🦊Chapter Forty-Six
—¡Dad!
El grito del pelirrojo había resonado por todo el lugar y el hombre en cuestión dejó lo que hacía cuando fue abrazado por detrás por su hijo.
—Ah mi cachorro, estás aquí. ¿Cómo has estado? Te ves tan radiante.
—Of course dad, siempre me veo radiante. No podía rechazar tu invitación a cenar. ¿Tú como estás? Aunque la pregunta está demás, te ves muy bien.
El padre de Jimin sonrió y sus ojos se volvieron tan pequeños que casi desaparecía al igual que cuando sonreía Jimin.
—Diría lo mismo de ti pero tú siempre luces muy bien mi cachorro ¿Y Yoongi?
—Está abajo saludando a Yun, la bebé no lo dejó pasar de la sala. Creo que ya no le cae tan mal.
—Ya lo creo, esa pequeña es muy enérgica, me recuerda a ti cuando eras un pequeño zorrito correteando por todos lados.
Jimin sonrió porque aquello le causó gracia, el hecho de que ya no era un bebé pero que siempre era un pequeño zorrito para alguien más.
—Cuéntame Dad, ¿Cómo te has sentido? ¿Qué ha dicho el médico? ¿Volverás a la empresa?
—Esas son tantas preguntas de una sola vez mi cielo. Ven te las responderé una por una mientras bajamos a la cena.
El pelirrojo tomó del brazo a su padre y juntos caminaron desde su oficina en la casa hasta llegar a la sala de estar mientras hablaban y se ponían al día.
—Jiminie tengo quejas de tu padre —Anunció Jin mientras todos se acomodaban en sus respectivos lugares en la mesa para comenzar a comer.
Jimin alzo una ceja mirando a Jin, pidiendole que siguiera con su reporte.
—Tú padre no me deja acompañarlo a todas sus actividades. Insiste en que pase más tiempo con Yun que con él —hablo Seokjin colocando ambas manos sobre su cintura.
—Ya le dije que yo ya estoy viejo y que Yun merece más atención además ya estoy bien, en perfectas condiciones —se defendió el hombre de cabellos rojos mezclados con plateados debido a algunas canas.
—Bueno mi Dad es very very necio así que creo que mejor hazle caso, no es necesario que estés con él todo el día, solo controla que se tome sus medicamentos y eso. El resto del día puedes pasarlo con Yun, llevarla de paseo, de compras, hay una departamental de ropa de bebé que es preciosa, los llevaré un día de estos.
La dicha que Jin reflejaba en sus ojos era casi la misma que Jimin reflejaba ya que ambos se setían en familia. Parecia que llenaban un vacío que antes estaba ahi, Jimin creció sin una madre y más hermanos y Seokjin se vio alejado de su propia familia.
La cena era muy divertida, Jimin nunca tuvo una cena así en su tiempo viviendo en la casa con su padre ya que al ser solo ellos dos todo era más calmo. Claro, la llegada de Seokjin y la bebé a la casa arrojó luz en medio de aquella soledad abrasante. La constante sonrisa de Yun era muy contagiosa para todos en aquella mesa rebosante.
La mesa estaba colorida y llena de platillos que se veían exquisitos.
Los últimos días Jimin no había comido mucho, tenía el estomago sensible, pero ahora tenía mucha hambre que comería todo lo que veía, y es que eso se debía que casi estaba en el Estro así que su cuerpo se estaba preparando para guardar energías para su celo. Ya que los híbridos durante su celo no comían, se enfocan en copular la mayor parte del tempo para asegurar la descendencia. Y el Estro de los zorritos solía durar 6 días así que en verdad necesitaba muchas energías.
En el auto de regreso Jimin iba casi adormecido, quizá se debía a que comió más de lo que estaba acostumbrado, pero es que sentía que era la primera vez que su Estro se venía con más fuerza. Pero es que Jimin no sabía que una vez su zorro se había identificado con el Gato de Yoongi, este deseaba sus cachorros. Así que sus celos serían más intensos que nunca.
