¿¡Que te dije de Mostrar afecto a otros hombres?!
Había llegado la noche y con ella, mi recordatorio de que hiciera lo que hiciera, no podría ser feliz.
Sabía que mi habitación estaba lo suficientemente alejada de las demás, por pedido de Aslan, por lo que sería imposible que alguien me escuchase gritar.
Topkapi era un palacio inmenso, por lo que cualquier grito, que no fuese en el Harem, prácticamente no se escucharía.
Toqué temerosamente la puerta de la habitación con sumo cuidado, si algo había aprendido viviendo cin este hombre era que yo siempre debía pedir permiso para todo, y pobre de mi que no lo hiciera.
"No tengo miedo." Ese era el pensamiento que usaba cada vez que sabía que algo iba a pasarme, y no precisamente era algo bueno.
Hoy acabaría ensangrentada en el suelo y mañana él me daria una crema y haría como si nada hubiese pasado.
──Entra.── Habló Aslan.
Con un último suspiro, entré, nuestras miradas se cruzaron, cerré la boca al ver cómo avanzaba hasta a mí.
Empecé a retroceder con cada paso que él daba, "No tengo miedo, no tengo miedo."
──¿¡Que te dije de mostrar afecto a otros hombres?!──Grito él mientras sus manos apretaban mi cuello.
──Pero son mis...Her-hermanos....── Tardamudeé.
──Me importa una mierda que sean tus hermanos, ¡Son hombres!──Su agarré comenzaba a apretar más.──Te lo dije bien claro el día que nos casamos, tienes sumamente prohibido mostrar afecto a cualquier hombre que no sea yo.
Sus manos alrededor de mi cuello, apretaban, no sentía ingresar el aire, empecé a jadear en busca de este.
No podía ni siquiera suplicar o pedir que me dejase, mi vista se empezaba a nublar poco a poco, con mis pocas fuerzas, coloqué mis manos alrededor de sus brazos.
Eso solo hizo que su agarre fuese más fuerte.
──No intentes defenderte reina mía, por que ni siquiera podrás lograrlo.──Susurró él con una sonrisa macabra.──Espero que esta vez haya entendido la lección.
Saco sus manos de mi cuello al tiempo que mi cuerpo se desplomaba.
Desperté, no muy segura de donde estaba, todo a mi alrededor era distinto y allí es donde caí en cuenta en donde estaba.
Estaba en mi habitación matrimonial de Topkapi, no estaba en Hungría.
Me levante de la cama y camine hasta el espejo, una marca alrededor de mi cuello se hizo presente.
Suspire, solo necesitaba un poco de maquillaje y usar un abrigo, así nadie se daría cuenta.
La puerta se abrio justo en el momento que termimaba de arreglarme.
──Mehtap.──Llamo Aslan suavemente.
──¿Sí?── Pregunté terminando de abotonar el abrigo.
──Lamento lo que hice ayer.──Se disculpo mientras me abrazaba.──Pero tú me provocaste, es tu culpa.
──Supongo que lo es.
──Si te portarás mejor, yo no te haría daño.
──Me portaré mejor.
Aslan sonrió y dejo un beso en mi frente, esa sensación de asco cada que él me tocaba se hizo presente, como todas las veces que él me mostraba afecto alguno o me pedía "disculpas."
Ninguno de los dos dijo algo más sobre el tema, simplemente nos despedimos y cada uno se fue por su lado.
Mientras yo caminaba por los pasillos del palacio me encontre con Mustafá.
──Hola.──Saludo él.
──Hola.──Sonreí para caminar hasta quedar a su lado como en los viejos tiempos.──¿Que vamos a hacer hoy?
──Pienso presumirte mi libertad.──Mustafá río.──En estos tres años pasaron muchas cosas.
──Por ejemplo que ahora tienes 20, estas viejo.──Bromeé mientras caminabamos.
──Muy graciosa.──Rodó los ojos.──Ahora tengo un harem.
──Oh...Ya no eres un niño.──Hablé intentando disimular la tristeza en mi voz.
Era evidente que sentimientos que había tenido en mis dos realidades no iban a desaparecer tan fácilmente, aún me seguía gustando Mustafá, lo cuál había intentando borrar como de lugar, me sentía mal por pensar y amar a otra persona estando casada con otro hombre.
Pero me había sido imposible, parecía que la psicología tenía razón cuando dijo que mientras más intentabas ocultar algún sentimiento, más fuerte se hacía.
──Asi es, ya no soy un niño.──Mustafá me miro de reojo.
──¿Te aplaudo?
──No gracias, así ests bien.──Mustafá río levemente y me miro.──¿Que tal el matrimonio?
"Una mierda, me quiero divorciar, pero eso simplemente traería más problemas que beneficios, si quiero que alguno de ustedes sea él siguiente Sultán debo seguir casada con este infeliz, si quiero que Mihrimah no se case con alguien que no ama debo seguir este matrimonio, ustedes son mi única motivación para seguir con este matrimonio, sobre todo tú, Mustafá."
──De maravilla.──Mentí mientras forzaba de maravilla.──Somos un matrimonio bastante feliz y lleno de apoyo moral, sin nada de violencia de cualquier tipo.
──Mehtap...──Mustafá me miro con una emoción en su mirada que no logre descifrar.──Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿No?
──Sí, lo sé.
──Bien, si lo sabes, ¿Por que no contestaste ninguna de mis cartas?──Mustafá me miro con algo de resentimiento.──Sobre todo esa carta.
──¿Que cartas?──Pregunte temiendo lo peor y al ver que se quedo callado, mi ansiedad aumento.──Mustafá, ¿Que carta?
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