Capítulo 23

-Me gustaría hacer un día de campo con los chicos. -la voz hermosa de Kai hizo que Yeonjun dejara de vestirse después del baño, mirando con la cabeza ladeada las palabras del contrario.

-¿Y eso? -cuestiono con una leve risa, pasando la toalla por su cabello mojado una vez vestido.

-E-Es que me gustaría poder decirles sobre mi... mi pequeño defecto. -no sabia como llamar a su real defecto, pero si tenia en claro cuando tomo esa decisión mental mientras el menor se encontraba bañando.

-Ya hablamos de esto. -suspiro el pelirosa acercándose a la cama donde se encontraba el Omega y colocarse entre sus piernas, apoyando su espalda en el pechó de este que vibro por una risa que soltó por su acción. -No es un defecto...

-No sabia que titulo ponerle, perdón. - dijo suave agarrando la toalla en el lindo cabello largo del pelirosa para empezar a secarlo por el. -Pero si me gustaría contarles...

-Eso suena bien, eres un Omega valiente. -ronroneo con los ojos cerrados, degustando de las caricias dejadas en su cabello. -La casa de campo de mis padres podría servir. - ofreció.

-El viernes suena un lindo día, ¿te parece? -sonrió contento, apartando la toalla y llevando sus manos al rededor de la cintura del Alfa con cariño para apapacharlo.

-Me parece genial. -opinó aturdido por todo el cariño que se le era transmitido por ese hermoso ser que lo abrazaba por su espalda.

Se quedaron en silencio por un par de segundos disfrutando del otro, disfrutando del exquisito aroma de sus feromonas combinadas y el de sus lobos que automáticamente aullaban gustosos.

Yeonjun se dejo caer un poco más, solo para poder subir su mirada y ver desde ese ángulo el perfil bajo de Kai, que para su parecer, era muy lindo como sexy.

Lindo, sin duda alguna, siempre intentaba recordárselo todo lo días porque el Omega era una cosa pero maravillosa, tan perfecto, era algo maravilloso que con tan solo abrir los ojos el chico ya se veía bueno, era una cosa pero fantástica y a veces avergonzado se veía el doble de bueno.

Y no es por nada, pero el Alfa tenia dos momentos en los que podía admitir que Huening sobrepasaba sus expectativas y las expectativas de belleza si hablamos mundialmente.

El primero de ellos cuando sonreía de forma hermosa, justo como en ese instante donde brillaban sus preciosos ojos grises y las mejillas levemente se se sonrojaban, viéndose no solo adorable si no también inocente e inofensivo, algo increíble se podría decir.

El segundo momento era cuando hacían el amor, es ahí cuando todo el universo interno de Yeonjun estallaba, pensando una y otra vez porque tenia a ese precioso ser bajo suyo, porque no había expresión más bella que Kai gimiendo su nombre, con las mejillas más que sonrojadas pero empapadas en lagrimas, su boquita hinchada de los besos y el placer reflejado en sus ojitos.

Huening es igual a una obra de arte, pero lastimosamente se estaba lamentando de recordar que su expresión preferida era cuando tenían relaciones, ya que de tan solo imaginárselo ya se le había parado.

Malditas hormonas.

-Y-Yeon... acaso tu-...

Oh, oh.

-¡No mires! -dijo avergonzado, tapando los ojos del pelinegro quien igual de sonrojado se mordió los labios de tan solo recordar por unos segundos el miembro del menor hacer acto de presencia como una roca saliendo debajo de la tierra.

Ya lo se, mal ejemplo, ¿pero que esperaban que dijera?, eso era una anaconda de veintiséis centímetros y que seguramente media aún más cuando se imagino a Kai todo sumiso bajo su poder o cuando así era.

Yeonjun estaba a punto de decir una otra cosa, cuando vio que su miembro no era el único despierto, pues el Omega al notar que algo bajo suyo también se hacia notar, por instinto bajaba la remera con ayuda de su mano intentando tapar su nueva erección, la cual reacciono al ver la del contrario.

