❥ 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋

Minho se adaptó bien a Seúl, teniendo en cuenta también a su lindo guía cada vez que salían. Aunque solo se sabía el camino desde su casa hasta la universidad y el supermercado, pronto a aprender el del parque. Claro, el camino de la playa ya lo podía hacer hasta dormido.

Hablando de su memoria, todo en él estaba perfecto.

Aún recordaba como Jisung lo había echado. Tenía un plan y era ocultarle que esa clase de mareo lo habia golpeado con una ola de recuerdos, pero tenia miedo.

Lo tenía porque aquel castaño había entrado en su mente como un torbellino y no entendía como eso había pasado en tan solo un día. Quería pasar mas tiempo allí, para descubrir como; como lo había cautivado tan rápido.

Pero lo había hecho mal. Lo había calculado mal y todo había salido para la mierda. Primero porque cometió errores en su falso papel de receteado y segundo, dejó ir a Jisung por dos semanas.

Esas semanas fueron un calvario para él. Por un lado tenemos a Yiren que, en el vuelo de vuelta a Gimpo, no se había despegado de su brazo y parecía una maldita garrapata. Luego se reencontró con sus padres, quienes no lo dejaron en paz por dos horas hasta que se durmió en la camilla del hospital al ser nuevamente revisado. 

Había recordado como Jisung se durmió en su panza. Había recordado como su suave cabello le llamó la atención y como sus dedos resultaron ser un par de imanes hacía aquellas sedosas hebras.

Sí se trata de recordar, tú eres el primero en cruzar mi mente.

Y lo peor no fue levantarse a la mañana y no estar él con sus mejillas regordetas y su carita un poco hinchada: lo peor fue al enterarse por unos mensajes en el celular de Yiren, que ella solo lo quería por su dinero, ¿saben lo lindo que fue exponerla en una cena de negocios y hasta en dónde toda su familia estaba?

Sí, definitivamente se reiría con Jisung de eso y luego le pediría perdón. Lo haría hasta que lo perdonase, porque no había algo más hermoso que el amor que se tenían mutuamente.

No, no lo había.

Y lo mejor sería como contarles el principio de todos a las personas que se interesaran en ello; nunca nadie se espera encontrarse a alguien tirado en la playa, mucho menos que su salvador sea un completo ángel.

O más bien su princesa.

Le dijo la verdad a sus padres. Estos al principio se lo tomaron un poco mal, pero al escuchar todo lo que había hecho por su hijo, entendieron que el amor es amor, y por eso, dejaron que Minho se mudara y de universidad, para empezar en artes, como siempre había soñado.

Había guardado toda sus ropa y cosas electrónicas, al igual que sus pinturas y pinceles; al menos podía pintar el amor de una forma abstracta, sabiendo que siempre tendria un nombre.

Estaba feliz. Había establecido una relación con Jisung y eso lo ponia contento. Actualmente estaban juntos hace cinco meses.

No iba a ocultar que tuvo sus mini peleas, pero no hubo sonrojo de parte de Jisung que enterneciera a Minho y que no arreglara con un abrazo de repente, seguido de un beso.

Aparte de que sus padres pagaran la universidad, contaba con una mesada mensual de su parte, por lo cual, ambos mantenian el departamento del menor. Claro que aquel cuarto de huéspedes se había convertido en un lindo espacio de inspiración para Lee y sus pinturas, por lo tanto, contaban con una sola habitación. No era problema, pero no tenían otro cuarto en donde algún invitado duerma, más que el sofá.

Minho trató de convencerlo e irse a vivir a un departamento más grande, ya que él podia pagarlo, pero Jisung se negó y hasta se enojó con un tierno pucherito. Esa casa la había pagado él con su sueldo, sería bstante difícil separarse de esas paredes que tanto le costó pagar algunos meses.

Entonces quedaron en un trato: cuando sea necesario, ellos se mudarían y el menor ni protestaría. Aunque ese departamento se aplicaba tan bien a los dos que para Minho, también sería un poco difícil sí esa necesidad se hace presente.

También lo convenció de entrar en la misma universidad. En una de sus noches de paseos al atardecer, Jisung le confesó que había dejado de estudiar canto por su madre, además de que no podia pagar la universidad, su sueldo no se lo permitía.

