⟦#2:⟧ Frio sentir, curioso recordar y cálido actuar
Los primeros días de escuela siempre eran un fastidio ¿estamos de acuerdo?
Digo, muy probablemente a muchas personas les gusten los primeros días, seria extraño que el desagrado fuera unánime siendo que la humanidad nunca se ponía de acuerdo ni en las cosas mas simples —como qué iba primero, el cereal o la leche—, pero cree que todos llegaban a detestar levantarse extremadamente temprano para salir de la cama a un lugar supuesto a aprender pero que normalmente solo era nido de miles de situaciones con la capacidad de tornarse estresantes.
O al menos eso era lo que pensaba Tweek ese lunes, a las 7 de la mañana, esperando a que sus amigos se dignaran a ir por él para llegar al primer día de segundo de preparatoria en South Park Hills
Frotó sus brazos con las palmas de su mano por encima vez haciendo malabares con los tres termos de café que cargaba esa mañana, deseaba regresar a su casa a escoger el suéter de lana verde que decidió no estrenar ese día porque el pronostico del tiempo le había mentido vilmente en la cara diciéndole que iba a ser una cálida mañana de lo que sobraba de verano, se confió, tonto de su parte, pues ahora deseaba que la fina camisa de botones verde oscuro fuera lo suficientemente gruesa para que frio no calara en sus huesos y los hiciera doler.
Por ahí dicen que mientras el outfit este bonito la temperatura del ambiente es mental, y la mayoría de veces estaba de acuerdo. Excepto claro por las veces que, como hoy, estaba a un segundo de convertirse en hielo.
Hace años no temblaba tanto como ahora y con justa razón, ese día había decidido ponerse unos jeans holgados que se ajustaban a su cintura y caían hasta unos cinco centímetros arriba de sus tobillos y una camisa de tirantes negra con el logo de Joy Division.
Estúpida camisa, si no hubiera sido un regalo que genuinamente le gusto ahora la estaría quemando para obtener un poco de calor.
Un mensaje llego a su teléfono.
Ricitos de Oro:
Ya vamos a pasar por ti rubio desabrido, te juro que si no estas listo te obligamos a irte en en transporte de la escuela.
Niño Sanrio:
Nos levantamos bravas.
Pero si, Tweek, te juro que si no estas listo te quemo la ropa fuimos a comprar para otoño.
Cállense par de ratas, me dijeron que iban a pasar super temprano por mi y ya llevo medía hora cagándome de frio en el lugar en donde me dijeron que iba a pasar por mi.
Ricitos de Oro:
Ándele, por zorra.
Sus amigos eran un amor, ¿se notaba?
Puso la mirada en blanco y guardo su teléfono, no pasaron ni cinco minutos mas y un auto gris claro se detuvo frente a él.
Se inclino para mirar por la ventana y hacer un gesto a Bebe para que abriera la puerta, pues los cafés y su mochila le impedían abrir por si mismo; finalmente después de ser auxiliado por Butters desde el asiento de atrás entro al auto en el puesto del copiloto. Dulce calefacción del auto, sus labios violetas por el frio empezaron a regresar a su color natural
Entrecerró la mirada con molestia hacia su amiga rubia y esta le devolvió el gesto con una sonrisa burlona; esa perra lo había citado mas temprano de lo que planeaba ir por él, jura por sus juguetes para la ansiedad que nunca la iba a volver a ayudar cuando no supiera como combinar la ropa en una emergencia.
—Cuanta tensión hay de repente, no se vayan a desgreñar tan temprano — El timbre de voz de Kenny sonó desde atrás, al mirarlo por el rabillo del ojo se dio cuenta que estaba tirado a la par de Butters abrazándolo por los hombros, suspiro y le repartió a Butters y a Bebe los dos termos de café que sobraban en sus manos.
—Perdón Kenny, no sabia que ibas a venir con nosotros, no te traje café, pero tengo una galleta de chispas de chocolate.
Luego de que Kenny casi le arrebatara la galleta de las manos se pusieron en marcha hacia la escuela.
