8; Conseguirle una pareja a Minho.
—¿Estás seguro de lo que vas a hacer? —preguntó Felix luego de beber un trago de su jugo.
—Alto, musculoso, buen novio y sobre todo compañero. Tiene veintitrés años y es estudiante de una universidad privada, tienes que hablar con él para saber que es lo que estudia. Es atento, cariñoso y cocina delicioso, lo único malo es que a veces es medio perezoso a la hora de limpiar, pero te enamoraras de él, sin importar qué; su nombre es Lee Minho —Kim bajó el papel y miró fijamente al castaño, alzando una ceja, en total desacuerdo con lo que decía
Jisung escuchó aquellas palabras que le costó escribir en la hoja, para luego hacer infinitas copias y repartirlas por la calle, no importaba si era hombre o mujer, quien haga, como Seungmin lo llamaba, "el casting", pero Han prefería llamarlo como una entrevista con fines de sostener la estabilidad emocional de su novio, cuando él ya no esté.
Porque la realidad era que cada día estaba más débil y sin cabello, los diagnósticos no eran muy buenos, y él ya estaba presintiendo que pronto, ya ni siquiera despertaría alguna mañana. Así que debía dejar todo listo; Minho necesitaba un soporte y mucho más por la pérdida, y quien más que conozca a Lee que Jisung, para conseguir una pareja, o un amigo.
—Suena terrible, ¿no crees que es mejor ocupar tus energias en otra cosa?
—¿Cuáles energías, Seungmin? Necesito hacer esto, no quiero que Minho se quede solo. Yo solamente estoy apurando el proceso.
—¿Él lo sabe? —preguntó Innie esta vez, dando por hecho de que la respuesta era negativa—. Es una locura.
Jisung negó algo que todos ya sabían.
—Solo pónganse en mi lugar, no quiero que Minho se quede triste, estoy buscando a una persona que sepa levantarlo de la cama, que lo haga salir de casa, que le saque sonrisas y pasen buenos momentos...
—Para eso estas tú —acotó Felix—. Es lo que Minho diría, lo que le gustaría.
—Compréndame... pronto no estaré —en su voz se notó un dejo de tristeza, y lo hizo aún más notorio al agachar su mirada.
Aquel comentario dejó caras largas, siendo imposible refutar lo que estaba diciendo, puesto que llegó una dulce chica. Era delgada, con rasgos tiernos, cabello largo: se definía en adorable. La conversación inició, todos hacían preguntas específicas, pero era Jisung quien hacía las más difíciles para que la chica dudara hasta de su propia existencia.
Le dijo que no, que no podia darle el número de Minho porque era muy superficial y solo pensaba en maquillajes.
Un chico tomó el mismo asiento, presentándose amablemente. El castaño comenzó a hacer las mismas preguntas, teniendo alguna que otra respuesta muy buena, como por ejemplo, cuales eran las metas de vida, o algún que otro deseo que tenia por cumplir, pero el hecho de que no tenia absolutamente nada de atractivo en su modo de hablar, es decir, parecía que contestaba por obligación, no porque en serio le conquistase la idea de tener metas. Y eso era algo muy importante para Lee, era como una planificación a futuro, un orden en la vida y, a su novio le encantaba el orden, por ende, presentía que alguien que no tenga motivación al hablar de algo, no le seria bonito, aun así, el chico no estaba descartado del todo.
Quizás Minho sí esté dispuesto a conocerlo, al igual que a las diez personas que se presentaron.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Jisung, ni bien pensó en que Minho estaría dispuesto a conocer a otras personas. El amor de su vida, con otro amor. Las nauseas se hicieron presentes y corrió hacía el baño de la cafetería, para descargar todo lo ingerido en el día.
¿Qué estaba haciendo? Entendía que por una parte, quería que Lee fuese feliz luego de morir, pero le producía celos, enojo, de todo. El pensar que alguien más tocaría a su Min. Sin embargo, no solo era eso, sino que si llegara a enterarse, se armaria una discusión seria, una que nunca tuvieron.
Luego de limpiarse y enjuagarse, decidió irse de ahí. Quería llegar lo mas rápido posible para abrazar a su novio y literalmente, pedirle perdón por algo que no sabía. Al llegar al edificio donde estaba, pudo respirar un poco mejor, pero su corazón comenzó a latir por el nerviosismo que no tendría que estar golpeando su cuerpo en este momento. Al estar frente a su departamento y al abrir la puerta, un temblor en sus manos también se presentó.
—Minho, ¿estás aquí? —preguntó mientras dejaba las llaves sobre la repisa y se descalzaba para colocarse algo cómodo.
—En la sala —contestó, algo seco.
Jisung se dirigió hacia donde su novio estaba pero se detuvo al ver que estaba con lágrimas en sus ojos, con una hoja entre sus manos.
—Llegas justo a tiempo para decirme que mierda es esto —soltó el papel, dejando que que caiga al suelo, pero el menor supo saber lo que era con una simple ojeada—. ¿Has conseguido a tu reemplazo?
