🐱Chapter Forty-Four

No podía concentrarse por más que quisiera en lo que estaba viendo en la pantalla de su computadora. Llevaba más de media hora tratando de leer un documento que su secretaria le había redactado pero no pasaba de las primeras 5 líneas, su mente estaba en otro lado. Pensaba en quién habían sido aquel que había averiado los frenos de su auto.

Posibilidades habían demasiadas, en el mundo en que la Familia Min vivía habían más enemigos que amigos, incluso no todos los amigos o familiares eran de confianza, debían desconfiar hasta de su propia sombra.

Pensó en Daehyun, esa mujer estaba loca además de despechada. También estaba Jackson, el heredero del Clan Wang estaba enojado porque habían matado a su hermano quizá aún buscaba venganza, podría ser alguien de La Mafia Kkangpae sus verdaderos rivales en el Continente Asiático.

Sea quien sea debía dar con esa persona y hacerlo responsable además de pagar por casi provocarles un accidente que no había pasado a mayores pero que claramente su intención era hacerles daño a ambos.

La luz roja del intercomunicador parpadeaba en señal de que su secretaria quería comunicarle algo. Tomó el teléfono y levantó, de inmediato la voz de ella llegó hasta él.

     —Joven Min,  tiene visita de la señorita Seoyon. Le dije que no tenía una cita concretada a su nombre pero ella insiste.

Yoongi suspiró cansino, la chica lunática, la hija de uno de los más grandes socios de los Min. Debía tratarla con pinzas.

     —Déjala pasar, Sana gracias.

     —Si joven Min.

La secretaria colgó el teléfono y no habían pasado si quiera dos segundos cuando la puerta se abrió y Seoyon entró en su oficina, caminó hasta él.

Yoongi recostó su espalda en el respaldar de la silla para verla mejor y sonrió fingidamente.

     —¡Oppa!

La chica se acerco para  saludarlo rodeo el escritorio para poder acercarse lo más que podía. Yoongi corrió  más hacia atrás la silla con la clara intención de dejar más espacio entre ellos.

     —¿Qué te trae por aquí Seoyon? —preguntó ignorando la intención de la chica de abrazarlo. Ella volvió a hacerse para atrás.

     —Solo quería saludarte, no te vi ayer en la gala que mi padre organiza cada año, siempre has asistido Oppa
—La chica hizo un puchero moviendo su cuerpo de lado a lado como niña pequeña.

     —Estuve ocupado Seoyon tuve mucho trabajo además la invitación iba dirigida solo a mí. Creo que se olvidaron que podría llegar acompañado.

Yoongi vio como la chica forzaba una sonrisa y se iba a sentar en la silla frente a él.

     —Bueno, claramente hubo una gran confusión es que como siempre ha sido dirigida solo  ti, sabes que a tu padre y tu madre se les invita por separado.

El pelinegro asintió volviendo su vista hacia su laptop en los documentos que antes había estado leyendo.

     —Sabes perfectamente que no hablo sobre mis padres Seoyon.

La chica se llevo unos mechones de su cabello hacia atrás de su cabeza y se enderezo en el asiento forzando aun más su sonrisa.

     —Si, se olvidaron de Jimin no fue error mío, es que como es nuevo eso de que el  hijo del gran empresario de Corea ya este casado. Fue toda una sorpresa así que nuestra asistente lo olvidó por completo.

     —Claro, imagino que si. En fin, discúlpame con tu padre por no haberme presentado. Será para la próxima.

Ella sonrió encantada volviendo a tomar su postura del inicio y buscando en su bolso algo afanosamente.

     —No es necesario que lo haga yo Oppa, lo puedes hacer tú, este fin de semana es mi cumpleaños ¿Lo has olvidado? —cuestionó ella con cierto aire de ofendida.

     —Pero claro que no, lo tenía presente, está anotado en mi lista de pendientes importantes —repuso Min Yoongi con evidente ironía lo cual si ella no lo noto o fue ignorado supo disimularlo bien.