Cuando Yoongi lo recostó delicadamente en la cama con mucho cuidado casi tan sublime no queriendo interrumpir su medio sueño, Jimin soltó un pequeño resoplido acomodando bien su cabeza en las suaves almohadas y sonriéndole dulcemente. Yoongi detuvo su vista sobre el cuello del pelirrojo, estaba adornado por el lindo collar con el dije de un zorrito que le compró en aquella ocasión en que se encontró con Jang en el centro comercial.
…🐱🦊...
La habitación se estaba tornando amarilla y cálida ya que al parecer eran ya pasadas las 10 de la mañana.
Yoongi se encontró con el lado de la cama contrario, vacio. ¿A dónde se había ido su zorrito? Solo se recordaba que después de la cena en la noche Jimin dijo sentirse cansado cuando venían en el auto y debido a ello fueron directo a dormir. Se habían abrazado y acomodado entre las sabanas de tal manera que ambos se sintieron cómodos y se quedaron dormidos casi al instante.
Ahora no estaba en la cama y le echaba en falta pero lo que pasó al incorporarse fue que su olfato se lleno de un aroma que no había sentido antes o quizá si en Jimin pero leve, ahora olía muy fuerte, tanto que al parecer toda la habitación olía así.
Un aroma que evocaba la sensualidad y la sexualidad, no sabía bien como definirlo pero, olía delicioso. Como a leves toques dulces y cálidos del Sándalo y la Canela dulce, picante, penetrante, intenso, suave y ligeramente almizclado.
A eso olía todo, por donde quiera que Yoongi olfateara, su nariz cosquilleaba ansiosa y feliz y su Maine Coon en su interior ronroneaba gustoso de placer, porque sabía que ese aroma solo podía provenir del zorrito rojo que estaba por algún lugar del pent-house.
No supo cómo, pero era como viajar en el aire de manera surrealista atravesando a toda velocidad los espacios del apartamento, siendo llevado y llamado por el aroma al Estro de Jimin.
Lo encontró recostado en la terraza al lado de la piscina tomando sol mañanero en su forma primitiva, su cola esponjosa ondeaba al ritmo del viento de manera lenta y delicada y sus orejitas se alzaron al sentir a su pareja acercarse a él, también en su forma primitiva.
Yoongi ni si quiera supo en qué momento se transformó en su parte animal.
El enorme gato Maine se subió de un solo salto a donde el zorro descansaba y su nariz se empapo dulcemente de aquél rico aroma del celo tanto que le hizo salivar, estaba ansioso por poseer a su pareja y dejarle a sus cachorros en su vientre, deseaba con todo su ser satisfacerlo hasta el cansancio, hasta desvanecerlo del placer. Su nariz y sus bigotes brincaron emocionados cuando el zorrito meneo su cola y le invito a acercarse e invadir su espacio, así que el Maine se acerco despacio hasta quedar sentado a su lado y no perdió tiempo para hundir su nariz en el pelaje del cuello del zorro.
El felino restregó repetidamente su nariz sobre el zorrito quien gustoso recibió aquellas caricias que le eran dadas pero mas que ello eran un gesto lleno de un significado mucho más profundo.
Con esta sola acción el felino estaba haciendo el uso de sus feromonas liberándolas a través de sus mejillas y de su cuerpo, en una forma muy expresa por marcar su territorio, o sea lo que él reclamaría más adelante. Pero, más que una simple declaración de propiedad, para ese gato enamorado era una expresión de amor y confianza.
El Maine le estaba diciendo cosas con eso, depositándole un mensaje cariñoso intentando mezclar su olor personal con el del contrario para crear un olor único y delicioso tan personal. En otras palabras con ello yoongi le estaba diciendo a Jimin que lo amaba.
Repentinamente el zorro se levantó de su lugar y salió corriendo hacia el interior del apartamento y el Maine corrió detrás de él para darle alcance, ya que sabía perfectamente hacia donde se dirigía: al jardín de la azotea, ese que para ellos en su forma animal era un profundo bosque de flores y melocotones dulces.
Ronroneo satisfecho al encontrarlo a la orilla del jardín, ese era el lugar perfecto para ellos ya que ahí fue el lugar donde se dieron a conocer por primeravez, cuando no se habían atrevido a mostrar sus sentimientos pero si se demostraron su mayor intimidad. Su parte animal.