Al fondo sonaba en la radio un nuevo éxito del que no sabia el nombre y que honestamente no le interesaba, Bebé iba tarareando tras el volante y moviendo la cabeza con suavidad siguiendo el ritmo de la música, dejando que sus risos bailaran al rededor libremente, su mejor amigo estaba atrás acurrucado con su novio como siempre que estaban cerca el uno del otro, él por su parte se acurruco en su asiento y dejo que su mente empezara a volar.
Las cosas habían cambiado desde hace algunos años, su forma de pensar y de expresarse, de vestirse y de verse, habían muchos cambios significativo en él que seguramente si su yo de 13 años lo viera de frente no sería capaz de reconocerse.
El pensamiento que su amiga Bebe había implantado en su cerebro sin saberlo fue creciendo poco a poco. Primero fue una broma local entre sus amigos y él "Si yo fuera así de hermoso pestañearía bonito y todos los alfas, los betas y los omegas me pagarían un hotel en una isla paradisíaca y me retiraría antes de siquiera trabajar"; se reía con los dos rubios de lo absurdo que sonaba el pensamiento y en son de broma exageraban cada vez más los escenarios de su reinado como "omega deidad".
Era divertido y en realidad todo fue un pensamiento inconcebible fuera de la ficción de sus cerebros hasta que pasó algo... peculiar.
Unos meses después de su traumática y desagradable presentación como omega completo en el caluroso y sofocante verano de ese año, en las primeras semanas de clase había decidió tomar solamente supresores para que su aroma no fuera intenso, porque a pesar de haberse medicado con anterioridad para eso sus feromonas terminaron siendo aún más fuertes de lo que espero.
Al principio sintió que su medicación había sido en vano, pero qué más daba ya, al menos ahora verdaderamente le servias esas insípidas pastillas y era capaz de suavizar su aroma hasta que fuera casi como el de un beta, casi.
Esto no quitaba que fuera un olor dulce y fuerte, si se estaba lo suficientemente cerca se podía apreciar el exquisito aroma del café mezclado con vainilla que emanaba su presencia, Butters y Bebe le habían dicho en reiteradas ocasiones que su aroma era realmente dulce y atractivo, pero en sus inseguridades el rubio mas alto pensaba que solo estaban siendo corteses con él para hacerlo sentir mejor y que en realidad su aroma era desagradable, si no fuera así ¿entonces por que la gente se le quedaba mirando tan fijamente cuando por accidente liberaba su aroma? ¿Tenia que ser desagradable no? Eran miradas de desagrado... ¿no?
Pues respondiendo a sus propias maquinaciones mentales, un buen día en el que había decidido usar los ahorros de su trabajo de medio tiempo en la cafetería de sus padres para salir con sus amigos a una feria que había llegado al pueblo se encontró con una situación que lo llevo al limite.
Decidió ir al puesto de manzanas acarameladas a conseguir una, Butters y Bebe le dijeron que lo iban a esperar en el puesto de tiro al blanco que estaba justo detrás de él, no contaban con que justo al separarse una ola de gente pasaría por los puestos y los terminaría separando.
Su teléfono no tenia datos móviles, estaba perdido y no había podido comprar su manzana acaramelada, solo le faltaba que le cayera un rayo.
Al ver que la situación actual no estaba para nada a su favor su cabeza empezó a ir a mil por hora: Era él solo en algún lugar de la feria que no fue capaz de reconocer, solo tenia un poco de dinero y estaba totalmente indefenso, podrían secuestrarlo y nadie lo notaria ¡Dios santo! ¡podrían matarlo y nadie lo notaria!
Jesucristo, vela por su pobre culo.
Pensó en llamar al 911 incluso, solo no lo hizo porque había escuchado que te ponían una multa por ocupar sus servicios de forma incorrecta y no creía que un adolescente perdido en una feria fuera algo de suma urgencia.