Le extendió un sobre con la invitación sobre el escritorio, inclinándose hacia adelante y Yoongi la tomó y abrió el sobre para leer la invitación. Alzo una ceja mientras leía y después la observo a ella críticamente.

     —Que curioso —dijo en voz alta dejando la invitación y el sobre en el escritorio de nuevo.

     —¿Que es lo curioso Oppa? —preguntó ella con fingida inocencia.

     —La invitación de cumpleaños también esta dirigida solo a mí.

     —Pero que distracción, descuida Oppa, ahora lo arreglo.

Seoyon volvió a tomar la invitación y un bolígrafo que estaba sobre el escritorio y con el anoto el nombre de Jimin al lado del de Yoongi.

     —Te faltó el Min, pero dejémoslo así. Aun no sé si iremos, mi esposo no se ha estado sintiendo muy bien últimamente y prefiero quedarme con él en mi pent-house para cuidarlo.

Seoyon se puso de pie nuevamente y esta vez se acerco hasta él sin importarle invadir todo el espacio personal de Yoongi el cual él había estado cuidando celosamente, se acercó inclinándose hacia él hasta casi rozar su nariz con la suya, Yoongi aún así echo mas su cabeza hacia atrás.

     —Estoy segura que a papá no le importaría que fueras solo Oppa y a mí tampoco, me gustaría bailar aunque sea una sola pieza contigo —Las manos de la muchacha se dirigieron inmediatamente a las piernas de Yoongi apretando sus muslos sobre la ropa.

     —Basta, sabes perfectamente que estoy casado Seoyon, no  voy a caer en tus juegos.

     —¿Así como no caíste con Jimin?

Yoongi trato de alejarse más de ella pero ya no tenía más espacio para poder hacerse  hacia atrás.

     —Claro, no me resistí con Jimin porque él me gustó y mucho pero tú  no me gustas ni un poco, así que no pierdas tu tiempo.

Seoyon fue la que se alejó de Yoongi abruptamente con su rostro crispado de enfado al haber sido rechazada una vez más por aquel hombre.

     —Le diré a mi padre que al parecer algunos socios no están a gusto con los negocios, quizá deba cancelar un par.

Esta vez fue Yoongi quien se acercó a ella tomándola por los hombros con un poco de brusquedad y empujándola hacia delante para sacarla de su oficina.

—Que bajo has caído Seoyon, no me puedo imaginar la clase de persona manipuladora que eres. Vete ya. No me importa si tu padre cancela todos sus negocios con los Min, no es el único socio que existe ni el más imprescindible.

Yoongi terminó de empujar a Seoyon hacia la puerta aunque ella se negaba, se había aferrado a los hombros del mayor.

     —¿Qué parte de que tú vas a ser para mí aunque estés casado no queda claro? —retó la chica.

Yoongi dejó de empujarla, jamás se había encontrado en una situación tan estresante —a excepción de Jimin y la noche en que lo fue a traer a aquella fiesta— estaba exasperandose.

¿Por qué con Jimin no se sentía tan así? A él lo rechazaba por ética pero sabía realmente que era todo lo contrario a lo que quería hacer con él.   Es que en realidad Jimin era Jimin,  un ser único y excepcional que para Yoongi nunca había pasado desapercibido pero Seoyon era como.um molesto, feo y grotesco grano de pus en el culo.

Justo como llamado con el pensamiento una cabellera rojiza se coló por la puerta.

Jimin llevaba sus mejillas rojitas y se había quedado pasmado observando la escena en la que Seoyon la chica molesta de la universidad se aferraba a su esposo.

     —¿Interrumpo? —Preguntó cruzándose de brazos y alzando ambas cejas esperando una respuesta.

     —No, llegas justo a tiempo cariño —dijo Yoongi soltandose definitivamente de Seoyon y yendo al encuentro de Jimin.

El pelinegro lo tomó por la cintura y después de pegarlo un poco más a su cuerpo le dio un besito en los labios.

     —¿Estas mejor Minnie? Te ves... diferente ¿Te hiciste algo?

El zorrito sonrió negando, iba igual que siempre.

