🦊chapter One

Jimin dejó su bolso Prada sobre su cama y se tendió boca abajo en ella  para revisar su celular.

Tenía muchas llamadas de Mark, era un chico muy lindo con el que salió por un par de meses y luego sintió que era pérdida de tiempo esa pseudo relación y la terminó pero él insistía.

Mark era muy lindo, atento y caballeroso demasiado atento y quizá por ello Jimin sintió que no había chispa, lo llamaba todas las noches, y todas las mañanas tenía mensajes dulces de él en su buzón. Pero a Jimin le gustaba más otro tipo de cosas, le gustaba complicarse la vida. No estaba hecho para la monotonía.

Ahora mismo tampoco estaba interesado en buscar novio. Su enfoque era otro.

Se le había metido en la cabeza que quería bailar. Había visto el teatro lleno un día que pasaba por el lugar y entró por curiosidad y se maravilló de lo hermosos que se veían los bailarines. La música lo llamó y fue inevitable y ahora solo quería  estudiar baile ahí.

Él era muy bueno bailando pero jamás había recibido una inducción en el tema. Solo danza y ballet cuando era niño.

Pero como había dicho Suno, ya las clases habían comenzado y quien sabe si había cupo para poder entrar. Eso de todos modos no importaba, si le decía a su "Dad" él encontraría la manera de hacerlo entrar.

Ignoró los mensajes de Mark y  se metió al chat que tenía con su madre. No pudo evitar rodar los ojos, había enviado una invitación virtual de su cena de compromiso.

Su nuevo novio.

Jimin jamás se tomó el tiempo en ir a conocerlo a pesar de las veces que su madre había organizado cenas para que él llegara. Siempre confirmaba y a última hora no llegaba los dejaba plantados. Y eso en realidad no le importaba para nada. Su madre lo conocía muy bien.

Después de que se separaron sus padres ella jamás lo buscó,  no fue hasta años después cuando ya Jimin era un adolescente que trató de acercase más a él. Jimin lo intentó, en serio lo hizo. Pero fracasó,  trató de conocer a sus novios del momento pero también fracasó, ninguno le agradó  quizá Chanyeol si un poco pero solo eso.

No le tenia confianza a ella como a su padre. Él sí era todo para Jimin, su cómplice y su mejor amigo.

Le daba pesadez ir a esa cena, es más no iría. Le diría sus Dad que reservara en uno de sus restaurantes favoritos y cenaran juntos. Eso sí le entusiasmaba.

Que su madre se jodiera, arrojó el celular sobre el extremo de la cama y bufo. La dejaría en visto.

Estaba solo, su padre no llegaba hasta en una hora así que se metió al cuarto de baño para darse una ducha.

Se miró en el enorme espejo del baño y se desnudó por completo.

Como híbrido tenía la capacidad de poder transformar su cuerpo a su antojo. A veces podia dejarse las orejitas y la cola, otras veces simplemente no las llevaba a la vista y otras veces se  transformaba en su forma animal en su totalidad, su zorrito rojo, y correteaba por el pequeño bosque que su padre había enviado a construir para él en su Mansión. 

De niños solían salir a corretear al campo los dos y de adolescente también lo hacían, pero su padre comenzó a presentar problemas del corazón así que el doctor había recomendado no hacer mucho ejercicio. 

Jimin no dejó de salir a corretear mientras su padre lo veía desde la terraza bebiendo limonada en los días calurosos.

El reflejo le sonreía mientas se analizaba. Tenía un cuerpo muy bien proporcionado, sus caderas y cintura  eran una locura, parecían una carretera con curvas. Sus piernas eran gruesas y largas y tenía un buen trasero que le atraía siempre muchas miradas, unas buenas y otras malas.

Hizo desaparecer sus orejitas y cola y se metió en la ducha, suspiró de placer cuando el agua comenzó a mojar su cuerpo.

Disfrutó de su baño y después transformándose en un zorrito salto graciosamente hasta la tina llena con agua y nadó ahí ya que era lo suficientemente grande para él. Mojó muy bien su pelaje rojizo en el agua jabonosa, sumergió bien sus patitas y su hocico y orejas.

