca nadie escucho a Yeonjun tan enojado como ahora.

-Son una mierda, ¡son la peor mierda que podría existir! -grito sintiendo como los ojos le picaban, como las lagrimas salían por el enojo acumulado, primero de ver a las personas que dañaron a su único amor y luego de ver a ese único amor irse de su lado. -Lo despreciaron, se olvidaron de que era su hijo, ¡¿Qué mierda se les cruzo por la cabeza?!...

El dolor, era mucho peor de lo que habría imaginado, tenerlos de frente para poder gritarles en la cara era un gran deseo suyo, pero cuando a ese enojo se le sumo el hecho de que Hueningkai ahora no estuviera a su lado, solo podía empeorar el momento y dejar salir todo el odio acumulado.

-El chico que se acaba de ir, ese precioso Omega que se acaba de ir, estuvo sufriendo, esta jodidamente roto por ustedes. -los señalo, hundiendo su dedo duramente contra el pecho del hombre. -Estuvo perdiendo la mente todos esos años y ninguno lo vio, ¡¿Por qué nunca les importo lo que sentía Kai?!...

Los ojos rojos del Alfa se avecinaron y Yeji al notar eso, se animo a acercarse, sin importarle si salía herida, abrazando el cuerpo de su propio hijo antes de que fuera demasiado tarde.

Yeonjun sintió como era alejado, por lo que empezó a patalear cuando su madre lo empezó a alzar en el aire.

-¿Me escucharon, malditos? -aún así siguió hablando, pero esta vez llorando desconsoladamente aun que se lo escuchara con odio. -¡El lloro todas las noches, c-cada maldita noche!, ¡y todo por ustedes hijos de puta!...

-Ya mi amor, cálmate. -Lia se puso enfrente de su hijo, agarro sus mejillas e intento que solo se concentrara en el.
-No valen la pena, créeme, no lo valen...

-Pe-Pero Kai... el... el s-se fue, el no esta, el-... -dejo salir un sollozo y con el, soltó todo lo se le había acumulado desde que Kai se fue hasta gritarles a esos horribles señores.

-Dale tiempo, Yeonjun, solo dale tiempo. -susurro suave, dándole una señal a su esposo para que lo soltara y como pensó, su hijo se estrello en sus brazos para ser abrazado mientras lloraba desconsoladamente contra su pecho.

Yeonjun solo negaba entre lagrimas.

Su corazón dolía mucho, esperando que Kai volviera otra vez para estar entre sus brazos.

-No v-voy a permitir que hablen mal de Kai. -susurro un poco más calmado pero con el mismo nivel de bronca acumulada. -N-no lo voy a permitir, es mi Omega, n-no... yo.. no-no voy a tolerar esto. -balbuceo intentando frenar sus sollozos.

-Kai necesita tiempo. -Taehyun se acerco con cuidado, su lobo no le tenia miedo a la ira del Alfa de pura sangre. -fue demasiado para el, sus padres, la noticia de Arin, ahora todo lo que podemos desear es que se haya ido con las personas indicadas...

-Pe-Pero... ¿Y si ya no quiere esto?, ¿y si ya no quiere estar conmigo? -se señalo todo triste con los ojitos lagrimosos, poniendo a todos apenados, ver a Yeonjun sufrir no era algo bonito de ver, menos cuando se habían acostumbrado a verlo mejor desde que el Omega llego.

-No imagines cosas. -esta vez Beomgyu se acerco, con un aura un poco más seria mirando a los ojos de su mejor amigo para transmitir concentración, pero sobre todo que se tranquilizarla.
-No adelantes los hechos, tampoco digas tontearías, ¿bien? -el menor sintió la dureza en las palabras y solo pudo asentir logrando lo que su amigo quería, que se calmara. -Ahora iremos a casa a calmarnos, la gente que este atrás tuyo no vale la pena, ¿bien?, ¿entonces que haremos ahora?

-I-Ir a casa.

-¿Y que más?

-Esperar...

-Así es, así es Yeonjun. -bajo el tono demandante para acercarse y abrazarlo por completo, apoyando la cabecita del peliverde en su hombro notando que este ya no lloraba. -Esto se va a solucionar, te lo prometo...

-Beom. -lo llamo con la voz temblorosa, amenazando con volver a llorar. -L-lo extraño, no quiero per-perderlo...

El mencionado cerro los ojos con un suspiro, masajeando los cabellos verdes de su amigo para intentar calmarlo, intentar transmitir esa seguridad que ni el mismo sabe que pueda cumplirse, todo puede cambiar como todo no puede cambiar a la vez y eso era lo tenia inquietos a todos.

-Lo se...

