¿Miedo? Esa palabra no existía en el diccionario de Hurrem, el odio era su mejor amigo ahora, la sangre salpicaba por doquier, ¿Pero que más daba? No era su sangre, tan solo tenía un objetivo, y era el hombre que acaba con la vida de su gente, tanto de los Safavidas como de los polacos.

──¡SULEIMAN!──El grito de Hurrem basto para que Suleiman la mirase directamente a los ojos, sorprendiéndose al verla.

¿Qué mierda hacia ella aquí? Se pregunto Suleiman, las mujeres no podían pelear, no tenían la misma inteligencia que un hombre y la misma fortaleza, lo único que estaba logrando al hacer esto era exponer su vida.

──¿Qué se supone que haces aquí?──Pregunto Suleiman.──Has perdido, acéptalo y entrégate como buena perdedora.

──Yo no he perdido y nunca lo hare.──Sonrió Hurrem, haciendo que Suleiman se enojase más.──No se si lo sabe, pero yo soy la reina Elizabeth I de Polonia, puedo comandar un ejercito si yo lo deseo y no solo eso, También soy Haseki Hurrem Sultan, Emperatriz consorte del Imperio Safavida, puedo hacer lo que me plazca, por que mi esposo le indico a su ejercito que si le ocurría algo y no estaba Ahmed, yo podría dirigirlo.

──De verdad te amaba mucho.──Río Suleiman al recordar el cuerpo inerte del Sultán Mehmed.

──Lo se y yo también lo amo mucho.

Aquella oración fue suficiente para encender el enojo de Suleiman, ¿Cómo se atrevía a decir eso en su propia cara? Realmente se arrepentiría cuando ella volviese a ser su esclava.

Hurrem se divertía inmensamente al ver como Suleiman se impacientaba ante aquella oración, ¿Tanto le dolía que ella amase a otra personas? Una pena, por que ella lo amaría hasta el fin de sus días.

──Insolente.──Mascullo Suleiman.

──Aquí el único insolente, eres tu.──Y con decir esto, Hurrem bajo del caballo para desenvainar la espada y acercarse a Suleiman.

──No peleo con mujeres.

──Perfecto.──Hurrem sonrió.──Entonces entrégate y dame tu imperio.

Suleiman sin más que decir, se abalanzo contra Hurrem golpeando su espada con la suya, Hurrem era rapida al momento de atacar y Suleiman era excelente esquivando, sonidos de espadas bailando se oían en el campo de Batalla, Mustafá estaba junto a Taçlicali viendo su siguiente movimiento.

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Mihrimah caminaba por el palacio, respiraba hasta con miedo de que a su madre pudiese pasarle algo, pero no iba a dejar que esa la detuviera, tenia que deshacerse de tres persona más, Raziye, Mahmud y Kasim, Turhan ya no era un problema estaba desaparecida.

Pudo ver como Kasim bajaba de las escaleras de la torre de control, inmediatamente Mihrimah se escondió detrás de una pared.

──Aghas déjenme pasar.──Pidió el príncipe.──Necesito ver a Mahmud y hablar con él.

Mihrimah escuchaba todo desde su pared, ideando un plan para todo esto y matar a dos pájaros de un solo tiro, pudo escuchar que los Aghas abrían las puertas, dejando ingresar a Kasim.

Mihrimah llamo con la mano a Sumbul, el cuál la habia estado acompañando desde que su madre fue a sacarse los ojos en el ejercito.

──Sultana.──Susurro Sumbul.

──Deshazte de los Aghas.──Pidió Mihrimah con una sonrisa.──Y tráeme algo con lo que podamos avivar el fuego.

Sumbul asintió y comenzó a deshacerse de los hombres, diciéndoles  que las sultanas necesitaban protección arriba, cosa que no dudaron en obedecer, una vez que los hombres subieron, Sumbul corrió escaleras abajo en busca de aceite.

Mihrimah salió de su escondite y tranco la puerta de la habitación donde se encontraban Mahmud y Kasim, si el verdugo no se había deshecho de Kasim cuando era un bebé, se desharía ella.

Agarro una vela y viendo como Sumbul terminaba de extender el aceite por el suelo, tiro la vela y al hacer contacto con el aceite, se extendió rápidamente por toda la habitación, principalmente por la puerta de manera, dejando ver a Kasim y Mahmud asustados sin saber que hacer.

──Corre.──Ordeno Mihrimah a Sumbul.──Corre si no quieres morir calcinado.

──Por Allah, ¿Quién querría morir así?

Mihrimah y Sumbul salieron corriendo del lugar escaleras abajo, mientras que Raziye se acercaba y veía la escena, veía como sus hermanos morían quemados, por inercia salió corriendo en busca de criadas para que apagaran el incendio, quizás y logaría salvarlos.

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Algo horrible de ser humano era el cansancio, Hurrem no sabia exactamente cuanto tiempo había estado luchando contra Suleiman, pero en definitiva ya no podía más, necesitaba reponer energías como de lugar.

Pero no era la única que estaba cansada, Suleiman tampoco daba para más, ambos estaban muy cansados, pero como mostraran señal de eso, sabían que el otro aprovecharía la oportunidad para acabar con ellos.

Suleiman ya quería acabar con esta "Estúpida Batalla.", por lo que se tiro sobre Hurrem, arrebatándole la espada.

──Ahora si ya estas acabada.

──¡Quita las manos de mi esposa!──Una voz masculina se oyo de lejos.

Un hombre en un caballo blanco apareció, en la torre de control todo el mundo se quedo helado, esto sin duda era un milagro, el Sultán Mehmed venia cabalgando hasta donde se encontraba Hurrem, ahí estaba el, vivo y coleando.

Y no solo eso, metros atrás venia un caballo negro con una joven cabalgando sobre el, el cabello castaño oscuro, la tez blanca y los ojos grises aparecieron de manera inmediata, asustando a todos los presentes.

──Mehmed...Kosem... ──Susurro Hurrem con lagrimas en los ojos.

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¿Se lo vieron venir? Sean sinceros.

Por otro lado estamos a tan solo tres capítulos de acabar con esta historia.

Opiniones del capitulo, aqui.