—Min... yo... —sus ojos se encontraron, y todo el cuerpo del menor tembló—. No es ningún reemplazo, es que...
—¿Entonces qué? Siempre dices que hay que enterderte, y juro que hago mi mayor esfuerzo por tratar de hacerlo, ¿pero alguna vez te has puesto en mi lugar? Tienes leucemia, sí, pero eso no implica que tienes que volverte un idiota. Has creado una lista de diez cosas, y la octava es la peor que he visto y escuchado. Hay muchas cosas por hacer, ¿y tú te empeñas en conseguirme otra pareja? ¿Si escuchas lo ridículo que suena, Jisung? —se levantó del sofá y enfrentó a su novio, no solo con la mirada—. ¿Te puedes poner en mi lugar un segundo? ¿Cómo reaccionarias si yo esté buscándote una nueva pareja? ¿En serio piensas que luego de que te mueras, voy a andar con otra persona?
—Y-Yo solo me-me aseguraba de que seas feliz... quiero irme de aquí con la idea de que he hecho todo y de cumplir mis metas, y esa es que tú seas feliz, con o sin mi. Yo me ire tranquilamente, sabiendo que tienes a alguien a tu lado.
—Pues estás equivocado... no sé.. no sé por qué diablos piensas que eso resuelve todo, como si fuese una pequeña venda que cubre la herida, dejame decirte que no, no es así. Además, ¿por qué diablos piensas que mi felicidad no está a tu lado? ¿O por qué me buscas pareja sin mi consentimiento?
—Ya te lo dije, yo...
—¡Y una mierda! —gritó, asustando por completo al menor—. ¿Sabes cuál es el mayor problema de esta situación? Que tú piensas en que te irás y yo solo puedo pensar en que te quedarás. Nunca me han ofendido tanto como ahora, porque no puedo creer que hayas puesto eso, en vez de casarnos o algo por el estilo. Si en verdad piensas en mi felicidad, y si en verdad te irás... debe saber que siempre permanecerá contigo. ¿Sabes qué? —dijo al cabo de unos segundos, en donde el silencio se hizo dueño de la discusión—. Sal, búscame pareja, haz lo que quieras, pero en vez de hacerme feliz, me condenarás a la tristeza. Ah, y algo más, también haré una lista, y solo se resumirá en casarnos, no me importaría ir al otro lado del mundo para hacerlo. Te amo a ti, Jisung, eres a quién quiero, y me destroza el hecho de que pienses que amaré a otra persona.
Entonces la puerta fue azotada, rompiendo más que el corazón de ambos.
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Jisung preparó la cena, o eso pensaba porque recalentó algo de lo que habia sobrado del mediodía, agregándole un poco más de verdura y un poco de carne. Si hubiese estado Minho en casa, se le hubiese ocurrido algo mucho más delicioso, pero no era Minho, y mucho menos poseía esa habilidad para cocinar, asi que lo arregló como pudo, con la esperanza de que volviera a casa y cenaran juntos, como siempre.
Al menos estaba tranquilo, porque fue Felix quién le avisó que Minho estaba hablando con Changbin. No estaba divagando por las calles, solo ni bebiendo, asi que estaba tranquilo por eso.
Sin embargo, la hora de la comida habia pasado, ya estaba fria, demasiado, pero estaba débil como para salir del rincón en el que se hallaba hecho bolita, para juntar la mesa y lavar los trastes. Era la primera vez que Minho no llegaba para la cena, al menos sin avisar, ya que él era siempre tan atento, que enviaba un mensaje avisando todo, para que el menor no se preocupara demás, pero no era una de aquellas veces, y el reloj avanzaba, y ni siquiera contestaba sus llamadas.
Y era eso que lo mantenía en aquél rincón, porque al menos estando allí, no sentia el vacío de repente que habia dejado. Y no era porque Lee se había ido o porque no llegó a tiempo, sino por la discusión. Jamás se gritaron, o más bien, Minho jamas le gritó, no sabía como actuar ante la voz elevada, tanto que se había quedado estático, ni siquiera fue capaz de darle una razón válida. ¿Pero qué le diría? Si tenía toda la razón del mundo, no podía objetar, no podía defender lo que hizo, por mas que haya tenia intenciones buenas... o eso creía cuando ideó todo, ahora solo pensó en que lo echó a perder, que arruinado todo.
Así que estaba bien, que Minho se tome su tiempo para pensar y que él esté en aquel rincón, que era el espacio en que quedaba desde el mueble de la televisión y el sofá. Sin embargo, escuchó la puerta ser abierta y se puso feliz, pero no se deshizo de su manera de estar, porque estaba demasiado inseguro de que si queria que lo abrazara o dejarle besos, o siquiera de escucharlo, o verlo.
