𝙳𝚘𝚜
Al día siguiente, Killua tuvo que ir al trabajo nuevamente a la tienda desde temprano. Escuchaba conversaciones ajenas en el trayecto, lamentablemente su moto se había dañado hace unos días y no tenía más opción que irse por metro.
Odiaba irse al trabajo de esa manera. Había mucha gente, calor y tráfico.
Aunque lo agradable y que hacía todo más ameno era que sus novios le escribían mensajes constantemente por un grupo de teléfono.
Le deseaban un buen día, tomaban fotos de su trabajo aunque los hermanos Freecss estaban estudiando en la misma universidad solo que diferentes carreras.
El local estaba bastante concurrido, venían personas de diferentes etnias a ver qué podían comprar y Killua pasó pocas horas solo.
Su jefe le hablaba de vez en cuando. Nunca le había dicho de su relación con los hermanos, normalmente no decía nada sobre su vida personal.
Así que tenía que disimular su cara de tonto cuando recibía un mensaje de sus novios. La última vez había sido porque aprobaron sus exámenes, y la siguiente porque fueron a una pizzería. Esa misma noche le llevaron una parte de la pizza.
Aunque pensaba en las señales, últimamente cuando salían los tres juntos veían muchas familias con hijos y los comentarios sobre cómo sería tener uno empezaron a invadir la mente del albino.
—Ya quedan cinco minutos para cerrar y sigues con esa cara de bobo. —Machi era su compañera de medio tiempo porque estudiaba. Era la única que sabía sobre su relación junto a Leorio.
—Déjame en paz, si escucha el jefe va a empezar a preguntar. —se movió de la caja para alistarse para salir.
Machi solamente se rió cómplice y empezó a barrer el polvo.
Mientras terminaban y tomaban sus cosas para irse, a Killua le pareció ver a dos figuras conocidas afuera acercándose.
Se puso más pálido a ver de quienes se trataban.
—Oye, ¿ellos no son...?
—¡Killua!
La de cabello azul se quedó pasmada por la velocidad de los gemelos al abrazar al más alto.
—¿Qué hacen aquí? No se supone que nos veríamos en casa... —Killua ante todo respondió con cariño, el que siempre se quedaba pegado a su brazo era el Freecss más gordito.
—Lo pensamos pero, queríamos acompañarte.
Machi observaba la escena en silencio. El de ojos azules pensó en presentarlos, pero rápidamente ellos mismos la saludaron diciendo su nombre.
—Es un placer. —vaya que había sabido de ellos por el Zoldyck. Pero buscó disimular.
Tomaron caminos distintos, ellos por vía subterránea y Machi por carro.
—¡Quiero mi beso de hoy! —en realidad, se habían despedido en la mañana con uno. Pero siempre empezaban con una competencia de quien lo recibiría primero al final de la tarde.
A ninguno de los tres les molestaba demostrar su relación en público. En realidad, a Killua se le hacía bastante gracioso las expresiones de las personas cuando lo notaban.
El moreno de contextura más atlética fue quien comenzó con la dinámica al subir al tren que los dejaría en casa. Su contraparte lo miró con claros celos, inflando sus mejillas apretables y besables.
El albino le cumplió su capricho, dejando un beso corto en sus labios. Aunque tuvieran los labios algo agrietados por el frío, a ninguno le importó.
—¡Me toca a mí!
Un apretón en su brazo lo hace reír. Se inclinó para que los gemelos estuvieran en términos iguales y calmar su rivalidad.
—¡No es justo, lo pediste primero! —su hermano le sacó la lengua de manera juguetona.
—Tu eres el que no se despega de él en las mañanas, deja de quejarte.
Killua simplemente observaba divertido de la situación, notando algunas miradas curiosas al final del andén.
Estás dejaron de prestar atención al notar la suya, eso le provocaba reírse con ironía.
En la llegada a su hogar, volvieron a diferir ya que el Gon rechoncho no se alejaba en ningún momento de su novio. Cosa que le ganaba quejas de su hermano, que no quería quedarse atrás y se apegaba del otro costado del más alto.
Se preguntaba porque está actitud seguía con los días. Era como si pelearán por su atención y realmente no le molestaba, pero le preocupaba que fuese por alguna inseguridad.
Sus sospechas aumentaron cuando aunque con la posibilidad de darse un baño caliente, el Freecss menos animado se mantuvo al lado de su pareja.
Killua lo consintió, dejando besos en su frente y cachetes mientras se cambiaban por ropa más cómoda.
Buscó una camisa sin mangas blanca y pantalones de pijama azul oscuro. Gon decidió usar una camisa que ya había usado el albino el día anterior.
Llegando a la cocina, admiraba como su segundo novio preparaba algo para comer. Normalmente miraba recetas no tan complicadas por el celular para los tres.
Le estaba dando la espalda, al igual que su gemelo, usaba una camisa suya pero de color blanco que le llegaba hasta los muslos. Fue inevitable que no se acercara, besando su cuello con cariño y sintiendo como su corazón se acelera por las dulces risas que provoca.
—¡Killua! ¡Estoy cocinando!
Ambos sonríen por su comentario. Pero el albino no tiene intenciones de alejarse.
En eso ve a su contraparte, mirándolos con un puchero adorable.
Últimamente eso estaba pasando más de lo usual. El Freecss menos extrovertido parecía sentirse celoso por las atenciones que no recibía.
No sabía que una bomba estaba por explotar.
—Killua... deberíamos tener un bebé.
* Mi espíritu estará escoñetado, pero aquí prometí actualizar JAJAJA
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