Declaración a Mehtap.

Todas las sultanas estaban esperando al Sultán Suleiman, las había reunido en una habitación, por que tenia que hacer un anuncio importante.

──¡Atención, El Sultán Suleiman esta aquí!──Grito Sumbul, haciendo que las Sultanas hiciesen la reverencia correspondiente.

Las miradas de las mujeres no se despegaron de Suleiman, hasta que este se sentó y las miro.

──Partiré de campaña acompañado de Aslan.──Informo el monarca.──Mustafá se quedara a cargo del palacio hasta que yo regrese.

──Prometo no defraudarlo, mi Sultán.──Mustafá reverencio a su padre.──¿Cuándo es que parte?

──Partiré mañana por la mañana.

Mustafá asintió y no volvió a hablar, por su parte Hurrem se acerco a su esposo y le pidió que se cuidara, que volviese sano y salvo.

El Sultán a modo de respuesta le prometió a la Haseki que volvería con vida, ella no se tenia que preocupar por eso, luego de eso, se dio por acabada la Reunión.

Mustafá fue el primero en salir para empezar a caminar hacia sus aposentos, pero a los pocos pasos fue detenido por Aslan.

──¿Qué sucede?──Pregunto Mustafá.──Estoy ocupado, si no es urgente, hablaremos cuando regreses.

──Sehzade, como bien sabe, iré junto a su padre de Campaña.──Empezó Aslan mirando fijamente a Mustafá.──No lo quiero cerca de mi esposa, ella no desea verlo.

──Me parece que Mehtap es lo suficiente autónoma como para decirme eso.──Dijo Mustafá desafiante.──En caso que no quiera verme, quiero oírlo de su boca.

──Príncipe, ambos sabemos el por que se lo digo.──Aslan miro con odio a Mustafá.──No crea que no leí la carta donde le confesaba sus sentimientos a Mehtap a través de insultos.

Trague en seco al oír eso, ¿Mustafa me había confesado sus sentimientos mediante una carta? Por un momento quise salir de mi escondite e irme encima de Aslan por leer mi correspondencia, pero no lo hice, necesitaba más información.

──Entonces es por eso que no recibí respuesta alguna.──Una leve sonrisa se hizo presente en los labios de Mustafá.──Leer correspondencia ajena es un delito, más si es de una Sultana.

──Es mi esposa, puedo leer todas sus cartas si me da la gana.

──De verdad me da pena.──Mustafá se zafo del agarre de Aslan.──Siendo un rey bastante poderoso, es muy inseguro.

Y con esto mi adorado príncipe se fue a sus aposentos y yo corrí hasta los míos, ¿Dónde había escondido este hijo de la guayaba mis cartas? Iba a encontrarlas aunque fuese lo último que haga.

Tenía la mala suerte de que para llegar a mi habitación tuviese que pasar por el Harem, convirtiéndome en el chisme principal, la verdad nunca he prestado mayor atención a la hora de correr, por lo que me choque con alguien.

──Fíjate por donde corres.──Regaño la mujer.

──Lo siento, de verdad lo siento, no era mi intención.──Me disculpe extendiendo mi mano para ayudarla a levantarse, no podía verle bien la cara.──Permíteme ayudarte.

──Gracias...¿Sultana?──Me dijo la mujer, le observe el rostro me sonaba de algún lado, pero no lograba comprender de donde.──¿¡Adelaida?! ¿¡Eres tu?!

──¿Bestie?──Pregunte al ver mejor sus facciones.

──Hija de la chingada.──Tsetsiliya se abalanzó encima mío.──¿¡Sabes cuantas veces le mentí a la maestra para que no te reprobase?!

──Es tu culpa, tu me metiste a este mundo.──Justifique.

──Claro, échame la culpa.──Mi amiga me abrazo.──Te extrañe tanto bruta.

──Yo a ti imbécil.──Correspondí su abrazo.──Bien, necesito tu ayuda.

──Manda y yo lo hago, mi vida.



Estaba en mi habitación con Tsetsiliya buscando las cartas de que Aslan había escondido, ya había movido todos los muebles, buscado bajo la cama, pero nada, ni un rastro.

──¡Maldito hombre!──Grite furiosa.──¿¡Por que hizo eso?!

Voltee mi vista hacia Tsetsiliya, la cuál estaba bastante concentrada en una mayólica rota.

──Bestie, ver mayólicas rotas no nos va a ayudar a encontrar mis cartas.──Hable intentando no perder la calma y desquitarme con ella.

──Tu de verdad eres bruta.──Me respondió ella, pasando sus manos por la mayólica.

──¿Disculpa?

──Te disculpo.──Rio ella y movió lentamente la mayólica, dejando ver una especie de repisa con una caja.──Ahí creo que esta tus cartas.

