🐱Chapter Forty-Three

Jimin tomó sus cosas para ir al vestidor y cambiarse de ropa, tenía una reunión con su suegra para ir a tomarse unas medidas para su traje de bodas. La mujer había dicho que haria una celebración en grande porque su hijo mayor debía tener una boda inolvidable. Así que estaba  acabando su clase de ese día en la academia y debía ir con ella.

Mantenía ocupado el mayor tiempo de su día. A las 9 ya estaba en la Universidad a la 1 ya había salido y a las 2 tenia sus clases de baile y a las 5 salía. Aunque no era  todos los días de la semana, los días que no tenía clases en la academia se iba derechito a la casa de su padre para verlo y estar pendiente de su recuperación. La última vez le dijo que pronto volvería al trabajo. Y a veces se iba a esperar a Yoongi a su oficina.

Metió su botella de agua en su bolso, estaba inclinado sobre sus cosas pero entonces sintió frío en su espalda y su cabello comenzó a chorrear agua. No tuvo que voltear a ver, sabía que era Seulgi. 

Respiró profundo siguió metiendo sus cosas y después se puso de pie.

     —¿Qué haces? —Preguntó observando a la chica. Ella se mantenia con una sonrisa de suficiencia en su rostro.

     —Nada, me tropecé y mi botella de agua se derramó, justo sobre ti... perdón —dijo haciendo un puchero falso al igual que sus disculpas.

Jimin también sonrió y le arrebató la chaqueta que ella llevaba en la mano   muy bonita, color rosa y con ella comenzó a secarse el cabello y el cuello.

     —Gracias,  me has ahorrado el baño Darling. Ten, creo que ya no sirve te daré una Channel  nueva  de la colección que acaba de salir, tengo una extra en mi armario.

Seulgi titubeó un poco tomando su chaqueta pero después obligó a los músculos de su rostro tirar hacia los lados una falsa sonrisa. 

     —Te crees tanto sólo porque tienes dinero, y todos tienen su atención puesta en tí pero ya verás que pronto dejaras de ser tan interesante y verán que solo eres un rostro bonito y nada más.

     —Si, me creo mucho porque tengo dinero, mira me estoy limpiando mis lágrimas con  my money —Jimin hizo un ademán con sus manos limpiando lagrimas falsas—.  Y además también me creo mucho porque soy bueno en lo que hago, ¿que triste verdad? Como sea,   ¿te dejo para el taxi? Me tengo que ir. Chao Darling.

Sacó un billete se lo metió en el cuello de su blusa.

Jimin ya había lidiado con personas envidiosas y maliciosas antes así que tenía experiencia en defenderse, pero no quería meterse mucho con Seulgi,  estudiar ahí fue una de las mejores cosas que pudo tener así que quería cuidar su puesto en la academia.  No debía perder el control con eso.

Del salón fue directo a los vestidores para cambiarse la ropa sudada y meterse a darse una ducha rápida, salió después ya más fresco y sin rastro de sudor en su cuerpo.

Afuera lo esperaba un auto en el que jamás se había subido, un hombre alto y fornido se bajó a abrirle la puerta y él entró.

La mujer en el interior del auto sonrió envolviendolo en un fuerte abrazo.

     —Cariño que bueno verte, te ves exquisito como siempre tendrás que darme tips para verme siempre fresca y hermosa como tú.

Jimin soltó una sonrisita sonrojandose un poco por las adulaciones de su suegra.

     —Hola Young Ae es un placer verla de nuevo ¿Cómo ha estado?

La mujer sonrió y sus ojos se hicieron pequeños justo como pasaba cuando Yoongi sonreía.

     —He estado bien aunque sobrevivo con las migajas que mi hijo deja para mí, pero no me quejo soy feliz de que él esté ocupado y enfocado en su vida a tu lado cielo, Han vamos al sur de Gangnam,  a la casa de Modas de Lady Ming —pidió la mujer al chofer—. Hablé con ella esta dispuesta a hacer el traje de los dos con la tela importada del medio oriente,  es una tela muy fina y delicada de trabajar pocos se atreven pero ella lo hará, te veras más hermoso cariño.

Jimin se sentía un poco abrumado por las atenciones de la madre de Yoongi, claro que le gustaba mucho lucir divino siempre pero creía que todo eso no era necesario.

     —No es necesario Young Ae podemos conseguir uno ya hecho de alguna colección.

     —Nada de eso, sus trajes son parte de mi regalo así que no pongas peros y relájate —sonrió la mujer colocando una mano sobre las de Jimin.

     —Aún no hemos puesto una fecha para la boda —trató de protestar pero sin intentar ser grosero.

     —Eso no importa cielo sé que resolverán eso con mi hijo. Es mejor ir siempre un paso adelante.

Jimin sonrió tímido y no dijo nada más así que se fueron hablando el resto del camino de trivialidades, a Young Ae le gustaba mucho contarle a Jimin anécdotas de Yoongi cuando era pequeño.  Como cuando se robó una tarta de queso —Yoongi amaba la tarta de queso— de la cocina.

Jimin no paraba de reír por todas esas historias.

