🐱Chapter thirty-five

Los rayos solares habían comenzado a invadir la habitación a oscuras, los dos cuerpos cálidos entrelazados seguían ahí, pero uno de ellos tenía una incomoda sensación,  quería ir al baño a vaciar su vejiga. Así que lentamente se fue sacando la sábana de encima su cuerpo, se fijó que  aún permanecía desnudo después de haber hecho el amor esa noche y cuando se sentó al borde de la cama un jadeo amortiguado salió de sus labios al sentir una punzada que atravesó sus caderas y parte de su columna vertebral.

Mordió su labio con algo de fuerza ante aquel dolor intempestivo  y logró levantarse para caminar lento hacia el baño, no tenía idea que la primera relación sexual dejaba aquella sensación adolorida y de piernas pesadas y gelatinosas aún así había amado cada instante y cada caricia que había recibido de aquel hombre que lo traía maravillado.

Tomó lo primero que encontró para cubrir su  desnudez.

Cuando sus ojos se  alzaron para mirar su reflejo en el espacioso espejo de la ducha no pudo evitar exclamar un "ohhh"  y abrir sus ojos con asombro al ver por primera vez su imagen después de haber tenido sexo, eso era algo muy nuevo para él ya que había sido su primera vez en todo, y verse el cabello alborotado los labios hinchados y aquellas marcas rojizas que poco a poco se tornarían moradas en su cuello, en sus clavículas, incluso cerca y alrededor de sus pezones le hizo sonreír como bobo.

Recordó como había amado cada sensación que había recorrido su piel y su cuerpo la noche anterior y en definitiva se sentía pleno y muy feliz porque finalmente se había entregado en cuerpo y alma al hombre de su vida.

Dejó correr el agua del grifo y lavó su rostro, peinó su desordenado cabello y también lavó sus dientes más tarde subiría a darse una ducha ahora quería bajar a la cocina y sorprender a su esposo con un delicioso desayuno aunque él jamás en su vida había tocado un utensilio de cocina esperaba no quemarla o al menos no hacer explotar el gas.

Al volver a su habitación de puntillas para no despertar a  Yoongi tomó su teléfono se puso sus pantuflas y volvió a caminar fuera de la habitación bajando por las largas escaleras y buscando la cocina ya una vez visto por dónde quedaba rápidamente la encontró.

Al pasar por el lado de las puertas de cristal que daban hacia una terraza con una piscina no dejó de maravillarse, abrió las puertas lentamente jalando una hacia la derecha y otra hacia la izquierda y salió totalmente recibiendo el impacto de la brisa mañanera en su rostro, se asomó al balcón y desde ahí pudo observar el resto de edificios que los rodeaban.

Estaba maravillado, su padre quizá podría haber pagado un penthouse también pero ellos preferían la vida un poco más simple un rico promedio. Eso era lo que él y su padre eran, en cambio Yoongi era un millonario de nivel, excéntrico y con gustos muy finos y particulares.

Sonrío observando el sol comenzar a salir detrás del horizonte y las avecillas cantar revoloteando buscando definitivamente el enorme jardín que había sobre el techo del edificio aquel en el que le encantaba retozar ahora que vivía ahí.

Con su teléfono celular captó la imagen del sol saliendo luego tecleó un par de cosas y ya lo había enviado a su mejor amigo.

𝐓𝐚𝐞𝐜𝐢𝐭𝐨 𝐛𝐞𝐛𝐞𝐜𝐢𝐭𝐨💋

𝐌𝐢𝐫𝐚 𝐛𝐞𝐛é, 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐫𝐞𝐜𝐢𝐛𝐞 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐦𝐚ñ𝐚𝐧𝐚.
𝟕:𝟑𝟎 𝐀𝐦

7:30 am

𝐖𝐨𝐨𝐨𝐨𝐰 𝐌𝐢𝐦𝐢 𝐞𝐬𝐞 𝐞𝐬 𝐨𝐭𝐫𝐨 𝐧𝐢𝐯𝐞𝐥, 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐬𝐚 𝐝𝐞 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐢𝐞 𝐧𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐞𝐬𝐚 𝐯𝐢𝐬𝐭𝐚, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐚𝐛𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐥𝐥𝐞𝐧𝐚 𝐝𝐞 𝐯𝐢𝐝𝐞𝐨 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨𝐬 𝐲 𝐮𝐧𝐚 𝐩𝐚𝐧𝐭𝐚𝐥𝐥𝐚 𝐠𝐢𝐠𝐚𝐧𝐭𝐞.
𝟕:𝟑𝟎 𝐀𝐦

𝐒𝐞𝐠𝐮𝐫𝐨 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐫á𝐧 𝐡𝐨𝐫𝐚𝐬 𝐣𝐮𝐠𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐚𝐡í, 𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐨 𝐛𝐞𝐛é 𝐢𝐫é 𝐚 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐲𝐮𝐧𝐨 𝐚 𝐦𝐢 𝐞𝐬𝐩𝐨𝐬𝐨 😏 😉
𝟕:𝟑𝟏 𝐀𝐦