La sonrisa traviesa se reflejo en el de tez clara y de tan solo ver, como el mayor, tenia los ojitos tapados, tuvo la más grande idea de todos los tiempos del mundo, claro, después de lo de las faldas.

-Hyung, quiero que no abra los ojos, ¿podría hacer eso por mi? -pidió en un tono inocente, empezando a bajar de la cama y quitando la palma de su mano lo más lento posible de los ojos del Omega que para su placer, se encontraba apretando los parpados haciendo caso a su pedido.

Hueningkai solo asintió y espero aún sonrojado en el lugar, pensando quiza que Yeonjun se iba a meter al baño o algo por el estilo, pero todo se volvió confuso cuando sintió nuevamente el peso de la cama al lado suyo y como una suave tela rodeaba sus ojos con sumo cuidado.

-¿Q-Qué? -intento decir con sorpresa, queriendo sacarse lo que cubría su vista, pero hizo un puchero cuando el contrario se lo impidió. -J-Junnie...

-Esta bien, solo... -ni el pelirosa sabia que decir, solo se excitaba más de la cuenta en tener al Omega confundido, vendado y algo inofensivo.

El pelinegro alzo el mentón, como si con eso pudiera ver bajo la tela que cubría sus ojos, pero había sido inútil, no veía absolutamente nada y era porque estaba muy bien atada.

-No estés asustado, Hyung. -susurro el menor, mordiéndose los labios de tan solo ver la vista que tenia delante suyo, paseando sus manos por bajo de la remera grande del mencionado haciendo un amague para intentar sacarle la prenda. -Podemos parar si así lo quieres...

Entonces Kai supo al fin las intenciones hormonales del Alfa de pura sangre cuando al fin logro quitar por completo su remera, dejándolo desnudo por la parte de arriba.

-N-No... es solo que- -trago duramente cuando besos fueron depositados por su mentón hasta llegas a su cuello, lugar que lo hizo temblar ligeramente cuando fue succionado.

-Junnie...

-¿Qué? -mordió con cierta lentitud el cuello acanelado, jugando un poco por eso zona donde próximamente iría su marca y lo sabia, incluso sus colmillos picaron ansiosos.

-E-Es que no puedo verte. -dijo al fin, sonando algo triste y adorable por su pequeño puchero, escuchando perfectamente cuando el contrario se despojaba de su ropa que hace no mucho se coloco.

-Lo se, pero me gustaría que lo intentaramos así, ¿Qué dices? -soplo suave sobre el lóbulo de la oreja del mayor quien tembló soltando un pequeño gemido. -Dicen que cuando bloqueas uno de tus sentidos, el resto se encuentra completamente sensible y alerta...

-¡AA-ah! -gimió cuando una mano se metió bajo su pantalón de dormir, apretando su miembro que para su sorpresa, y complementando las palabras dichas, se encontraba completamente sensible.

-¿No te gustaría averiguarlo, Hyung? - hablo juguetón, desasiéndose de un tirón de la ropa restando del pelinegro, logrando que este cayera de espaldas sobre la cama y con su cuerpo completamente caliente.

Ni siquiera se besaron y el ya se encontraba más mojado por atrás.

Besos aún eran depositados por su cuello, mientras respiraba con fuerza, ladeando la cabeza en un intento en vano de averiguar que seria el siguiente movimiento de Yeonjun, pero soltó un gritito cuando sus piernas fueron tiradas sorpresivamente.

El Alfa deposito las acaneladas piernas sobre sus hombros, besando lentamente la parte interna de los muslos dejando también que sus fosas nasales se drogaran por el aroma exquisito que salía de ese agujerito mojado.

El chillido que salió de sus labios fue exagerado, pero le fue inevitable a pesar de ser unos cuantos besos o mordidas, sabia que esa zona era próxima a su entrada y el hecho de que estuviera cerca de ella lo llenaba de impaciencia como de desesperación, más aun cuando no podía ver nada.

