𝟎𝟑

𝟎𝟑
One Minute I'm A Little Sweetheart And Next Minute You're An Absolute Grief

¿Eres feliz?

Por supuesto que soy feliz, ¿Por qué no lo sería?

Entonces, ¿Por qué lloras?

No estoy llorando.

¿Estás seguro?

No estoy llorando. Yo nunca lloro. No queda conmigo.

¿Y por qué lo haces?

¡No lo hago, maldita sea!

Sin embargo, sí estaba llorando.

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— ¿Es que nunca te callas?

Matt no era el único que lloraba en esa casa. Matilda gritaba como si alguien estuviera a punto de matarla, cosa que, irónicamente, estaba matando los nervios de Matt.

— Maldita sea— murmuró, más para él que para nadie.

Era tarde, las tres de la mañana para ser exactos, y Matt no había podido dormir en ningún momento. Matilda no se callaba, y como cereza del pastel, se habían acabado las píldoras para dormir que había empezado a consumir para no perder el sueño.

Odio esos medicamentos y te odio a ti.

¿Por qué eres así?

Daba vueltas en la cama, se tapaba la cabeza con la almohada y apretaba los ojos. No bastaba. Seguía escuchando los gritos.

No quiero estar aquí.

Cuando le dijeron que iba a tener una hermana no había sentido la gran emoción que esperaban sus padres, pero tampoco había sido tan apático, sencillamente había dicho las palabras que había encontrado más adecuadas en ese momento y después se mordió la lengua hasta que sangró. Ahora la niña había nacido y lo único que sabía era que era una máquina de gritos y chillidos espantosos. No era tan cruel al inicio, pero con el tiempo había obtenido la habilidad de gritar y no se callaba nunca. Matt no la soportaba.

Seguro que hasta el insoportable de Tord era más tranquilo que tú.

¿El insoportable de Tord?

Si, el insoportable de Tord. Edd podía hacer bromas y luego dar consejos y Tom era su escape, pero Tord solo se burlaba y le quitaba importancia a las cosas.

¿Y te molesta?

Mucho. Encerrado en el papel de idiota en que se había encasillado no lo notaba, pero fuera de él lo sentía: Esa furia palpitante que pedía a gritos ser liberada. No lo haría.

Eso no va conmigo.

¿Y qué va conmigo?

No lo sé.

Lo sabía, pero ya no.

Lo dulce, lo tierno, lo idiota. El narcisismo, el egoísmo. Eso era lo que iba con él y, esa noche, con los chillidos de Matilda de fondo, pensó en las muchas veces que había querido expresar lo que sentía como lo hacía Edd, o ser desinteresado como Tord o Tom. Expresarse, ser más que la cara bonita del grupo.

Pero tú quieres ser la cara bonita.

'Debería haber algo más'.

Esto ya no basta.

Se apretó la cabeza hasta que dolió. De cualquier forma lo hacía, no notaba mucha diferencia.

Ojalá pudiera faltar a clases.

Cuatro de la mañana.

Cuatro y media.

No estaba seguro de si seguía gritando o solo era el miedo a que lo hiciera de nuevo lo que no le dejaba dormir. Pronto darían las cinco y seguro tendría ojeras que le harían parecer un mapache.

Un adorable mapache.

¿Y eso qué? Odiaba las ojeras y odiaba los mapaches.

Cuando el reloj dio las cinco, se levantó y vistió. Quitó todas las alarmas que pudieran sonar y, con el cielo aún oscuro, salió de su casa.

La primer alarma sonaba a las seis y media.


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En clases, habían dos asientos vacíos.

Edd miraba con extrañeza esos lugares, normalmente ocupados por Tom y Matt, y suspiraba constantemente.

— ¿Crees que les haya pasado algo?— preguntó Edd a Tord en una hora libre. No se había comunicado con ellos desde el día anterior y tener un celular no era la regla en esos días.

