Capítulo 10

Amy

Toda mi cama es un caos (otra vez). Hace unos minutos acabaron de avisarnos sobre que el viaje se había adelantado para mañana  y sólo pienso en no ir, tirar todo a la mierda y mandar a todos lejos de mí.  Pero luego recuerdo que de esto depende mi nota en la escuela y se me pasa.

—Eres tan dramática, ni que fuera el fin del mundo. —la voz de Felicia resuena desde el altavoz de mi portátil mientras me escucha quejarme de mi supuesto problema.

—Es que no llevo nada lindo. ¿Por qué nunca te hice caso sobre ir de compras?—  tiro otra vez todo a la cama y me siento en esta con carita de perrito—. ¡Me voy a volver loca! —Felicia bufa y respira para tranquilizarse ya que seguramente lo próximo que haría sería venir a mi casa y plantarme la silla en la cabeza. Créanme es capaz de hacerlo.

—Primero que todo cállate y segundo respira hondo y relájate. No vas de vacaciones, vas con el coro a cantar. Además, si se va a fijar en ti lo hará estés como estés y te veas como te veas.

—No quiero que nadie se fije en mí. ¿Qué dices? —miento, por supuesto que estoy así porque quiero que se logre fijar en mí.

Sé lo que piensan. ¿¡Pero Amy si hasta ayer mismo no querías verlo!?  Lo sé, lo sé pero que todas las mujeres que leen esto estoy segura que saben sobre la ley de "Ha llegado la hora de hacerse ver". ¿A que sí?

—Yo sólo te digo para que estés preparada, aunque no hay que desechar la idea de que te vas soltera pero puedes regresar acompañada.

—¡Oh no! ¡Por supuesto que no! —niego con la cabeza una y otra vez, no tanto en el sentido de negarlo, sino más en el sentido de eliminar esa idea de mi mente—. Me voy con Lily por la precisa razón de que no quiero tener nada que ver con él.

—No te hagas, sé que te gusta él a pesar de todo lo que ha hecho. A mí no me engañas—acata y bufo ante eso. ¿En serio es tan obvio?

—Pero no me voy a emparejar con él en una semana, es imposible. —defiendo intentando que cambie de tema, llevamos más de dos semanas  hablando de lo mismo y esto me empieza a hartar.

—¿Quién dijo eso? El amor puede aparecer en solo horas. Ya que van a tener todo un viaje de dos semanas van a tener tiempo de conocerse y toda esa cursilería que a ti te encanta —dice con expresión de asco, como si nunca se hubiera enamorado.

—Pero yo no he dicho que quiera conocerlo o algo de eso —comento mientras empiezo a recoger la cama para intentar no prestar atención a lo que habla. Creo que al final no le ha quedado claro sobre que no quiero nada con él.

—¡Amy, por Dios! Todos sabemos que te encanta él. —vuelve a meter el dedo en la llaga, pero esta vez con más presión haciendo que me gire hacia ella con el ceño fruncido y algo molesta.

—Basta ya, para. Si te digo que no es no. ¿Entendido?— intervengo y veo como asiente cansada mientras mueve la mano restándole importancia a todo—. Bueno, ahora la pregunta es, ¿qué me pongo para salir e irnos mañana?

—Bien, ponte ese mono y una blusa de tirantes que eso acentúa tu figura. —Señala lo dicho y me dispongo a recoger todo para terminar de recoger todo.

—Okey, pero dejemos mi problema de amor platónico y hablemos de ti. Dime, ¿cómo te va con Marcos? —Odio saber de él pero ya llevan casi seis años  juntos y creo que es hora de que empiece a hacerle frente, aunque piense que él es un estúpido que no se la merece.

—Bueno, sinceramente lo siento raro, ¿sabes? —Escucho preocupación en su voz y eso hace que vuelva a fijarme en ella mientras doblo la ropa para ponerla lo más ordenada en la maleta.

—¿Sí? ¿Por qué?—ladeo la cabeza hacia un lado mientras veo que se empieza a mover incomoda sobre la silla.

—No sé, pero es como si me diera de lado. Siento que no me presta atención.

—Pues mira a ver,  me avisas que ya sé dónde lo podemos enterrar —le digo a modo de broma y escucho su risa, pero no es una risa relajada, es una risa tensa que no le acompaña para nada a ella.

—Sí, tranquila, yo en la que  primero pienso es en ti así que vas a ser la primera en saber. — le muestro una sonrisa sincera, me acerco al portátil y aprovecho para mirar mejor la hora.

