❚ℂ𝔸ℙ𝕀𝕋𝕌𝕃𝕆 5. 𝔼𝕣𝕣𝕠𝕣 𝕖𝕝 𝕣𝕠𝕞𝕖𝕠𝕣𝕠𝕤𝕜𝕪❚

Nuestros protagonistas se hallaban camino al Sambil en Transfalcón, si, siempre pudieron montarse en el bicho rojo ese, claro, luego de sus respectivas cuatro horas de espera, les llegó uno que ni ventanas tenía y la gente casi que se caía por estas al estar tan lleno.

Ahora se encontraban apretados entre olores que no lograban identificar (ni querían saberlo), con unas ganas horribles de salirse por los ventanales y seguir a pie hasta el amado centro comercial todo incluído menos la plata.

—error... ¿dónde estás?

—¡¿çømœ vôy æ şąbəřlø?!—habló el glich que si fuera posible Ink hubiera pensado que estaba encaramado en el techo. Se lo imaginó como cierta zorra blanca con rosa de un juego de terror que no lograba acordarse... ¿Five Night's at Sally? Si, algo así. Ugh, mejor no pensar cosas raras.

Sorprendentemente, nadie se percataba de ambos esqueletos. Tal vez ni se daban cuenta por el tapabocas. Si, tal vez eso.

Ahí no podían gritar "PARADAAAAA" como vieja sorda buscando pastillas, no, eso lo hacían los montunos muertos de hambre opositores y los de se ve se siente Capriles mata gente. Debían comportarse con clase en esa buseta con clase, tanta elegancia hay que no hace falta aire acondicionado. Con las ventanas rotas y los cartones era suficiente para la entrada del fresquito, cosa que los opositores montunos no entenderían.

Finalmente, tras muchas quejas, olores raros y un Error que casi se lanzaba por la ventana sin importarle llevarse algún cartón por delante, llegaron a su destino y entre el gentío que bajaba se hicieron los locos para no pagar.

El Sambil, igual de majestuoso, pero no tanto como sus calles.

Primero irían a Mr. Price, al menos el pintor, que le había dicho al Destructor que debía averiguar ciertos precios sobre un regalo que le iba a dar esta misma noche en la que daría fin al Ink pasiva– digo, wakA wakA 7w7.

Mientras Ink se pasaba hora y media probandose media tienda, Error caminaba por los pasillos preguntándose el por qué de la estupidez de los humanos al ver a un monstruo caminar en medio de un centro comercial y les resbalaba por el hombro. El poder del tapabocas, quizás.

Sus pensamientos fueron llevados por el inexistente viento en ese ambiente artificial al toparse con nada más y nada menos que el Mágia Inflable. Sólo una voluntad de acero podía resistirse a tal cosa... y él obviamente no la tenía. Se acercó a una señora que se notaba que faltaba poco para que la muerte tocara a sus puertas, y recostandose en el mostrador preguntó.

—¿čūænţø lą ĕnţřædą?

La señora medio a dormir que fue interrumpida por el chavista ese, ¿Hasta cuándo iban a respetar su sueño? Sólo quería morir en paz e inculpar a su compinche que plácidamente dormía adentro, ¿Qué otra venganza por asesinato a una vieja y pobre señora en un parque para niños? Escuchó la voz del contrario, y por lo glicheada e inentendible que era pensó que tenía el coronabus.

—¿Es para su hijo? Lo sentimos, pero no podemos admitir personas enfermas.

—¿qūə?— ahora sí se empezó a arrechar. Estaba pensando si destruir ese universo por no haber cumplido su cometido de entrar a Mágia Inflable. Esa vieja del coño...

En un movimiento rápido la tomó del cuello, súper arrecho y con los gliches alterados en su cuerpo. Pero tan rápido como la tocó y tan rápido la vieja se cagó del miedo desapareció en gliches, dejando el cintillo que tenía en la cabeza canosa en la silla.

Error parpadeó, no había sido él, ¿Verdad? No podía destituir códigos ni utilizar sus poderes, tampoco usar sus hilos... ¿Entonces por qué?

Tal vez podría dejar eso a un lado, si, era lo mejor...

Entró normal de la vida en el Mágia Inflable olvidando por completo a la vieja muerta y el incidente anterior, y más tarde se podia ver a un completamente adulto Destructor de AUs saltando sobre castillos inflables mientras comía algodón de azúcar rosao gay que había robado del puesto de la vieja muerta.

— ¡₩īiiiiiiiii! —dió una doble voltereta y se dió su coñazo que casi se lanzaba al piso.

¿Debía llevarle algo a su Kiki? Con lo egoísta que era se lo comería primero antes de siquiera salir de ahí. Pero, valía la pena intentar luchar por sus propios instintos de come-algodón-de-azúcar.

Mientras un Error gritaba como carajito emocionado al saltar muy alto, Ink ya había salido de Mr. Price y recorrido toda Victoria Secret's, con varias bolsas en mano y un bulto en el pecho, ¿Qué? No era nada malo que comprara para ponérselo ahí mismo.

Lo que sí extrañó a los empleados eran los Bolívares soberanos con que había pagado, ya que en vez de dibujos con caras de revolucionarios muertos bajo tierra, todos tenían una cara blanca rajada con dos grietas.

