𝑪𝒉𝒂𝒑𝒊𝒕𝒓𝒆 𝒅𝒊𝒙.
Fue SeokJin, el vecino de HoSeok, quien vio a los policías detenerse en su casa un par de semanas después, el 8 de diciembre; llevaban las luces de la patrulla encendidas pero las sirenas apagadas. Los rumores corrieron de viva voz antes de que los hechos se revelaran esa noche en las noticias.
HoSeok no había regresado a casa la noche anterior. Y esa mañana encontraron su auto abandonado a un lado de un parque, su sombrero grueso de lana estaba tirado cerca.
Esa mañana nevaba un poco cuando JiMin caminaba por la calle principal; sus pisadas crujían en la nieve. Para su sorpresa la tienda estaba cerrada, así como el Café Luv, donde habitualmente tomaba su café antes de trabajar porque era mucho mejor que el que SeokJin preparaba. Varios otros escaparates, que no habían estado así la semana pasada, estaban apagados.
Se acercaba a Bangtan cuando vio salir a alguien que jaló la puerta para cerrarla y luego volteó para correr el cerrojo.
ㅡ¿SeokJin?
SeokJin volteó, se sorprendió y luego pareció aliviarse.
ㅡDios mío, me asustaste ㅡrespiró, se llevó la mano al pecho.
ㅡ¿Por qué estás cerrando? ㅡle preguntó JiMin.
SeokJin parecía culpable, se ajustó la bufanda en el cuello y miró a lo lejos, luego volvió a mirar a JiMin.
ㅡFue una decisión improvisada. Lo decidí en mi camino hacia acá.
ㅡ¿Qué fue una decisión improvisada?
SeokJin dudó.
ㅡVoy a cerrar la tienda durante el invierno.
JiMin sintió que su corazón se hundía.
ㅡEn esos días nadie viene al centro a comprar, todos están asustados, nadie va a querer dar un paseo por aquí. J Ho..., lo siento, HoSeok se ha ido. No tiene sentido que la tienda permanezca abierta.
Se agachó para esconder la llave en el sitio en el que siempre lo hizo, bajo una piedra en la esquina del pasaje.
ㅡPero... ㅡdijo JiMin sin articular nadaㅡ. Necesito el trabajo, estoy ahorrando para la universidad. Yo...
SeokJin lo miró compasivo y puso su mano en su hombro.
ㅡLo siento Min, de verdad lo siento.
Comenzó a caminar a su coche.
ㅡSerás la primera persona a la que llame cuando vuelva a abrir.
JiMin permaneció ahí, sin palabras. Por fin logró decir:
ㅡGracias.
SeokJin abrió su auto, miró alrededor como si se asegurara de que no hubiera moros en la costa, luego miró a JiMin y suspiró.
ㅡEn esta época del año siempre siento que si podemos superar el invierno estaremos bien.
Le dio una palmadita a JiMin en el hombro y le ofreció una sonrisa alentadora.
ㅡSólo tenemos que llegar a la primavera. De cualquier manera, estoy seguro de que te veré en el pueblo.
JiMin asintió. SeokJin entró en su auto, giró las llantas sobre el terreno congelado y arrancó. JiMin se quedó en el calor del escape del coche y se dio la vuelta para regresar por donde había llegado.
Aunque estudiara en casa, JiMin tenía vacaciones de Navidad. Cada mañana despertaba para encontrar cristales de hielo incrustados en las esquinas de la ventana de su recámara y témpanos colgando sobre el pórtico lateral. El pasto desapareció debajo de la nieve. Conduciendo sin rumbo fijo, había visto a la gente jalando muñecos navideños, trineos y árboles gigantes en sus céspedes. Las luces en los árboles frente a la escuela pública de Gangneung y las coronas en el juzgado mantuvieron firme el pulso de la península, a pesar del caos. En la casa vecina, la señora Jeon había contratado a una compañía para decorar su jardín con doce renos brillantes ㅡradiantes y discretos como doce renos pueden serloㅡ que avanzaban hacia el agua y miraban en dirección del lago, para que los botes que pasaban pudieran verlos por la noche.
Algunas veces JiMin pensaba en hacer una excursión al bosque para checar el progreso del sauna, y en lugar de eso, por no querer estar solo con TaeHyung, exploraba hacia el otro lado. Se ponía su sombrero, guantes y su gruesa chamarra Columbia, además de sus botas contra el agua que le quedaban cada vez más chicas (no quería pedir unas nuevas y ver cómo su mamá fingía que el dinero no le preocupaba).
