Capítulo 17

Alejandro

No he visto a Amy en todo el día y me empiezo a impacientar por las ganas de verla y saber dónde está. Saliendo de la clase de Física me encuentro con Rayan en el pasillo, parece que me andaba buscando, me acerco a él y me muestra una sonrisa falsa.

—Hola Ale, es bueno volver a tenerlos por aquí. —saluda nervioso mientras empezamos a caminar hacia la cafetería.

— Nos sentimos igual. —correspondo con una sonrisa para disimular mi nerviosismo, ya que hoy es el día dela gran noticia. —Teníamos ganas de regresar.

— Oye, ¿crees que podamos hablar? Necesito contarte algo importante. — frunzo el ceño sorprendido y luego de unos segundos le respondo.

—Sí, ¿de qué se trata? — nos sentamos en la escalera cercana al comedor de la escuela.

—Bueno, en el tiempo que estuvieron allá he conocido a alguien y me ha hecho darme cuenta de algunas cosas que antes no veía. He aprendido bastante con esa persona y creo que es momento de enfrentar la verdad y decírselo al mundo. —frunzo el ceño confundido. Rayan toma una bocanada de aire y vuelve a fijarse en mí—. Creo que soy gay.

Me atraganto con mi propia saliva al escuchar eso. ¿Gay? Es cierto que nunca lo había visto con una novia o que ni siquiera se fijara en alguna chica, pero es que ser gay son palabras mayores. No soy homofóbico, respeto mucho lo que piensan los demás, pero es que esta noticia me ha sorprendido y no me esperaba para nada.

— ¿Estás seguro de eso Ray? Puede ser que solo estés confundiendo las cosas. Solo tienes quince años, a esta edad todo es confuso y no tienes las cosas muy claras — le digo intentando que no piense que lo rechazo, pero ahora que lo pienso no le debe importar entonces lo de Amy. Elimino de inmediato ese pensamiento egoísta y escucho su respuesta.

—Es cierto que no estoy muy seguro con esto, pero al fin siento que soy yo, que puedo mirarme en un espejo y saber quién soy verdaderamente. — me sonríe nervioso y me coloca una mano sobre mi hombro. — Espero que podamos seguir siendo amigos. Tantos años de amistad no creo que vayan a la basura, ¿cierto?

—Claro que no. Te conozco desde hace mucho, nada cambiará. Aunque yo también tengo algo que decirte. — Su rostro me muestra confusión y me empiezo a poner nervioso—.  Amy y yo estamos juntos.

Me mira impresionado y veo cierto rencor en su mirada. Espero que esté equivocado, pero creo que no le ha gustado mucho la noticia.

— ¿Juntos? ¿Desde cuándo? Ella no me ha dicho nada, aunque hoy no la he visto pero ayer cuando hablamos no dijo nada de eso — inquiere intrigado. Trago con dificultad y le respondo.

—Nos hicimos novios en el Festival y créeme que todo está saliendo, aunque parezca raro, de maravilla —le digo a modo de broma, pero creo que no le ha dado mucha gracia.

Su rostro no muestra ningún sentimiento, solo me observa fijamente a los ojos. De pronto suspira y niega con la cabeza.

—Cuánto me alegro, pero, sinceramente, no me gusta nada lo que están haciendo y principalmente tú.

— ¿A qué te refieres?— frunzo el ceño y dirige la mirada al suelo.

—A que hace dos semanas no sentías nada por ella y ahora, de momento, todo es mágico con unicornios que hacen popo de arcoíris. —Ya veo lo que sucede, cree que estoy jugando con Amy; como dicen por ahí, crea fama y acuéstate a dormir.

—No me había dado cuenta antes de lo fabulosa que es porque nunca me había dado la oportunidad de poderla conocer y te puedo decir que me encanta. Al fin siento que hay alguien que me hace reír, que me escucha y que puedo confiar en ella. No quiero hacerle daño, de verdad. — Se lo piensa un segundo y luego sonríe sincero volviendo a poner su mirada en mí.

—Solo te pido que la cuides y que la hagas feliz porque, aunque yo te aprecie mucho, te mato si le pasa algo. ¿Escuchaste?— bromea y se levanta mientras me da la mano para ayudarme a levantarme.

—Lo haré, puedes confiar en mí y tu secreto está bien guardado. ¿Vas a decirle a Amy, cierto?

—De eso no me cabe duda. No tengo secretos con ella. ¿Sabes dónde está? Necesito contarle.

—Ahora mismo me iba a ir a buscarla, pero no la encuentro. Yo le digo que la buscas y te aviso.