Compartimos una corta mirada y agarre la caja entre mis manos, iba a leerlas, hasta que escuche los pasos de Aslan.

Agarre la caja y se la di a Tsetsiliya, para luego meterla a ella en el armario, no quería que Aslan la viese, cerré la mayólica justo en el momento que el abrió la puerta.

──Mehtap.──Llamo él con su característica voz ronca.──Sabes que me iré de campaña.

──¿Quieres que te aplauda?──Pregunte con sarcasmo.

──Te voy a dar una sola advertencia.──Él se acerco hasta mi y coloco sus manos en mi cuello.──Como yo me entere que siquiera miraste a otro hombre, te romperé el cuello como si de una rama se tratase.

Lo mire con odio, me había dejado manipular lo suficiente en estos tres años como para seguir permitiéndolo, iba a matarlo.

──Soy una Sultana, no puedes darme ordenes.

Aslan se sorprendió ante mis palabras, él no esperaba que yo lo desafiase, estaba acostumbrado a que yo asintiese y guardase silencio en todo, pero ya no, no lo iba a permitir.

──Mehtap, si eres inteligente, harás caso a mi advertencia.──Una sonrisa se formo en sus labios.──Odiaría que algo te pasara a ti o a tus hermanos por culpa tuya.

Trague en seco y él salió con una sonrisa en sus labios, las amenazas de este hombre eran enserio.

──Lo voy a matar.──Me había olvidado completamente de Tsetsiliya.

──No, tu no vas a hacer nada, te vas a quedar quieta.

──Adel... ──La interrumpí.

──Mi nombre es Mehtap, Adelaida murió hace mucho.

──Mehtap, yo lo lamento.──Voltee a verla, ella nunca se disculpaba.──Si yo no te hubiese contado cosas del Shifting, no tendrías que pasar por esto, todo es mi culpa.

──No Bestie, no es tu culpa, siempre te estaré agradecida por esto.──Sonreí.──Si no me hubieses contado del Shifting, yo no hubiese conocido a Mustafá, a la Haseki Hurrem, a mi adorada Mahidevran.

Mi amiga sonrió antes de retirarse de la habitación, ella era una esclava ahora, era evidente que si alguien notaba que ella no estaba, recibiría un castigo bastante duro.

En la soledad de mi habitación, sabiendo que Aslan no volvería hasta la noche, me senté sobre el sofá y agarre la primera carta, era de Mustafá.


"Bien, realmente no se por donde empezar.

Cuando dije que te iba a extrañar, de verdad lo dije enserio, siempre quise decirte lo mucho que te quería.

Aunque no es de la forma en la que debería hacerlo, puesto a que eres como mi hermana menor, pero desde que me botaste del árbol, me enamore completamente de ti y desde ese momento comencé a buscar excusas para verte más seguido.

Amaba o bueno sigo amando con locura, cuando te enojas conmigo y me empiezas a regañar, amo tu extraño sentido del humor y amo tu cabello, aunque siempre te diga que parece un nido de ratas.

Realmente siempre me has gustado, desde que éramos niños, por eso cuando me entere de que te casabas, me enoje, me enoje mucho contigo, no entendía el por que lo hiciste, si aquí lo tenias todo.

Busque muchos motivos, pero sinceramente no encontraba ninguno, ni siquiera pude justificar con que querías poder, por que nunca fuiste el tipo de persona capaz de hacer hasta lo imposible por el poder.

Pero aun con todo el enojo del mundo, fui a despedirme de ti, no quería que te fueras sin que yo pudiese verte por última vez.

La verdad no se si llegues a leer esto a algún día, espero que no por que no querría acabar con tu matrimonio apenas empieza, simplemente quería que supieras de los sentimientos que guardo hacia ti.

Sentimientos que se que no podrán borrarse con nada, por que vamos, me gustas desde que tengo 9 años, eso es bastante tiempo, dudo mucho que otra mujer ocupe el lugar que tienes en mi corazón.

¿Sabes? Hay personas que estan destinadas, pero nunca llega el momento en el que deben estar juntos, y creo que ese es nuestro caso, yo te quiero con toda mi alma, no, te amo con toda mi alma.

Desearía que en otro tiempo pudiéramos estar juntos, quizás en otra vida nos hubiéramos conocido en una circunstancia más normal, por ejemplo, yo caminando por el harem y tu te desmayas al verme, tal y como lo hizo la tía Hurrem cuando vio por primera vez a mi padre, hubiese sido un amor a primera vista.

Yo me habría quedado prendado de tu belleza, mientras que tu te enamorabas de mi fortaleza.

Quizás en otra vida podamos estar juntos."

Siempre tuyo, Mustafá.

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