-A-Alfa... espe-Oh, dios. -rendido, arqueo la espalda y tiro su cabeza hacía atrás gimiendo alto cuando la caliente lengua del menor se deslizo por sus piernas, limpiando el rastro de su lubricante esparcido por ellas, para luego acercarse a su entrada la cual soplo ligeramente y con una sonrisa disfruto el espasmo de su victima.

-¿Mi Omega quiere que le coma el culo? -la nueva voz ronca del chico llego a los oídos del mencionado que con otro temblor y gemido logro excitarse aun más por esas sucias palabras.

-S-Si, por favor. -suplico todo caliente, era increíble como le hervía cada rincón de su piel de tan solo recibir un par de besos por su cuerpo. -tu Omega q-quiere que comas su culo...

La respuesta solo pudo con todo el autocontrol de Yeonjun, y claro, permitiendo que la puerta, de su lado más primitivo, se abriera.

-Eres tan lindo, Hyung. -rio bajo, y sin hacerse esperar, movió su lengua lentamente sobre aquel orificio y todo el cuerpo de Hueningkai vibró.

Se sentía tan sensible antes cualquier estimulación y caricia, que hasta su respiración se volvió desastrosa acompañando a sus fuerte gemidos cuando su interior fue invadido lentamente por la lengua, entre lengüetazos y desesperando un poco la cordura del mayor.

-D-Dios... ¡Yeonjun! -grito, soltando gemidos cuando sintió como el mencionado se hundía sin hacer tanto movimientos en su interior, logrando retorcerse de placer de tan solo notar lo grande y larga que se lograba sentir el sin musculo del Alfa.

Y gimió aun más fuerte cuando dedos acompañaron la húmeda lengua en su interior, chillando fuertemente cuando estos lograron encontrar su punto y aún con movimientos lentos comenzó a ser constantemente penetrado.

-A-Alfa... n-no, esper-¡Ah!, lu-lunas. - intento hablar pero sabia que era inútil.
Mientras que el pelirosa no hacia más que disfrutar el desastre que estaba logrando en Kai, un desastre que solo el podía ocasionar, además, de que una de sus tareas favoritas era comerse el culo del mayor y poder degustar el riquísimo lubricante, sabia lo próximo que se vendría.

-M-Más rápido, ¡Ahg! -pidió impaciente con la lentitud con la que era preparado, sin negar que era completamente excitante pero ahora el mismo se encontraba desesperado.
-P-por favor, Alfa...

Iba a seguir suplicando cuando no tuvo una respuesta verbal, pero en su lugar sintió su cuerpo ser bajado de los hombros un poco y su voz se perdió en un gemido cuando repentinamente sus paredes se expandieron ante la sola intromisión de algo mucho más grande y caliente.

El maravilloso pene de Yeonjun.

-¿Fui lo suficientemente rápido ahora, amor? -hablo sonriente, ya que lo había penetrado de un solo movimiento, dejando al contrario aún con la espalda arqueada y temblando con las manos aferradas a las sabanas.

-S-Si... -pudo decir al fin cuando se acostumbro al tamaño y con leves movimientos de cadera comenzó a sentir que debia ser penetrado con fuerza. -M-me gusto mu-mucho...

El Alfa sonrió antes de acercarse a su Omega y plantarle un sexy beso, donde sus bocas danzaron lentamente, mesclando sus salivas de manera morbosa, algo que para ellos no era nada asqueroso y menos cuando sus lenguas empezaron a jugar, enchastrando sus bocas un poco.

Un gemido murió en la boca del contrario, cuando empezó a moverse intentando entrar mucho más de lo que ya estaba, queriendo que hasta sus bolas estuvieran dentro de ese exquisito agujero.

