6 (Final)
Al siguiente día
🐸
Snowflake está durmiendo dentro de su establo. Sin embargo, escucha unas fuertes patadas en el establo enfrente. Abre los ojos poniéndose en cuatro tan rápido como un Vengador. Queda bien recto mirando atento. Entonces ve a Cheetah patear el establo donde está encerrado.
Snowflake relincha comunicando, «¡¿Qué haces?! ». Cheetah no responde y sigue pateando. Hasta finalmente hacer caer el pestillo de su establo y salir. Posa entre los establos mirando determinado hacia enfrente.
Snowflake vuelve a debatir en su idioma animal. Cheetah lo mira mal. —Iré a buscar a mi dueño. — Comunica en su lenguaje.
—¿Tú solo? ¡De ninguna manera!
Cheetah bufa por las fosas. —Como si tú fueras a salir de ahí, ¿no? — Raspa una pezuña contra los suelos entonces arranca a correr. Su cabello revoloteando hacia atrás.
Snowflake relincha alto pidiendo que se detenga. Pero, por supuesto, Cheetah lo ignora. El caballo se ve sumido en la preocupación. Igualmente se da la vuelta para patear la puerta de su establo. Una tras otra vez.
🐸
Para cuando Snowflake sale, corre sonriente hacia la libertad, pero Kao posa justo enfrente. Tomado de sorpresa al ver su caballo saliendo. Snowflake frena la velocidad con sus cuatro pezuñas y todo su cuerpo se ve impulsado hacia adelante viéndose pequeño. Al frenar queda de nuevo en su forma original. Mirando sorprendido al dueño.
—¿Y tú a dónde ibas? — Pregunta Kao.
El caballo primero está sorprendido. Luego mira hacia enfrente determinado. Ojitos entrecerrados como detective. Va a pasar de largo al dueño, ignorando su pregunta y caminando presumido. Kao lo ve pasar de largo, pero lo agarra de la cola volviéndolo a detener. —Te pregunté algo. Si no me dices, no te daré manzanas por el resto del mes.
Snowflake vuelve a dejar caer la quijada. Se da la vuelta más rápido que flash y de trasero se tira. Comienza a escribir en el suelo usando una pezuña. Sentado como perrito.
Kao mira abajo para leer.
—“Cheetah se fue a buscar a Gulf solo. ”— Lee Kao. —Pero si nosotros también vamos, ¿por qué querías ir sin mí?
Snowflake bufa por las fosas, irritado, entonces gatea para atrás el trasero, creando espacio, y escribe abajo:
—“Me precipité porque no sabemos lo que hay allá. Tú no me has contado. (•ˋ _ ˊ•)”
—O--Okay, pero ¿cuando aprendiste a dibujar caras? — Kao pregunta.
Snowflake lo mira aborrecído.
—Solo era una pregunta. Allá hay personas. Personas como el príncipe. Solo no sabemos sus intenciones ni cómo son así que deberemos buscar al príncipe por si acaso. — Explica Kao.
Snowflake se pone en sus cuatro más que dispuesto. Se le acerca al dueño ofreciéndole su cabeza. Kao le acaricia toda la frente hasta el hocico con pequeñas risas. Enternecido.
—Busquemos a nuestro príncipe, Flake.
🐸
Mew despierta con resaca. Se sujeta una cien a medida que toma asiento. Dónde sea que está acostado se siente suave. Es un catre. Puede sentir las sabanas bajo su cuerpo. Mira alrededor y ve a Gulf dormir tranquilo. Finalmente en paz. Todo vestido. Ronca menos, pero sí hace el típico balbuceo. El Caballero comete una tierna sonrisa.
