🦊Chapter ten
Jimin veía con mucho interés el camino hasta donde Yoongi lo estaba llevando.
Nadie había dicho nada hasta ese momento, y aunque el mutismo no era incómodo ambos preferían guardar silencio.
De vez en cuando el zorrito miraba de reojo al mayor que conducía el auto totalmente concentrado en el camino. Yoongi era muy apuesto por donde quiera que Jimin le viera. No había conocido a un hombre que le interesara tanto como él.
Era alto, más que él. Su cabello era negro y brillante ligeramente largo, su mandíbula era marcada y preciosa combinaba a la perfección con sus ojos de mirada de gato, ojos pequeños y rasgados de color verde, su nariz pequeña en relación y armonía con sus labios finos y rosados que se veían muy suaves.
Jimin mordió sus labios deseando poder volver a probar los de Yoongi.
Su cuerpo era delgado y marcado en las áreas adecuadas, sus brazos eran musculosos solo lo suficiente y Jimin estaba seguro de que debajo de esa fina camisa blanca de Armani habían pectorales y abdominales marcados.
Todo de Yoongi para Jimin estaba bien pero lo que más le atraía de él era su voz gruesa y profunda.
¿Cómo fue que Daehyun logró atraer la atención de ese tremendo ejemplar de macho cabrío sabroso? Pensaba Jimin con molestia. ¿Por qué él no podía? Llevaba varios intentos y Yoongi seguía rechazandolo para su mala suerte.
Sin querer formó un puchero en sus labios y eso le hizo pensar a Yoongi que Jimin seguía molesto con él.
Entraron en un estacionamiento privado de un gran edificio gris altísimo y reluciente.
—¿Llegamos? —Preguntó Jimin sacándose el cinturón y abriendo la puerta.
Yoongi ni si quiera tuvo tiempo de responder porque ya Jimin se había bajado.
—My Jisus este lugar está alucinante Daddy ¿Qué es aquí? ¿Tú trabajo?
Yoongi negó guardando las llaves de su Rolls Royce en el bolsillo de su pantalón.
—Es aquí donde vivo cuando no deseo que nadie me moleste. Ven vamos arriba. —Yoongi señaló un ascensor que estaba en la pared de enfrente y pulsó el botón que daba el acceso a él.
Rápidamente llegó hasta ellos la caja metálica y se abrió para dejarlos pasar, Jimin observó como Yoongi marcaba el número de piso al que iban, el número 15 el cual era el último del panel. O sea que Min vivia en el último piso.
"Interesante"
También vio como marcaba un código para subir directamente sin detenerse.
El ascensor comenzó su subida de inmediato y Jimin miraba por el vidrio el exterior desde donde se veía toda la zona, era una localidad bastante lujosa, habían más edificios al rededor iguales de elegantes a ese y muchos árboles floridos por todos lados, hasta las calles se veían elegantes.
—Todo se ve bonito desde aquí —Jimin por fin habló. —Muy bonito.
Yoongi estaba concentrado en el número que marcaba el lector que poco a poco iba aumentando con forme subían, piso 5, piso 6, piso 7. Apartó la mirada y entonces se dio cuenta que Jimin no observaba el paisaje afuera.
Lo observaba a él.
Algo nervioso decidió ignorarlo y seguir mirando el panel porque si veía a Jimin, si hacían contacto visual sabía que Jimin se iba a acercar más y lo que menos quería era que se acercara en un lugar tan reducido como ese.
—Daddy no me ignores. —Jimin puchereo de todos modos acercándose.
Llego a su lado y le tomó del brazo jalandolo para llamar su atención y Yoongi no tuvo más remedio que verlo.
Los ojos de Jimin celestes eran bastante llamativos, hacían el contraste perfecto con sus orejitas rojas y su colita que ahora retozaban a su alrededor. Yoongi se preguntaba como sería Jimin en su forma primitiva. Seguro igual que el humano.
—No te ignoro, solo estaba pensando.
