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Desde ese día que Obanai le había declarado su amor, no se había alejado para nada de él.

No era una persona tóxica ni nada por el estilo, solo que nunca había sentido ese amor y calidez que el omega lo había provocado en su ser.

Así que simplemente para protegerlo y asegurarse que Ninguno de los demás pilares hicieran algo obseso, especialmente Tengen Uzui.

- Iguro-San, sabe que no hace falta que me siga por todos lados, yo sé protegerme solo - habla de manera calmada el omega mientras que volteaba para ver al azabache con una pequeña sonrisa.

Esa imagen que le brindaba el de cabellos burdeos era malditamente hermosa, haciendo que su corazón latiera de manera rápida, llevaba una de sus manos hacia su pecho, dio gracias al saber que su sonrojo no se notaría por las vendas que llevaba.

Al ver que el azabache no le respondía se acercó a él para comprobar que esté bien, sonríe de manera gentil al ver que en el rostro de Obanai tiene un sonrojo.

- Iguro-san, no debería de preocuparte por mí, además voy a la residencia de Himejima –

Al azabache le recorre un escalofrió por la espalda al escuchar que el omega iba ir con el pilar de roca, estaba por reprochar al Kamado por no hablarle avisado con anticipación, pero tampoco quería quedar mal ante el joven cazador.

- ¿Puedo saber para que vas a ir? – trata de sonar desinteresado.

- Le pedí si podía entrar con él, y me dijo que no había ningún problema. -

- Me hubieras pedido a mí que te ayudara a entrenar – trata de no sonar ofendido ante la respuesta del el omega de cabellos burdeos.

- Mmh, es que estabas muy ocupado y no quise molestarte – Responde el omega mientras que le daba pequeñas caricias en su cabeza.

Ambos dejaron de hablar, Obanai disfrutaba gustosamente las caricias por parte del cazador, el azabache estaba por hablar, pero una presencia detrás del lindo omega lo había interrumpido.

- ¡Tanjiro-chan!, al fin llegaste, te estaba esperando con ansias – habla con su típica postura, con sus manos juntas mientras que le salía lágrimas de sus ojos.

- Himejima-san, Mucho gusto – el peli burdeos voltea su cuerpo para saludar al mayor mientras que hacia una pequeña reverencia, inclinando su cuerpo hacia adelante.

- Oh, Obanai, no te había visto – sonríe mientras que baja la mirada para verlo. - No pensé que ibas a venir.

- Mmh, solo acompañe a Tanjiro ya que no tenía nada que hacer, ¿Tienes algún problema con eso? – habla algo irritado el alfa mientras que se cruza de brazos y aparta la mirada.

- Vaya estas muy alterado, mejor nos vemos otro día, ahora estaré algo ocupado con Tanjiro, así que adiós – Habla mientras rodeaba el cuello de Kamado con su brazo para apegarlo a su cuerpo mientras que volteaba su cuerpo para empezar a caminar hacia la entrada de su finca.

Tanjiro voltea su cabeza para despedirse del azabache que lo había acompaño hasta la finca del pilar de roca.

- Nos vemos luego Iguro-san – le sonríe para que el Alpha se pueda calmar al sentir sus feromonas algo inquietas.

El omega se encontraba siguiendo al pilar de roca, hoy sería un día muy duro, sabía perfectamente como eran su entrenamiento ya que algunos de los que entrenaban con el les había dicho que era muy exigente.

(...)

Le dolía todo el cuerpo, estaba completamente tirado en el suelo, mientras que sudor caía por su frente, su pecho subía y baja de manera rápida tratando de recuperar el aire que había perdido, tenía mucho que aprender.

Una sombre cubre su rostro del caluroso y ardiente sol, trata de sonreír al ver al azabache, Himejima.

- Lo hiciste mejor de lo que pensaba, y por ello te llevo a la cascada para que te relajes – sonríe el pilar mientras que ayuda a parar el omega. – Ten te traje una limonada

El omega agradece al pilar mientras que agarra el vaso y toma el líquido con desesperación, muy mala idea, la limonada era ácida haciendo que le arda la garganta y que le saliera lágrimas de sus ojos por la acides.