Se acuesta de lado, haciendo esa pose sexy pensativa. Mira bonito al príncipe. Dedicándole toda la atención del mundo. Estos días ha podido mirarlo muchas más veces que los anteriores..., la razón por la que le cuesta mirarlo es que.... ¡Mariposas comienzan a revolotear por todo su estómago! Vuelan de aquí allá y simplemente no las puede detener. Ha pensado en beber ácido, pero matarlas solo crearía más. El dolor es insaciable. La única manera de detenerlo es no mirar fijamente al chico durante varios minutos.
Pero, ¿cómo evitarlo siendo tan lindo?
Sonríe labial, volviendo a quedársele mirando.
Unos toques a la puerta lo distraen. Gulf inhala soñoliento el aire y voltea quedando frente su pecho. Al sentir la calidez del Caballero, ajusta la cabecita en tiernos meneos para quedar mucho más cerca a él. Recibiendo ese calor. Mew agranda los ojitos pues le parece demasiado tierno. Tan tierno que le arden las orejas en un rubor intenso. Sella una sonrisa labial, fingiendo no estar feliz porque su chico se acaba de acurrucar en él.
Los toques a la puerta hacen una segunda aparición.
—¡Ya voy! — Anuncia Mew antes de abandonar la cama y se acerca a la puerta. Abre todo caballeroso retrocediendo con el mástil y mira afuera. Es Mild preocupada.
—Mild, ¿Qué paso--?
—Personas de IrradiaLuz vienen. Con muchísimos más caballeros. Destiny los vio hacen minutos. — Dice preocupada. —Creo que vienen a atacarnos.
Mew arruga el entrecejo.
Gulf toma asiento. —Chicos, ¿Qué pasó? — Pregunta soñoliento.
Ambos lo miran preocupados.
—Personas de IrradiaLuz vienen para acá, deberemos recibirlos, príncipe. — Anuncia Mew suspirando pesado. Gulf suspira igual ahora optando por una mirada decidida. Hablará. No sólo por él, sino por todos ellos. Por todos los que son cómo él. Este asunto no es algo de lo que debe pasar por desapercibido. ¡Hay que detenerlo! Ahora.
🐸
Ellos tres esperan frente al túnel. Muchas más personas de IrradiaOscuridad esperan a los alrededores. Todos pendientes. Escuchan galopes atravesar el túnel. Los ecos los mantienen tensos. Tan tensos que podrían quebrarse los huesos ellos mismos. Gulf traga grueso.
Quién sale del túnel es Cheetah. Sin riendas ni ningún jinete. —¡Cheetah! — Gulf corre hacia el caballo abrazando a este del cuello. El caballo responde el abrazo bajando la cabeza. Ambos teniendo los ojos cerrados.
Mew y Mild suspiran aliviados.
Gulf retrocede mirando al fiel animal que ha adoptado, entonces dice, —¿Qué pasa, Cheetah? ¿Has venido solo?
Cheetah asiente. Luego apunta atrás suyo dando un relinchar. —¿Viene Kao? — Pregunta Gulf a lo que Cheetah vuelve a asentir.
—Está bien. Kao no es malo. — Gulf pone a Cheetah atrás suyo para mirar el túnel de nuevo. Permanece mirando cuando se escuchan muchísimos más pasos. Destiny posa atrás de Mild, gruñendo.
Quiénes entran son Kao, los Caballeros, y, sorprendentemente, la reina. Ella mira a su hijo agradecida de que esté bien. Gulf alza las cejas conmocionado.
—¿Mamá? — Susurra pues jamás la ha visto así de preocupada ni tampoco que mostrara interés en él. El caballo de su madre es uno blanco de hombros fornidos. Tan colosales como los músculos que el animal carga en sus extremidades. Se ve un caballo fabulosamente sano. Tiene las patas peludas.
—Gulf, — Ella habla firme. —es un alivio ver que estás bien. — Simplemente declara. No muestra más empatía además de esa.
—Madre, esta gente, las has alejado de dónde pertenecen. Ellos pertenecen a IrradiaLuz. Si han venido a por mí entonces lamento decepcionarlos, pero no me iré.
—¿No se irá? — Pregunta bajito Mew.