・・・

-E-Es aquí... -susurro algo tímido el pelinegro señalando el edificio donde vivía.

-De acuerdo, ¿por qué no acompañas a Kai, hijo? -animo la mujer con una cara picara, no es por nada pero durante toda la cena que tuvieron en Mcdonalds su hijo se le quedó viendo con ojitos brillosos al Omega.

-Mamá... -se quejo el pelirrojo sacando el cinturón de seguridad.

-N-No hay problema. -Kai le restó importancia, y es que tuvo una muy cómoda comida con el par, de verdad que lo habían animado, aun que se sintió algo cansado.

Además, conservarse con ánimos cuando en realidad quería llorar desconsoladamente, no era algo que quisiera mantener por mucho más tiempo.

-Ustedes no se preocupen, voy a buscar un lugar de estacionamiento y luego les aviso. -les guiño un ojo y ambos menores bajaron del vehículo.

Kai le dedicó una mirada silenciosa a Soobin quien entendió al toque que debía seguir los pasos del chico, por lo que ambos se encaminaron dentro del edificio en un silencio cómodo.

Llegaron al piso que pudieron llegar y con las llaves, que agradecía haber no sacado de su bolsillo, abrió la puerta de su departamento dejando primero que pasara su invitado.

-Se ve acogedor. -admitió, además, no sabia que decir.

-Todavía f-faltan algunos detalles. - comentario mirando de igual forma curiosa la sala. -Tenia planeado poner algunos cuadros, como también una linda alfombra, y-.. oh, un sillón más grande para cuando Yeon-....

Soobin lo estaba escuchando atento pero se dio la vuelta asustado cuando el Omega se trabo por si solo queriendo derramar lagrimas por sus ojos y con feromonas tristes que inundaron el lugar.

-P-Perdón, es que... bu-bueno no estaba solo, y-yo-... -apretó los labios intentando contenerse, no había llorado desde que salió del hospital y estuvo aguantando hasta llegar a su departamento, pero tenia visitas así que debia aguantar un poco más. -Solo... no-no se si tome la mejor decisión...

-¿Hablas del Alfa? -interrogo, recibiendo un asentimiento del contrario. -Si te sirve de algo, yo también soy un pura sangre. -comento divertido, solo queriendo opacar el ambiente triste.

-¿C-Cómo? -ladeo la cabeza curioso, distrayéndose rápidamente con aquel nuevo tema. -¿Por qué no me di cuenta antes? -cuestiono activando su sistema olfativo, aspirando el aroma de Manzanas con Canela, pero no detectaba sangre real aún.

-S-Si, bueno... digamos que al oler dulcemente opaca mi lado macho de Alfa. -expreso entre risas, orgulloso de haber logrado distraer al pelinegro. -Pero si soy...

-Increíble. -pronuncio asombrado, ahora que se concentro en el aroma, pudo notar como picaba un poco su nariz, como si un toque picante se hubiera sumado al aroma de Soobin, descubriendo así que efectivamente se trataba de un Alfa de pura sangre.

Soobin se sonrojo un poco cuando el Omega se acerco un poco más para poder oler su aroma, aun que no lo parezca, a pesar de su facha de chico malo que llevaba consigo pues ahora era la primera vez que se sentía tan avergonzado y tan hipnotizado por un solo chico.

Había que admitir que si se preocupo cuando lo vio tirado en el bosque en medio del ataque de pánico, pero aun que sonara raro, en medio del viaje había observado la cara dormida del chico, lo bien y tierno que se veía con los ojitos cerrados.

Kai era precioso, era más que obvio, pero le resultaba raro poder verlo y decir en sus adentro que nunca vio a alguien tan hermoso en su vida, literalmente jamás se imagino pensar de esa forma en algún momento pero ahora se sentía tan idiota de tan solo aceptarlo.

Tenia que cambiar de tema o si no todo se iría al carajo.

-Emm... -vio desde arriba la cabellera del Omega, porque era el más alto, y se le ocurrió otra tema para ignorar su pequeño enamoramiento con el chico y para que este no se pusiera triste de nuevo. -¿A-alguna vez te teñiste el pelo?

Kai al fin se alejo, reaccionado con las mejillas levemente rojas al darse cuenta que se había distraído más del tiempo previsto con el aroma del Alfa pelirrojo, por lo que dio un paso para atrás y lo miro con curiosidad.

-No, nunca...

-¿Y... no pensaste en algún color o algo? -pregunto nuevamente, ahora con una sonrisa más tranquila. -No es que se te vea feo, todo lo contrario eres precioso, di-digo... quiero d-decir, es tu pelo- tu pelo es... ahsss. -miro hacia el techo de la casa, no notando como el acanelado lo miraba confundido.

