𝚄𝚗𝚘

* Este escrito está basado en los dos Gons de la animación (99 y 2011) siempre el de la animación vieja es más gordito y sumiso, el moderno no hace falte que aclare como es JAJA

Killua Zoldyck estaba viviendo la fantasía de muchas personas. Siendo un chico joven, atractivo y con unos valores un poco cuestionables.

Aunque no fuese culpa de él. Su familia le quería lavar la cabeza con muchas cosas de su día a día, pero no se dejó influenciar.

Al momento del presente. Estaba trabajando en una tienda de DVDS.

La verdad era algo considerado retro, pero le gustaba por lo tranquilo que era. Podía sobre todo ver cualquier película o serie completamente gratis y las horas se le pasaban volando.

La paga era buena y organizar cada vitrina por orden alfabético era su parte favorita. Siempre consiguiendo algo nuevo que ver.

Y oh, siempre encontraba algo interesante. Aquel contenido para adultos que de alguna manera siempre llamaba su atención y no había vergüenza.

Una vez su jefe entró. Un señor mayor y bastante callado de lentes.

El albino estaba agachado viendo en el almacén con atención una película porno y su gesto fue todo un poema al descubrirlo.

—Ki-Killua... Sé que estás en la edad donde quieres ver este tipo de cosas. Pero no lo hagas aquí, si quieres puedes... —tosió. —Llevártelas... ya sabes.

Aunque había poco personal en la tienda, consideraba que esa privacidad era necesaria. Aunque el Zoldyck parecía darle igual que lo descubrieran. Estaba únicamente apreciando el arte.

De todas formas aceptó la oferta y se volvió costumbre llevarse un par de películas a su casa.

Su jefe parecía acostumbrarse al carácter coqueto y directo de su empleado, atraía clientas y no podía quejarse.

En eso, empezó a salir con varios chicos. Aunque nada formal, simples salidas sin un objetivo fijo donde solamente saciaba sus necesidades o algunos deseos que veía en tantas cintas.

Pensaba más de una vez en tener una pareja formal. Algo en la cual poder compartir hogar y salir a hacer las cosas rutinarias.

Aunque también consideraba que podía ofrecer. Apenas estaba ahorrando para un apartamento que quería desde hace meses por comprar y estaba peleando por las ofertas que le llegaban al dueño.

¿Qué podía compartir? Además de ver muchas películas, no sentía que fuera mucho.

En eso, comenzó a caminar. Viendo a familias de cualquier tipo, con hijos, solteros o comprometidos.

Tener un bebé podría ser la respuesta. Nunca pensó en esa posibilidad.

Y en el momento menos esperado, donde pensaba que su vida no cambiaría, conoció a dos hermanos completamente parecidos. Los Freecss.

Cuando lo pensaba no podía evitar reírse con ironía. Un chico solitario como él, que un día por conocidos y amigos, se encontró con dos chicos que eran como gemelos.

De cabello negro con puntas verdosas. Una piel morena igual a un caramelo y unos ojos expresivos color avellana.

Parecían la réplica del otro, pero en personalidad representaban lo contrario.

El más bajo resultaba sumiso y adorable, con un suéter que normalmente le quedaba grande y siempre apegado a su hermano.

En cambio, su contraparte era testaruda y sobreprotectora.

Coincidieron en varias salidas. Tuvieron varias charlas breves y se reconocieron en los lugares públicos a donde iban.

Primero, el pequeño Freecss fue quien le prestó interés al albino. Siempre se veían fijamente cuando nadie los estaba observando y se notaba cierto interés.

—¡Solo los dejaré salir si estoy cerca! —fueron las palabras del Gon que resultaba directo y desconfiado.

Y es que su cara de pervertido no le agradaba mucho.

Así comenzaron las citas entre los tres. Aunque Killua empezaba a confundirse, sentía que los dos le llamaban la atención pero por distintas razones.

Había una tensión cuando se quedaba solo con alguno de ellos. Algo que no le había pasado antes con nadie y que fuese con ambos le hacía explotar la cabeza.

Cuando buscó la manera de aclarar las cosas, evitar que alguno saliera lastimado por su culpa, Gon se declaró también.

—Odio tu estúpida sonrisa de cínico y que te aproveches de la inocencia de mi hermano, pero aun así me gustas todo Idiota.