     —¿Al perro? —Preguntó sin dejar de reírse y sostener su estómago con ambas manos.

     —Si, él estaba parado a su lado con todo el rostro, las manos y hasta el cabello llenos de restos de tarta de queso y culpaba al perro que teníamos en ese entonces.  Lloró cuando le hice notar los rastros de su fechoría y me dijo que lo sentía. Lo regañé por supuesto,  pero por mentir, le dije que no importaba si se había acabado la tarta que podíamos hacer más pero que no volviera a mentir más. Esa fue la única vez que me mintió. 

El auto se detuvo frente a un lujoso edificio que él no conocía antes y después de bajar y caminar a la entrada alguien los esperaba, era una  chica muy enérgica quien los hizo pasar al interior del lugar y después de ofrecerles  algo de beber se retiró diciendo que Lady Ming los atendería en un minuto.

Young Ae asintió mientras Jimin parecía ido deleitando su vista con todo lo que había en el lugar.

     —Todo aquí es tan pulcro —Señaló Jimin repasando el lugar.

Era amplio muy bien iluminado, las paredes de un monocromático beige y un muy acentuado  estilo minimalista que  utilizaba  los elementos esenciales de luz, forma y hermosos materiales,  el  diseño de planta y concepto abierto era el que  creaba una sensación de libertad y relajación. La ornamentación y decoración no eran  excesivas para su gusto. Todos  los detalles que  Jimin veía en cada rincón eran sencillos y se combinaban armoniosamente con su entorno.

El pelirrojo se había quedado fascinado con el lugar, Lady Ming si que tenia buen gusto, pensó para sí.

     —Conocí a Lady Ming hace años, cuando ella a penas era una modista principiante, estaba buscando los trajes para la boda de mi cuñada la hermana de mi esposo pero no encontraba nada que me gustara, un día pasando por el barrio donde viví vi la pequeña casa de Modas, ella estaba trabajando un lindo vestido, elegante delicado y así que supe que era la indicada. Años después que la volví a buscar ya no estaba en el barrio, estaba en otro lugar al parecer su estilo había tomado mucha relevancia.  Ella es única.

Jimin escuchaba atento lo que su suegra le contaba cuando una figura alta y elegante ocupo su campo de visión, llevaba su cabello recogido en un moño, tenía pocas canas y un vestido suelto color crema, ella también combinaba con la  sala de estar de su casa de modas.

     —Bueno pero tenemos a un bello hibrido aquí, de tu estatus no vienen muchos por aquí —habló la mujer acercándose y observando a Jimin de pies a cabeza, luego asintió—. Ya te visualice, te hare un traje espectacular a juego con el de tu prometido y te veras más hermoso aún.

Jimin hizo una pequeña inclinación hacia la elegante mujer con sus mejillas levemente sonrojadas por el halago de la mujer hacia su estatus de hibrido, sintiéndose muy bien. Sus orejitas bailaban de emoción.

La madre de Yoongi solamente sonrió complacida mientras Lady Ming hablaba con Jimin y comenzaba a tomarle medidas. Cuando acabó Jimin se dedicó a observar en los aparadores que había alrededor los vestidos y trajes que ella tenía ahí, mientras que ambas mujeres hablaban acerca de la tela y aplicaciones en plata.

Se detuvo frente a uno en particular, un precioso enterizo rojo fuego y lo estaba admirando cuando los brazos fuertes de su esposo lo sujetaron por la cintura.

     —Te verías espectacular en ese traje  mi cachorro —le ronroneo en el oído.

Jimin sonrió sintiendo las cosquillas que la voz tan cerca y el aliento de Yoongi golpeando su cuello le provocaba.

     —No es un traje es un enterizo pero si Daddy me vería espectacular —respondió dándose la vuelta y abrazado a Yoongi por el cuello y dándole un beso en los labios—. ¿Qué haces tú aquí?

     —Mmm creo que me voy a casar y era algo sobre un traje y medidas y esas cosas.

     —¿Así que te vas casar, gatito?  ¿Quién es la desafortunada victima? —dijo bromeando meneando su colita de un lado al otro.

     —Diría afortunado, es un zorrito muy precioso que ama hacerme perder el control, como ahora moviendo la colita de un lado al otro traviesamente provocando que mi Maine quiera saltar para atraparla. 

Jimin le guiño un ojo provocando que yoongi soltara una especie gruñido/ronroneo.

Ambos se quedaron observando uno al otro a los ojos perdiéndose momentáneamente en la belleza contraria hasta que el mayor se movió sutilmente hacia adelante para unir sus narices en una acción muy tierna y bastante íntima.

     —Okey par de tórtolos, Yoongi ven aquí deben tomar tus medidas.

Ambos habían soltado un respingo gracioso al haber sido sorprendidos por la madre de Yoongi,  las mejillas de Jimin estaban más rojas aún y Yoongi sonreía divertido.

Ahora era turno de Yoongi para que Lady Ming tomase las medidas para el traje, con cada paso que daban todo se volvía más real aún, es decir, ya estaban casados pero ¡Tendrían una boda! Una bella y maravillosa boda de ensueño —según su suegra— pero esto lo ponía feliz.