- Vaya, lo siento, de seguro que sabe horrible – El alfa desesperado le da pequeños golpes en la espalda de Kamado. – nunca hice una limonada.

El cazador sigue tosiendo mientras que trata de sonreír para que Himejima no se preocupe, la limonada no tenía nada, pero nada de azúcar y menor agua o cubito de hielo, solo era Limón exprimido.

- No te preocupes – cuando se recupera, le da pequeñas palmaditas en el hombro del pilar. -D-después de la cascada hacemos juntos la limonada.

Himejima se disculpa con el menor y va rápido a la cocina para darle un vaso de agua al menor, vuelve con el y le da el vaso con agua.

- Ten y perdón –

- No te preocupes y gracias- le sonríe y toma con desesperación aquel líquido.

Después de aquel líquido baje por su garganta y que lo alivie del ácido que tomo de la limada, deja los vasos en la cocina del pilar y los lava.

- ¿Podemos ir a la cascada? – pregunto algo entusiasmado para poder darse un baño relajante y para que el calor se le fuera.

- Con gusto te llevo a la cascada - respondió animado el Alpha mientras que salían de la residencia y lo llevaba por la montaña, entre en bosque.

El peli burdeos sigue a pasos lentos al pilar de roca, una refrescante ducha le haría aliviar el dolor y el calor que sentía en su cuerpo. Sonríe tiernamente al ver que unos pajaritos volaban alrededor de aquel azabache.

Su sonrisa se agranda al escuchar el ruido de la cascada chocar con el agua, estarían a pocos metros de aquel pequeño paraíso, el omega apresura su caminar para estar al lado del azabache.

- Estoy seguro de que te va a encantar – habla tranquilamente mientras que aparta unos arbustos dejando una hermosa vista para Kamado.

Tanjiro se quedo sin palabras al ver la cascada, era malditamente hermoso, levanta la mirada para ver Himejima.

-Tanjiro, te quiero decir algo importante – se apresura en hablar antes del omega.

Himejima coloca su mano en el hombre del cazador y baja su mirada para ver a los ojos al menor.

- Yo... solo quería que sepas sobre mis sentimientos, no soy el tipo de chico que suele ocultarlo, solo quiero que sepas que de verdad de me gustas, desde el primer día que te vi mi corazón dio un salto de emoción, que no sentía a mucho tiempo – deja de tocar su hombro y agarra ambas manos del menor. – Te amo... y te lo digo muy en serio, pero si tu no sientes lo mismo tratare de conquistar tu corazón.

Tanjiro tiene un sonrojo en su rostro al escuchar tan dulces palabras por el pilar de roca, sabia que sus sentimientos eran verdaderos por la forma de decirlo, se mostraba el cariño que le tenía. Le dio pequeñas caricias en sus manos mientras que levantaba su cabeza para verlo mejor con una tierna sonrisa en su rostro.

- Yo acepto tus sentimientos, me siento muy feliz, mi corazón está latiendo como loco en este momento –

Con algo de vergüenza se acerca a aquel Alpha con un sonrojo adornado su mejilla, sí que aquel Alpha era muy dulce, demasiado dulce.

Sin darse cuenta suelta un pequeño ronroneo al sentir la cálida mano del azabache en su mejilla.

- Si no quieres puedes detenerme – Dice entre susurros mientras que se acercaba a susurros mientras que juntaba sus labios con los del menor.

Tanjiro sin ninguna objeción corresponde el beso por parte del pilar, era demasiado cálido y muy tierno, vuelve a soltar ronroneos al sentir un pequeño ardor en su espalda, finalmente estaban todos o eso creía el omega.

- Mmh, tienes razón, estas sudado – entre risas el mayor se aleja del menor mientras que antes de separarse deja un pequeño beso.

Kamado avergonzado aparta la mirada, la no tenía la culpa de nada, Himejima tenia la culpa por hacerle a ser ese entrenamiento bastante difícil y bajo el sol. 

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