🦊Chapter five

Al llegar hasta su casa Jimin le agradeció a Yoongi.

No habían vuelto a hablar desde que Yoongi le dijo que estaba comprometido, estaba molesto y Yoongi lo había notado.

Detrás de ellos una grúa había estacionado y estaban bajando el precioso auto del menor.

     —Gracias Padrastro —Repuso Jimin bajándose de su auto y cerrando la puerta.

Yoongi suspiró mirando como el joven bajaba e iba a hablar directamente con el hombre de la grúa. Miró como Jimin le pagó al señor y después caminaba de nuevo al auto.

     —¿Quiere pasar Señor Min?

Ahí estaba de nuevo el "Señor Min", eso le hizo saber a Yoongi que el chico seguía molesto con él.

Todo eso no le convenía porque a penas lo estaba conociendo y sería malo para él llevarse pésimo con su... ¿hijastro?

La palabra hasta sonaba extraña para él.

Asintió aunque no sabía que haría en esa gran Mansión.  El padre de Jimin y él no se conocían.

Bajó de su auto y siguió al menor hasta el interior de la casa. Era muy bonita, amplia y elegante. 

     —¿Desea algo de beber?

     —No Minnie,  debo irme. Espero que nuestra platica haya dejado los puntos claros.

Jimin dejó su bolso sobre un sofá y se volteó directamente hacia él cerrando todo el espacio entre ambos. Aquel aroma a frutos silvestres que Jimin siempre poseía con él le llegó hasta la nariz y el cerebro.  No se apartó,  no creía capaz a Jimin de hacer nada malo.

Pero estaba equivocado.

De un momento a otro los rojos labios del zorrito se habían pegado a los suyos y lo estaban besando pero obviamente él no respondió al beso, sus labios permanecieron estáticos.

Eso al parecer hizo enfadar al chico porque mordió el labio  inferior de Yoongi con mucha fuerza haciendo que abriera la boca y ese movimiento fue audaz porque el menor lo aprovechó para introducir su lengua.

Los labios más suaves que Yoongi había probado, gruesos y carnosos además del sabor dulce. ¿Cómo hacía para saber así?

Sus manos subieron de a poco por las curvilíneas caderas  del zorrito hasta detenerse en la cintura donde apretó para alejarlo de su cuerpo.

Las mejilla de Jimin lucían rojas al igual que sus labios, pero sus ojos brillaban.

     —Jimin,  no... dije que no.

     —¿No le atraigo nada Señor Min? —Preguntó con sus ojos ahora brillantes pero debido al rechazo de Yoongi.

     —No —Respondió fríamente.

Pero debía mentirle.

No le iba a decir que era el híbrido de zorrito más hermoso y sexy que jamás había visto. Ese pequeño detalle se lo había omitido Daehyun.

"Jimin... es un jovencito rebelde y nada agraciado, creo que por eso es rebelde"

Daehyun tenía la realidad muy distorsionada, porque Jimin no parecía un jovencito para nada sin gracia.  Si su sola presencia había opacado totalmente a Daehyun la noche de la cena y eso porque Yoongi vio como todos lo miraban de pies a cabeza.

Algo que él mismo había hecho esa noche incluso ahora en la casa de Daehyun cuando lo vio saliendo de la habitación de su madre.

Lo había visto todo,  desde su vestimenta adherida muy bien sobre su menuda y curvilínea figura, hasta sus largas piernas y su colita que se movía de un lado hacia el otro tan divertida que por un momento su Maine Coon había querido salir y jugar con ella tal y como había querido hacer la noche que lo conoció, desesperado por salir corriendo y enroscarse en las piernas de Jimin como todo un gato mimoso.

Pero eran cosas que por ningún motivo podían pasar. Él ya estaba comprometido con Daehyun y él era un hombre de palabra.  No la iba a traicionar de esa manera.

Así que por ello había reunido todo el valor y había alejado al tentativo Jimin.

     —¿Por qué no? —Preguntó el pelirrojo al borde de las lágrimas.

     —Eres muy joven para mis gustos. —Fue su simple respuesta.

