𝑪𝒉𝒂𝒑𝒊𝒕𝒓𝒆 𝒒𝒖𝒂𝒕𝒐𝒓𝒛𝒆.
Como JiMin se estaba volviendo loco de estar encerrado en casa, el jueves por la tarde su papá le dijo que podía ir al pueblo, a la biblioteca a recoger unos libros que tenían apartados.
ㅡNo podemos tenerlo en casa todo el tiempo ㅡle dijo a su mamá, quién los miró por encima de unos papeles del trabajo que había traído a casaㅡ. Prácticamente lo estamos echando a los brazos del misterioso Kim TaeHyung, a quien ni siquiera hemos conocido.
JiMin sintió que su cara se incendiaba. Su papá parecía encantado con su reacción.
ㅡDesde hace dos años, he creído que podrías ser gay* ㅡdijo su padreㅡ. Para ser honesto estaba esperando que lo fueras. Fui adolescente, sé en lo que estás pensando.
ㅡDios mío, papá, para de hablar.
Su mamá reprimió una risa. Le dio sus llaves a JiMin y lo acompañó a la puerta. Tal vez ese había sido el plan de su papá todo este tiempo.
JiMin conducía por debajo del límite de velocidad porque había aprendido que nunca sabes cuándo vas a encontrarte con hielo resbaladizo. Se estaba convirtiendo en un experto en transitar las carreteras invernales. En el centro estaba el proverbial pueblo fantasma: sólo la biblioteca y la tienda de abarrotes estaban abiertos. JiMin se estacionó en el terreno al final de la calle principal y empezó a caminar, ajustándose cada vez más el abrigo y maldiciéndose por no haber traído su sombrero. La capucha de su abrigo no era suficiente, el aire frío se le metía a los lados y le picaba las orejas.
Al final de la calle, la biblioteca estaba encendida como un faro, todavía adornada con guirnaldas de hojas perennes, lazos rojos y campanas de plata. Era cursi, pero JiMin estaba acostumbrado a lo pintoresco del centro, incluso le gustaba.
Dentro, pidió los libros de su mamá a YoungJae, el bibliotecario, quien lo conocía por su nombre, y luego se dio la vuelta y se apuró a regresar. Decidió virar a la derecha, hacia la tienda de abarrotes para comprar un chocolate, y después cortó hacia la calle lateral que llevaba diagonalmente de regreso a la calle principal.
Los sonidos de pisadas a su derecha detrás de él, lo hicieron detenerse por un momento y mirar por encima del hombro, pero se imaginó que debió ser el eco de sus pasos, porque no había nadie, sólo botes de basura, ventanas oscuras, tiendas vacías. Los árboles al frente de algunos escaparates se mecían en la brisa frígida. Siguió caminando, más rápido, un poco asustado, aunque reconoció que sólo estaba algo nervioso.
Dio vuelta a la derecha, seguía escuchando pasos detrás de él. Sonaban tan suaves que podrían ser el eco de sus propias pisadas, cuando volteaba la calle estaba vacía.
"Así es como se siente la histeria colectiva", se dijo a sí mismo. Pensó en SeokJin, quien se sentía perseguido o acosado prácticamente cuatro días de siete.
JiMin volvió a girar a la derecha, se alejó de la calle principal, sin estar seguro del por qué, excepto que tenía la vaga idea de que si de verdad alguien lo estaba siguiendo no quería terminar solo en el estacionamiento. Miró de nuevo por encima del hombro: nada más que el resplandor de la luz de la calle y una cuadra vacía. Aun así, sintió como si alguien estuviera ahí, justo detrás de los árboles.
Caminó más rápido. Más adelante estaba Bangtan y de repente recordó la llave oculta. Caminó como si hubiera planeado pasar por el edificio, pero en el último momento cortó a la derecha, por la banqueta que estaba resguardada de un lado por grandes arbustos de acebo. Moviéndose rápidamente hacia la puerta lateral y mirando detrás de él, se agachó cerca de las rocas de paisajismo espolvoreadas de nieve, las volteó una por una. ¿Cuál había sido?, ¿cuál?