— ¡Qué va!— dijo Tord, mordiendo una banana—. Tal vez se fueron de pinta. No sería la primera vez.

Pero si la primera que no nos avisan.

En secundaria se iban de pinta muy a menudo, especialmente los últimos meses. Matt faltaba a clases cada que podía y no le importaba a quien arrastraba. Decía que no le importaba demasiado faltar y que su madre firmaría lo que fuera en ese momento para justificar la falta.

Recién relacionaba que Matt ya sabía del embarazo cuando empezó a hacer eso. Les contó hasta los siete meses, más por obligación que por deseo. Edd se sintió mal al recordar eso.

— Si quieres podemos ir a buscarlos después de clases, Edd— dijo Tord, después de un rato en silencio—. Si se fueron de pinta, los veremos llegar a casa a la hora que harían normalmente.

La casa de Tom. No necesitas especificar.

— ¿Piensas que están bien?

— ¿No ya te había respondido eso?

— Me refiero a si piensas que faltaron porque no se sentían bien. Ya sabes, Matt ha estado molesto desde que Matilda llegó a su casa y...

Tord lo pensó un poco y después suspiró.

— No entiendo ese drama— dijo—. ¿Realmente es tan molesto?

— Para Matt sí— obviamente, para el chico que siempre busca atención, tener una hermana bebé sería molesto. Edd miró el paisaje de cemento y pensó en sus amigos.

Tom no había hecho nada especialmente divertido esa semana. En retrospectiva, podía ver cómo había mantenido su distancia entre broma y juego. Matt se llevaba quejando mucho de su hermana, pero no al punto de faltar.

¿Por qué sentía que era su culpa?

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Caminaron en silencio hacia la casa de Tom. Siempre cabía la posibilidad de que estuviera cada uno en su casa, pero aún así fueron a el lugar de Tom.

¿Por qué?

Llegaron a la puerta y, justo cuando Edd estaba a punto de tocar, Tord le detuvo. Le miró y vio cómo hacia una señal de silencio para después, igual con señas, decirle que le siguiera. Edd lo hizo.

Conforme avanzaban podían escuchar una conversación.

Lo siento, yo... Matt. Sonaba a lo lejos—. Lo siento, no quería hacer eso.

Edd no entendía por qué se disculpaba Matt. No alcanzaba a ver a Tom, pero veía a Matt pidiendo disculpas.

Será mejor que me vaya. Eso es: olvidemos que pasó y después inventaremos algo para explicar por qué no fuimos a la escuela.

Espera.

Edd finalmente vio a Tom, recargado contra la pared. Vio a Matt detenerse y Tord le detuvo de avanzar más. Ambos estaban igual de confundidos, pero Tord entendió en el momento que si los veían las cosas saldrían mal.

¿Aún peor que ésto?

¿Por qué lo hiciste?

¿Qué cosa?

Matt guardó silencio.

Porque entendí lo que dijiste ayer.

De nuevo, ¿Qué?

Y tampoco sé cómo llenar ese vacío.

De pronto Edd notó algo tan obvio que le pareció estúpido no haberlo notado antes.

Ambos lloraban.

— Vámonos— murmuró a Tord, que parecía interesado en ver cómo continuaba eso.

Edd se dio la vuelta y comenzó a jalar a Tord. Al no poder con su amigo (que parecía haber echado raíces en el suelo) comenzó a alejarse de la escena por su cuenta. Fue por eso que él no vio lo que Tord sí:

Matt besó a Tom

Y Tom correspondió.

Después de un segundo, corrió junto a Edd a cualquier lugar que estuviera lejos de ahí.

Dioses, ¿Qué acababan de presenciar?

Nota: El título original del capítulo era "Through The Looking Glass", y, aunque aporta más a la historia que el título actual, fue cambiado en orden de hacer que el capítulo coincidiera con la canción de Marina Diamandis "Obsessions". Pueden encontrar ésta y más canciones en la playlist oficial de el libro (link en mi biografía). 

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