02. Desconcierto

El día llega a la ciudad, despertando a pequeñas vidas que deben ir a la escuela. Despertando también a las grandes que deben trabajar. La luz se va expandiendo por todas partes llegando así a la casa de un namekiano cascarrabias y a una pequeña casa en la montaña Paoz.

La luz sigue su camino, colándose por cada recoveco de la casa, por cada habitación. Llegando así también a la habitación de un adolescente que no ha pegado ojo en toda la noche, repitiendo en su cabeza la frase que su maestro le había dicho la tarde anterior, su mente ni se había acordado de alimentarse. La incertidumbre se había apoderado de él.

La luz también se cuela por la habitación de una madre que está preocupada. Su hijo no ha salido en horas y eso ha provocado que ella tampoco concilie el sueño.

Se siente pesada como si en algún momento se fuera a desplomar en el suelo. Y con pesadez y detenimiento consigue llegar al baño. Donde se lavará la cara y verá sus ojeras. Ahí se dará cuenta de que no puede esperar más. Entrará en el cuarto de su hijo y hablará con él.

Y eso hace. Camina hasta la habitación de su hijo, esa que pone Gohan con un letrero grande en el centro de la puerta, toca con la esperanza de que al vigésimo intento la puerta se abra. Y que alegría se llevó al escuchar pasos y la puerta abrirse. Gohan también estaba harto de darle vueltas a sus pensamientos.

Al poco rato la puerta ya estaba entre abierta dejando ver a un Gohan todo demacrado, por no haber comido en horas, y con grandes ojeras como las que lucía su madre.

Sin entablar conversación alguna. La mujer entró en la habitación y se sentó en la cama de su hijo. A lo que Gohan hizo lo mismo y se mantuvieron callados e incómodos.

-Mamá,- Gohan rompió el silencio- ¿pasa algo?- dijo viendo que su madre no levantaba la vista del suelo. Entonces la cogió de la barbilla para ver si estaba bien. Lo que no sabía era lo que se iba a encontrar.

La mujer estaba llorando. A Gohan se le partió el corazón. No era nada normal ver llorar a su madre solo lo hacía en ocasiones muy puntuales. Por ejemplo con la muerte de su marido, Son Goku, o por un examen fallido de Gohan.

La mujer no contestó a la pregunta. Se limitó a abrazar a su hijo y empezar a llorar, por tantas cosas que le estaban sucediendo y ni su mismo hijo sabía.

Pasaron cosa de cinco minutos. Cuando la mujer se sorbió los mocos y pudo hablar.

-Tranquilo hijo no es nada. Solo que me tenías preocupada al no salir de tu cuarto. Pensaba que algo malo te había sucedido- dijo la mujer mucho más calmada y brindándole una sonrisa a su hijo.

Gohan la miró y un sentimiento de culpa inundó su cuerpo. Él no quería hacer preocupar a un ser querido y menos a su madre. Así que se armó de valor y le contó todo lo que había ocurrido la tarde anterior.

~•~•~

-Así que pensabas en eso- dice Chi Chi pensativa- Umm, cariño, me puedes contar todo lo que quieras pero en este caso conozco a una persona que sabe más del tema que yo- le da el número de una empresa y da la conversación como concluida. Así que se va a preparar el desayuno.

Gohan miró ese número. No era la primera vez que lo veía. ¿Pero cómo iba ella a ayudarle con un problema con su propia mente? Indeciso volvió a echar una ojeada al papel. Al final lo decidió. Cogió el teléfono y llamó. ¿Qué de malo había en intentarlo?

~•~•~

En una sede industrial propiedad de la empresaria más rica de casi todo el mundo. Un teléfono empieza a sonar. Y suena. Y lo vuelve a hacer. Y nadie lo coge. Hasta el momento en el que deja de hacerlo.

En ese momento por la puerta, de la habitación donde se encontraba el teléfono, aparece una mujer de unos cuarenta años. Tiene el pelo corto y azul, al igual que sus ojos; lleva una bata, como toda buena científica; y unas zapatillas, una de cada color.

Con toda prisa coge el teléfono y marca el número que aparece en la micro pantalla. Comienza a sonar lo hace una, y otra, y otra vez. Hasta que desde la otra línea descuelgan.

~•~•~

Después de tanto llamar. Desde la otra línea, la de la sede industrial, se escucha ruido de fondo. Gohan coge ánimos y habla.

-¿Bulma? Me ha dicho mi madre que te llame- dice el híbrido nervioso. Mientras, con la mano que tiene libre, arruga las sábanas de la cama.

- Oh, ¡hola Gohan! ¿Qué necesita tú madre ahora?- dice la científica desde la otra línea con su usual alegría.

- No es sobre mi madre...- dejó un momento el silencio correr. Mientras seguía arrugando las sábanas ahora más rápido- Necesito ayuda con.., Piccolo- y de seguida se escuchó un gran grito de emoción desde la otra línea. Asustando así al híbrido.

- ¡Ven ahora mismo! ¡Te estoy esperando!- dice y cuelga la llamada. Dejando al mayor de los Sons procesando lo que acababa de ocurrir.

WoW, me encantó cómo salió la narración de este capítulo.

Piccolo:- De brazos cruzados.- Yo no he salido.

Yasei:- Ya lo sé. ¿Y?

Piccolo:- Pues que es una mierda de capítulo.- Dice modo tsundere.

Bulma:- HEY, no insultes a los capítulos en los que salgo YO. La number One.

Gohan:- Le tira de la ropa a Yasei para llamarle la atención.- ¿No es mi historia?

Yasei:- Sí, pero son unos acaparadores.- Acaricia la cabecita de Gohan.

Gohan:- Son malos.- Yasei lo coge en brazos.

Yasei:-¡Eres precioso! ¡MUAK!- Le da un besito. Y Gohan se ríe

Bulma:- ¡No le quites la virginidad!

Yasei:- ¡Pero que dices! Agh voy a acabar ya el capítulo.

Dejo esto ya si no Bulma comenzará a decirme sus chorradas. BYE BYE QUE YA VIENE A ESCRIBIR.

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