❥ Ⅴ

El día transcurrió con normalidad.

Bueno, no.

Jisung se puso bastante nervioso a la hora del desayuno y mucho más cuando concurria en un completo silencio y solo se escuchaba una pelicula proviniente del televisor.

Ese dia le tocaba trabajar. Agradecía internamente que sea el último, queria salir de vacaciones oficialmente, pero también queria pasar tiempo con Minho y no dejarlo solo. Por lo que, con el corazón en la boca, se dirigió hasta su trabajo, dejando en un papel su horario, donde era lugar y su número telefónico por sí algo grave surgía

Eran las cuatro de la tarde y Minho se encontraba solo en el departamento. Ya se había comido un tazón de palomitas -que por cierto estaban deliciosas- y se había hecho un maratón completo de dramas.

Pero estaba aburrido y no sabía qué hacer. Por lo que decidió agarrar el teléfono fijo, el papelito y se acomodó de nuevo en el sofá, apretando los números correspondientes para llamar a Jisung.

Suspiró cuando el quinto tono fue escuchado. Iba a cortar, pero una vocecita del otro lado de la línea lo hizo sonreír.

—Hola, lindo... -sonrió un poco más al imaginarse a Jisung con sus mejillas rojitas—. ¿Puedes hablar conmigo o estás ocupado?

Mmh... puedo, sí. ¿Ocurrió algo malo?

—No, ¿por qué piensas asi?

¿No será por que te dije que me llames si pasa algo?

—Me pasa algo, Jisunggie...

Ajá, ¿y qué es?

—Me pasa que te extraño.

Sus palabras salieron de la nada, tanto que él mismo se sorprendió pero no se arrepintió. Su corazón empezó a palpitar rápidamente, sin conocer aún la situación.

—¿Qué sucede, Jisung? ¿Estás rojo?

Te dije que no vengas con esas cosas tan de repente. Solo estás aburrido, Minho. Haz ejercicio o ve alguna pelicula o... dentro de mi habitación hay algunos libros de ciencia ficción, léelos, tal vez antes te gustaba la lectura.

—Podré estar algo aburrido, pero enserio extraño tu presencia aquí, te has ido por muchas horas...

Minho, solo...

—¿Ya sales, no es así? Iré por ti, no me gusta que estés solo tan tarde.

Son casi las cinco de la tarde y el sol brilla aún, no me pasará nada.

—¿Sí sabes que no existe horarios para raptar a alguien? Eres muy lindo, Jisunggie y tienes cuerpo de infarto, dime, ¿qué haría yo si te raptan? Eres el único que está aquí conmigo, recuerda que tengo amnesia.

Sí vienes te van a raptar a ti por estúpido.

—¡No le hables así a tu hyung! ¡Iré enseguida y no me importa sí...!

Está bien, Minho. Toma dinero del frasco que está en la mesa del televisor y llama a un taxi, no quiero que te pierdas...

—Está bien, lo haré...

Ambos se quedaron en un absorto silencio, ninguno se animaba a colgar. Lee sentía que su corazón se iba disparar en cualquier momento y Han sentía que iba a fallecer.

No sabia como afrontar la situación de que Minho...

—¿Vas a colgar o me extrañas demasiado también?

Adiós.

Jisung colgó y se guardó el celular en el bolsillo trasero del pantalón y retembló.

Su corazón también estaba a mil, esperaba que Minho siguiera todas las indicaciones que le dió, odiaria la idea de que ese chico se perdiera.

Cuando el reloj dió las cinco, quitó su delantal y se fue a un vestidor para cambiarse con sus prendas veraniegas.

Al salir, se encontró con su compañero, el cual ingresaba en el turno de la tarde, por lo cual ambos se saludaron. Al ingresar ya al centro de la cafeteria, notó que esta se había llenado un poco más, pero una sonrisa brillante le llamó la atención, una que le pertenecia a Minho. Un poco confundido y nervioso, se acercó a él.

—N-No era necesario que vengas, Min... —susurró, pero por el barullo de las personas, el mayor no lo pudo escuchar y frunció su ceño.

Entonces tomó su muñeca para tirar de su cuerpo y sacarlo hacia afuera del local.

—¿Te parece sí damos un paseo en la playa? —pidió Jisung, aún cabizbajo, pegando sus ojos hacia el agarre en su muñeca.

—Claro que sí.

Cruzaron la calle, ya que tenían el lugar al otro lado y no tardaron en pisar la arena. Jisung seguia preocupándose, pues, Minho no había soltado brazo. El mayor notó sus ojos pegado en el agarre, por lo que sonrió y sus dedos se aflojaron solo para deslizarse hasta entrelazar los suyos con los de Han, quien sorprendido paró sus pasos y observó al mayor. Este solo elevó su cabeza y miró hacia las personas a su frente, inhalando una bocanada de aire y sonriendo por su acción.

Sonriendo porque el agarre no era fuerte, sonriendo porque Jisung no se alejó.

Los dos comenzaron a caminar nuevamente. Algunos ojos se posaban en ellos, pero a ninguno les molestó. El menor disfrutaba sin saberlo de esa sensación, del pulgar de Minho acariciando el dorso.

El mayor giró su rostro hasta encontrarse con la cabeza gacha de su pequeño angel y notó sus mejillas rojas y una sonrisita en su labios.

Sabía que había llegado el momento de aclarar las cosas con su menor, sabiendo que no todo podia salir bien. Se detuvo. No soltó su mano, no paró de acariciar la piel suave y no paró da admirar el rostro del menor enrojecido, quien levantaba la cabeza lentamente por tan repentina acción.

—¿Sucede algo, Min?

—Algo sucede dentro de mi, Jisung. Es algo que no puedo explicar y créeme que todo empezó cuando vi por primera vez tus mejillas sonrojarse... mierda, me pareció la cosa más hermosa de todo el mundo.

—¿Qué estas diciendo...?

—Ya lo dije: no sé ni lo que hago, ni sé lo que pienso, pero cuando estoy contigo... debe sonar algo absurdo porque apenas nos conocemos y no se como te sientes tú al respecto, pero me gusta estar contigo. Quizá vaya algo rápido, pero no te estoy pidiendo que seas mi novio... aún.

—Minho, yo...

—No digas nada. Sé que tal vez dirás algo como "es la amnesia" o algo asi, pero créeme, no lo es. Quizá no me conozcas... bueno yo tampoco no me conozco, pero... —el nerviosismo del mayor hizo reir a Jisung—. Deberiamos darnos un tiempo y conocernos mejor. Cuando la amnesia temporal se vaya, me podrías conocer a mi, pero yo quiero conocerte más, Jisunggie.

—Solo déjame... —esas palabras hicieron que la sonrisa en Lee se fuera y que su corazón se detenga—. Déjame llenarte de nuevos recuerdos.

Jisung sonrió al notar el rostro sorprendido del mayor y llevo sus deditos hasta su mejilla, para acariciarla lentamente.

No supo como, ni cuando, pero su corazón empezó a palpitar con desespero. Claro que supo en dónde, y fue cuando sus ojos se abrieron y vieron a un angel asustado por la situación.

Su ángel.

Espero que les esté gustando💛

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