Tipo, si lo era, pero por alguna razón no creyó que llamar al 911 fuera conveniente, déjenlo es ansioso e inseguro, pobrecito.
Sin notarlo había empezado a segregar feromonas de angustia, su olor era débil por la medicación pero persistente, tanto que logro llenar la esquina en la que se había recluido con el aroma y sin darse cuenta llamo la atención de un grupo de chicos mayores que él que pasaban cerca suyo. En su desconocimiento de las presencias cercanas a si, su mente había caído en una espiral de desesperación, ¿y si nunca encontraba a sus amigos? ¡o la salida! Dios santo ¿y si para ganarse el sustento de ahora en adelante tenia que quedarse a trabajar en la feria? No quería trabajar en la feria rodeado de alfas, porque claro que noto que la mayoría del personal eran alfas o betas de alto y mediano rango ¡él solo quería una maldita manzana acaramelada! ¡no quería que lo explotaran laboralmente haciéndolo servirlas! ¡¿¡¿Y si también lo explotaban físicamente?!?!
—Oye amiguito ¿estas bien? — una voz suave y dulce lo llamo de repente haciéndolo soltar un grito de terror por lo repentino que fue, giro en dirección de la voz temblando de miedo y a punto de soltarse a llorar del pánico de mil escenarios fatídicos viviendo en su cerebro, era una chica descolocada por el grito que salio de su garganta y por su cara de asustado — Tranquilo amigo, solo quiero ayudarte ¿estas bien?
La chica se llamaba Tammy, también había ido con sus amigos Kevin, Yao, Jacob y Shelly a la feria a pasar el rato y no pudieron evitar acercase a él en cuanto captaron su olor. Estaba inseguro al principio de confiar en ellos, pero al reconocer a Kevin y a Shelly como los hermanos mayores de sus compañeros Kenny y Stan se relajó un poco.
Los chicos se encargaron de tranquilizarlo, los que eran alfas del grupo —Kevin y Shelly— esparcieron su olor para que los demás se mantuvieran alejados y Tammy lo calmó con sus feromonas de omega, eso era algo que algunos omegas hacían al encontrar otros omegas jóvenes, transmitían un olor calmante para que el joven se sintiera seguro, solían hacerlo en caso de celos repentinos y solían desarrollar un apego casi maternal que los llevaría a cuidar al omega menor hasta asegurarse que estaban seguros.
Una vez calmado le pudo explicar a los chicos que se había extraviado y que no encontraba a sus amigos, y tenía miedo de no lograr encontrarlos entre toda la gente, ellos entendieron y lo acompañaron en su búsqueda. Incluso los dos betas del grupo Yao y Jacob le hicieron el favor de ir por su manzana acaramelada.
Mientras esto pasaba la curiosidad surgió en su interior y jaloneo la mano por la que Tammy lo tenía agarrado para llamar su atención.
—¿Por qué se acercaron a ayudarme?
Tammy medito un segundo antes de responder.
—Por tu aroma — al ver su gesto confundió la castaña siguió con su explicación — verás Tweek, cuanto más nos íbamos acercando al lugar en donde estabas antes de encontrarte empezamos a notar un olor suave pero muy dulce y atrayente, peligrosamente atractivo si me lo preguntas, cuando te encontramos y vimos que estabas asustado y probablemente a punto de perder el control sobre tu aroma nos preocupamos, si perdías el control ibas a pasar por un mal momento porque estoy segura de que un montón de alfas se hubieran vuelto locos por saber de donde venia el olor.
—Pero mi olor es feo... — ni bien termino de decir eso todo el grupo volteo a verlo como si hubieran escuchado a un camionero insultar, se sintió intimidado y preguntó por qué las caras de sorpresa en voz baja.
Shelly se inclino para quedar a su altura y juzgarlo con la mirada.
—Di eso una vez más pequeño mojón y te tiro bajo la montaña rusa.
La miró con horror y se aferro desesperado al brazo de Tammy, la castaña miró molesta a la mayor de los Marsh antes de volver a hablar.