-¿Me siente?, ¿me sientes abriéndote, Omega? -la voz ronca y hambrienta del pelirosa hizo casi gritar al mayor cuando este con su increíble movimiento de pelvis comenzaba a moverse de manera maravillosa.

-¡S-Si! -confirmo enredando con mayor fuerza sus piernas en la cintura del menor. -¡J-joder!, Alfa, n-no hagas eso es-¡Aah! -sus ojitos empezaron a soltar lagrimas de excitación cuando el contrario coloco la palma de la mano sobre su ombligo levemente elevado por el gran miembro dentro de el.

-¿No es increíble, Hyung? —aumento el movimiento de sus penetraciones, dando justo en el punto que hacia gritar al contrario mientras aún mantenía su manos sobre el abdomen abultado.
-Como tus paredes palpitan a mi alrededor, ¡Uhg!... como aprisionan mi polla, tan encantado te tiene que no la quieres dejar ir, ¿Mmm? -las palabras sucias eran otra debilidad para Kai que lo hacia desfallecer.

-¡Junn-Junnie!... n-no, esto es-¡Aah!, ¡Aah!, ¡Aah! -gimió enloquecido, apretando al Alfa contra suyo mientras el ruido morboso de sus pieles chocan, el como las bolas golpeaban su culo, todo sonaba con claridad para el vendado chico, incluso los gruñidos y gemidos del contrario.

Tan sexy.

-¿Lo sientes?, ¿no es increíble, Omega?-dios, que bella voz.

-L-Lo siento, es... es-¡Aah!, increíble, ¡Mhgg!, e-es duro y ¡joder!... y c-caliente. -chillo, asintiendo desesperadamente a todo lo que decía el Alfa, mientras que este lo penetraba de una manera demasiado violenta pero que le encantaba. -M-me quema Alfa, me encant-¡Ah!...

Yeonjun sonrió una ultima vez, amaba las charlas sucias durante sus encuentro, pero también le encantaba enloquecer al cuerpo bajo suyo, por lo que no agarro con fuerza esas caderas y con todo lo que le quedaba abuso de esa entrada de manera que Hueningkai ya gritaba como loco.

Fuertes, firmes y rápidas, las embestida del Alfa eran una cosa pero magnifica, haciendo enloquecer al Omega bajo suyo que al sentir el típico cosquilleo en su vientre no se hizo esperar más, dejándolo salir todo como si de una fuente se tratara y al lograr hacerlo, aprisiono el miembro suyo que de igual manera anudo dentro supero pero con una cantidad de semen increíble.

Se desplomaron contra la cama exhaustos y fue ahí que Hueningkai se atrevió a quitarse la venda con una expresión asombrada que hizo poner curioso a Yeonjun, hasta que se miraron para sonreírse como bobos enamorados.

-Deberíamos repetirlo para la próxima...

La risa de Yeonjun inundo el cuarto repleto de feromonas, tras las palabras de Hueningkai.

Sin duda fue algo maravilloso.

・・・

Hueningkai y Yeonjun decidieron darse una ultima semana de cortejo, terminando con su pequeño trato el día domingo, pero sobre todo, había que notar la impaciencia en ambos lobos y en ambos humanos.

Incluso Arin podía notar como el desesperado Alfa guardaba sus cosas de manera apresurada en su mochila, veinte minutos antes de que terminaran sus clases particulares y antes de que sonara la campana de salida.

Sonrió con ternura, es decir, tuvo un fin de semana muy triste, de tan solo pensar que el corazón y el entusiasmo del Alfa bonito era de otra persona, aún que le doliera admitir que le hubiera gustado ser ella, su parte racional se encontraba feliz por el chico.

A Yeonjun ya le tocaba ser feliz, y si no era a su lado, no importaba, incluso logro asimilar que ni en sus más mágicos sueños se imagino al chico tan feliz como ahora.

Ese fin de semana también decidió apartarse y ser talvez, solo una amiga o conocida del chico.