Se quitó los guantes para tener mejor agarre, las manos le picaban y temblaban. Suspiró aliviado cuando, debajo de la quinta piedra que levantó, encontró la llave cubierta de tierra.
Mirando hacia la banqueta, y a través de las grietas de los arbustos de acebo (los cuales no revelaban nada), corrió hacia la puerta y en silencio giró la llave dentro de la cerradura, exhaló cuando dio la vuelta con facilidad. En un momento estaba dentro y cerró la puerta detrás de él.
Se agachó en la oscuridad y después se escondió detrás de una mesa de exhibición, desde donde podía mirar por la ventana, a un lado de un reloj de latón grande y viejo que todavía ㅡlo sabía por el vendedorㅡ marcaba la hora perfectamente. "Estás siendo ridículo", susurró para sí mismo. Miró por la ventana cómo la nieve caía ligeramente. Nada. Miró a su alrededor. Las sombras de todas las cosas viejas salían en ángulos tenebrosos. SeokJin había cubierto algunos de los puestos con sábanas especiales, así que sólo se percibían tenues contornos bajo la manta.
Afuera, la calle principal permanecía vacía. Se estaba empezando a sentir como un idiota total. Si tan sólo pasara por ahí alguien normal, entonces podría salir caminando a su lado. Podría regresar a su auto y olvidar todo el asunto, probablemente se trataba del pueblo insular que inducía a la paranoia. Incluso él, el realista Park JiMin, no era inmune.
Pero después lo escuchó, el ligero golpeteo de un vidrio. Dentro de Bangtan.
JiMin se sintió físicamente imposibilitado para moverse. Volteó el cuello, delicadamente, hacia el ruido. Una sombra se estaba deslizando hacia atrás y hacia delante, arriba y abajo del tercer pasillo serpenteante. Llegó al inicio del pasillo, prendió un interruptor y de repente la esquina estaba inundada de luz que alumbró la figura de SeokJin con una taza de café en la mano.
ㅡ¡SeokJin! ㅡexhaló aliviado.
SeokJin saltó y se llevó la mano la corazón, la taza se cayó y aterrizó sobre las sábanas especiales con un ¡pum!, de milagro permaneció intacta.
ㅡDios mío, me espantaste ㅡdijo él.
ㅡTú me espantaste ㅡJiMin se estiró.
ㅡ¿Qué estás haciendo aquí, querido?
SeokJin prendió una lámpara, luego otra, en las tiendas de antigüedades nunca escaceaba la luz. JiMin miró afuera. ¿Había imaginado las pisadas? ¿A la presencia siguiéndolo?
ㅡMe espanté. Y sabía dónde estaba la llave.
ㅡAy querido, te entiendo.
SeokJin levantó un maniquí retro y lo movió a su derecha.
ㅡTuve que venir para enviar esto por correo porque se vendió por eBay. ¿Qué opinas? ¿Por qué crees que alguien quisiera esta horrible cosa vieja?
JiMin se encogió de hombros y sonrió, estaba aliviado. SeokJin prendió más luces, prendió más interruptores a un lado de la caja registradora, y cada luz que aparecía disipaba el miedo hasta que desapareció por completo. JiMin estaba encontrando tempestades en tazas de té, como su padre decía sobre su mamá cuando se estresaba demasiado por cosas que estaban más que nada en su mente.
ㅡVamos a tomar un poco de café ㅡdijo SeokJin. Era su respuesta a todo. Pronto la cafetera filtraba y burbujeaba y llenaba el cuarto con un olor reconfortante. Cuando SeokJin le dio una taza a JiMin, la tomó feliz, a pesar de que no le gustaba el café de SeokJin.
ㅡQué has estado haciendo?
ㅡNo mucho, tarea.
ㅡ¿Eso es todo?
ㅡ¿Qué quieres decir con que eso es todo?
ㅡBueno, tienes dieciséis, seguro hay algún drama.
ㅡSeokJin, todos los chicos de dieciséis están encerrados en su casa. Hay cero drama. Quiero decir, hay...