—¿Qué piensas tanto Daddy? No deberías de pensar mucho, se te arruga aquí y eso te hará marca fea. —Jimin alzó una de sus manos y con su dedo índice tocó justo en medio de las cejas de Yoongi donde se le formaba en ceño cuando arrugaba la frente, realizó un pequeño movimiento circular hasta que borró la arruga de ahí ya que el semblante de Yoongi se relajó.
Pero de a poco su dedo fue bajando por la nariz lentamente y pasó sobre sus labios de una manera tan sensual, la sonrisa de Jimin en sus labios era muy sutil y traviesa, el dedo del zorrito continuó un recorrido hacia la barbilla de Yoongi y bajó hasta el cuello pero no se detuvo ahí.
Cuando bajó al pecho observó como la manzana de adán de Yoongi subia y bajaba lentamente, seguía mirándolo fijo a los ojos Jimin podía sentir su pulso acelerandose pero no podía apartar la mirada de él, era tan enigmático y elegante a la vez.
Jimin sabía que él no le era muy indiferente a Yoongi entonces no comprendía por qué se rehusaba.
Su dedo seguía bajando despacio, cuando pasó sobre su ombligo fue cuando una de mas manos fuertes del hombre le detuvieron la suya.
—No más Jiminie. —Ordenó.
El zorrito abultó sus labios en descontento pero se detuvo ahí y se alejó de Yoongi. Prefirió rondar por el elevador mientras los números seguían subiendo, piso 9, piso 10...
Yoongi solo veía al zorrito pasearse de un lado al otro con su elegante vestimenta, Jimin solía usar mucho shorts y crotops combinados con botas o botines, pero esta vez llevaba puesto un Skiny azul muy ajustado.
Yoongi pensó que a Jimin todo le quedaba muy bien, recordó que había dicho que seguramente le quedaría más bonito el vestido de Daehyun a él.
El timbre que anunció la parada en el piso 15 sonó y las puertas se abrieron dejando ver un pasillo desierto y unas grandes puertas de roble frente a ellos.
Yoongi caminó hacia ellas seguido de Jimin y entonces con su dedo, el índice lo colocó sobre un lector de huella que había en ella y así abrió la puerta.
Dejó entrar primero a Jimin quien por su naturaleza curiosa comenzó a observar todo a su alrededor. Lo primero que observó fue que las paredes eran de cristal transparente, se podía ver todo hacia afuera, altos ventanales relucientes, el piso blanco de mármol pulido, una sala espaciosa alfombrada con sillones blancos con respaldos de madera, arriba sobre su cabeza colaba una elegante y sofisticada lámpara en ramillete y del otro lado de la sala había un piano negro pegado a las ventanas.
También se podía observar que había una puerta de vidrio que daba acceso a una terraza del lado derecho y que afuera había otro amueblado de sala y una pequeña alberca, a la izquierda había una escalera que conducía hacia la parte de arriba.
Jimin no pidió permiso solamente fue a donde sus pies lo guiaban, subió lento por las elegantes escaleras y se topo de frente con una hermosa habitación, también de paredes de cristal, debajo de la cama enorme había una gran alfombra gris igual a la de la sala, y todos los amueblados al rededor estaban forrados de elegante gamuza gris.
Del otro lado había un Walkin closet circular muy bonito con toda la ropa de Yoongi y una lámpara de cascada en el centro del techo.
Jimin soltó un sonido de asombro con sus labios observando todo, su casa era muy bonita y elegante pero éste lugar era refinado a nivel superior, como si viviera ahí un millonario excéntrico y Mafioso.
Lo que pudo notar el zorrito fue que los colores del lugar creaban una armonía no solo elegante si no divertida, todo era blanco y dorado.
En eso Yoongi tenía buen gusto, nada se veía aburrido ahí como él se imaginó. Además que notó el detalle de que por donde sea habían macetas con plantas. Seguro a Yoongi le gustaba mucho la naturaleza, eso era algo que no imaginó tampoco.