-Lo siento, Arin, me tengo que ir temprano una vez más. -aviso algo agitado el pelirosa, pero era mentira, solo era muy impaciente.

-No hay ningún problema. -soltó una pequeña risa restándole importancia.
-Lo que si me gustaría que supieras algo antes de irte, ¿puede ser?...

-Si, claro. -acepto, viendo la hora de sobra que tenia reflejada en la pantalla de su celular.

-Los últimos temas del profesor me fueron más sencillos de entender, por lo que agradezco todo lo que hiciste pero a partir de ahora creo que puedo hacerlo sola. -confeso la Omega, haciendo que el contrario pusiera una mirada sorprendida.

-¿En serio?, ¿no es tu orgullo al saber que de verdad necesitas la ayuda de este inteligensisimo Alfa con pollera? - cuestiono divertido ganándose otra risa armoniosa de su amiga.

-Estoy muy segura de que no es mi orgullo, Alfa torpe. -le aseguro.

-¿Eso significa que no podre comer más de tus postres?, que por cierto me hicieron subir de peso estos últimos días. -el pronunciado puchero que hizo el menor casi hace estallar de ternura a la chica que contuvo su voz pero no su sonrojo.

Era muy débil si de Yeonjun hablamos, no era algo que se iba a borrar de un día para el otro, por lo que ella también se sentía igual de triste dejar de tener tutorías con su amigo y el ya no poder darle dulces.

-Eso es algo que se puede solucionar. -hablo rápidamente, queriendo aún que sea poder seguir dándole ese tipo de regalos al peliverde. -Intentare darte algo grande para compartir antes del fin de semana, ¿Qué dices? -propuso con una dulce sonrisa.

-¿Compartir algo juntos dices? -la mirada confundida y algo entusiasmada del Alfa hizo que el pechó de la chica pegara un revuelo.

Tuvo que contener las ganas de decirle que si.

-D-Digo... para que puedas compartir con tu Omega, es decir... note que un lindo chico últimamente te estuvo buscando a la salida y pensé que talvez-...

-¡Oh!, hablas de Hueningkai...

-Si...

-Si, el es mi... -su mirada viajo hacia la ventana que daba una vista directa de la entrada del instituto donde al parecer había llegado la persona de la estaban hablando ahora y sus ojos al instante se iluminaron como a la vez que su lobo aulló fuerte. -Es mi Omega...

Arin miro esa cara enamorada y sus adentros a pesar de estar rotas estaba feliz.

Yeonjun de verdad estaba enamorado.

-Tengo que irme. -dijo hipnotizado, sin mirar la carita triste de la chica. -Con los chicos haremos un día de campo el viernes, me gustaría invitarte. -le propuso sacando su celular para mandarle la ubicación.

La Omega se quedo sorprendida en el lugar al sentir la vibración de su celular y ver el mensaje del Alfa con dicha dirección y tan repentina invitación.

-P-Pero... ¿por qué? -cuestiono confundida mirando como Yeonjun se iba dirigiendo a la salida aun apresurado e hipnotizado, pero no lo suficiente como para no proponerle eso a la chica.

-Porque eres mi amiga. -contesto por un momento saliendo del ensoñamiento y sonriendo en dirección a la chica antes de desaparecer apresurado por las puertas de la biblioteca.

Arin sonrió de igual forma pero con las manos temblando abrazo su celular releyendo el ultimo mensaje que recibió de Yeonjun, pero su sonrisa pronto fue desapareciendo cuando lagrimas inundaron sus pequeños ojitos.

Miro con mucha tristeza la escena de afuera, como Yeonjun envolvía en sus brazos el cuerpo del Omega que había mencionado como suyo y por si no lo dijo, era más que obvio notar lo enamorados que estaban.

Entonces sonrió, con lagrimas, pero sonrió contenta por su amigo.

Porque a partir de ese momento, Yeonjun solo seria su amigo y un amor que esperaba que fuera pasajero como fácil de olvidar.

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