Pensó en TaeHyung y en el sauna y en la noche en su cama con el espectáculo de láser, debió de estar escrito en su cara porque SeokJin sonrió.
ㅡ¿Quién es él? ㅡpreguntó.
ㅡNadie. No está pasando nada.
JiMin miró uno de los relojes antiguos, y aunque no decía la hora correcta, fingió calcularla.
ㅡBueno, mejor me voy a casa. Mis padres estarán preocupados.
Justo cuando se volteaba para marcharse, SeokJin habló:
ㅡJiMin, te voy a decir esto: las cosas no aterrizan en tu regazo. Tienes que aventarte. Si sólo dudas para protegerte, algún día tendrás mi edad, tendrás un jardín muy bonito y una tienda muy bonita y nada más.
ㅡMe gusta esta tienda. Parece que tienes una buena vida.
SeokJin lo miró con complicidad, esperando la verdad.
ㅡNo es nada ㅡdijo JiMinㅡ, de verdad.
Por un momento SeokJin había empezado a parecer un código de sabiduría. Pero sacó un número viejo de VOGUE y empezó a hojearlo como si no tuviera ningún otro mejor lugar en el cuál estar.
ㅡMás te vale que no sea tu amigo Kim TaeHyung ㅡdijo distraídoㅡ, mi amigo Ken me contó que vio al señor Kim enterrando a un animal pequeño cerca de la iglesia. Y ya sabes, matar animales pequeños siempre es un peldaño para... ㅡSeokJin hizo el ademán con la mano de cortarse el cuello.
JiMin suspiró. No había ningún código de sabiduría aquí.
Esa noche salió cuando sus padres veían la televisión y fue caminar. Se detuvo frente a la casa de TaeHyung con el corazón exaltado, con Van a su lado, dispuesto a tocar en su ventana.
Su celular vibró. Por primera vez tuvo señal. Por la sorpresa se mordió el labio con fuerza. Era TaeHyung.
ㅡHola ㅡdijo él cuando JiMin respondió. Su voz sonaba suave, como si estuviera acostado en su sofá.
ㅡHola ㅡdijo JiMin.
Ambos permanecieron callados unos segundos.
ㅡ¿Qué estás haciendo? ㅡle preguntó TaeHyung.
ㅡViendo televisión ㅡJiMin clavó lo ojos en el bosque Oscuroㅡ. ¿Qué estás haciendo tú?
ㅡLo mismo.
Más silencio. JiMin pensó en lo que había dicho SeokJin sobre terminar cómodo y seguro pero sin nada más.
ㅡBueno, lo siento, de hecho me tengo que ir, mi mamá me llama ㅡdijo JiMin, el silencio del bosque lo envolvióㅡ. ¿Nos vemos luego?
ㅡBueno, nos vemos luego.
ㅡBueno.
La noche siguiente sus papás se sentaron en la sala para ver la transmisión de un recorrido por un anticuario en Insadong, Seúl, mientras él preparaba la cena. JiMin cocinaba los jueves, siempre fideos picantes, verduras salteadas y carne, además de la salsa especial de los Park, un platillo que creyó inventar una noche al aventar cosas al azar en la cacerola. Hasta que descubrió que el platillo era ㅡdemasiadoㅡ bastante popular.
ㅡQuerido, tienen una lámpara horrenda como la de la tienda de SeokJin. ¡Ven a ver!
JiMin le entregó a sus padres platos humeantes de fideos dispuestos en bandejas de madera, y miró al guía dar el valor de la lámpara. El dueño de la lámpara parecía debidamente sorprendido, encantado y humilde.
La mamá y el papá de JiMin estaban distraídos devorando su comida, murmuraban cosas como: "¿Te imaginas?" y "día de pago". A veces envidiaba a sus padres, su relación tan simple, cómo veían los mismos programas todas las noches y cómo muchas cosas, aunque obviamente no todas, parecían decididas para ellos, en lugar de impredecibles, como era todo para él.