Jimin le fulminó con sus lindos ojitos celestes y Yoongi supo que estaba enojado de nuevo.

El teléfono de Jimin volvió a sonar y éste respondió de manera inmediata.

     —Dije que no Mingyu, no insistas...

     —Pero Jiminie será divertido hay alcohol y música dos cosas que amas mucho...

Jimin estaba por  negarse porque definitivamente detestaba que Mingyu siempre quisiera propasarse con él pero después cambió de opinión.

     —Sabes qué  ven por mi a mi  casa te estaré esperando. No tardes tanto. bye Baby —Colgó la llamada.

Yoongi aún permanecía parado ahí cuando Jimin comenzó a subir por las escaleras.

     —¿Iras con el chico pulpo? —Preguntó incrédulo.

     —Si ¿por?

Yoongi se encogió de hombros ahí mismo con sus manos metidas en sus bolsillos.

     —Dijiste que te incomodaba, ¿has cambiado rápido de opinión?

Jimin solamente sonrió subiendo más las escaleras.

     —Soy un niño así como usted dijo, inmaduro y eso... como sea, adiós señor Min.

La figura de Jimin terminó por desaparecer y Yoongi simplemente negó, salió de la casa ignorando a los empleados. El lamborghini de Jimin ya estaba estacionado en su respectivo lugar así que Yoongi se acercó a el y abrió el capó y después sonrió.

     —Lo sabía, zorrito astuto.  —Susurró para si.

Subió a su auto y comenzó a manejar en dirección a su oficina que no estaba muy lejos.

El lamborghini de Jimin no tenía la batería conectada.

Negó con una sonrisa pero después la borró de inmediato al recordar ese corto beso. Sus labios tan suaves y el adictivos sabor a dulce.

Debía sacar eso y olvidarlo por completo.  Era algo que no tenía que volver a pasar.

Jimin era un joven, seguramente estaba confundido. Ya se le pasaría.

Al llegar a su oficina vio que ésta no estaba  vacía pues había alguien adentro esperándolo.
 
     —Woozi ¿Qué haces aquí?

El chico se levantó de inmediato y se abrazó a Yoongi de manera tierna y cariñosa.

     —Yoon es que salí temprano de la universidad ¿Y eso? —Woozi señaló a Yoongi.

     —¿Qué cosa?

     —¿La señora Daehyun te hizo eso? No lo creo. ¿Con quien estuviste? ¿Ya fuiste a celebrar tu despedida de soltero? Eh al menos invita hermano.

Yoongi llevó su dedo a su labio inferior, Woozi seguramente hablaba de la mordida que tenía en su labio. Era muy notoria, esperaba que se hubiera desaparecido cuando Daehyun volviera.

     —No se como se te ocurre decir eso Woozi. Sabes que ella no haría algo como eso.  ¿Qué haces aquí?

Woozi Alzó una ceja mirándo a su hermano Mayor.  Él como muchos otros no estaba de acuerdo en que su hermano mayor contrajera matrimonio con una señora más grande que él.

La verdad era que Daehyun no le agradaba a más de la mitad de la familia Min.

     —¿Entonces eso lo hizo la señora?

     —Pregunté que mierda haces aquí Jihoon —Soltó ya algo irritado.

Se molestaba mucho con Jihoon aunque sabía que su hermanito no tenía la culpa. Pero parecía que nadie comprendía por que se quería casar con una mujer más grande que él.

Yoongi si sabía. 

Se había enamorado de Daehyun, era una dama muy bonita y refinada aparte de que en los negocios era muy buena. Se habían conocido trabajando eso era obvio.

Cuando Yoongi no estaba en su papel de mafioso estaba trabajando en sus propios proyectos, uno de ellos era construir un club con todo incluido. Daehyun trabajaba para una empresa de inmobiliaria así que cuando fue a comprar el terreno que usaría en la construcción de su club ella estaba ahí. El resto es historia.

El caso es que cuando comenzó a salir con ella de manera formal toda la familia Min puso el grito en el cielo.