Tras muchas conversaciones de ese tema, y que ambos mantenian los gastos del departamento y su vida diaria –además de que Lee vendía algunos cuadros a altas suma de dinero para exposiciones–, llegaron a otro acuerdo en el que, el pequeño Jisung, seguiría su sueños y él mismo trataria de pagar sus estudios.

Volviendo a aquella noche, en donde ambos se reencontraron, las palabras del menor aún seguían vigentes en su memoria, prometiéndose a él mismo que jamás le mentiria.

Jamás le haría llorar de nuevo. Le dolía en el alma verlo así, mucho más si era su culpa. Por eso trataba de hacer todo bien.

Dejó su vehiculo dentro del estacionamiento y salió casi corriendo hasta el apartamento. Al entrar un delicioso aroma de comida inundo sus fosas nasales. Dejó rápidamente un dibujo que había hecho en la universidad en su espacio y el bolso que llevaba. Se adentró en la cocina y lo notó de espaldas.

Sonrio por inercia. Ya se había acostumbrado a verlo cocinar cuando él llegaba de la universidad, ya que los horarios del menor, eran de menores horas. Se acercó a él y abrazó su estrecha cintura, sintiendo el cuerpo temblar entre sus brazos, lo había asustado.

—Honnie —saludó, apoyando unos segundos su cabeza en el hombro ajeno hasta que le tocó revolver la salsa.

—Princesa —dejo un beso en su desnudo cuello, estaba frio—, si sigues así, te vas a enfermar de la garganta y yo no podré escucharte cantar, menos estar contigo en esa exposición de fotografías.

—Hace calor aquí adentro —Minho rodó los ojos y procedió a meter sus manos dentro de la camiseta, así acariciar toda la suave pancita, haciéndole cosquillas a Jisung.

—Estas tan frío que pareces un muerto —lo escucho reír y el cerró sus ojos, apoyando su mentón en su hombro, cómodo al estar así.

—No exageres... ve a poner la mesa por mí, serviré la comida.

Minho acató la orden y lo hizo en un instante. Además, para esperar ansioso la comida, prendió la televisión y dejo Grey's Anatomy como era costumbre los martes a la noche. Lástima que tenía que escuchar los suspiros que se le escapaban al catañito por cierto neurocirujano, el cual Minho rodaba los ojos cada vez que salía en escena.

Pero lo mejor fue en la escena de sexo, su princesa se había puesto un poco caliente y no pudo aguantar su erección, claro que Minho estaba más que dispuesto a complacerlo. En el acto, recordó su primera vez con Jisung y en como lo había encontrado jugando con dildos dentro de su lindo culo. 

Han Jisung aún no estaba listo para mostrar su cuerpo ante Minho, obvio que él no lo iba a apurar, pero encontrarlo así y gimiendo su nombre cada que esa cosa de plástico tocaba su próstata... Minho no recordaba que sus erecciones eran así de gordas.

Y recordaba como Jisung, todo rojito y sudado, se recostó en su pecho y con sus ojos llororos por el placer, le habia dicho "te amo".

Así como siempre lo hacía: cada mañana, cada tarde, cada noche.

Minho era feliz con su nueva memoria y Jisung le agradecía al destino por haberlos juntado de una forma peculiar y chistosa.

—Jisung.

Minho lo tomó desprevenido, era de mañana y ambos estaban haciendo el desayuno como de costumbre.

—¿Qué pasa, Honnie?

—Sí se trata de recordar, tú eres el primero en cruzar mi mente

—¿Qué? ¿A qué viene eso? —el menor sonrió, sintiendo su corazón morirse de amor.

—Eso era lo que me decía cuando estaba lejos de ti. No podía sacarte de mí cabeza. Es mí manera de decir que te amo más que a mí vida.

Jisung no pudo más con su timidez ni con su rostro rojo. Escondió su cabecita en el cuello contrario y lo abrazó fuerte.

—Te amo.

Ambos pensaron en una sola cosa:

¿En verdad el destino existe?

Llegamos al final 🤧🤧🤧
Gracias por todo y espero que les haya gustado esta mini historia que literal salió de la nada cuando estaba durmiendo🤭

PD: pronto estaré subiendo los extras.

Espero que en verdad les haya gustado.❤️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top