—Amiguito, no se quien te ha dicho eso pero te ha mentido, tu olor es muy rico, ya quisiera yo oler así para atraer alfas que si valen la pena — la castaña rodó los ojos con cansancio, seguramente recordó una experiencia poco grata.
—Aparte eres muy bonito niño, si no hubieras gritado cuando te encontramos pensaría que eres un muñeco de porcelana vivo o esos chicos tan bonitos que parecen chicas del anime — habló el que reconoció como Yao, Jacob asintió a su lado.
Tweek no volvió a preguntar nada, le habían dicho que era bonito y que su olor era agradable, ellos eran extraños ¿no le mentiría con algo así verdad? Ellos no tenían nada que perder diciéndole que era feo o algo por el estilo ¿verdad?¿Entonces por qué no se lo dijeron y en cambio lo halagaron?
Unos 15 minutos después de la platica encontraron a Bebe y a Butters, estos corrieron a abrazarlo y a hacerle mil preguntar sobre cómo estaba y si le había pasado algo malo, Tweek les contó sobre la ayuda de los chicos y sus amigos se mostraron muy agradecidos, en especial Butters que había empezado a hablar con Kevin, en ese tiempo Butters y Kenny eran amigos y pasaban sus ratos libres pegados, tanto que Butters de verlo tan seguido había empezado a considerar a Kevin como su hermano mayor.
Luego de esa experiencia Tweek empezó a fijarse en cómo los demás reaccionaban a sus feromonas, cuando estaba haciendo turnos en la cafetería de sus padres y soltaba su aroma por accidente al atender a la gente esta se volvía más amable y comprensiva con sus errores, los chicos de la escuela eran particularmente amables con él luego de educación física cuando estaba sudado y su esencia salía de sus poros aunque no quisiera, algunos le permitían el paso aunque ni siquiera lo pidiera y otros pocos le preguntaban si quería algo de la máquina expendedora cuando se organizaban para ir por bebidas para sus propios grupos de amigos.
Luego de algún tiempo supo cómo sacarle provecho y el resto era historia.
El carro de Bebé se detuvo en su puesto del estacionamiento y el silencio se rompió, les gustaban los viajes callados y tranquilos porque en otras situaciones no se callaban, era como sus momentos de reflexión silenciosa.
Empieza el ritual.
Si bien antes era la rubia la que los obligaba a verse presentables en la de entrar a clases las cosas habían cambiado. Sacaban espejos y todo lo posible para que brillaran viéndose lo mas naturales posibles.
Rímel traslucido para no oscurecer sus rubias pestañas, iluminador en su tabique y sus pómulos y finalmente se puso un poco de bálsamo labial en los belfos para que el suave tono rojizo de la barrita hidratante los hicieran resaltar. Nunca le gusto el maquillaje pesado, cuando inicio con su etapa de aspirante a... ¿chico popular por ser bonito? Bebé le enseño a maquillarse para tapar las pecas que se extendían por su rostro porque no le gustaban, pero pronto de dio cuenta de que el exceso de maquillaje no le iba bien en su rostro y era incómodo de usar luego de unas horas.
Volteo a sus amigos, Leo se retocaba el rímel para que sus largas pestañas resaltaran y Bárbara verificaba que su delineado no se hubiera borrado, rápidamente decidieron que estaban perfectos y Kenny les suplico por no cambiar de opinión porque si lo hacían iban a tardar una eternidad en entrar a la escuela, salieron del auto y finalmente entraron al edificio.
Podía sentir las miradas; la verdad era que no le agradaba particularmente.
Los demás lo saludaban si podían, le sonreían con alegría por su presencia, se quedaban al margen mirándolo de lejos; todo el mundo estaba metido en sus propios asuntos, pero aun así sentía como si todos estuvieran esperando el mínimo error suyo para empezar a juzgarlo luego de años de no poder hacerlo por no tener razones, ser el centro lo es todo pero a la vez nada, un juego estresante que no todos soportaban jugar, la presión era mucha, las expectativas eran muchas, era un mal silencioso esperando consumirte o adorarte, la popularidad era justo como pensó que sería.