Al principio sus padres odiaban dejarlo ir al bosque sólo, pero JiMin se aburría mucho y con el tiempo sus padres habían cedido; en todo caso la península estaba demasiado aislada para ser un blanco. ¿Qué iba a hacer el asesino?, había argumentado JiMin, ¿manejar a una península solitaria y esperar a que una víctima saliera del bosque, por el que raras veces alguien caminaba, con dificultad? Caminó entre los árboles del otro lado de la casa, más allá del punto de su diminuto pedazo de terreno y miró a un Ansar Cisnal aterrizar en el agua. La neblina se levantaba del océano hasta llegar al aire frío y el hielo salía de la orilla y recorría la superficie hacia el interior. JungKook había dicho que el agua se congelaría por completo, pero todavía era difícil de creer, considerando su inmensidad.
Ese fin de semana JungKook exigió que salieran del pueblo a la próspera metrópolis para visitar las atracciones.
ㅡHay un jardín botánico. Deberíamos ir al museo. ¿Has estado en un casino?
JiMin rio.
Al final, JungKook escogió un parque temático, Everland.
ㅡTienen ponis.
Lo dijo como si fuera un hecho, lo leía de la página de internet.
ㅡEstá abierto todo el invierno. Tiene un espectáculo de animales, con ponis; fuegos artificiales; desfile de luces ... Tienen ponis.
ㅡSabes que no puedes montarte en un poni, ¿verdad? ㅡpreguntó JiMin.
JungKook hizo un puchero, que a ojos de JiMin fue bastante tierno, y después sonrió nuevamente, los ojos le brillaban.
ㅡLeí que habrá un desfile conmemorativo, en el cual quizás haya una representación de La telaraña de Charlotte ㅡdijo sonriendo y mostrando sus lindos dientes de conejo.
ㅡ¿Por qué habría una representación de La telaraña de Charlotte en Everland?, acaso ¿estás tratando de convencerme con mentiras? ㅡhabló JiMin, con una sonrisa dibujada sobre su falsa mueca de indignación.
ㅡQuizá ㅡrespondió sonriente JungKook y continuó leyendo de la página de internet.
JiMin volvió a reír.
Everland ㅡque en el mapa se veía pequeñoㅡ era más que inmenso. Los pequeños garabatos que se observaban en aquel papel, no eran nada a comparación con las grandes atracciones del parque; los jardines dibujados de colores naranjas, verdes y rosas, eran en realidad una explosión de arcoíris por doquier; habían áreas exclusivas con animales de distintas especies, desde monos y lémures , hasta osos y jirafas; miles de personas lo visitaban a diario, y no eran extrañas las largas filas en las pequeñas tiendas de snacks.
Para ser verdad, no había ninguna representación cercana a La telaraña de Charlotte, pero sí había un show en homenaje a La Sirenita.
ㅡLas mujeres nadan bajo el agua y respiran a través de tubos y hacen acrobacias vestidas con colas de sirenas ㅡdijo JungKook emocionado.
ㅡSabes que las sirenas son imaginarias, ¿verdad? ㅡpreguntó JiMin.
JungKook le guiñó el ojo con inocencia y luego puso sus manos bajo su barbilla como Ariel.
ㅡEstán representando a La Sirenita , sé que no son reales. Podré ser un idiota, pero no un estúpido.
Ambos rieron y siguieron con el paseo.
Entraron al nivel del piso y subieron hacia unas butacas tapizadas, frente a una cortina que ㅡasumió JiMinㅡ ocultaba las paredes de vidrio del gran tanque de agua.
Las cortinas se abrieron. Desde arriba iluminaban el agua con luz azul fluorescente. La Sirenita nadaba y respiraba por su tubo, bailaba en el agua y sincronizaba los labios con la pista de audio. JiMin miró a JungKook, quien estaba cautivado.
Al final la producción resultó muy buena. Montaron la versión original de la historia, de Hans Christian Andersen*, la trágica, no la típica versión de Disney, donde el príncipe se casa con otra mujer y trata a Ariel como una hija adoptiva, por lo que ella se apuñala con una daga hecha de su propio cabello.
ㅡBueno, estoy contento de que hayamos visto algo alegre ㅡdijo JiMin, en el camino de regreso.
JungKook se veía destrozado.
ㅡMi papá me leía la verdadera historia. Pero supongo que dejó fuera los malos tragos.
JungKook se tocó la orilla del ojo con su dedo.
ㅡNo estás llorando.