𝐄𝐫𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐯𝐞𝐫𝐭𝐢𝐝𝐨 𝐌𝐢𝐦𝐢
𝟕:𝟑𝟏 𝐀𝐦

𝐍𝐨, 𝐞𝐧 𝐬𝐞𝐫𝐢𝐨 𝐢𝐫é 𝐚 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐫, 𝐜𝐫𝐞𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐮𝐬é 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐦𝐨𝐣𝐢𝐬 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐞𝐜𝐭𝐨𝐬 🤭
𝟕:𝟑𝟐 𝐀𝐦

𝐒𝐢, 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐞𝐟𝐢𝐧𝐢𝐭𝐢𝐯𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐥𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐨 𝐠𝐫𝐢𝐭𝐚 𝐬𝐞𝐱𝐨 𝐦𝐚ñ𝐚𝐧𝐞𝐫𝐨. 𝐓𝐞 𝐚𝐦𝐨 𝐛𝐲𝐞, 𝐋𝐢𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐯𝐢𝐬𝐢𝐭𝐚 𝐲 𝐭𝐫𝐚𝐣𝐨 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬.
𝟕:𝟑𝟐 𝐀𝐦

𝐓𝐞 𝐚𝐦𝐨 𝐓𝐚𝐞 𝐭𝐞 𝐯𝐞𝐨 𝐦𝐚ñ𝐚𝐧𝐚 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐮𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝. 𝐏𝐚𝐬𝐚𝐫é 𝐬𝐚𝐥𝐮𝐝𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐚 𝐋𝐢𝐧𝐚. 𝟕:𝟑𝟑 𝐀𝐦

Sonrió guardando su teléfono.

Dirigió sus pasos nuevamente hacia adentro y al pasar por la piscina exterior no pudo evitar meter la mano y salpicar el cálido líquido cristalino y se imaginó a él jugando en el agua con Yoongi ahí.

La cocina estaba silenciosa, no había cocinera puesto que Yoongi le había comentado que le gustaba prepararse él mismo sus alimentos,  así que no necesitaba una cocinera pero sí que había una empleada doméstica que llegaba todos los lunes, miércoles y los viernes a mantener el lugar impecable y Jimin nunca la había visto.

Repasó el lugar buscando los utensilios de cocina había visto en su teléfono que podía hacer tostadas a la francesa, era algo sencillo con eso podría comenzar. Así que su primer tarea era encontrar el pan de molde y lo encontró en la alacena detrás de la cocina era un espacio en donde Yoongi tenía muy bien organizados todos sus alimentos.

     —Bien, ésto no debería ser tan difícil —se dijo en voz alta, sacando media fila de los panes y comenzando con su elaboración según la receta que había conseguido en el internet.

Después de varios intentos ya tenía sobre la isla un plato con varias tostadas apiladas ordenadamente. Entonces,  pues, fue hacia la refrigeradora de dónde sacó algunas naranjas frescas y con ellas hizo un zumo de naranja, pero como no sabía cuán dulce le gustaba a su esposo  preparó dos medias jarras para que él decidiera cuál le gustaba más.

No tenía experiencia en muchas cosas era un inexperto en hacer comida, en ordenar la casa e incluso en lavar algo de ropa todo eso lo hacían sus empleadas en su casa con su padre él solo se preocupaba de verse muy bonito y de estudiar para sacar las mejores notas para hacer sentir muy orgulloso a su padre.

Pero ahora tenía muy claro que eso había cambiado, ahora debía hacer sentir orgulloso a su esposo. No era de esos del pensamiento de que se le debe servir al esposo de manera impecable cuál esclavos a la orden del día, eso para él era algo tonto y ridículo hasta cierto punto hilarante. 

Pero eso no significaba que no podría aprender a hacer cosas para agradar a Yoongi para poder atenderlo bien,  porque eso era algo que él quería hacer, nacía de él poder hacerlo y querer hacerlo.

Había hecho un par de huevos fritos pero se le habían pegado a la sartén.

También tenía un tazón con fresas y sandía en trocitos y algo de Jarabe De Miel para ponerle encima.

¿Yoongi bebía café?

Debía beber café, era uno de esos hombres empresarios —por no decir mafioso— que madrugaba al ir a trabajar a la oficina, definitivamente debía beber café en cantidades exorbitantes.

Así que se dio la vuelta buscando la cafetera y la encontró rápidamente al lado del microondas. Así que después de averiguar cómo funcionaba la cafetera después de tres intentos logró hacer que el agua bajara con el color de café y no cristalina. Le había tomado el tiempo entender que debía colocar el café al contenedor.

Él solía solo bajar a servirse el café ya hecho o comprarlo en las maquinas que ya lo tenían hecho   creyó que algo así debía funcionar pero no.