     —¿No te ibas Seoyon? Deja a mi esposo en paz, quiérete un poco —Habló mirando a la chica de reojo ya que Yoongi no quería soltarlo. Se había adherido a él como ventosa.

La chica bufó y pasó al lado de ambos refunfuñando por lo bajo y después solo se escuchó la puerta cerrarse.

     —Yoon ¿Me sueltas ya?

El pelinegro negó arrastrando con él al zorrito hasta el sofá a un extremo de la oficina. Y se dejó caer en él llevándose consigo a Jimin.

Olía exquisito,  no era su típico aroma de su jabón de baño de frutos silvestres que siempre le gustaba a Yoongi.  Éste era como un aroma un poco más dulce con un toque picante y almizclado al fondo. Muy llamativo y atrayente para su olfato de gato.

Enterró su rostro en el cuello de Jimin de donde curiosamente desprendía más de aquella fragancia.

     —¿Tienes fiebre? Te siento caliente —Preguntó Yoongi aún con su nariz pegada a la piel de Jimin—. ¿Traes perfume nuevo?

Jimin volvió a reír y negó tratando de soltarse de Yoongi quien no parecía querer separarse de él. Tenía que decirle algo importante pero así no podría.

     —Oh my God daddy, calm down.

Yoongi lo soltó un poco para que así Jimin pudiera respirar un poco.

     —Okey, venía a decirte que ya estoy mejor, el dolor de estómago ya pasó asi que no te preocupes y además Dad nos invitó a cenar esta noche.  ¿Daddy estás prestando atención?

Yoongi asintió pero en realidad parecía bastante aturdido por alguna extraña razón.

     —¿Qué sucede Daddy? ¿Estás bien? ¿Te hizo algo la lunática de Seoyon? —Preguntó enderezandose en el sillón un poco y apartando las manos de Yoongi. 

     —No me hizo nada, solo estuvo algo molesta e insistente. ¿Te hiciste algo? —volvió a preguntar.

Jimin soltó una risita y negó acomodando su cabello hacia atrás.

     —Mi estro está por llegar Daddy, quizá sea eso. Deberíamos ir a casa de mi Dad, cenar e irnos al pent-house. No querrás a más machos híbridos detrás de mí.

Entonces eso era. Aquella desesperación de Yoongi por no apartar las manos de su pelirrojo se debía a que Jimin estaba entrando en su periodo de estro o celo, era muy común en híbridos receptivos como Jimin, pero Yoongi jamás había estado tan cerca de un hibrido que estuviese en su estro. Generalmente cuando eso pasaba, cuando los híbridos receptivos entraban en celo un aroma salía a flote para atraer  a los machos así que se encerraban en sus casas.

Para Min Yoongi esto era nuevo, un verdadero reto. Lo cierto era que los híbridos macho no experimentaban un periodo de celo como sí ocurría con los hibridos receptivos. No obstante, sí podían ser  receptivos a las señales que emitia el hibrido en celo y podían reaccionar a ellos. Por ello fue que el olfato de Yoongi se había activado de inmediato  cuando Jimin había entrado en la oficina.

Era la primera vez que experimentaba algo como esto. Tenía el conocimiento de que los híbridos podían entrar en celo pero jamás había sido participe de uno. No sabía a qué punto  esto podía descontrolarse.

Había leído y escuchado que el estro de algunos híbridos podía  afectar significativamente el comportamiento de los machos, quienes se podían  obsesionar con encontrar a la o él hibrido en celo cercano para montarlo.

En los híbridos machos  como él era diferente, sin embargo ya que no era un  celo como tal ni tampoco era  continuo ni constante,  generalmente se basaba en   identificar la presencia de otro híbrido en celo y montarlo hasta preñarlo o preñarla.

Si ésta sería su primera experiencia con un hibrido en celo por supuesto que iba a aprovechar cada momento.

     —Iremos a casa de mi suegro claro que sí,  pero primero ven aquí.

Yoongi volvió a tomar a Jimin por la cintura y lo hizo sentarse sobre él, de inmediato comenzó a besarlo lentamente, iniciando un calor en ambos.

Esto sería muy entretenido mientras el celo en sí,  llegaba.

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