—Está bien. Gracias por contarme y tenerme confianza. — Chocamos los puños y recoge su mochila para ir a clases.

—Gracias a ti por comprender — respondo para mí mientras se aleja.

Sigo buscando a Amy y no la encuentro por ninguna parte hasta que se me ocurre donde podría estar: en la escalera del cuarto piso. Efectivamente, aquí está, sentada en un rincón sola mirando al vacío. Me acerco a ella y cuando me siento a su lado se sorprende al verme allí.

—Hola, ¿cómo te ha ido el día? — pregunta con una sonrisa falsa en el rostro.

—Muy bien, pero a ti no estoy tan seguro. ¿Sucedió algo? —interrogo curioso. Ella mira hacia abajo con tristeza.

—Problemas míos, no tienen importancia.

—A partir de ahora y espero que para siempre tus problemas son míos igual. —le acaricio la cabeza con suavidad y ella suelta un suspiro frustrado. No tengo ideas de qué hacer en un momento así, nunca había tenido a alguien con quien compartir los problemas así que esto es completamente nuevo para mí.

—Son cosas que pasaron con Ana y Brenda. Ya te imaginas.

—Mejor, no quiero saber. Siempre te he dicho que no me gusta que estés junto a personas que te hagan daño. Tienes a Lily y a Vicky para hacerte compañía y ahora a mí también. —le muestro una sonrisa sincera y hace lo mismo desapareciendo así todas sus lágrimas.

—Lo sé.

—Es bueno que lo sepas, porque yo también estoy pasando un día complicado. —Me levanto y la ayudo a levantarse para poder salir de allí.

— ¿Qué sucedió? —pregunta con una mezcla de preocupación y curiosidad.

—Eso te lo dirá él cuando sea el momento —respondo  mientras bajamos las escaleras con una sonrisa en los labios.

— ¿Él? —pregunta confundida. Se ve jodidamente tierna cuando no sabe de qué le hablo. Frunce el ceño y arruga su nariz. La acompaño hasta el final del piso, le doy un beso en la frente y me dispongo a ir a clases.

—Ya lo sabrás.  Me tengo que ir a clases, nos vemos después. — le guiño un ojo y ella sonríe.

— Está bien, recuerda que el lunes empiezan los ensayos de la boda, así que nos veremos allí. No olvides llevar el tutú y las mallas —aclara entre risas, lo que me causa gracia. Nunca se ríe lo suficientemente bien como para mostrar los hoyos de sus cachetes. Son hermosos, claro, como todo lo que hay en ella.

— Está bien, no te preocupes lo tendré en cuenta. —Le doy un último beso y me encamino hacia los pasillos.

Al terminar mis clases, acompaño a Amy a la salida y después de que ella se va junto a su madre que esta vez vino a buscarla, decido ir a casa para contarle a Kevin todo lo sucedido en el Concurso, ya que no he tenido oportunidad.

—Por lo menos disfrutaste, no te puedes quejar —comenta este entre risas. Ha pasado toda la tarde diciendo lo genial que es para crear parejas. Esto es un fastidio no sé si podré soportar más.

—No hay quejas la verdad. — busco unas sillas para sentarnos en el patio. Estuvimos todo este tiempo dentro de la casa hasta que el calor se hizo insoportable, así que nos estamos trasladando al patio.

—Ahora que recuerdo, ¿los ensayos de la boda de su amiga no empiezan ya?— pregunta confundido mientras se sirve un vaso con agua.

—Empiezan el lunes. —Acomodo las sillas y me siento sobre una mientras Kevin me trae un vaso con agua y se sienta a mi lado.

—¿Me vas a llevar?  No es que quiera ir, pero es que me quedaré aburrido en este lugar así que ir contigo es mejor que nada. — se escusa como si fuera su último recurso para no tener un lunes aburrido. Es obvio que quiere ir, a mí no me engaña.

—No te preocupes —respondo  mientras tomo un sorbo de agua—, no te dejaré quedarte sin entretenimiento.

Veo una sonrisa dibujársele en la cara que intenta por todos los medios ocultar, pero es un intento fallido.

—Así que tal vez pueda conocer a tu novia y a la amiga de tu novia.

—Las ganas de conocerla te superan, ¿eh, Kevin?

—Para nada. Es más, me tengo que ir. Recordé que dejé el pollo al horno. Nos vemos el lunes en la tarde.

Corre hacia la puerta, escucho como la cierra y me deja al final del patio sentado en la silla confundido. ¿Desde cuándo Kevin cocina?







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