Después de comer, subió las escaleras crujientes, se puso un bóxer y una camiseta sin mangas y se metió en la cama, su cuarto estaba calentito y acogedor por el gran radiador cerca de su cama. Apagó las luces, aunque no pudo dormir. A la distancia, escuchó a Van ladrar en el campo. En los últimos días, había adoptado el hábito de ladrar en el bosque.
JiMin despertó un rato después, pensando que había soñado los aullidos, pero otra vez era Van ladrando al máximo de sus pulmones. Miró el reloj, eran casi las tres. Por la ventana notó un destello naranja a través de los árboles. Se levantó de la cama, medio dormido y se apoyó en el cristal para ver mejor, su frente se puso fría. Había una iluminación extraña en lo profundo del bosque, resplandecía y se apagaba, una y otra vez.
ㅡFuego ㅡsusurró.
Era en el bosque donde estaba la casa de TaeHyung.
ㅡMamá ㅡmomentos después sacudió a su mamá para despertarla, después de que se había puesto sus pantalones de franelaㅡ, creo que hay un incendio en casa de TaeHyung.
Sus padres se despertaron y se levantaron de la cama como zombis. JiMin salió de la casa poniéndose un suéter, sus botas y una manta en los hombros y empezó a correr en la nieve. Escuchó jadeos y se dio cuenta de que Van estaba a su lado justo en el momento en el que llegó al claro.
Era el techo. La mitad del techo estaba en llamas.
Una sombra recorría el pasto, y vio para su alivio que se trataba de TaeHyung.
ㅡEl lago ㅡrespiró, dándole una cubetaㅡ, rompimos el hielo, trae agua del lago.
El fuego había consumido un costado de la casa y se extendía a lo largo del techo. El papá de TaeHyung apareció a la vuelta de una esquina con otra cubeta, y empezaron a trabajar tosiendo por el gran humo negro mientras intentaban mantener el fuego bajo control. Dondequiera que caía el agua, parecía empujar las llamas a otra parte de la estructura de la casa.
Los témpanos que colgaban de las esquinas del techo se evaporaron frente a sus ojos. Después, piezas del techo comenzaron a desintegrarse y caer. La hermosa cúpula se oscureció, se quemó y se colapsó al interior. Su papá estaba detrás de él y le dijo que su mamá estaba marcando al 911, aunque el señor Kim ya los había llamado.
Cuando el camión de bomberos llegó, el techo de la sala de la familia Kim ya se había derrumbado. TaeHyung y su papá permanecieron de pie jadeando y limpiándose el hollín de las caras, tratando de inhalar bocanadas de aire fresco.
Había empezado a nevar y JiMin pensó que podía ayudar a bajar las llamas. Después cayó un largo y grueso chorro de agua desde donde estaba el primer camión de bomberos. El incendio empezó a esfumarse y murió rápido bajo el poder de las mangueras.
Vieron las llamas crepitar y desaparecer. Tomó varios minutos agonizantes, pero fue más rápido de lo que JiMin se había imaginado.
No vio las letras en el patio hasta después, cuando estaba cruzando para sacar una manta del camión de bomberos para envolver al papá de TaeHyung.
ASESINO, se leía en piedras negras, se desplegaban a lo largo del patio nevado, junto con una horca, también hecha de piedras.
Intentó patearlas para que TaeHyung no las viera, pero al levantar la vista lo vio parado con las manos en la cadera, mirándolo, no se veía preocupado, sino cansado.
Después de que hablaron con la policía y sus padres se habían ido a casa, no sin antes pedirle a JiMin que los alcanzara pronto, él y TaeHyung bajaron al lago, y al llegar a la orilla él rompió el borde de la capa de hielo reciente, apenas vuelta a formar, hasta que metió las manos al agua. Se limpió la mayoría del hollín de la cara, pero le quedaban restos en el contorno de la raíz del cabello.
ㅡVen ㅡdijo TaeHyung, se quitó la camiseta, la remojó en el agua y la frotó en la cara de JiMin, en las mejillas, la frente y la barbilla. Después lo miróㅡ. Todavía parece que entraste a rastras por una chimenea, pero está mejor.