—No es tan aburrido como creí. —Susurró para sí.
Se dejó caer con los brazos abiertos sobre la cama suave y tan cómoda sonriendo divertido. Jamás se imaginó que Yoongi tenía un lugar así de bonito y escondido de todo el mundo.
—¿Haz terminado de curiosear Jiminie? ¿Te ofrezco algo de beber?
—Ésta cama es tan cómoda Daddy quiero dormir aquí.
Yoongi estaba parado en la entrada de su habitación con sus manos metidas en los bolsillos de los pantalones. Solo haciendo eso le hacía ver tan elegante.
Jimin se levantó y siguió observando, había otra puerta a la derecha de la habitación.
Pero era de madera y no podía ver en el interior y la curiosidad le llamaba.
—¿Quieres saber que hay ahí no es así?
Jimin asintió dibujando una sonrisa.
—Es mi habitación de juegos. —Respondió con la voz más baja y ronca.
La mente de Jimin rápidamente comenzó a trabajar hasta que hizo click y sus labios formaron una "O" en modo de asombro.
—¿De juegos?... ¿Algo así como este Grey?
Jimin no podía creer que a Yoongi le gustaban esas cosas y menos a Daehyun. ¿Cómo era que habían acabado siendo pareja?
Yoongi ahora fue quien sonrió de manera divertida sin dejar de ver a Jimin. Caminó hasta colocarse detrás de Jimin.
—Algo así... ¿Quieres ver? —Susurró acercándose a Jimin para hablarle cerca del oído.
Los vellos de la colita de Jimin se erizaron un poco al sentir la respiración mentolada y caliente de Yoongi cerca de su cuello. Pero asintió porque su curiosidad era más grande.
Yoongi entonces caminó hasta la puerta de madera y esperó a que Jimin estuviera a su lado y abrió.
Jimin estaba nervioso y expectante porque era la primera vez que entraba a un lugar así.
De inmediato las luces del lugar se encendieron dejando ver el lugar espacioso y muy llamativo. Jimin soltó una risa cuando vio, no era más que una habitación de juegos efectivamente.
—Bienvenido Minnie ¿Quieres jugar? —Susurró de nuevo muy cerca haciendo que el zorrito se sobresaltara.
—My Good Yoongi, me darás un infarto. Y, este lugar está increíble nunca pensé que tú tendrías algo como esto en tu casa. Y yo que pensé que...
—¿Qué soy un viejo aburrido? Pues déjame decirte que ser serio y reservado y ser aburrido son conceptos totalmente diferentes, además no estoy viejo, acabo de cumplir 30.
Jimin bufó entrando en la habitación, lo primero que llamó su atención fue la mesa de billar. De un ágil salto subió a ella y se sentó.
—Como sea, sigues siendo aburrido si te casas con una anciana.
Yoongi puso sus ojos en blanco y se acercó a él, se colocó a un costado de la mesa de billar.
—¿Por qué? —Preguntó inclinándose un poco hacia el zorrito.
—Pensé que era una habitación roja o no se, como esa de la película de Grey. Te apuesto a que esta mesa sólo la has usado para hacer bola 8 y nada más.
Yoongi ahora era quien estaba asombrado ante la desvergüenza del zorrito.
—¿Y cómo más podría usarla según tú? —Preguntó a sabiendas que hacer esa pregunta le traería muchos problemas.
Jimin no respondió, lo que hizo fue simple: Cómo estaba sentado solamente se dio la vuelta ayudándose con sus manos y se coloco justo en 4 sobre la superficie de la mesa, volteó su cabeza a un lado para mirara a Yoongi con una sonrisa en sus labios luego bajó un poco su pecho hacia la mesa y finalmente meneo su trasero de un lado al otro.
Y Yoongi, él solamente quería darse golpes en la cabeza contra la pared porque sabía lo astuto que era el zorrito y aún así se había metido a seguirle su juego y ahora no podía sacar de su mente una serie de imágenes sucias que se le habían creado sobre él en esa mesa de billar.
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