Por otra parte, Lee lo pudo ver escondido ahí, donde se ponía las veces en las que estaba triste, y eso se reducía a cuando llegaba el aniversario de la muerte de sus padres, o simplemente se sentía mal. Se sentó lo más cerca que pudo, sobre el sofá, largó un suspiro, llevando sus manos hasta su cabello y despeinarlo, como si de esta forma aclarara las ideas. Observó como sobre la mesa, yacían platos con comida, obviamente frios. Volvió a dejar sus ojos sobre la cabeza del menor, y condujo su mano hacia allí, para acariciar su cabello, y sentir el espasmo por el llanto.
—Sal de ahí, bebé, no tienes por qué estar en ese lugar.
Jisung escuchó la voz dulce y serena de su novio, ya no era la misma de antes, no era seca, ni estaba llena de odio.
—Lamento no haber llegado para la cena, estaba con Changbin... y Felix también, ellos me retaron... más que yo a ti. No tenia por qué gritarte así... debía controlar mi enojo, mi manera de dirigirme hacia ti, por más de lo que sentia... Jisung, en serio, lo siento tanto.
—¿No estás enojado conmigo? —susurró, pero llegó perfectamente a los oídos del mayor.
—No amor, no lo estoy... o al menos ahora no, sé que no debo reaccionar como lo hice, solo quiero que entiendas, de que todo lo que te mencioné, lo siento realmente, solo que la manera en decirlo, no fue la adecuada. Te amo, a ti, solo a ti y el hecho de que hayas pensado que con otra persona puedo ser feliz... hizo que me enojara, pero tú no tienes la culpa de mi reacción... Ya, ya, sal, no me gusta que estés ahí.
Minho se levantó y fue directo hacia donde estaba su novio, no supo cómo, pero pudo alzarlo para ponerlo de pie. Jisung enseguida paso sus brazos alrededor del cuello ajeno y lo abrazó fuertemente, para luego sentir como el mayor deslizaba sus manos por su torso, hasta llegar a sus muslos e imponer fuerza, para que estas también lo rodearan, con el fin de sentarse en el sofá nuevamente.
Los ojos del mayor inspeccionaron esquina por esquina el rostro de su novio, no había lugar donde no hallara rastros de lágrimas, aunque sean secas. Él era el único culpable de esto, porque pudo haber tomado otro camino, el de hablar tranquilamente, sin gritos, sin lágrimas, nada más que la comprensión a cada una de sus palabras, esperando que Jisung también pudiese comprender las suyas.
Corrió un par de mechones, los cuales tambien estaban húmedos, suponía que eran porque se colaban por sus ojitos, y como el menor tenia el cabello levemente más largo, eran fáciles de que se mojaran. También limpió como pudo sus mejillas, tratando de dejarlas sin rastros, por más que los ojos hinchados delataban cuánto había llorado en el tiempo en que no estuvo en casa.
Otro error más; lo habia dejado solo, sabiendo que todo se puede terminar con solo un suspiro, como aquella vez que tenia su cabello enredado entre sus dedos, con el detalle de que ya le habia sacado la mano de su cabeza, y no le quedo otra que huir. Solo esperaba que Jisung pudiese comprenderlo, el por qué de todo.
—No voy a volver a gritarte, lo prometo —habló tranquilamente, observando como el castaño, ni siquiera habia pestañeado, solo mantenia una respiración calmada—. ¿Puedes tan solo hablarme? Me estás matando con tu silencio.
—E-es que... no sé como disculparme —susurró, agachando su cabeza, sintiéndose totalmente timido—. Me siento muy avergonzado ahora... Me enfoqué en que... cuando no esté, necesitarías a alguien y como eres tan orgulloso, te rehusarías a buscar a una persona, por eso lo hice yo. Queria que fueses feliz después de todo, que rías de nuevo, que te divirtieras, también... me queria hacer cargo de eso porque queria elegir a la persona correcta.
—¿La encontraste?
—No... —elevó nuevamente la mirada, esta vez podia sentir la expresión cálida en el rostro de Minho, no era la misma llena de ira como lo era horas antes.
—Eso es porque no puedes encontrar a alguien igual que a ti. Bebé, si tú te vas, será realmente duro para mi, pero eso no significa que para salir adelante necesite a alguien a mi lado con algún fin romántico, porque eso sería dañar a la otra persona. Puedo salir adelante por mi solo, y con la compañia de nuestros amigos.
—Min, mi idea no era que tuvieras pareja a los dos dias de haber muerto, sino que tengas a una persona que pueda acompañarte, alguien nuevo. Y si ambos se van conociendo, parte de la idea era que vuelvas a enamorarte.
—Entiendo... solo dime que no le has dado mi número o algo por el estilo a nadie —suplicó.
—No... no porque ninguno fue de mi agrado... porque me ponía celoso ni bien escuchaba que tenían cosas en común contigo —y como si fuese por inercia, volvió a descender sus ojos, totalmente avergonzado.
Sus mejillas se incendiaron ni bien escucho la carcajada Minho, quien lo abrazo enseguida.
Allí se quedaron un buen rato, perdonándose mutuamente de sus errores, hasta que se acordaron de que tenian que cenar, asi que Lee corrió a calentar el plato de comida, mientras Jisung, tachaba el único deseo que no logró cumplir.
Y estaba feliz de que sea así.
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