ㅡ¿Me parezco a Santa Claus? ㅡpreguntó, intentaba animarlo, sonrió, aunque daba la impresión de que iba a colapsar y a llorar. JiMin le limpió un poco de hollín de la cara con la parte interna de su manga.
Todavía estaban acurrucados juntos a la orilla del lago cuando la oscuridad empezó a abrirle paso a la mañana, y el sol empezó a mostrar lo que quedaba del techo de TaeHyung.
ㅡPudo haber sido mucho peor ㅡdijo élㅡ, es sólo el techo.
ㅡY todo está mojado ㅡdijo JiMin. Por alguna razón pensó en el hermoso show de luces de TaeHyung. El techo donde lo vieron ya no existía.
Cuando regresaron el señor Kim estaba hablando con la policía, y alguien le estaba ayudando a hacer una reservación para hospedarse en el hotel local.
ㅡIremos al hotel una vez que hayamos terminado con esto ㅡdijo TaeHyung, se estaban despidiendo en la entrada de autosㅡ. Te llamaré.
Una de las mujeres en un vehículo de emergencias de cuatro ruedas ofreció llevar a JiMin. Él quería quedarse y ayudar, pero no sabía qué podía hacer. Subió al auto y observó por la ventana trasera, vio a TaeHyung y su papá desamparados en el patio.
Bajo la luz tenue del amanecer, subió de prisa por la entrada para coches de su casa y entró en silencio. Una vez en el baño, se lavó el cuerpo, tiró su ropa manchada de hollín en el cesto, se puso una camiseta delgada y se metió en la cama, se tapó con su edredón acolchado y calentito como si fuera un escudo, se sentía aliviado de estar en casa seguro, pero también le invadía una gran tristeza. Cayó dormido con el trinar de los pájaros. Y después despertó con el sonido de alguien en su recámara. Recordó que había olvidado cerrar la puerta principal. Escuchó la respiración antes de abrir los ojos.
Era TaeHyung. Se llevó el dedo frente a la boca y se arrodilló a un lado de su cama.
ㅡSólo quería decirte gracias, se me olvidó decirlo ㅡdijoㅡ, lo siento.
Se veía muy triste, un poco frágil y muy cansado.
ㅡNo ㅡse sentóㅡ. Lo siento TaeHyung, lo siento mucho.
Sacudió la cabeza. Veía fijamente su boca. Se sentó sobre sus talones y se apartó, JiMin se inclinó y puso una mano en su hombro. Con delicadeza, tenía miedo de que se levantara, acarició su clavícula, algo que había pensado hacer un millón de veces, sólo para ver qué se sentía.
TaeHyung se acercó, lo agarró por la espalda baja y con ansia presionó sus bocas juntas. Le acarició el cabello y luego lo jaló más cerca, como si no pudiera estar lo suficientemente cerca. Luego, abruptamente, se detuvo. Recargó su frente contra la suya y lo miró a los ojos.
ㅡLo siento ㅡdijo él.
ㅡPero...
Se levantó, cruzó el cuarto en lo que le parecieron dos pasos y se fue.
・ ˖ ·೫✤೫· ˖ ・
En el Omegaverse o M-Preg también existen las relaciones homosexuales, básicamente vendría siendo una relación entre dos omegas, dos betas del mismo género, o dos alfas. A esto se refiere el padre de JiMin cuando dice que él siempre creyó que JiMin podría ser gay*.
Si encuentran algún error ortográfico, por favor háganmelo saber, y lo tomaré en cuenta a la hora de corregir.
Hola.~
Dos meses sin actualizar esto jajajsjja, ni siquiera había usado la firma en esta historia, wow, pero después de esto todos los capítulos la tendrán. :D
Lamento el retraso. :(
Gracias a los que siguen leyendo, les quiero mucho.♡
Les recuerdo que tengo otras historias publicadas, por si gustan pasar a darles un vistazo.♡
Siendo todo de mi parte,
gracias por leer.☆
~𝙶𝚊𝚋𝚜.
Kim Seok.
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