Killua tuvo que tomarse unos días para procesarlo y luego entrar en un estado eufórico de tan solo imaginar las posibilidades.

Así que se mudaron a un apartamento. Ya no se encontraba solo como antes, todas las mañanas sentía un peso en los costados de su cuerpo. Con uno en cada lado.

Ambos Gons ocupaban un espacio de su cuerpo para dormir. Los murmullos y la presencia de ambos mantenían al pálido con los ojos abiertos por la falta de costumbre.

Una de esas noches fue descubierto por uno de ellos. El cual fue quien se declaró después de las salidas de su hermano con Killua.

—¿Qué pasa? ¿No puedes dormir? —la cara del Zoldyck estaba roja por la cercanía de su rostro con el suyo. Los besos para descansar también se hicieron costumbre, cada uno se turnaba para tener su momento de atención.

—Solamente me siento extraño, no había dormido con nadie antes.

Los ojos almendrados no se apartaron. Gon dejaba besos en su frente y acariciaba su cabello para ayudarlo a relajarse.

—Sabes... pensaba en declararme primero en cuanto te encontraba en los mismos sitios a donde íbamos. Pero mi hermano se me adelantó. —ambos cerraron los ojos pero Killua le miró con atención. —No quería compartirte con él, pero supongo que no debo odiar que tengamos los mismos gustos.

—Y yo pensaba que me odiabas. Siempre ponías una cara seria cuando me acercaba a saludarte. —lo mantenía cerca tomando su cintura, igual que tenía su otro brazo ocupado con el otro Freecss.

—Es que al principio parecías rarito. Nos veías a cada rato.

—¿Cómo querías que no lo hiciera? Si son unas bellezas y... —Gon le tapó la boca con la mano y le hizo señas de que guardará silencio.

—Lo que quiero decir... Es que realmente me gustas Killua. Tú, y tú estúpida cara arrogante y chistes de doble sentido. —le dejó un pequeño beso en los labios para seguir susurrando. —Ahora duérmete que no quiero que preocupes a mi hermano.

Aunque quisiera decir algo, realmente no era capaz de hacerlo.

Killua despertó con palabras cariñosas y besos en la cara. A veces simplemente no abría los ojos para disfrutar de las atenciones.

Pero rápidamente era regañado. Debían levantarse temprano para trabajar.

Seguía trabajando en el mismo local. Esperando que fuera hora pico para poder irse a casa, primero compró una moto usada y la reparó para trasladarse.

Después empezó a ahorrar para obtener una mejor.

—¡Killua! ¡Killua ~! Quiero abrazos. —esa misma tarde se quedó a solas con su pareja, aquel moreno de mirada dulce y mejillas pronunciadas que siempre mordía para molestarlo.

—¿Vas a aprovechar que estamos solos? —uno de sus acuerdos como noviazgo era que prácticamente hacían todo los tres.

Casi todo.

A veces los azabaches aprovechaban su momento a solas con Killua.

El más alto se levantó para llegar a la cama donde el moreno tenía los brazos estirados para él.

Las piernas bronceadas se ataron a su cuerpo inmediatamente y el albino tenía mucha fuerza, podía levantarlo con un brazo.

Antes de poder escuchar una respuesta, sintió los labios suaves y anchos sobre los suyos. Se movían con lentitud y le provocaba escalofríos cuando la lengua rozaba superficialmente.

Sentía sentimientos encontrados. Por un lado una irremediable emoción y por el otro algo de culpa por no estar presente su otro novio.

Aunque cuando estaban a solas o tenían un momento íntimo sucedía lo mismo. Besos, acaricias que siempre terminaban siendo interrumpidas por alguna razón.

Sabía que eran ellos mismos quienes lo paraban. No hablaron nunca de tener relaciones por separado.

Por los momentos, estaban por llegar a la siguiente etapa.

El moreno suspiraba y cerraba los ojos cuando sintió los labios de su pareja en su oreja y parte de su cuello, estaba emocionado y con el estómago lleno de mariposas por los nervios.

Quería que Killua lo siguiera tocando de esa manera. Seguirlo haciendo a escondidas aunque luego tuviesen de testigo a su hermano.

Actualizando por fin en mi laptop nueva WOOO

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