—Te tengo que colgar, me esperan dieciséis horas en un tren —le informo apenada y ella niega con la cabeza.

—Está bien, hablamos cuando llegues al lugar donde se vayan a quedar.

—Sí, te quiero. Cuídate, nena.

—Igual. Beso s—cuelgo y tiro el teléfono sobre mi cama admirando el paisaje que tengo que arreglar.

Me voy a terminar de empacar para ir a dormir ya que va a ser un día largo el de mañana y debo encontrarme con Lily en la estación de trenes. (Sí, nos vamos en tren.) Suspiro y me convenzo de terminar todo. Serán unas dos semanas muy largas.

~~°~~

Después de haberme montado como en tres buses y caminado como dos kilómetros he llegado a la estación a la hora acordada. Camino adentrándome con la maleta y la mochila llena de ropa y comida cuando de pronto veo a Lily alzando una mano para saludarme en el momento que percibe que he llegado.

—Amy, ¿qué tienes? Te veo horrible — pregunta está preocupada en el momento que me acerco a ella, me siento sobre mis maletas y muevo las manos una y otra vez para intentar abanicarme un poco.

—¡Calor! Y cansancio. ¿Sabes algo de lo de cómo van a ocurrir los hechos de hoy?

—Bueno, lo único que sé es que hay que esperar a que llegue Jenny para ponernos todos de acuerdo. Tampoco llevo mucho tiempo aquí. —asiento convencida con su explicación y me siento a su lado.

Ella se centra en su móvil y se coloca los audífonos dejando de prestarme atención. Abro la mochila llena de cosas imprescindibles y saco el pomo de agua fría que he traído. Doy un sorbo largo por primera vez desde hoy en la mañana y para cuando despego el pomo de mi cara veo a Alejandro y a Frank saliendo desde la cafetería que hay instalada.

Ambos llevan unos shorts de mezclilla y unas rameras de diferentes colores. En sus manos traen cada uno dos pequeños potecitos de helado que se los entregan a dos chicas del coro que van sentadas junto a ellos.

Siento un nudo formándose en mi estómago hasta que Alejandro percibe que lo estoy observando. La sangre corre hasta mis mejillas y no puedo dejar de sentirme apenada. Mantenemos contacto visual por algunos segundos hasta que siento a Lily tocándome el hombro.

—Apresúrate, ya tenemos que ir entrando. — aclara mientras se levanta y comienza a tomar sus cosas para comenzar a caminar hacia el tren. Asiento y la sigo para entregar los pasajes y podernos montar lo más pronto posible.

Caminamos un buen rato hasta llegar a la zona de espera para montarse en el tren. La espera era insoportable y por lo menos tenía a Lily para hacerme compañía. Sin olvidar que Alejandro estaba detrás de nosotras y podíamos escuchar los chistes y las risas de ellos con las chicas, las cuales recuerdo de mi antigua secundaria.

De pronto escuchamos que el tren iba a salir y nos apresuramos para llegar. Ambas nos aproximamos hacia nuestro vagón y subimos en él lo más rápido pudimos. El tren no es como me lo imaginaba. Pensaba que iba a ser mucho más antiguo, ¡pero esto está súper! Nos apresuramos a buscar los asientos y exactamente me tocó al lado de Lily. Miro por unos segundos en la ventana y puedo ver como Ale y los demás seguían de largo hacia otro vagón. Comienzo a sentirme molesta pero vuelvo a concentrarme en Lily que me comienza a explicar algo sobre los superhéroes.

La ferromoza después de unos minutos decide darnos la bienvenida a todos y nos dedica un buen viaje. Me acomodo sobre el asiento y rápido tomo mi celular para decirles a mis padres que ya estaba montada en el tren de camino a la ciudad del Festival. Al colgar sentimos el movimiento de arrancada y todos en el vagón comenzaron a aplaudir como locos. Me acomodo mejor para poder ver a la ventana y siento una notificación entrante, es de Ale.

Ale:

Vagón 5, asiento 16B. No tengo a nadie al lado, Frank decidió abandonarme, por si quieres venir. Me siento solo.

Junto a eso manda también una foto hacienda puchero y no puedo evitar reírme. Toco a Lily que anda viendo la peli de Spiderman-2 desde su móvil y le muestro el mío para tirarnos una selfie. Esta asiente y ambas sonreímos antes de apretar el botón de enviar con un pequeño mensaje.

Yo:

Ya nos estamos divirtiendo bastante, gracias por la oferta. Hasta mañana.

Sonrío contenta de mi venganza y vuelvo a guardar el móvil para fijarme en el paisaje de ida.

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