—¿No se irá? — Kao pregunta.
—¿No se irá? — Pregunta Snowflake en su idioma caballo con los ojitos agrandados.
—¡Sí, ya me oyeron! — Recalca Gulf primero con la cabeza dirigida a Mew y luego a los demás. —No me iré hasta que les des su merecido lugar a estas personas. Porque son PERSONAS. ¡Seres vivos al igual que yo! Y mi puesto en el reino no se aplazará porque YO los dirigiré. Trataré a todos por igual. IrradiaLuz será un lugar para TODOS sin ningún tipo de exclusión.
Yariah no escucha a su hijo, escucha la determinación de un rey, la debida honra de un hombre. Quién ella evadió cuidar sonaba como un hombre justo aquí y ahora. Alguien capaz de gobernar, capaz de hacer grandezas. En su sangre corre la nobleza. Sus aspectos físicos no tienen nada que ver. En lo absoluto.
Hay un dicho aún no popularizado, “Si no tienes la belleza, ten la astucia”. La clave a una corona es el corazón.
Por alguna razón el sol sale de las montañas alumbrando en todo esplendor al rey. Será un mensaje de Dios, pues los habitantes de IrradiaOscuridad comienzan a sonreír. Orgullosos del príncipe. Se miran entre sí cantando victoria antes de mirar la escena otra vez. Yariah no es ciega ni tampoco sorda, tiene unas costumbres desagradables, pero al mirar el sol.... Sentir ese calor de mensajes subliminales para bien, crea una sonrisa labial. Entiende y comprende. Ya es hora de dejar esas costumbres atrás. La belleza no lo es todo ni tampoco crea el valor de una persona.
Mira a su hijo enternecida. —Está bien, — Todos la miran. —vendrán todos a IrradiaLuz. Ronstoph y yo les daremos casas, trabajos, a ustedes les toca mantener esos beneficios. Serán los habitantes de IrradiaLuz pronto bajo el Gobierno de mi hijo, Gulf.
Mild junto a su hermana pegan un grito hasta los cielos. Todos comienzan a brincar, vitorear y se abrazan entre sí. Incluso Cheetah da pequeños brincos, viéndolos disfrutar. Luego se une al abrazo que todos en multitud crean con el príncipe.
Kao sonríe desde su posición al igual Yariah. Los demás caballeros igual. Ken sorbe por la nariz algunos mocos, pero finge mirar sin lágrimas la escena. Puede sentir como alguien le ofrece algo a su lado. Da una ojeada entonces es cierto, Tor está ofreciéndole un pañuelo desde su caballo.
—Gracias.— Acepta todo refinado para limpiarse los bordes de los ojos.
🌻
En la noche, tras ese evento, Yariah le dió a Gulf una habitación. De hecho, la habitación que habían diseñado para él desde bebé. Era una habitación majestuosa de sabanas rojas, paredes del mismo color, un armario gigante marrón y un espejo largo, ventanas de persianas transparentes. Mew entra junto a Gulf. Ambos siendo capaces de ver el dormitorio, estupefactos.
—Se supone que está fuera mi cama entonces. — El príncipe llega a la cama para tocar un candelabro de mariposas pequeñas en color oro que cuelga del tejado. Sonríe maravillado.
—Es tu cama, príncipe. — Reafirma Mew llegando a él. Ambos se miran. Parpadean lento. La luminosidad de las mariposas se refleja en la porción más cercana al objeto y sombrea las partes más distanciadas del rostro. Aún con sonrisas, permanecen viéndose sin necesidad de decir nada. Solo una atracción. Quizás la euforia de ganar esta batalla o, quizás, deseos de continuar lo que no pudieron ayer.
Poco a poco esas sonrisas caen. No por mal ni disgusto. Solo una seriedad mutua. Mew es el primero en acercar su rostro, lento, muy lento. Como si tuviera miedo, pero ya sabe que no debe tenerlo. El otro solo espera... Paciente.