Se encogieron de hombros y lo aceptaron, el cobre era cobre, daba igual si el tipo que aparecía en el billete parecía un huevo quebrado rechazado por su madre.

Fue directo al centro de aquél centro comercial, ¿Cómo lo encontró tan rápido? Fácilmente a todos los lugares a dónde iba siempre terminaba en el centro del Sambil.

— ¿Dónde estará Error?— se preguntó buscando con la mirada al mencionado un tanto preocupado. Sin un Ink, el Destructor podía cometer una de muchas mariconerias en su camino... o matar a alguien.

Intentó tranquilizar su despreocupada mente y buscó un negocio de helados. Tal vez podría guardarle uno de chocolate a su Ruru… decidió ir a un pequeño puesto de McDonald's.

— Buenas, ¿A su orden? —sonrió una niña albina, se notaba que estaba montada en alguna plataforma para alcanzar el mostrador ¿Ella era quién atendía?

—¿Qué más les puedes dar, Shine? ¿Si ya te comiste toda la mercancía? —habló desde atrás otro albino, un poco mayor que ella y con el cabello desordenado. Efectivamente, la humana estaba embarrada de helado de vainilla.

— hey, calmados ambos. debería estar en instinto trabajando, agradezcan que mi turno ya terminó— desvió la mirada de su manga un... ¿Esqueleto? ¿Otro además de Dream? ¿Quienes más trabajaban de medio turno en este país? Ink entrecerró los ojos... ¿Lo conocía de algún lado? Tal vez, en algún otro multiverso lo haya visto...

— Si Fate...—la humana bajó la mirada, el otro albino no le paraba bolas a ninguno de los dos.

—eh... ¿hola? —Ink, sintiéndose totalmente fuera de la conversación, la humana le miró nerviosa.

—¡Ah, si! ¿Qué va a pedir gran cliente?— sonrió. Vaya forma de atender, ni siquiera en un quiosco de empanadas te reciben con tanta humildad.

—si... ¿podrías darme un helado de chocolate y otro de fresa, por favor?

—¡Claro!— expandió su sonrisa la niña, enseguida trayendo su orden en vasos. Bendita sea la virgen de Fátima y no le dieron esos vacitos de tomar café en las funerarias.— aquí tiene, ¿Cuál es su nombre?.

—No muestres tanta confianza a desconocidos, no olvides que hace nada te secuestraron y te metieron en la capota de un carro.

El helado de Ink casi da a parar al suelo y este se atragantó con lo que le había quedado. ¡¿Era la misma niña que Dream había mencionado?! ¡¿Y si lo reconocían como cómplice por el simple hecho de haber estado en ese cacharro de Fiat?!

—Espera... ¿Te conozco?—miró fijamente el albino al pintor ya cagao y tartamudeando para invertar alguna excusa e irse de ahí.

—n-no creo que nos conozcamos, digo, soy sólo un cliente que busca un polo para él y su pareja...—si se le podría decir así... Empezó a retroceder haciendo énfasis de irse.

—Hm... ¿Fate? ¿Este no es a quién vimos en el carro en dónde habían secuestrado a Shine?

Al la tan mención, el esqueleto nombrado dejó su manga de Kimetsu No Yaiba a un lado y miró amenazante al otro Guardián sintiéndose pequeño, hasta que una sonrisa con dientes afilados se cruzó en las facciones de Fate.

—si, este mismo es— lo reconocía, como no, Core le había hablado mucho de él. Pero como no solía salir mucho de los códigos de su amado Void... nunca lo había visto en persona. Este encuentro no fue el más apropiado.

Sin más, el pintor corrió lanzando las bolsas con las cosas que había comprado ya sintiéndose acorralado. A un tipo le cayó un sostén en la cara y a otro el amado helado de chocolate. Miró atrás, y ese Sans venía a velocidad con dos esferas de luz a sus costados, directo a darle la coñaceada de su vida. Y si fuera poco invocó una Katana de la misma luz. No, ya era demasiado.

Cómo no... Había olvidado por completo lo que Core le había advertido.

Si se te ocurre directamente pasar por el Void, sólo te aviso que existe un nuevo Guardián, es el único que da luz a ese oscuro lugar... ya le he hablado sobre ti, pero podrías dejar tus imprudencias a un lado... no soporta juegos de desconocidos.

¡¿Era él?! ¡¿Qué hacía en un sitio como ese?! ¡¿Y esos humanos de dónde salieron?n

Corriendo como un loco llamó la atención de cierto glich que venía saliendo de Mágia Inflable con dos algodones de azúcar y vió a su amada Julieta siendo perseguida por un loco con Katana. Lanzó pa' la mierda los algodones y fue al rescate de su amada. Lo que no se esperaba es que terminaría corriendo de la misma manera con su querida Julieta en brazos y buscando la salida en aquél centro comercial.

¡¿Por qué siempre acababan en persecuciones?! ¡¿Y dónde coño estaban los petejotas cuando se necesitaban?! Sólo un malandro podía detener a otro malandro.


...

☆sI ESTOY VIVA SEÑORES. Un capítulo más de esta parodia y un datito escondido de mi Sans, Fate uwu.

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