Sonrío satisfecho cuando vio la primera taza llenarse del líquido oscuro y aromático.

Estaba de espaldas así que no vio al pelinegro dirigirse hacia la cocina y mirarlo desde la puerta de la entrada a la cocina recostado en el marco.

Jimin no se había tomado la molestia de vestirse o ponerse una bata, por lo que Yoongi puedo notar, su adorado zorrito se había colocado solo una de sus camisas de trabajo de aquellas blancas lisas y de mangas largas. Pero él era más bajo así que su camisa le llegaba hasta más abajo de sus muslos.

El hibrido gato observó atento la maravillosa visión que tenía enfrente. Se hizo como nota mental que debía tomarlo y hacerlo suyo sobre la encimera,  en la idla de la cocina,  quizás sobre la mesa de la cocina también podría funcionar.

Verlo usando una simple camisa suya con sus piernas descubiertas despertaban en él sus instintos Felinos.

Caminó a pasos silenciosos hasta colocarse detrás de él y con sus dedos descubrió solo un poco su cuello dejándole un beso en el espacio de la curva, Jimin suspiro al sentir ese beso cálido mañanero dulce y reconfortante.

     —Hola Yoonie buenos días —Saludó el zorrito dándose  vuelta.

De inmediato el pelinegro lo sostuvo de sus muslos y lo subió sobre la encimera en donde aprovechó para delinear con sus manos las largas piernas hasta subirle un poco la camisa y acariciar algo de su espalda y su cintura.

Jimin había  buscado rápidamente los labios del contrario para iniciar con un buen beso.

     —Mmmm, Minnie, buenos días mi pequeño zorrito.

Jimin soltó una risita encantado, le gustaba mucho que Yoon le llamase así.

Su pequeño zorrito. 

     —Hice desayuno.

     —Lo noté —Respondió el pelinegro soltando a su chico y ayudandole a bajar sobre la mesa.

En realidad era imposible no notar que Jimin había estado en la cocina.

Habían varios panes quemados amontonados en una esquina de la encimera, un montón de tablas y cuchillos para picar, también se dio cuenta de los huevos pegados en la sartén sobre la estufa, y varias cáscaras de naranja regadas por ahí.

Jimin le veía atento mientras Yoongi observaba el lugar con detenimiento, se comenzó a sentir apenado por el desastre que había hecho. ¿Por qué nunca se le ocurrió tomar clases de cocina? Si siempre andaba metido en todo.

     —Yo... emmm, es la primera vez que entro a hacer algo a la cocina más que para preguntar si hay ensalada.

     —Se ven bien, y el café... —Yoongi tomó una taza y la bebió,  estaba bastante bien para ser la primera vez—. Sabe rico Jiminie,  muy rico.

La sonrisa zorrito no se hizo esperar inmediatamente ambos se sentaron en los banquillos de la isla para poder comer y a decir verdad, después de varios intentos las tostadas a la francesa le habían quedado muy bien no había sido un desastre del todo.  Además la fruta picada y al mermelada le había agregado puntos extras.

     —No sabía cómo te gusta el jugo de naranja así que hice dos, uno dulce y otro no tanto.

Jimin le acercó ambos vasos ya servidos y Yoongi los probó uno por degustando y saboreando en su paladar.

     —El dulce está bien, pero el que tiene poca azúcar está más que perfecto.

     —¿Entonces con poca azúcar?

     —Con poca azúcar bebé, con verte sonreír es suficiente,  es el azúcar necesaria para mis mañanas.

Jimin definitivamente no pudo evitar sonrojarse y sonreír nerviosamente lo que provocó también risas en el pelinegro.

     —Los huevos... fueron un desastre  —Jimin hizo un tierno puchero con sus labios.

     —¿Pusiste aceite vegetal?

Jimin abrió sus ojos exageradamente y negó.

     —No sabía que llevaban aceite.

     —No llevan mucho, los sartenes son de cerámica así que solo es necesario que rocíes una vez el spray y listo.

Jimin volvió a hacer un puchero y Yoongi no pudo evitar sentirse tan feliz, su bebé se estaba esforzando mucho para quedar bien con él.

Quería aprender a hacer muchas cosas nuevas ahora que estaba casado.

     —Minnie no quiero que creas que eres o que te veo solo  como una cara bonita, sé que eres capaz y autosuficiente y te admiro por ello.

El zorrito miro a su esposo con aquel brillo especial en sus ojos que le hacía recordar a Yoongi el cielo reluciente de una tarde tranquila.

     —Gracias Daddy por ser tan gentil conmigo. 

Abultó sus labios y entonces se ganó un beso de piquito de parte del mayor, haciéndole reír.

Yoongi volvió a beber de su café mientras que Minnie ahora le daba de comer a él.

El desayuno estuvo bastante bien a decir verdad.

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