Estresante.
Volteo a sus amigos para empezar a hablar trivialidades, Leo les empezó a contar sobre sus padres y sus promesas de privilegios si llevaba buen promedio como todos los principios de año, Bebe se quejaba del tiempo y decía extrañar el calor, los dos la molestaron porque bien sabían que cuando hacía calor que quejaba porque extrañaba el frío, rieron por bromas internas y se despidieron de Kenny cuando este se cruzó con su grupo predilecto de amigos, Butters se puso de puntillas para poder besar a su novio antes de que se fuera y pudo jurar que todo el pasillo soltó un "aww" por la escena, Butters y Kenny eran una pareja querida, tan solida que todos aspiraban a algo así.
Salio de sus pensamiento al captar un olor extraño, uno que nunca había sentido en la escuela, lo atribuyo algún estudiante nuevo, tal vez uno se primero o algo por el estilo; barrio con los ojos el entorno para encontrar de donde venía la fragancia.
No encontró nada.
—Tweeky, pon atención rubio tonto — La chica de risos se dirigió a él al verlo tan ido. — Butters estaba diciendo que vayamos por los horarios antes de que las clases se llenen y no quedemos juntos.
—Hum, si, claro— volvió a observar a su alrededor por si encontraba algo, nuevamente nada capto su atención así que lo ignoro. Paro en seco a un estudiante que llevaba un horario en la mano, con una sonrisa gentil y una mirada tímida preguntó — Buenos días, ¿nos dices donde están entregando los horarios este año? estamos un poquito perdidos por aquí.
De algo le servia actuar bien y tener buena reputación, el chico les indico muy atentamente donde tenían que ir a recibir su horario e incluso paró su camino para acompañarlos a un punto mas cercano, al momento de separarse los tres le agradecieron su cortesía y se retiraron rápidamente a su destino con el chico corriendo a sus amigos a contarles sobre su cruce con los omegas mas lindos de la escuela.
Eso pasaba regularmente, a pesar de que sus presencias ya no eran novedad al alumnado le seguía impresionando la disposición y amabilidad con las que los tres rubios se expresaban, Butters era mas tierno y tímido, pero su sonrisa encantaba corazones, Bebe era mas suelta y coqueta, ayudaba a todo el que se lo pidiera de forma amable, finalmente Tweek era el que mas destacaba, sus facciones finas, su amabilidad, su forma de preocuparse por los demás y estar pendiente por si era de ayuda, el como se expresaba y pedía las cosas, la forma en la que se adaptaba a las conversaciones, era como una mariposa social que agradaba a todos, incluso tenia cierta influencia en decisiones para eventos escolares, era indiscutiblemente el estándar y la cima de lo popular en la escuela. Por eso, una vez tuvo en sus manos su horario y se dirigía al auditorio con sus dos amigos para recibir la charla oficial de inicio de año todos los que estaban en el pasillo notaron que su mirada bicolor se clavo en una dirección, sumamente atento con su nariz moviéndose cual conejo al aspirar un aroma que llego a él de improvisto, aroma que provenía de un muchacho alto, de cabello azabache y chaqueta azul marino que estaba revisando la papeleta de horarios es su mano.
Todos están mirando.
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Regrese luego de dos semanas de haber empezado esto, es menos de lo que pensé que me iba a tardar considerando mi mala costumbre de postergar todo lo verdad.
En mi defensa expreso que en estas dos semanas he hecho de todo y de nada, empece las clases universitarias, me mude, salí a la calle con falda, una sarta de barbaridades que drenaron mi tiempo, me disculpo mucho por haberme tardado, les pido perdón d la única forma que se, abriendo las puertas de mi corazón.
Intentare traer la próxima actualización en menos tiempo, si ven que me tardo mas de tres semanas háganme spam ¿oki? oki.
dejen sus estrellitas que hacer esta mierda consume tiempo, los amo.
✨Bye bye✨
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