-¿Soobin?- lo llamo sin entender los nerviosismos del pelirrojo.

-Lo que quiero decir. -retomo la charla una vez termino de contar hasta diez. -Trabajo en una peluquería, donde la mayoría de la gente va para hacerse un cambio que los haga sentir bien, en-entonces creí que talvez te gustaría ir y... p-podriamos vernos. -dijo al fin.

Kai iba a contestar, pero al celular del contrario le llego un mensaje de su madre, avisando que se encontraba afuera esperando y tan pronto como leyó, volvió a dirigir su mirada hacia el Omega esperando una respuesta.

-S-Suena bien. -asintió ahora tímido, hacerse un cambio no sonaba mal.
-¿Tienes que irte?...

-Si, pero podemos intercambiar números. -propuso ansioso y Kai estaba a nada de aceptar, pero recordó que no poseía un aparato de comunicación consigo e hizo un puchero que casi hace desmayar a Soobin.

-N-No tengo. -agacho la mirada avergonzado, era algo que debió haber conseguido hace semanas, pero estaba tan distraído con Yeonjun que...

Oh, Junnie.

Soobin iba a contestar, pero su celular volvió a sonar y sabia que debia apresurarse.

-El lunes paso por ti, ¿si?

-E-Esta bien. -acepto notando como este se dirigía a la puerta por si solo.

-¡Genial!, entonces nos vemos mañana-con una sonrisa abrió la puerta, no queriendo irse en realidad pero tenia que hacerlo, debia darle su espacio al Omega -Adiós, Kai...

El mencionado sonrió sin dientes.

-Adiós, Soobin... Gracias. -susurro suave, viendo como el pelirrojo desaparecía por la puerta al fin.

Ahora se encontraba solo.

El vacío y la tristeza lo invadió, pero no quiso quedarse más tiempo ahí parado recordando todo lo que le paso en tan solo un día, por lo que retrocedió y fue directamente al cuarto.

Pero sabia que fue una mala idea cuando al entrar noto toda la ropa de Yeonjun por todos lados, como la suya misma, básicamente entre esas cuatro paredes se olía a la perfección el aroma del Alfa.

Su Alfa.

Los ojitos comenzaron a picarle, su nariz comenzó a querer chorrear moquitos, pero solo apretó los dientes para acercarse a la cama, quitándose la ropa extra como las zapatillas y la campera enorme, para luego caer como costal de papas a la gran cama.

Pero nuevamente había tomado una mala decisión.

Inevitablemente dejo salir lagrimas, mientras se encontraba boca abajo sobre el colchón, sintiendo el aroma impregnado de Menta con Chocolate en toda las sabanas y tan solo eso logro oprimir su corazón.

Los sollozos no se hicieron esperar, las lagrimas tampoco se limitaron, agarro una almohada la cual abrazo en posicion fetal, llorando con mucha más ganas cuando esta también poseía el aroma de la persona que amaba.

El amor de su vida.

El amor que nunca imagino tener.

Ahora ese amor se encontraba lejos.

Lejos de sus brazos.

Lejos de sus besos.

Lejos de su lado.

De tan solo imaginárselo, su corazón dolía cada vez más y más, cada partícula de su cuerpo quería estar entre los brazos del Alfa para sentirse amado y protegido, sin embargo, ahora se encontraba solo entre su propias miserias.

Tenia el deseo de que personas nuevas aparecieran en la vida de Yeonjun, para que lo aceptaran y lo quisieran tal como es, pero cuando vio a Arin, ingresar por la puerta de la cabaña, supo en ese instante que era la Omega perfecta.

Ella trataba bien a Yeonjun, ella era amable con Yeonjun, ella aceptaba a Yeonjun, ella cocinaba cosas para Yeonjun y ella siempre amo a Yeonjun.

¿Y el?

El solo era un Omega inseguro, un Omega usado, un Omega con una familia problemática, un Omega torpe y sobre todas las cosas, un Omega defectuoso que no puede dar vida.

Y Yeonjun, era un ángel, un maravilloso Alfa, atento, cariñoso, amoroso, considerado, respetuoso, encantador, precioso y muchos otros adjetivos que tengan que ver con todo lo anterior.

Yeonjun no merecía un Omega como el.

Con esa idea plantada en su pecho, abrió los ojitos para imaginarse al menor al lado suyo, viéndolo como casi todos los días lo hacían cuando se conservaban en la cama, transmitiéndose amor y ahora todo eso acabo.

Por su culpa.

Por no ser suficiente.

-N-No soy bueno para ti...

No, no lo era.


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