Hasta que sus belfos se tocan. Un frío electrizante los recorre en segundos, entonces, aunque no haya nada de azúcar en la piel, sabe dulce. Besar sabe dulce. Permanecen quietos sintiéndose entre ellos.
En cuestión de segundos, Gulf abre la boca para corresponder, pero Mew da otro segundo beso. Le empuja la cabeza el mínimo hacia atrás por el movimiento, pero le sostiene las mejillas cariñoso. Gulf le rodea la nuca con una mano y le toca la mejilla derecha. Masajeando esa piel. Da el tercer beso abriendo grande su boca cual un tigre, muriendo por probar más. De ese tercer beso contesta un cuarto, quinto, sexto hasta que ambos gimen para cuando cierran el séptimo. Abrazándose fuerte.
—Mmgh... — Gime el moreno. A su boca entra la lengua de Mew, y el príncipe la acepta. Intercambian lenguas voluntariamente. Queriendo explorarlo todo. Dejando la curiosidad saltar sin límites.
—Espera... — Retrocede el príncipe hiperventilando. Mew tampoco puede tener un buen manejo de la respiración. Ambos unen frentes mientras estabilizan sus respiraciones.
—¿Estás bien?
—Sí, es solo que... ¿No había alguna razón por la cuál no me podías mirar fijamente?
Mew acaricia esos mofletes. Los delinea empujando la pequeña carne de estos hacia atrás, entonces agarra bien la porción tras sus orejas. Observa cariñoso ese rostro. —Porque me dabas mariposas... Mariposas que nadie provocaba en mí y tener mariposas duele, bastante. Mucho más si no las llevo a las flores que quieren ver. Tú eres mi flor, príncipe. La flor aislada, marginada, que crece de manera hermosa.
Gulf permanece viéndolo. Sorprendido. —Yo estaba decidido a darle una oportunidad a quién me la diese a mí. Caballero o dama...., de todos jamás pensé que serías tú.
Se sonríen cariñosos una vez más. Miran sus labios en lugar de sus ojos entonces un beso colisionan. Uno tras otro.
🌻
Minutos después, por si no fuera suficiente celebración, Gulf espera desnudo fuera de la cama. Mirándolo nervioso.
Mew se ha quitado la camisa revelando unos abdominales exquisitos. Ni tan marcados ni tan difuminados, se dejan ver. Le falta quitarse los pantalones.
Se los quita haciendo una doblez para salir de estos. Al enderezar la espalda, Gulf mira abajo y agranda los ojos. Se cubre su cosita con el cojín. —Espera, Mew, ¿qué es esa espada? — Pregunta lo obvio asustado.
Mew mira abajo sin saber qué está mal. Luego de mirar comprende. —Espera, Gulf, y--yo seré cuidadoso. — Asegura mostrando ambas manos para mantener la calma.
—¿Cuidadoso? Eso no va a caber. M--Mejor, no hacemos esto, ¿sí? — Va alejándose de la cama.
—Cómo tu quieras, pero no debes tener miedo por esto, Gulf.
El príncipe corre hacia alguna esquina de la habitación. Mew lo sigue. Luego el príncipe llega a dónde Mew estaba parado, —¡Atrás! — Pide señalando "Detente" con una mano. Mew se detiene al lateral de la cama. Mirando atento.
—N--No lo haremos. Aleja tu espada de mí.
—Gulf, que no te haré daño. Dolerá un poco, pero prometo ser cuidadoso contigo.
—Rayos....
—Oye mira, ¿Qué es eso atrás de ti?
—¿Qué? — Gulf ingenuamente voltea y Mew corre hacia él. Gulf escucha los pasos y se alza dándole la espalda, pero Mew lo abraza desde atrás. Reteniendolo en un abrazo. En el abrazo el Caballero acuesta mitad del rostro en su espalda. Pareciendo un tierno peluche.