Jimin escogió ese lugar porque recordaba con cariño que a él fue al único al que Yoongi se atrevió a mostrarle aquella parte que no mostraba a nadie, ni si quiera a su propia familia. Esa de la cual era muy cuidadoso y receloso.
Ese era el sitio perfecto para el cortejo. La cópula de los gatos en si era un proceso rápido donde había poco cortejo pero no eran híbridos de la misma raza, así que Yoongi debía adaptarse a la manera de su pareja. Los zorros si realizaban una especie de cortejo.
El zorro se alejó un poco más para perderse entre los altos arbustos, y así mismo el Maine se acercó por detrás para volver a olfatear su cuello, lamer sus orejas y esparcir mas feromonas en el aire, advirtiendo con ello a cualquier otro animal que no debía acercarse o sufriría consecuencias graves.
Dejó salir pequeños maullidos bajos y agudos, era la señal ya de que el Estro de su compañero lo había terminado por dominar. Debía reclamarlo suyo.
Jimin sabía lo que venía ahora, así que se colocó en posición, pegando todo su cuerpo en el verde césped y elevando las patas traseras al aire para que así el Maine tuviera el acceso a su estrechez. Pudo sentir como su pequeño cuerpo fue cubierto por el más grande, quedando totalmente inmovilizado. A continuación un chillido salió de su hocico cuando los dientes fueron enterrados en la piel de su cuello para así sujetarlo mejor.
Dolía mucho, los puntiagudos dientes felinos atravesaron su piel y se sentía como si el lugar quemara por el fuego, también sentía húmedo por la sangre que se filtraba de la mordida. Quiso moverse, pero era inútil, no podía ya que estaba totalmente apresado contra el suelo y el cuerpo cálido encima suyo era un peso que se sentía bien, aún si por instinto intentaba alejarse.
Los maullidos del Maine se mezclaron con los agudos gañidos del zorro, el cual ahora estaba sintiendo dolor porque su entrada mojada estaba siendo invadida, estaba siendo penetrado de forma dura y ruda por el felino. Lo tenía apretado debajo de él con sus dos enormes patas a cada lado de su cuerpo y sus caderas se movían por instinto rápidamente, embistiendo ferozmente, llenando todo el espacio. Pero ahora estaban acoplados.
El aire estaba intoxicado por el aroma de los dos mezclándose como una nube de incontables aromas y sensaciones que convertía el ritual en un momento más íntimo e intenso, un apareamiento hecho de la manera más cruda y básica. El instinto animal tomando el control y la parte humana de ambos se sentía tan satisfecha aún si todo esto era doloroso para uno de ellos. Pero así era la naturaleza, ellos convivían con ambas partes en armonía. El humano racional y el animal que era todo necesidad y instinto.
Los dientes afilados en su cuello no se habían apartado, es más, ahora se hundían más mientras seguía siendo penetrado por el Maine, quien parecía totalmente ido, sus ojos verdes estaban ahora de su característico tono ámbar porque toda la parte humana había sido dominada, y el zorro por más que soltase gañidos, chillidos y bufidos enfadado por querer liberarse, no le era posible, atrapado bajo el cuerpo mucho más grande de su compañero felino.
Una nueva oleada de calor y de nuevo otro gañido más furioso recorrió todo el jardín cuando el zorro sintió aquello que jamás en su vida había imaginado. En su interior que ya de por sí estaba siendo invadido por un pene bastante grueso y largo debido al tamaño del gato, ahora comenzaba a sentir que algo se enganchaba y quedaba prendido en las paredes de su canal. Y dolía, pero al mismo tiempo se sentía satisfecho, lleno y pleno porque sabía que su compañero deseaba, quería llenarle con su simiente caliente y espesa. Y él, deseoso y encantado lo recibiría, la promesa de que ambos deseaban aquellos cachorros que un día formarían parte de su linda familia.
Las espículas peneanas del Maine comenzaron a ensancharse y se enterraban ahora duro en la tierna piel, sin menguar sus movimientos en ningún momento, penetrándolo duro hasta el fondo y sin cansancio, el felino dejó fluir el chorro de semen en su interior, eyaculando todo su esperma en el agujero apretado del pequeño zorro, con las púas enterradas para así asegurarse de dejar todo adentro sin que nada de su semilla se desperdiciara.