"Lo que busca es colágeno y al parecer tu eres ese colágeno" había dicho Jihoon la primera vez.

"Es muy grande para ti Yoongi o sea has salido con mujeres más grandes pero no tanto" ese había sido Jungkook su primo.

"Es como ver a mamá, que agallas Yoongi" había expresado su otro hermano Hoseok.

Yoongi ignoraba a todos, estaba enamorado.  O eso creía. Porque de otro modo ¿como iba a explicar que le estaba gustando mucho la fragancia a frutos silvestres y no la típica  vainilla de Daehyun.

Se llevó sus manos al rostro un poco exasperando, decidió que no debía pensar más en nada.

     —¿Estás bien Yoon? —Preguntó Woozi mirando a su hermano con detenimiento.

Sus hermanos y primo conocían muy bien a Yoongi. 

     —Lo estoy. ¿Qué haces en mi oficina?

     —OK, papá me envió a dejarte estos documentos dice que los firmes. 

Yoongi arrugó la mirada sobre los papeles y los leyó.

Eran documentos legales de sus empresas y bienes inmuebles.

     —¿Traspaso temporal? ¿Que es esto?

     —Creo que papá solo quiere protegerte Yoongi,  hazlo. Solo confía en papá. O no lo hagas y sufre la ira del señor Min.

Yoongi suspiró un poco cansado, agotado de que su padre insistiera en que no se casara y que si lo hacia perdería todo lo que le correspondía. 

Habían llegado a un acuerdo,  su padre no le quitaría nada pero él debía firmar un embargo de sus casas y propiedades en resumen su padre sería dueño de todo lo de Yoongi solo en los primeros dos años de su matrimonio. 

No lo haría, Yoongi era un adulto y si quería compartir sus propiedades con Daehyun lo haría.

Guardó los papeles en la caja fuerte y se volvió a sentar con cara de pocos amigos.

     —¿Qué le pasa al gato gruñón? —Preguntó Jungkook entrando en la oficina. 

Llevaba unas cuantas salpicaduras de líquido rojo en su fina camisa blanca, se sentó de manera despreocupada al lado de Woozi.

     —La señora Daehyun lo mordió. —Se burló Woozi—. Y le inyectó su veneno.

Jungkook notó la mordedura de Yoongi en su labio y se comenzó a reír.

     —Ya dije que no fue Daehyun.

Uy...

Todos quedaron en silencio en ese momento.  Yoongi había admitido que era una mordedura y que no había sido su prometida.

     —Así que si estabas celebrando tu despedida de soltero sin nosotros eh envidioso —Soltó Woozi señalando a Yoongi.

     —No era una despedida de soltero y si... me mordió un pequeño y escurridizo zorro rojo.

Woozi se quedó en blanco mientras que Jungkook trataba de recordar.

     —Oh Dios Yoongi... ¿El Zorrito de la cena? ¿No era el hijo de la señora Daehyun? ¡pero Hyung! Dijiste que no te había gustado. Te lo dije...te dije que te veías feliz  bailando con él esa noche.

Jungkook aplaudió efusivo y luego Woozi le miró.

     —Yo quiero saber el chisme Yoon,  ¿El hijo de la señora? ¿El zorrito que llegó a la cena? Él estudia en mi universidad aunque no le hablo, parece buen chico. 

     —¿A si? ¿Y quién les pidió su opinión par de chismosos? Largo de mi oficina tengo trabajo.

Yoongi los sacó a empujones del lugar y se quedó el resto de la tarde y noche trabajando o más bien tratando de mantenerse ocupado pero por su cabeza rondaba cierto zorrito.

No fue hasta que su celular comenzó a sonar que se percató que eran las 9 de la noche.

Un numero desconocido era quien marcaba.

     —Min Yoongi —Habló con su voz grave.

     —Señor Min, ¿Podría venir por mi? Creo que estoy perdido.

Jimin no tuvo que insistir, tan solo había dicho que estaba perdido y Yoongi ya estaba saliendo de su oficina. 

Ese chico le traería muchos problemas seguramente.  Aún así corria a su encuentro.

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