El moreno agranda la boca al sentir esa cosota pegarse a su espalda. —Dios, Mew. — Suspira.
—No te haré daño, por favor, no te asustes. Te protegeré con mi vida como siempre lo he hecho y como le he jurado a los reyes.— Súplica Mew.
Gulf vuelve a suspirar porque quiere hacerlo, pero tiene miedo. Muchísimo miedo. —.... Está bien. Confío en ti, Mew. — Acaricia los fornidos brazos que lo rodean.
🌻
Para cuando están uno encima del otro en la cama, Mew carga su peso para no dificultar la comodidad del otro. Se miran a los rostros, honestos en todo. Nerviosos.
—No lo mires. — Repite lento Mew.
Gulf no hace caso y mira abajo entre sus estómagos. —No lo... — Mew suspira rindiéndose.
—Es bonito. — Gulf consuela.
—¿Lo es? — Ríe Mew.
—Algo monstruoso, — Suspira con escalofríos. Sonríe torpe. —pero sí. — Termina asintiendo varias veces.
El Caballero no puede evitar reír. —Te voy a hacer una preparación para que no te duela, ¿sí, príncipe?
—¿Qué preparación?
Mew lame uno de sus propios dedos sin removerle la mirada. Se lame otro, de abajo a arriba. Gulf mira en todo momento.
—Llevaré uno de mis dedos a tu entrada, — Explica Mew suave. —Mientras reparto besos por tu cuello, — Hace como bien narra mientras hunde la mano entre las piernas del chico. Gulf contrae un poco las piernas al ser tocado, pero las afloja. Gime por los besos. Poco a poco.
Sin embargo, cuando el dedo entra, se aferra fuerte a uno de los brazos de Mew. Gruñe cerrando los ojos.
—Espera, espera, espera, espera.... — Se frustra al decir. Mew no hace ninguna otra movida. Lo mira paciente.
—¿Te duele?
—Sí... Puedo aguantar, pero duele mucho....
—Lo siento. — Mew le besa una mejilla.
—Continúa.
Mew le hunde el dedo hasta dejar fuera el nudillo y comienza a embestir así. De atrás a adelante. Recaudando un sinfín de jugos transparentes en ese dedo. Los saca y los regresa con cada oleada. Besa los puntos débiles de Gulf en su cuello e incluso la boca.
Une el segundo dedo y embiste lento, pero con ritmo.
—Mm... — Gulf reprime un gemido al morderse el labio inferior mirando abajo y tira la cabeza para atrás. Hebras de su corto cabello esparcidas por la almohada. Presiona los ojos a cerrarse aguantando cierto dolor aún presente. Pero poco a poco, se va sintiendo bien. Mew mueve los dedos a la izquierda entonces Gulf pega un alto gemido. Redirige los dedos a la derecha para confirmar que ahí no se siente bien y vuelve a moverlos a la izquierda.
—¡Ah! Mew, ahí.... Ahí, no pares.
—¿Se siente bien aquí? — Mueve los dedos más rápidos, sonriendo.
—¡Ahí! Se siente, ¡muy bien! — Gime mirándolo sin poder estabilizar la respiración.
—Aún no te corras, mi príncipe, — Saca sus dedos. Interrumpiendo el placer de Gulf. Este lo mira entre jadeos suplicantes.
—Se sentía bien ahí. ¿Por qué te detuviste?
—Te sentirás aún mejor con mi espada, príncipe.
Convence Mew mirándolo coqueto. Gulf se le queda viendo anhelante. Besa a Mew con todas sus ganas y se aferra a los omóplatos del mismo, diciéndole sin palabras: “Hunde tu espada en mí”. Se besan una tras otra vez apasionados.
Al próximo año: muchas cosas cambiaron. Ronstoph comenzó a valorar a su hijo entonces tuvo una mejor comprensión de este, no se le fue la estupidez (ciertas cosas jamás se van), pero al menos cambió su actitud. Y ahora, todas las personas de todo tipo de aspectos convivían juntos y eran tratados por igual. Ninguna con menos, ninguna con más. Todo lo justo.