Los espasmos de ambos no les dejaban tregua de poder recuperar sus alientos, ni si quiera podían moverse porque estaban unidos, un solo cuerpo y un solo ser. Desde la parte más íntima, creando una conexión qué traspasaba al ser humano, al animal y hasta el alma.
Pero el Maine se las arregló para acomodarse sobre su zorrito de manera que no le dejara todo el peso encima, asegurándose de que estuviera cómodo mientras permanecían unidos.
El zorrito temblaba, agotado y desorientado, pero se podía percibir que estaba feliz y satisfecho aparte de confundido porque jamás su Estro había ocurrido de esta manera. Pero no le disgustó en lo absoluto.
Veinte minutos después pudieron liberarse uno del otro. El zorro se subió sobre el gran gato que yacía recostado contra un frondoso durazno y frotaba su cabeza contra él, cariñoso y feliz, sacando su áspera lengua para lamer la zona donde mordió con fuerza mientras que el zorrito exponía su cuello, orgulloso por su nueva decoración en su piel. Una marca que le diría a todos que tenía a su pareja, que pertenecía a un compañero fuerte y al que algún día le daría cachorros.
Aquel momento de primitiva intimidad que habían experimentado ambos les dejó exhaustos. Cuando su parte humana volvió a tomar el control, Yoongi sin importarle que estaban totalmente desnudos tomó el cuerpo de Jimin y lo levantó para llevarlos hasta el Jacuzzi al aire libre que estaba más arriba en El jardín.
Jimin se veía precioso a pesar de estar despeinado y rojo como tomate. Aunque su interior dolía con una sensación punzante por las púas que se habían enterrado en él. Pero estaba feliz.
Siseo cuando su cuerpo entró en contacto con el agua caliente del jacuzzi. Yoongi se sentó y le hizo sentarse sobre él de espaldas para comenzar a lavar con sus manos el cuerpo del pelirrojo. Comenzó por dejar caer agua sobre la mordida que estaba blanca por lo reciente que era, el liso cuello y los hombros, por último los brazos. El resto del cuerpo estaba sumergido en el agua.
Jimin se dejó limpiar con aquella devoción con la que Yoongi lo hacía y después se dio la vuelta acomodandose a horcajadas sobre sus caderas para así también poder limpiarlo a él.
Un beso de fuego comenzó a incendiar de nuevo sus cuerpos, sus lenguas se habían reconocido como siempre lo hacían pero ahora era más ardiente, después de todo el zorrito aun estaba en su celo.
Sus labios se encontraron en aquel beso fiero y apasionado, como si el mundo a su alrededor se hubiera esfumado. El calor de sus bocas era irresistible, y Yoongi no pudo más que rendirse una vez más a la pasión que lo consumía. Sus bocas se unieron en un baile sensual, con sus lengunas que se entrelazaban y una respiración entrecortada. Todo fue como una explosión de emociones, un estallido de deseo que los dejaba sin aliento.
Jimin sintió que se derretía en sus brazos, su corazón latiendo al ritmo de su pasión. Sus besos eran como un incendio que ardía en sus almas. Era como si estuvieran bailando en el cielo.
Una vez más pero esta vez en su forma humana Jimin tomó el pene duro de Yoongi y se encajó en él, de inmediato sus caderas comenzaron un baile sensual, llamando desgarradora y desesperadamente a otra oleada de calor, buscando una liberación.
Jadeo del dolor y luego del placer pero no podía detenerse. No quería hacerlo.
Yoongi comenzó a ir en dirección a los saltos de cadera de Jimin, encontrándose con fuerza en el camino y provocando descargas de placer, el agua del jacuzzi se desbordaba por las orillas.
El beso no se acababa aún, sus cuerpos una vez más unidos y desenfrenados.
Con un jadeo ahogado Jimin se corrió por segunda vez en poco tiempo y después de él Yoongi le siguió.
Así era pasar un celo con un zorrito incansable y Yoongi no lo decepcionaría.
...🦊🐱...
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Capítulo con dedicatoria especial para Dem_Min7701 🤚aquí está lo prometido.
Y agradecimiento especial para Psycodick gracias nena por tu apoyo, si ti andaría perdida.
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