ㅡNo.
JungKook sacudió la cabeza. JiMin lo miró, estaba seguro de que tenía los ojos humedecidos por las lágrimas. Él resopló con una risa de vergüenza. Y luego JiMin estalló en risas también.
Después de un rato de manejar en silencio JungKook habló:
ㅡ¿Sabes?, pensé en invitar a TaeHyung, pero últimamente las cosas han estado raras entre nosotros.
JiMin lo pensó y después se armó de valor.
ㅡJungKook, ¿por qué nunca te ha gustado TaeHyung?
JungKook lo miró pensativo. Inclinó la cabeza hacia un lado y luego jugueteó con el retrovisor.
ㅡNo me gusta nadie. No lo sé. No veo por qué la gente debe tener pareja y enamorarse y todo. ¿Por qué no podemos quedarnos así como somos?
JiMin comenzó a morderse las uñas de los dedos mientras JungKook hablaba.
ㅡMi mamá nunca va a superar que mi padre haya muerto. Se aferrará a eso toda la vida. Es como si fuera su tesoro, como si ella fuera un dragón y extrañar a mi papá fueran los rubíes gigantes que está custodiando o algo. O sea, la amo, sólo que eso la consume.
JungKook dibujó semicírculos regulares en el volante con las manos, de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba.
ㅡEso es amar a alguien.
JiMin lo observó. En general él parecía completamente despreocupado, pero en ese momento se veía triste, perdido y más grande. JungKook pareció regresar en sí mismo, de repente cohibido. Movió una mano como si estuviera espantando un mosco.
ㅡDe todas maneras él no me gusta.
JiMin asintió. JungKook no tenía ninguna razón para mentir. Así que no sabía por qué pensar en TaeHyung era como guardar un secreto. Como algo que debería ocultar, como los rubíes de la señora Jeon.
ㅡ¿Sabias que hoy es el día mas corto del año? ㅡdijo JungKook, cambiando el tema.
JiMin sacudió la cabeza.
ㅡNo sabía.
ㅡEs el veintiuno. Siempre lo recuerdo. Porque ahora los días empiezan a ser más largos. Eso siempre me hace sentir mejor.
Impulsivamente JiMin le dio una palmadita cariñosa a JungKook en la cabeza; consideró que sólo recordaba las cosas buenas.
El miércoles, un poco después de las 6:00 a.m., un chico apareció en la comisaría de policía, herido y temblando. Jung HoSeok había caminado desde el bosque que circundaba el antiguo Parque de Diversiones de Gangwon, donde lo habían tenido secuestrado en un pequeño remolque, porque estaba demasiado aterrado como para pedir aventón.
Había sido su crecido cabello lo que le había permitido escapar. Su atacante lo había agarrado y él se había soltado con fuerza, dejándole un mechón en las manos mientras el sujeto se caía tras perder el equilibrio. Se escondió en el bosque toda la noche, demasiado asustado para moverse. En la mañana, había caminado entre los árboles y se había perdido, al fin había llegado a un sendero y había caminado los seis kilómetros y medio hacia a estación de policía, rasguñado y con moretones, pero vivo.
En el informe, describió a su atacante como un hombre alto y musculoso. El sujeto le había cubierto los ojos y lo había metido en algún tipo de camioneta. Durante todo ese tiempo el hombre no dijo nada excepto: "métete", pero Jung juró que tenía acento. Los detalles de su cautiverio no se divulgaron.
La policía interrogó a varios sospechosos y buscó en el viejo parque de diversiones que había sido abandonado hacía años. No se realizó ningún arresto.
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*Hans Christian Andersen fue un escritor danés. Inscrita en el romanticismo, su obra comprende diversos libros de poemas, novelas y piezas para el teatro; sin embargo, Hans debe su celebridad a las magníficas colecciones de cuentos de hadas que publicó entre 1835 y 1872. Por su poderosa inventiva y la equilibrada sencillez de su estilo y de su técnica narrativa, Andersen es el primer gran clásico de la literatura infantil.
Si encuentran algún error ortográfico, por favor háganmelo saber, y lo tomaré en cuenta a la hora de corregir.
Hola.~
Ha pasado un tiempo, ¿no es así?
Me siento algo desmotivado con todo esto, a veces siento que nadie lee nada de lo que escribo, y es como si lo hiciera sin ningún propósito. :(
Pero en fin, a quien sea que llegue a leer esto, gracias.♡
~𝙶𝚊𝚋𝚜.
Kim Seok.
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