Era una delicia para él poder nadar en el  agua olorosa y perfumada con sus aromas favoritos, los frutos  silvestres eran los que más amaba.

Dos horas después había salido envuelto en su bata rosa, con el cabello completamente seco, sus orejitas nuevamente a la vista y su cola también, limpias y aseadas. Se coloco sus cremas y lociones corporales. Era todo un ritual, Jimin lo llamaba  su "beauty routine".

Era feliz consintiendose y mimándose así.

Escuchó sonidos en la habitación de al lado y supo que su padre había llegado ya. Así que fue a buscarlo para saludarlo.

La puerta se abrió y su padre salió antes de que Jimin tocase.

     —¡Dad! ¿Cómo sabías que iba a tocar?

El hombre sonrió de manera tierna y paternal abrazando a su cachorro. 

     —Huele a ti a Kilómetros Minnie, ya estoy en casa ¿Cenamos?

     —Oh si, muero de hambre quizá una ensalada Caprese o no sé...

El hombre negó pero sin dejar de sonreír mientras ambos bajaban al comedor.

     —Minnie solo comes ensaladas y estas delgado no necesitas cuidarte tanto.

     —Uno siempre tiene que cuidarse Dad, además hay un motivo muy importante por el cual cuidarme más. —Habló Jimin mientras tomaban asiento y la sirvienta les llevaba los aperitivos y entradas. 

     —¿A si? ¿Cuál? —Preguntó el hombre tomando su taza de café.

     —Voy a ser bailarín profesional Dad, ¿Te imaginas? Park Jimin en broadway próximamente.  —Jimin hizo un ademán con sus brazos poniendo una pose coqueta.

El hombre se rió fuerte y aplaudió cuando Jimin se levantó e hizo una reverencia con sus pies cruzados, una mano en su estómago y la otra alzada en el aire elegantemente.

     —¿Quieres bailar hijo?

     —Si, precisamente quería pedirte que hagas todo lo posible para que pueda entrar en la academia de baile de Seúl Dad, please. —Jimin juntó sus manitas e hizo un puchero.

     —Bueno haré lo posible cariño pero no te prometo nada, esa academia es muy famosa y bastante selectiva, pocos logran entrar además de que los cupos se van muy rápido, necesitarás hacer una audición, pero conseguir una es muy complicado. —Explicó Soonyu. 

     —Pero haz el intento Dad, porfi es mi sueño.

El hombre asintió, la comida llegó y ambos comieron en tranquilidad.  Así era su vida, tranquila y relajada. Eran ellos contra el mundo desde siempre. Y Jimin amaba mucho a Soonyu. 

     —Hoy mismo Llamaré para arreglar algo. —Dijo Soonyu cuando acabaron de cenar.

Jimin se levantó, rodeó la mesa y fue a plantar un sonoro beso en la mejilla de su padre.

     —¡Gracias gracias Dad eres el mejor Dad del mundo.

     —Lo sé Minnie,  lo sé. —Bromeó el hombre. —Por cierto ¿A que hora te iras mañana? La cena de Daehyun es en el hotel emperador a las siete de la noche.

Jimin puso cara de pocos amigos cuando su padre tocó el tema.

     —No iré Dad, no me necesitan ahí.

     —Ella dice que su prometido te quiere conocer. Deberías ir cariño,  dale una oportunidad. 

Jimin negó, definitivamente no iría.

Su padre suspiró sacándose los lentes y colocándolos con cuidado en la mesa. Él entendía a la perfección el resentimiento que tenía Jimin a Daehyun.  Él mismo se sintió así por años hasta que sanó su corazón.

     —Jimin hijo...

     —Ahhhhggg. —Jimin bostezó exageradamente.  —Tengo sueño Dad, iré a dormir. ¿Sabías que dormir una hora antes de lo acostumbrado te evita las arrugas, mi cutis necesita algo de reparación. Descansa Dad.

Jimin dejó otro beso a su padre y sé fue corriendo a su habitación.  Su padre solamente negó.

Jimin no quería que le insistiera con el tema y lo conocía muy bien porque cuando era así prefería hacerse el desentendido.

Nada le haría cambiar de opinión   no iría a esa estúpida cena y no conocería a ese estúpido novio suyo.

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