Mew le contó a Kao que amaba al príncipe... Así que cuando se lo contó....
—¡No tuve mi oportunidad, Flake! — Llora Kao sentado sobre una cubeta dentro de los establos. Snowflake lo escucha, aburrido, tras la puerta. Su dueño llora una cascada e incluso se cubre los ojos. —¡Pensé tenerla, pero no se pudo--! — Vuelve a llorar. Snowflake le pasa una servilleta con una pezuña.
Kao la acepta y sopla todos los mocos ahí.
Tras hacerlo retrocede la servilleta confundido. —Oye, ¿de dónde sacaste esta servilleta?
Snowflake agranda los ojitos pasmado porque en realidad llevaba días en el establo y sirvió como limpieza para su pelaje.
🌻
La chica bonita que alguna vez rompió la lámpara, se redimió y querían casarla con Gulf, pero el príncipe dió a entender quién era su amor. Mild le arregló las cejas, e incluso le quitó la verruga de la nariz. No podía hacer más nada, pero lo que hizo dejó al príncipe espléndido.
Y en un día maravilloso, se reunieron múltiples personas. Millones de ellas a presenciar la coronación de Gulf. Tal se sentó en el trono con una corona puesta. Mew, Ken, Tor, Kao todos estaban a sus lados. Orgullosos del príncipe. En especial, Mew.
Leonor, que fue como una madre para él, también está en la multitud adelante saludando bonito.
—Llegaste, florecillo. —Felicita Mew a un volumen en que solo los dos se escuchen. Gulf lo mira sonriente. —Todos te veneran.
—¡EL REY GULF! — Presenta un anunciador en traje. Todos, hasta los reyes que más orgullosos no podían estar, se ponen en una rodilla para venerar a su majestad.
El príncipe feo que era una hermosa flor esperando a ser notada, ahora es venerado por todos.
ESCENA EXTRA:
Cheetah come hierba en los montes. Suelto con libertad. Mew se le acerca confiado. Gulf anda parado pasos atrás al lado del caballo negro de Mew. PitchBlack. —¡Ten cuidado! — Avisa Gulf.
—Me amará, ya verás. — Mew sigue confianzudo mientras se acerca.
Gulf y PitchBlack asoman sus cabecitas ladeadas con ojos entrecerrados tales detectives. Mirando serios la escena. —10 manzanas a que lo patea. — Apuesta Gulf ofreciéndole un puñito.
El caballo acepta chocando la pezuña contra los nudillos.
Cheetah alza la cabeza sintiendo el acercamiento de alguien. Mira a Mew e instantáneamente, se aborrece.
—¡Hola! Soy Mew. El novio, futuro prometido, futuro esposo de tu jinete. Quería conocer--
Cheetah lo vuela de una patada. Mew surca los aires con un grito revoloteando sus brazos. Gulf mira arriba gritando espantado también al igual PitchBlack.
Aunque, descuiden, él estará bien.
Seguramente.
FIN
*N/A:🤣🤣🤣Espero les haya gustado esta historita de fantasía, comedia & romance. Se me hizo divertida además de tierna crearla, les juro que quería llevarla a las 10 capítulos, pero quería estirar como chicle los capítulos y sinceramente no llegaban a tanto. Es bien simple la tramita del libro & el problema se resuelve rápidito, pido perdón por no poder extenderla😭😭💖💖.
De todos modos, ¿qué les pareció? ¿Les gustó esta experiencia, les desagradó? ¿Se rieron? ¿No se rieron? En fin, esperaré por sus opiniones y muchas gracias por darme una oportunidad siempre, lxs quiero y, última pregunta, lo juro:
¿Hay algún tema o pareja que les gustaría que yo haga?
Ya, los veo y cuídense muchito! 😘😘😘
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