     —¿Irán a cenar a casa, amores míos? —pregunto Young Ae en la puerta del edificio donde estaban.

Habían acabado con la toma de medidas y ella les había ofrecido una cena en casa de los Min.

     —Claro, quisiera aprovechar para hablar con papá de un par de cosas.

     —Y yo quiero hablar con Woozi.

     —Bien los veré allá, supongo que Jimin iras con Yoongi.

La pareja asintió y entonces finalmente todos tomaron camino hacia la Mansión de los Min. Jimin iba en el auto de Yoongi con la cabeza recostada en el muslo derecho de Yoongi mientras le contaba como había sido su día, obviamente omitiendo que Seulgi le había derramado el agua encima.

De vez en cuando Yoongi soltaba la palanca de velocidades y acariciaba los rojizos cabellos de Jimin.

     —¿Puedes creerlo Daddy? Vamos a casarnos.

Yoongi desvió por un momento la vista de la carretera y miro con una sonrisa a Jimin quien parecía muy entretenido en sus uñas.

     —Ya estamos casados Minnie—le recordó mirando de nuevo hacia adelante.

     —Si, o sea…you know  me refiero a que tendremos una gran boda, así como siempre soñé.

     —¿Siempre soñaste con una gran boda? —Yoongi arrugo la frente, enfocado siempre en su camino.

     —No, antes de conocerte no soñaba con casarme Daddy, pero cuando estos ojos de zorrito se fijaron en ti, dije “Es el hombre de mi vida”

Yoongi sonrió por la ocurrencia de Jimin, era un zorro muy listo, lo sabía él, se lo había logrado ganar así como si nada.

El auto de su madre viajaba delante de ellos, para llegar a la Mansión Min debían transitar una calle poco concurrida así que el camino no era difícil y ambos autos iban a una velocidad moderadamente alta de 95 km por hora, pero Yoongi tenía un problema justo en ese instante, sus ojos fijos en la carretera iluminada solo por algunos faros, el auto de su madre se vislumbraba a poca distancia.

Intentó meter freno pero el pedal  se hundió  hasta el piso, el pelinegro los sintió  vibrar antes de pisar el pedal y también el  volante le alertó ya  que tembló ligeramente.

     —Demonios, Minnie colócate el cinturón —pidió calmadamente.

Intentaría maniobrar el automóvil.

Por el retrovisor vio a los dos autos que le seguían les hizo cambio de luces y ellos también lo hicieron. Sus guardaespaldas entendieron así que el primer auto se adelanto a ellos interponiéndose entre el auto de su madre y ellos.

     —¿Qué pasa Daddy? —Preguntó Jimin quien se había incorporado rápidamente y se había colocado el cinturón como le había dicho su esposo.

     —Nada cariño, solo mantente tranquilo. Lo arreglaré.

Jimin entendía a la perfección lo que pasaba, también entendió que Yoongi quería que se mantuviera tranquilo así que eso hizo mientras  observaba a Yoongi maniobrar el auto sin hacer más preguntas.

Intentó una vez más pero el auto parecía no responder, el pelinegro sabía entonces que tenía desventaja y la incapacidad para poder detenerse rápidamente. Cada vez que intentaba  aplicar los frenos se ocasiona un chillido agudo en ellos así que quitó  la marcha y puso  el auto en punto muerto para a continuación, con mucha fuerza, tirar del freno de mano.

El auto trastabilló estrepitosamente, tanto él como Jimin se fueron empujados hacia adelante, de no ser porque llevaban el cinturón se habrían lastimado con el tablero  del auto seguramente.

Se desvió del camino y fue a estancar contra un pequeño árbol, rápidamente se arranco el cinturón para verificar si Minnie estaba bien.

     —¡Bebé!, bebé ¿estás bien?

Jimin parecía asustado pero estaba bien, no tenía un solo rasguño en su cuerpo, pero temblaba de pies a cabeza. Yoongi le quitó también el cinturón y se abrazaron.

De los otros autos que se habían detenido se bajaron varios hombres a ver rápidamente a su jefe.

     —¿Todo bien joven Min?

     —Si, llama a Hyung Sik que se encargue de todo esto, estoy seguro que los frenos estaban bien esta tarde. Averigüen quien fue el hijo de puta y llévenlo a las bodegas, voy a matarlo con mis propias manos —ordenó con la voz bastante fuerte y ronca.

Jimin  tembló, era la segunda ocasión que veía a Yoongi tan enojado.

Aquel guardaespaldas llamado Hyung Sik llegó rápidamente.

     —Tu madre pregunta si están bien,  les sugiero que vayan en el auto de ella. Yo me encargo desde aquí.

Yoongi asintió ayudando a Jimin a salir del auto, los demás debían espera a que Sik coordinara para llevar el auto, mientras ellos llegarían hasta la mansión en el auto de su madre.

     —No te alarmes cariño, todo está bien vamos.

Jimin siguió de la mano a Yoongi por la carretera hasta abordar el auto en  el que había ido con su suegra, ella estaba alterada cuando ambos entraron Yoongi le explicó solo a medias, ya que parecía verdaderamente enfurecido.

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